Hola me gustaría aclarar antes de que comienzan con la lectura que Kagome no pidió de deseo que la perla desapareciera, como ocurrio en el anime, ni tampoco regresó al sengoku y Kikyo no murió y mucho menos Sango y Miroku no tienen hijos. También les pido una disculpa ya que los primeros capítulos se ven muy amontonados, pero les prometo que en cuanto tenga tiempo los editare, para que disfruten una mejor lectura.
CAPITULO 1.
En la habitación de una joven los rayos del sol anunciaban un nuevo dia pero tambien sonaba el despertador con insistencia.
-Cinco minutos más – Pronunciô una adormilada chica cubriéndose la cabeza nuevamente con las cobijas y quedando al instante dormida. Después de aproximadamente media hora la chica comenzó a abrir los ojos, pero grande fue su sorpresa al ver la hora en su reloj, sin pensarlo dos veces se levanto como loca trayendo como consecuencia que las cobijas se enredaran en sus pies y cayera abruptamente al suelo. Gritó, eso si que le habia dolido, pero recordó que no era momento de quejarse, así que aun con el dolor escrito en su frente se levanto para comenzar a cambiarse, no podía creer que de nueva cuenta se le hiciera tarde, pero definitivamente tampoco podía evitarlo. Rápidamente acomodo su corbata y bajo a desayunar.
-¡Buenos días mamá!-Dijo la chica con una sonrisa, para despues tomar un poco de jugo.
-¡Buenos días hija, ¿Solo piensas desayunar eso? - Preguntó un tanto preocupada su madre, esa hija suya siempre era lo mismo, aunque tampoco la culpaba siempre regresaba muy noche de su trabajo.
-Bueno es que ya no me da tiempo, voy tarde, pero no te preocupes que en el instituto como algo- Respondió con una sonrisa, mientras dejaba el vaso en la mesa.
-Me voy, nos vemos en la noche - Gritó para enseguida salir corriendo.
-¡Adiós Kagome!-Gritó también la madre de aquella azabache – Cuidate- Mencionó eso mas para si misma que para su hija, ya que dudaba que hubiera escuchado eso último. Sin embargo permaneció unos segundo mirando el camino por donde había desaparecido su pequeña, por que apezar de que ya no era una niña, si no toda una mujer y muy trabajadora, seguía siendo su niña. Suspiro dando gracias a kamisama ya que a pesar de que era toda una celebridad y por consecuencia ganaba ya su propio dinero aún seguía con ellos y en la escuela, aunque ella sabia que todo el exceso de trabajo lo hacia para no pensar en sus amigos del sengoku, pero sobretodo en Inuyasha que aunque ella podia asegurar que lo que sentia por el era cosa del pasado, también daba por hecho que aun pensaba en el por el simple hecho de ser su primer amor.
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-Que bueno que de algo me sirvió el carro que me dio la disquera - Dijo Kagome bajando del auto comenzando a trotar mas que caminar para llegar a tiempo a su clase. A pesar de que se había vuelto famosa ella seguía siendo la misma, así que sin inmutarse ni un poco de las miradas que le hechaban ella continuó apresurándose para llegar a su clase.
-"Que bien, lo logre llegue justo a tiempo" - Pensó la joven con una sonrisa, mientras tomaba asiento y observaba como llegaba su profesor y daba inició la clase. Después de varias horas por fin el profesor daba por terminada la clase, así que como últimamente ocurría miro su reloj y su celular y se dispuso a marcharse a su cesión de fotos. La verdad era que desde que acepto entrar al mundo del espectáculo, prefería no tener tiempo ni para respirar ya que si lo hacia siempre terminaba por pensar en los momentos que paso con sus amigos del sengoku, los extrañaba y a pesar de que ya se había resignado a no volver le era imposible sacárselos de la cabeza y de su corazón. Sacudió la cabeza no era momento de pensar en ello, mas bien tenia que concentrarse en los próximos exámenes, no podía darse el lujo de perder otro año, no eso si que no, esta vez si entraría a la universidad.
-Hola preciosa...¿No quieres que te lleve? - Preguntó un apuesto chico de cabello castaño corto y ojos verdes, impidiéndole el acceso al carro de la chica.
-No...no muchas gracias pero traje mi carro - Mencionó la chica con una sonrisa fingida, mientras maldecía mentalmente su suerte ¿Por que de todas las personas se tenia que encontrar con este chico? Además que por nada del mundo iría con el ni siquiera a la esquina.
-Pero Kagome si vamos para el mismo lado, además no muerdo - Dijo con tono seductor y acercándose peligrosamente a Kagome, mientras ella al ver las intenciones del chico retrocedió, pero de nuevo para su mala suerte choco con otro auto que estaba a sus espaldas.
-"Maldicion...¿Que hago? Cada vez esta mas cerca"- Pensó nerviosamente. Respiro de nueva cuenta cuando escucho su nombre por tres chicas muy conocidas para ella, así que sin pensarlo dos veces se alejo del castaño.
- ¿Qué sucede chicas? – Preguntó la joven mirando a las nombradas con agradecimiento.
- Bueno muñeca te veo en el estudio, no llegues tarde - Dijo aquel joven apuesto con una cara de fastidio al ser interrumpido, para enseguida subir a su auto y perderse ante la mirada de cuatro chicas.
-Parece que otra vez te salvamos ¿No es cierto? aunque a decir verdad no sé cómo te puede incomodar estar al lado de ese bombón ¡Por dios Kagome! estamos hablando de Kei, el chico más lindo de todo el espectáculo, no te gustaría amanecer en entre esos brazos fuertes, aspirando el aroma de su cuerpo, que te bese con esos labios, que te t...
- ¡Cof!, ¡cof! - interrumpieron unas chicas con una gota en su cabeza.
- Bueno...esa es mi humilde opinión- Dijo Eri un poco avergonzada por haberse expresado así.
- Pero en que estás pensando Eri, que no ves que Kagome no ha podido olvidar al chico rebelde- Dijo Yumi, mientras que Kagome casi se cae de espaldas al escuchar eso. Esas chicas ¿Como podían hablar tan tranquilamente de su vida privada como si ella no estuviera?
– ¿Chicas ?– Preguntó la miko.
- Su nombre era Inuyasha-Dijo Eri a las demás ignorando a su amiga.
-¿Chicas?- Mencionó nuevamente la peli negra, sin obtener resultados de nuevo, esto si que la estaba comenzando a enojar.
- Pero si el chico rebelde la dejo por su antiguo amor- Dijo Yumi.
-¡CHICAS! - Gritó Kagome al borde de la histeria con una gran vena en la frente del enojo, mientras observaba como sus amigas retrocedían con la palabra "miedo" en su cara.
-Podrían dejar de hablar como si no estuviera presente, aún sigo aquí por si no lo han notado- Dijo Kagome mientras exhalaba e inhalaba aire para tranquilizarse.
- En primera, les agradezco por salvarme de Kei, ciertamente se me hace tan desagradable, si es guapo, pero aun así no me da buena espina, en segunda todavía no olvido a Inuyasha PERO no por lo que ustedes están pensando, me di cuenta que yo nunca iba a tener cabida en su corazón –Dijo sonriendo con nostalgia para despues continuar.
–Bueno, al menos no como yo lo hubiese querido –Prounció mirando el cielo con un semblante nostálgico, ahí hiba de nuevo una vez que tocaba ese tema le era imposible parar.
- También me di cuenta que en la vida solo se ama una vez con intensidad y para mi mala suerte el ya tenía a quien amar mucho antes de que yo llegara a su vida- Mencionó ante la atenta mirada de tres jovenes que la miraron con tristeza, no por que sintieran lastima, sino por que les dolia ver a su amiga sin su acostumbrada sonrisa.
-Así se habla amiga la verdad es que tus 18 años te han servido para madurar- Dijo Yumi alegre, mientras varia venitas aparecieron en la frente de la mencionada.
- QUE QUISISTE DECIR CON ESO- Mencionó Kagome con molestia, para después mirar su reloj, sabia que lo había dicho con la intención de levantarle el animo y aunque en vez de hacerla reír la había echo enojar se lo agradecía.
-No... me mal interpretes Kagome, yo solo decía q...- Paró al ser interrumpida.
- ¡Maldición! – Gritó la miko.
- Lo siento chicas tengo que irme , el deber me llama nos vemos después, adiós – Mencionó subiendo a su auto, para enseguida arrancar a toda velocidad, mientras a lo lejos escucho las voces des sus amigas despidiéndose.
-Vaya, si que llevaba prisa- Dijo Eri con una gota en la cabeza al igual que las dos chicas a su lado que solo asintieron con la cabeza.
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-Dame una sonrisa, muy bien, ahora de perfil, perfecto, una última con Kei, muy bien terminamos- Habló un fotógrafo guardando sus objetos de trabajó con una sonrisa.
-Estuviste excelente Kagome –Dijo acercándose a la mencionada.
- No exageres, eso lo dices porque me quieres - Dijo mirándolo.
- Claro que no, yo se reconocer lo hermosa que eres, eres algo así como una diosa, mírate mujer tienes un cuerpo de envidia, un cabello largo y negro como el ébano, y una mirada que encanta a cualquiera- Dijo el chico, mientras la hermosa joven le regala una sonrisa, su amigo siempre dándole cumplidos por todo, era una de las cosas por las que agradecía haber entrado al medio, por que aunque le gustaba su trabajo, la verdad era que no lo hacia por dinero o por fama y él, su amigo era uno de los pocos que la consideraban su amiga sin esperar nada a cambio.
-Si sigues así, fácilmente me podrías conquistar Zeito – Dijo Kagome.
-Pues si no fuera porque tu compañero me trae loco ya habrías caído en mis redes – Mencionó Zeito sujetándola de la cintura. Sonrió al ver como su amiga comenzaba a reír sin parar, realmente la estimaba mucho, pero también podía imaginarse que es lo que estaba pensando su amiga ahora que parecía se encontraba sumergida en sus pensamientos.
-"Yo no se que le ven a ese engreído" - Pensó Zeito con una gran sonrisa, la miro de nueva cuenta y decidió jugar un poco con ella.
-¡KAGOME!- Gritó el fotógrafo, obteniendo la mirada de la muchacha.
- ¿Pero en que estás pensando mujer?, o será en ¿Quién? – Dijo Zeito con una mirada picara.
- No como crees, como se te ocurre - Pronunció Kagome con nerviosismo y completamente sonrojada. Sabia muy bien hacia donde hiba esta conversación, mejor huía de ahí antes de que comenzara su amigo a pedir detalles.
-Bueno me voy, nos vemos dentro de un mes, recuerda que pedí vacaciones para mi exámen – Dijo Kagome dándole un beso en la mejilla a su amigo para despues caminar hacia la salida.
-Cierto lo olvide, cuídate mucho primor te voy a extrañar – Gritó el fotógrafo con una sonrisa, al saber el motivo por el cual había huido.
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-Pero que cansada estoy – Susurró la miko subiendo las escaleras de su templo.
- Bueno al menos tendré unos días para descansar, físicamente claro, porque tengo que estudiar para mi exámen - Dijo Kagome con cansancio. Sin embargo todo eso quedo atrás al sentir una energía muy conocida para ella.
-"Imposible"- Pensó con sorpresa, saliendo corriendo a toda velocidad hacia el pozo. Al llegar comenzó a temblar tenia miedo, miedo de que tal vez fuera una broma que le jugaba su mente. Con lágrimas en sus ojos miro en el interior del pozo y se sorprendió al escuchar una voz que claramente decía su nombre.
-¿Pero que fue eso?– Susurró poniendose en posición para saltar, respiró una vez más y se dejo caer, por inersia cerro los ojos, pero después de varios segundos y aun con miedo abrió sus párpados viendo aquellas luces que hace tiempo no veía.
