Hola hermosuras un nuevo fic, espero que les guste. Es algo raro pero se me ocurrió anoche mientras dormía. :D gracias por leer.
— ¡Vamos Juvia! Ya cumpliste 18 y ni siquiera los celebraste.
— Juvia no quiere salir Lucy, quiere estar en su casa viendo el maratón de The Walking Death –Su amiga rubia le regalo una mirada de reproche y la haló violentamente de la cama para que saliera con ella.
— ¿Hace cuánto no tienes sexo? -La pregunta la tomó por sorpresa, sabía que Lucy era algo imprudente y no dudaba en decir lo que pensaba, pero esa pregunta, ni ella misma sabía la respuesta.
— ¡Lucy! –Su voz sonó molesta y estaba avergonzada, odiaba hablar sobre el tema porque simplemente esa parte de su vida la consideraba muy privada.
— Solo responde. -La joven mordió su labio inferior y recordó esa parte de su vida de la que no le gustaba hablar.
— Hace un año –Masculló y la rubia se sorprendió demasiado abriendo sus ojos como platos, eso para ella era un pecado, ¿No tener sexo en todo un año? ¿Qué diablos estaba pasando por la cabeza de la peli azul?
— Juvia necesitas un mantenimiento urgente, tu zona intima debe tener telarañas, no quiero que te conviertas en una monja, por favor.
— No seas exagerada y ahora por eso Juvia no saldrá contigo.
— ¿Quién fue el último? ¿Rogue? ¿Jellal? ¿Gajeel? No, ya sé ¿Bora?
— ¡Lucy! –su tonó de enojo volvió a aparecer y puso sus ojos en blanco, Lucy parecía tener mucha imaginación.
— Jellal es el primo de Juvia, jamás, nunca en la vida pasaría, además hace millones de años no lo ve. Gajeel es su mejor amigo, nunca tendría sexo con él y ahora él está en Inglaterra estudiando y Bora ni siquiera vale la pena para un mal pensamiento.
— ¿Nunca tuviste sexo con Bora?
— !No, claro que no! De solo pensarlo le llega un escalofrió a todo su cuerpo. Era un completo idiota, en todos los sentidos, Juvia no sabe en que momento se le pasó por la mente salir con él.
— Entonces el último que te probó fue Rogue. -Cómo si Lucy no lo supiera, solo le gustaba jugar con Juvia y darle razones para convencerla y hacer que saliera con ella.
— La verdad el último que estuvo con Juvia fue Natsu-san –la chica salió corriendo sin poder aguantar la risa que estaba sintiendo, Lucy también rió con ella y la persiguió hasta que Juvia se puso a salvo en la seguridad del baño -¡Perra, ahora si no vamos te mataré! –así era su relación, iban de broma en broma y se querían demasiado.
— ¡No olvides depilarte! ¡Debe haber toda una selva allá abajo! -Lucy golpeó ruidosamente la puerta del baño para casi gritarle cosas vergonzosas a su amiga y reír al finalizar su frase ya que le gustaba molestarla.
— ¡Cállate, tonta! –Juvia sabía que su intención al acompañarla a ese bar no era tener sexo, solo quería tener un buen momento saliendo de la monotonía y unos tragos no le caerían nada mal, ella no era de esas chicas que se acostaban con el primero que se le pasaba por en frente, pero aún así siguió las indicaciones de Lucy, se arregló y después de algunos minutos salió totalmente vestida, lucía simplemente hermosa.
— ¡Juvia ya está lista! -La rubia la miro con desesperación y negó con la cabeza en acto de desaprobación.
— Esa ropa no dice ten sexo salvaje conmigo, dice llévame a la iglesia que quiero rezar –la jovencita se vio de arriba abajo y subió sus hombros.
— ¿Qué tiene de malo?
— Todo, Juvia, a los hombres les gusta que dejen algo a la imaginación, pero aman cuando muestras mucha más piel porque la desean, toma este -Recibió el vestido demasiado corto para su gusto que le pasó Lucy, no quería usarlo pero si no lo hacía la rubia le iba a dar la cantaleta de su vida y simplemente no estaba dispuesta a escuchar los argumentos aburridos que le diría.
Juvia entró rápidamente al baño y se puso el vestido con algunos accesorios, se miró al espejo y sonrió, eran pocas o casi nulas las veces que hacía eso, así que debía disfrutar de su juventud.
— ¿Mejor? -Lució el vestido dando una vuelta y su amiga sonrió casi aplaudiendo.
— ¡Vamos a divertirnos! -Las chicas salieron del departamento y abordaron el Lamborghini de la peli azul, se fueron directo al bar y entraron llamando la atención de todos en el lugar. Niños ricos por doquier y lo plásticos salía a flote con tan solo una mirada, no había necesidad de hablar todos eran unos malditos superficiales.
— Hola amor –Lucy gritó desde la entrada del bar llamando la atención de un peli rosado que tenía un excelente oído, Juvia se acercó detrás de ella y sus sentidos se intensificaron cuando vio sentado al lado de Natsu un pelinegro con un cuerpo de modelo y unos rasgos perfectos en su rostro.
— Hola Juvia, te presentó al idiota. –Juvia tragó toda la saliva que tenía en la boca, esos ojos grises y penetrantes que la miraban con asombro le hicieron cambiar de opinión. Solo sería sexo nada más. Una noche que nunca más se volvería a repetir.
— Gray Fullbuster – La voz gruesa del joven entró hasta lo más profundo de su cuerpo, era él, su noche no iba a ser tranquila lo sabía. Gray le echó el ojo enseguida, ese cuerpazo tenía que ser suyo, tenía que poseerla y escucharla gemir su nombre una y otra vez mientras que entraba en ella desesperadamente.
— Juvia Loxar, mucho gusto.
.
.
.
One, Two, Three, One, Two, Three drink hasta el fondo y perdiendo la cuenta –así lo hicieron, bebieron demasiado y a la mitad de la noche Gray ya conocía toda la boca de Juvia, sus lenguas jugando no eran más que un preliminar de la noche llena de pasión que tendrían. –Llevé a Juvia a su casa –la joven le susurró indecentemente en el oído mientras el joven sonreía victorioso. — Será un placer –La joven le entregó las llaves de su lujoso auto y no solo eso le entregó.
— Aaaaahhh… Más… más rápido es-estúpido.
— ¡Cierra la boca maldita perra! –Sucio, descarado, salvaje y delicioso, en eso se resumía la noche de placer que estaban teniendo ese par, tenía que sentirse enojada al escuchar como ese hombre se refería a ella, pero sabía que cuando se tenía sexo, no se controlaban las palabras. El cuerpo entero de Juvia vibraba y le avisaba cuando iba a venir el orgasmo, jamás en todos los encuentros sexuales que había tenido, un hombre le había provocado tantas descargas de placer. Habían tenido más de cuatro sesiones esa noche donde pudieron probar diferentes posiciones y Juvia nunca antes sintió que se cumplían sus fantasías de esa manera, ese hombre definitivamente era increíble y parecía un animal moviéndose dentro de ella.
— ¡Agáchate ahora! –la chica obediente y deseosa de él se puso como perrito dándole todo el control. La forma en que sus dos cuerpos chocaban los estaban volviendo locos, aunque ella no era toda una experta en el tema estaba dándole una de las mejores noches al chico de apellido Fullbuster, los más respetados de todo el país, su cuerpo perfecto con sus pechos tan grandes lo estaban calentando tanto que había chorreado dentro de ella más de cinco veces.
— No, ¡Puta madre! –El chico dejo de lamber su cuello y la vio a los ojos tratando de entender la reacción tan repentina de Juvia.
— ¡Dijiste que ibas a usar condón imbécil! –la chica se tapó los ojos con las dos manos sumamente preocupada, la calentura le hizo olvidar algo realmente importante, algo que le podía producir muchos problemas y ella iba a empezar a llorar. Sorprendido abrió los ojos, un descuido como ese nunca le había pasado, pero en ese momento eso no le importaba en lo más mínimo, solo quería tenerla a ella.
— ¡No pasara nada por una noche!
— ¿Eso le dices a todas?
— Contigo muñeca es la única que lo he olvidado pero verás que no pasará nada ven. –Gray de nuevo entró en ella fuertemente agarrándola del cabello para atraer su boca a la de él, exploró toda su cavidad mientras apretaba su clítoris con los dedos, Juvia recordó que Lucy lo había hecho muchas veces sin protección y nada había pasado así que se tranquilizó y llevó sus suaves manos al cuello del chico para seguir con sus gritos y movimientos desmedidos. Estaban a punto de agotar sus energías y parecía ser su último asalto.
.
.
.
En la mañana el joven de cabellos tan negros como la noche recogió su ropa y salió del lujoso apartamento de la chica no sin antes regalarle una mirada a ese cuerpecito desnudo que había marcado con sus besos y líquidos. Juvia había sido una gran chica y lo complació en cada uno de sus caprichosos, no le molestaría volver a tener una noche con ella. Iba a dejarle su número sobre la cama, pero cambio de opinión, quería que fuera Juvia quien lo buscará.
La joven despertó y no dejo de pensar en lo que había sucedido, sí que se había perdido de mucho sin haber tenido sexo por todo un año. Solo esperaba no volverlo a ver, no estaba dispuesta a verlo a los ojos después de lo salvaje y caliente que se había portado esa noche, claramente ella no era así y se sentía muy avergonzada, por eso desde lo sucedido no había querido saber nada de Gray o saber de él, para ella ese tema era como un tabú.
— ¿Terminaste la tarea Juv?
— Sí, mira cópiate Lucy –Ya había pasado más de un mes después de esa noche, Juvia había vuelto a la normalidad pero ese hombre no salía de su cabeza, ¿Cómo podía ser tan sensual y experto en la cama? La había dejado flechada y se entristecía por no volverlo a ver. Pero las cosas eran mejor así, solo había hablado unas cuantas horas con él y su arrogancia y superficialidad inundaba todo el lugar. Un hombre con un súper ego.
— Señorita Loxar, ¿Podría traerme los exámenes que deje en mi oficina?
— Sí, claro maestro. -La chica salió a la oficina por los exámenes, volvió rápidamente y cuando entró en el salón con el paquete en la mano se desmayó cayendo al suelo. Todos se acercaron a ver qué era lo que sucedía y el profesor le pidió a unos chicos que la llevarán a la enfermería. Lucy por supuesto muy preocupada bajo con ella, Juvia no era una chica enfermiza y no entendía porque le había sucedido eso.
Juvia lentamente despertó y vio el techo blanco, no tenía ninguna idea de lo que había pasado.
— ¡Despertaste muñeca! -vio la sonrisa cálida de la enfermera y se levantó tratando de salir del lugar, estaba completamente segura que nada le sucedía. Vio una cabeza rubia esperándola afuera en la sala de espera y se aclaró la garganta para hablar con la enfermera.
— ¿Qué le sucedió a Juvia?
— Te desmayaste, muñeca ¿No desayunaste esta mañana?
— Juvia si desayuno ¿pasa algo malo con ella?
— Mmmm ya veo, ¿Ya te habías desmayado antes?
— No señora, pero Juvia se ha sentido mareada desde hace una semana.
— ¿Cuando fue tu último periodo? -La joven hizo cuentas rápidas en su cabeza y se dio cuenta que los días no cuadraban.
— Juvia tiene un retraso de quince días pero es normal, ella siempre los tiene -inocentemente le habló a la mujer, sin embargo era más que obvió lo que tenía.
— ¿Te proteges al tener relaciones? -sintió un dolor en su corazón al escuchar esas palabras. Negó fuertemente con su cabeza, no podía estar embarazada, ¡por un demonio! No podía.
— Juvia estuvo con un chico hace más de un mes y no se protegieron.
— Bien, solo tienes que hacerte esta prueba, tenemos que saber si estas em...-No, no lo diga, Juvia no es...no está embarazada -salió de la enfermería casi llorando, huyendo de todo, de esa realidad que no quería aceptar, en sus manos traía la prueba de embarazo y Lucy la detuvo súbitamente.
— ¿Que pasa Juv? ¿Estás enferma?
— Ojalá Juvia lo estuviera. -La señorita Heartfilia vio lo que tenía en sus manos y sus ojos se abrieron viéndola como si pudiera morir en ese momento de la sorpresa.
— ¿Estas embarazada?
— ¡Cállate! ¡no lo digas! Ella no está embarazada, no puede estarlo -la chica salió para su casa, ya no tenía presentar el examen cuando tenía semejante situación encima, estaba demasiado alterada y manejar era casi un suicidio, por eso Lucy se fue detrás de ella manejando el auto de la peliazul, solo esperaba que fuera una broma.
.
.
.
—¡Cálmate Juvia! ¡Debe ser un malentendido! -Juvia estaba mirando a la nada, ni siquiera ponía cuidado a las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. No se dio cuenta en qué momento llegaron a su apartamento o cuanto tiempo había pasado. Lucy la saco del carro, la empujó al elevador y llegaron a su apartamento.
— ¡Hazte la prueba! ¡Es mejor salir de dudas! -Juvia negó con su cabeza y se acostó como una niña pequeña en posición fetal sobre su cama. Quería que eso fuera una pesadilla, no podía estar embarazada, no de una noche que no significo más que sexo para ella. Aún era muy pequeña, ni había terminado la universidad. Tenía miedo, miedo de dar vida a una criatura.
— ¡Hazlo ahora! ¡Tenemos que actuar lo más rápido posible! -La chica recibió un pequeño golpe en su mejilla y respiró profundo, no era el momento de morir, tal vez solo era una broma pensó metiéndose en el baño y agarrando la cajita entre sus manos, no podía leer las instrucciones, su mano estaba moviéndose de un lado a otro y no podía controlar el temblor en sus manos . Leyó entre sollozos y siguió todas las instrucciones al pie de la letra y espero algunos minutos para ver el resultado, los minutos más largos de toda su vida.
— Do...doble no... Esto tiene que estar mintiendo...Juvia no está embarazada...no puede estarlo -La joven escondió su cabeza en sus rodillas y lloró como si alguien hubiera muerto, inmediatamente Lucy entró en el baño después de escuchar el llanto de su amiga sus lágrimas no podían ocultar la situación, la Heartfilia sabía que Juvia estaba embarazada.
— ¡Aborta Juvia! -Su frase sonó espontánea y era una simple salida.
— ¿Que dijiste? -saco su cabeza de sus rodillas y miro a Lucy indignada, no reconocía a su amiga, no pensaba que fuera capaz de decir tales cosas.
— ¡Aborta Juvia! El bebe debe tener menos de dos meses, será fácil que te lo saquen. -Juvia llevó su mano a su vientre plano, no podía ser capaz, era su pequeño bebé.
— ¿Qué clase de monstruo eres? ¿Cómo dices eso?
— Juvia, No estás pensando ¿Verdad? Ese bebe significa el final de tu vida, tu padre con lo exigente que es, enloquecerá y te echará de su casa, los lujos, el dinero, te lo negará todo. Además no creo que Gray responda por él. Sólo deshazte de esa cosa y tu vida seguirá igual.
— El bebe de Juvia no es una cosa, no es un objeto del cual pueda deshacerse y ya, no abortará, eso es estúpido.
— ¡Estúpida tu por no abortar! Entiéndelo, ese será un estorbo toda tu vida -Tantas emociones juntas no estaban dejando pensar a la peli azul, estaba dispuesta a matar a su amiga con tal de defender sus ideales, además ¿Que se creía diciéndole estúpida?
— Juvia no es estúpida, no va a matar a ningún inocente ¿No te enseñaron valores morales, Lucy?
— ¡Sí, me enseñaron! Y también me enseñaron a tener relaciones usando condón, estúpida tonta -Lucy también estaba enojada, esa noticia la tomaba por sorpresa y no dejaba de decir cosas sin pensar.
— Juvia tiene la culpa, ella lo sabe, pero no huirá de los problemas como cierta persona, enfrentará lo que tenga que enfrentar.
— No huyo de mis problemas, sólo no soy tonta como tú. -La chica tomo su bolso y apretó repetitivamente el botón del ascensor esperando que se abriera y pudiera largarse.
— Te vas a arrepentir, después no vengas llorando a mi casa porque no te ayudaré. -Lucy la señaló con su dedo indice con sus mejillas muy rojas de la rabia que estaba sintiendo.
— Gracias amiga y también muchas gracias por llevarla esa noche a ese bar sabiendo que ella no quería ir.
— No me eches la culpa, tú fuiste la perra que no se controlo al ver un tipo.
— ¡Maldición! ¡Juvia no la quiere volver a ver en la vida! -Juvia entró en su habitación y se metió bajo sus cobijas refugiándose del mundo, refugiándose de ella misma. No podía parar de llorar, no podría enfrentar a su padre, no podría enfrentar a nadie, era demasiado cobarde.
— Gray, él tiene que ayudarla -Una pequeña esperanza vino a su vida, tal vez él podía apoyarla. Lo buscaría y le contaría todo, era lo único que podía hacer.
Juvia se dejo caer en un sueño profundo, estaba muy cansada y emocionada, durmió durante muchas horas y al despertar solo pidió que fuera un sueño, desafortunadamente no lo era, esa caja en la basura de su baño lo comprobaba.
— Juvia tiene que decírselo -la chica se alistó y se vistió con la mejor ropa que tenía, se maquilló un poco y mordió su labio, estaba realmente asustada porque nuevamente lo iba a ver y no precisamente para volver a pasar un gran rato. Manejó lo más rápido posible hasta llegar al frente de la corporación Fullbuster y apretó fuerte el timón buscando fuerzas de donde no tenía.
— ¿Quién es usted? -el celador del lugar le preguntó evitándole el paso. — ¿Tiene cita?
— Se trata de Juvia Loxar, tiene una cita con Gray Fullbuster para hablar de negocios.
— Lo llamaré para confirmar -la chica se asustó porque podía no recibirla.
— Juvia no tiene todo el día ¿sabe? -miro su reloj muy enojada aparentando que era una chica mimada — Juvia le dirá a Gray que lo eche por incompetente.
— Pase señorita, la oficina del muchacho está en el último piso -Parqueó su auto cerca del ascensor y entró en él gracias a que un señor elegante estaba impidiendo que el ascensor se fuera.
— Gracias -No puso mucha atención a ese hombre, ni siquiera le vio el rostro, no podía hacer más que sentir esa angustia en su vientre.
— No fue nada. Buenas tardes señorita.
— Buenas tardes -la chica se recostó en el vidrio del espejo, su corazón latía con fuerza contra su pecho, durante todo el camino pensó la mejor forma de decirle sobre el bebé, pero nada bueno se le ocurrió. Jugaba con sus dedos y luego decidió jugar con su cabello era más que obvio que estaba a punto de entrar en una crisis. Las puertas se abrieron mostrando el corredor blanco y elegante y ella miró tímidamente a su alrededor.
— Buenas tardes, Silver-san -Una mujer elegante y hermosa se apresuró a saludarlo y él le paso su abrigo y sus cosas para que lo ayudará.
— Buenas tardes -El señor entró en una de las oficinas perdiendo se de los ojos de la chica y ella trato de ver los rostros de las secretarias, debería escoger una que la ayudará.
— ¿Puedo ayudarle en algo? -Una mujer de cabello negro y corto vestido habló dulcemente ahorrándole el trabajo.
— Juvia necesita ver a Gray.
— ¿Tiene cita? -la joven negó con su cabeza.
— ¡Dígale que es algo urgente! ¡Juvia Loxar lo necesita! -al escuchar el apellido muchos voltearon a ver a la hermosa hija del adinerado Cloud Loxar. La mujer levantó el teléfono y la anunció.
— Puede pasar señorita, es la puerta del fondo.
— Gracias -las piernas de la chica temblaban haciéndola perder el equilibrio y la elegancia. Apenas estuvo en la puerta de la oficina de Gray respiró hondo y golpeó suavemente.
— Pasa muñeca -Juvia giró la perilla dejando todo su nerviosismo en la entrada, era una oficina organizada y hermosa, dirigió sus ojos a él fuertemente y aclaró su garganta para que su voz no sonará patética.
— No tenías porque venir hasta acá, si querías otra noche como la de esa vez solo tenías que pedirle mi número a Natsu e iría corriendo a hacerte gemir de nuevo.
— No, Juvia no vino para eso -su voz sonó fuerte pero se estaba quebrando por dentro.
— ¿Entonces en que te puedo ayudar?
— Juvia...Juvia...-tomo el suficiente aire para confesárselo — Juvia está embarazada. -Gray casi se cae de su silla, sus ojos estaban abiertos como platos y negó con la cabeza totalmente desesperado.
— Tiene que ser una maldita broma -fue lo único que salió de su boca sin moverse ni un solo centímetro.
— ¿Cree que ella vendría hasta acá para bromear con eso? -Era muy joven, demasiado tonto y su libertad y modo de vida se verían afectados por el pequeño que venía en camino, pensó en la solución más fácil y mejor para él.
— ¡Aborta! -su corazón dolió al escuchar sus palabras, exactamente iguales a los de Lucy. — Ese niño no puede nacer. -Cómo si se tratará de un insecto lo que crecía lentamente dentro de Juvia volvió su mirada a sus papeles sin darle tanta importancia a las palabras de la Loxar.
— ¡Es su hijo! No puede decir eso enserio -Juvia se estaba quebrando en mil pedazos.
— ¿Cómo se que en realidad es mi hijo? Eres una perra que se acuesta con el primero que acaba de conocer -Las mejillas de Juvia se enrojecieron de la rabia que estaba sintiendo, su sentido común abandonó su cuerpo y le gritó totalmente enojada.
— Usted es un Imbécil, maldito hijo de puta, el bebe de Juvia es suyo, no se preocupe ella no está acá para que usted la apoye, en realidad fue una completa idiota al pensar que usted entendería. -tomo un montón de hojas que estaban perfectamente organizadas en su escritorio y se las boto todas en la cara — No necesita su apellido de mierda, ni siquiera necesita dinero, sólo espera que pueda vivir con el cargo de conciencia. -la chica se volteó y las lágrimas aparecieron por si solas, abrió la puerta y se golpeó con alguien que estaba parado enfrente de ella, ni siquiera se molesto en pedirle perdón, ahora todo le valía poco. Juvia salió llorando y se largó de ese lugar lo más pronto posible.
— ¿Silver? ¿Qué haces ahí? -Gray se sorprendió al ver a su padre.
— ¿Acaso escuche algo que no debía?
— Solo es una niña tonta tratando de sacarme dinero.
— Por su ropa y el Lamborghini último modelo que parqueó en el sótano dudo mucho que necesite dinero.
— ¡Esto no es asunto tuyo viejo!
— ¿¡Es que acaso te he enseñado a comportarte de esa manera!? -Su voz pudo escucharse perfectamente hasta el primer piso. — ¡Puedes bajarte los pantalones para embarazarla pero no puedes subírtelos para responder por ella! ¡No te golpeo porque eres mi hijo! ¿Abortar? ¿¡Es que acaso estás loco!?
— ¡Es un error!, lo que paso esa noche solo fue sexo y nada más.
— ¡Solo fue sexo! ¡Bien pedazo de inútil! -Silver tomo aire y dijo sus palabras lentamente — Te tengo un trato que deberás aceptar -Gray estaba enojado y miro a su padre con odio — ¿Que quieres?
— Iras por ella, la llevaras a tu casa y estarás con esa mujer hasta que haya tenido a su hijo. — ¿Que? ¡Estas loco! Tú no tienes el derecho de reclamarme o exigirme algo.
— Soy el que te da todo, eso me da el derecho de exigirte...Para ti no habrá nada de sexo con otras mujeres, absolutamente nada.
— ¡Estás loco! ¡Lógicamente no haré esas estupideces!
— Si no lo haces te quitaré el dinero, los autos y tu sobre paga que recibes en esta oficina por no hacer una mierda. Tienes una semana para llevarla a tu casa o tendrás que afrontar las consecuencias.
— No lo haré, no creas que puedes chantajearme con eso. -Silver salió de la oficina y Gray maldijo a la peli azul, maldijo la noche en que se acostó con ella, maldijo a su hijo y todos los problemas que le había causado. Si creía que podía manipular a Gray Fullbuster estaba muy equivocado, no iría detrás de ella, no después de todo lo que le dijo. Suspiró y pesadamente levantó todas las hojas que habían caído al suelo.
La chica ya no sabía qué hacer, la desesperación total había llegado a su cabeza, ya ni siquiera las lágrimas salían, sólo esperaba que su padre la entendiera, que la apoyará aunque las posibilidades que eso sucediera eran cero. Regresó a su casa y llorando desesperada esperó que el ascensor abriera sus puertas para llegar a su cama, eso era lo único que quería hacer.
— ¿Estas llorando Juvia? -Su corazón se detuvo y se congeló en ese lugar.
— ¡Padre! -su alma abandonó su cuerpo, su padre tenía que llegar en dos semanas ¿Como era que estaba ahí?
— ¿Que pasó? ¿Por qué lloras? -Consideró que era el momento adecuado para decirlo al igual ya no lo podía seguir ocultando.
— Juvia está embarazada, padre -El hombre se enfureció y la golpeó en la mejilla fuertemente.
— ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¡Te lo di todo! ¡Eres una deshonra para el apellido Loxar!
— Papá por favor deje que Juvia le explique.
— !Te me largas! no quiero volver a saber de ti -su padre fue directamente a la habitación de la joven, le hecho unas prendas a la cara y la llevó al elevador quitándole las llaves y el celular.
— Por favor no la eche, ella no tiene a donde ir, el padre del bebe no va a responder, no la deje sola. ¡Ayúdela por favor!
— Eso debiste haber pensado antes de coger con un irresponsable ¿Qué crees que dirá la gente de ti? Eres una estúpida.
— Eso es lo único que le importa, lo que la gente le diga -Juvia con su llanto acumulado en la garganta recogió las pocas cosas que le había botado y las hecho en su bolso.
— ¡Juvia! ¡Ven! -su padre la abrazo calmándose, la chica correspondió a su abrazo estaba muy asustada, estaba aterrada y se sintió segura en los brazos de su padre, el no era de los que demostraba sus sentimientos.
— Eres mi niñita y haré como si nada hubiera pasado, lo único que tienes que hacer es ir a que te saquen a ese engendro del demonio, no podemos recibir escándalos ahora -Juvia soltó a su padre y dio pasos hacia atrás, todos querían matar a su bebe, todos querían destruirla.
— ¡No, papá, por Dios! ¡Ayúdela!
— Aborta.
— No, Juvia no lo hará.
— Entonces lárgate y cuando vengas arrodillada a pedirme perdón solo recuerda no venir con ese niñito -las puertas del elevador se abrieron y el padre de la chica la metió en el ascensor. Sabía lo que significaba eso, sabía que se había quedado en la cochina calle.
— Noooooo -desesperada comenzó a golpear las puertas y cuando llegó al primer piso trato de subir de nuevo pero el celador la saco del elevador.
— Lo siento señorita, el dueño del apartamento dijo que le quedaba rotundamente prohibido subir.
— Juvia no tiene a donde ir, no los puede dejar en la calle.
— ¿Dejar? ¿Señorita, usted está emba... -Las palabras murieron en su boca, claro que lo estaba, de otra manera su padre no se hubiera atrevido a sacarla. La chica perdida en sus pensamientos salió y camino sin un rumbo fijo, el número del teléfono de su mejor amigo no lo sabía de memoria, todo estaba guardado en el teléfono que le habían acabado de quitar. Él y su primo Jellal estaban fuera del país, ellos no podían ayudarla. — Lucy -gritó con esperanza "Después no vengas llorando a mi casa porque no te ayudare" recordó sus palabras y las lágrimas aparecieron de nuevo aumentando su desesperación.
Después de muchas horas caminando no sabía dónde estaba, trato de saberlo mirando a todas direcciones, estaba perdida, embarazada y en la calle completamente sola. Lloró y lloró muchas horas sentada en un andén, la gente la veía al pasar pero a nadie le importaba lo que pasara con ella.
— ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? -la joven levantó su mirada y se encontró con una color café.
— ¿Que te sucedió? Tranquila confía en mí.
— Juvia está embarazada y su padre la saco de su casa.
— ¡Eso es terrible! ¡Ven levántate! No puedo alojarte en mi casa, el espacio no aguanta pero conozco un lugar donde el arriendo es barato.
— Juvia no tiene dinero, no puede pagar una habitación.
— Te darían lo suficiente por ese reloj y esos pendientes que traes puestos -Juvia cayó en cuenta, eso debería valer una fortuna y podía sobrevivir con eso.
— Soy Cana Alberona.
— Juvia Loxar -sonrió irónicamente — Sólo Juvia, ella ya no es una Loxar.
— Te acompañare a vender eso, tienes suerte de que hoy sea mi día de descanso.
.
.
.
— ¿Cuánto? ¿Quiere verle la cara a Juvia? Eso vale mucho dinero.
— Es lo único que puedo darle señorita, además esto ya esta usado.
— Ya hemos ido a más de cinco compra ventas Juvia, recibe el dinero, es la mejor oferta que te han hecho. Con eso puedes pagar un mes de arriendo y tener para la comida de ese mes. -Juvia vendió sus joyas y se fue con Cana al lugar. No era muy grande pero solo necesitaba un techo para refugiarse.
— El dinero no le durará para siempre, necesita trabajar.
— Necesitan a alguien donde trabajo, creo que te recibirán.
— Gracias Cana-san, usted es un ángel enviado por Dios.
— No tranquila no es nada, yo te entiendo ¿sabes? Yo también tengo un hijo y el padre nos abandonó -la chica desvió su mirada triste al parecer no era la única que pasaba por la misma situación — Pero eso no nos impedirá ser felices, mi hijo es toda mi felicidad y te felicito por tomar la decisión correcta.
.
.
.
— Todo en el mundo se hace con dinero -el Fullbuster cantaba esa cancioncita mientras pasaba por la recepción de su lujoso edificio donde vivía solo. Era un milagro que no trajera a una mujer pero el estado en el que se encontraba significaba que había bebido y mucho.
— ¡Señor! ¡Su padre se llevo su auto con una grúa! -al chico de golpe se le pasó la borrachera, había decidido dejar su auto porque Natsu lo iba a llevar y cuando no lo vio en su lugar asignado casi muere de un infarto. Saco su celular y como alma que lleva el diablo le gritó a su padre como un digno niño rico y mimado.
— Que le hiciste a mi auto?
— Buenos días hijo, si yo estoy bien gracias.
— No estoy para tus putas bromas ahora.
— No es una broma Gray, ya pasó una semana desde que esa muchachita llegó a la empresa y aún no está viviendo contigo o al menos no tengo noticias de ella.
— Ni que no tuviera dinero para coger taxi -el chico colgó y subió a su departamento, "Juvia puede hacerse cargo sola del mocoso, eso fue lo que me dijo" Pensó indignado, ella y el bebé era lo menos importante para él.
Los días pasaron rápidamente y el siguiente golpe lo sintió cuando iba a pagar la cuenta en un bar.
— ¿Como que rebota?
— Si señor, parece que esta tarjeta está bloqueada -La mujer con la que iba a tener sexo esa noche al ver que no tenía dinero se alejó llamándolo pobretón Imbécil. Gray se las arreglo llamando a Natsu y el fue por él pagando la cuenta y llevándolo a su casa.
— Gray, hay algo que debes saber de Juvia -El tono de voz de Natsu era muy serio, pero Gray cegado por la ira y por lo que su padre le había hecho le contestó cortante al peli rosado —¡Me importa una mierda lo que pase con ella o con ese mocoso!
— Gray, ella desapare... -No me interesa saber, por ella estoy metido en este problema y solo espero que Silver caiga en razón y me devuelva mis cosas.
— Un hijo se hace entre dos -fueron las últimas palabras que escuchó antes de bajarse del carro y subir a su apartamento.
— ¡Estúpido Natsu! ¿Cómo se atreve a defenderla? -El chico espicho el switch pero la luz no encendió, estaba desesperado, su padre le haría la vida imposible si no hacía algo pronto. Resistió tres meses hasta que ya no pudo más, necesitaba el dinero y sus lujos de vuelta, "solo tengo que llevarla a vivir conmigo hasta que el error nazca" con el poco dinero que le quedaba cogió un taxi hacia el edificio donde vivía la Loxar, atravesó la recepción y le dijo al celador que lo anunciara.
— ¿A dónde se dirige?
— No recuerdo el número del apartamento, voy a donde Juvia Loxar.
— Ese apartamento está desocupado ahí no vive nadie.
— ¿Cómo? ¿Juvia se trasteó?
— ¿No sabe lo que paso con ella? -Sintió un poco de miedo, todo lo malo cruzó por su mente.
— ¿Que pasó?
— La joven quedó embarazada y su padre la echó de la casa.
-¿¡Que!? ¿cómo que la echó?
— Sí, ese día yo estaba presente, el mismo me dio la orden para que no la dejara subir, la niña estaba desesperada, no dejaba de llorar y le rogaba a su papá que no la dejara sola, ese hombre es un descorazonado. -el chico estaba tratando de asimilar lo que había escuchado, pero era prácticamente imposible.
— ¿A dónde fue? ¿Cuándo pasó eso?
— Eso pasó hace tres meses, la muchacha salió llorando, se quedo un rato viendo en ambas direcciones, me confesó que no tenía a donde ir y después de un rato se fue tomando un camino aleatorio -el chico trago duro, sin ella ya no tendría sus lujos de vuelta, necesitaba encontrarla — No hemos vuelto a saber de ella pero en el edificio se rumorea que murió en la calle -Gray vio preocupado al celador, era todo un chismoso pero ahora sabía que estaba muy lejos de recuperar sus bienes. Saco su celular del bolsillo y llamó al peli rosado "nuestro sistema no registra su pago, por favor intente más tarde" -¡Mierda! -lanzó el celular contra la pared y salió al apartamento de Natsu, vómito después de bajarse del bus, los olores, el calor, la gente de clase media y baja juntándose con él, eso era algo imperdonable y su padre pagaría por eso. EL Dragneel abrió la puerta y Gray cogió al peli rosado de cuello de su camiseta — ¿Por qué mierdas no me dijiste que la habían dejado en la maldita calle?
— Trate de decírtelo ¿recuerdas? Creo que me dijiste que te importaba una mierda lo que le sucediera a Juvia y al bebe, espera no dijiste bebe, dijiste mocoso. El Fullbuster escuchó unos sollozos y se dio cuenta que la rubia estaba en el sofá.
— ¿Dónde está? Eres su amiga,a tienes que saber ¿Dónde está? -Gray atacó a Lucy con sus palabras y ella negó con la cabeza sin pronunciar una sola palabra.
— La he buscado por toda la ciudad, ella no está por ningún lado.
— Después de que su padre la botará como un perro debió haber ido a tu casa, eres su amiga -la chica mordió su labio y comenzó a llorar más fuerte.
— Yo estaba con ella cuando se enteró que estaba embarazada, le dije cosas horribles, ella se defendió, defendió a su bebé, dijo que no iba a abortar y yo le dije que no fuera a mi casa llorando porque no la iba a ayudar ¿Por qué tenía que decir eso? ¿Por qué? -Lucy se tiró al piso y comenzó a llorar halándose sus rubios cabellos. Estaba desesperada y a Natsu le dolía verla de esa manera. —En este momento estaría en mi casa, yo la hubiera apoyado, sólo dije cosas sin pensar.
— ¡Levántate! -Natsu la ayudó a levantarse del suelo a la rubia y la abrazo fuertemente.
— ¿Y si se suicidó y por eso no hemos podido encontrarla? Estaba desesperada, ella no sabe trabajar, siempre fue rica. Debe estar muerta -Su dolor y culpa la estaban matando, la rubia no podría vivir con el cargo de conciencia por lo que le pudiera pasar a Juvia, la debilidad de Gray era ver a una mujer llorar y sabía que todo eso había sido su culpa.
— Ya cálmate, Lucy. La encontraremos -su voz sonó confiada pero no estaba seguro de poder hacerlo, Gray estaba igual de asustado.
— ¿Y si la mafia que prostituye la cogió? Ella solo se había acostado con dos hombres en toda su vida, sufrirá, la van a volver mierda. -"¿Cómo se que en realidad es mi hijo? Eres una perra que se acuesta con el primero que acaba de conocer" recordó lo que le había dicho esa vez y llevó las manos a su boca para cubrir su sorpresa y evitar llorar sus bienes, su dinero, todo estaba desaparaciendo ante sus ojos.
— No digas eso Lucy, cállate -el peli rosado la abrazó más fuerte.
— Su primera relación fue con su novio Rogue y no tuvo a nadie en su vida después de romper con él, yo la presione para que saliera conmigo, yo la presione para que tuviera sexo con este hijo de puta, todo es mi culpa, todo es mi culpa.
— Tomate esto -Natsu le paso una pastilla y ella la trago, se relajó después de unos minutos y se quedo dormida.
— Tiene que estar viva -dijo el peli negro casi en shock, se había dado cuenta de que todo era su culpa, de que ella estaba mal por su error.
— ¿Crees que lo esté? -la pregunta de su mejor amigo le dolió, salió del apartamento desesperado y la busco por todas las calles, le preguntó a todos en la calle por Juvia pero nadie sabía sobre ella, es como si se la hubiera tragado la tierra. Una semana de desesperación paso para todos pero más para el Fullbuster, ya no le importaba el dinero o las fiestas lo único que pasaba por su mente día y noche era encontrarla, pedirle perdón por lo que le había hecho. Se sentía terrible.
Se volvieron a reunir en el hogar de Natsu y todos negaron con la cabeza, Lucy se fue a llorar a la habitación y Gray se iba a ir para su casa cuando Natsu lo agarró de la muñeca y le susurró algo.
— Esta mañana la encontré -el chico abrió los ojos y agarró de los hombros a Natsu para que le dijera dónde estaba. -Está trabajando como mesera en un restaurante. -¿Mesera? -el tono de Gray no tomo por sorpresa a su amigo peli rosado, sabía que Gray en ocasiones era estúpido.
— ¿Crees que el dinero cae del cielo? Obvio tenía que trabajar para ganarse la vida.
— ¿Pero de mesera? Ella es una Loxar, no puede rebajarse a trabajar en ese lugar.
— El apellido es una mierda irrelevante, todos sentimos hambre y si no trabaja no come ¿y qué crees? Si no come su bebe y ella enfermarán. Sólo te doy el día de mañana, en la noche le contaré a Lucy que la encontré así que si no aprovechas mañana ya eres un maldito ridículo.
El corazón del joven latía rápido, no durmió en toda la noche pensando en que cosas diría. Lo más probable era que ella lo rechazara y le dijera que era un maldito Imbécil pero eso era lo que en realidad era. Tenía que hacer algo o tarde o temprano la falta de dinero y lujos lo volverían loco. Espero a que fuera una hora prudente, había dormido en la casa de Natsu, se puso un abrigo para no llamar la atención y cubrió su cabeza con la capucha, le agradeció a Natsu levemente por el dinero que le había dejado encima de la mesa y decidió caminar, jamás en la vida se volvería a subir a un bus o al subterráneo, eso había sido la peor elección de su vida. Camino por más de media hora bajo el sol inclemente y cuando vio el pequeño restaurante donde ahora trabajaba Juvia suspiró, vio en ambas direcciones verificando que no hubiera nadie conocido y entró haciendo sonar la campanilla de la entrada. Se sentó en la última mesa buscándola con la mirada y después de un minuto la vio salir de la cocina cargando unas bandejas con comida. Su corazón se detuvo, no sabía que estaba sintiendo ¿felicidad? ¿alivió? ¿culpa?, lo único que sabía es que se veía hermosa, su cabello estaba atado en dos colitas y ya se le notaba levemente su barriguita, sus mejillas estaban coloreadas de rosado resaltando su perfecta piel blanca.
— ¡Señorita! ¡Esta sopa esta fría! ¡Usted es una inútil! -Un hombre se dirigió a ella con total altanería, la chica termino de servir lo que tenía en sus manos y se dirigió a la mesa del señor.
— Perdón señor pero la cocinera no se debió dar cuenta.
— Se supone que usted debe estar pendiente de esto, no le daré propina por tonta -la chica mordió su labio y dejo que el cliente siguiera hablando, no podría empezar una escena y perder su empleo, mucho trabajo le costó conseguir ese y conociendo a la dueña del lugar por cualquier pelea la despediría.
— ¡Oye no me has atendido niña! -otro cliente enojado se dirigió a ella.
— Juvia se disculpa por hacerlo esperar, solo le pide un poco de paciencia -la chica salió con la sopa a toda la velocidad para la cocina.
— ¿Podría esperarme un segundo? Justo les dio por sentarse en las mesas que le corresponden a ella -una mujer de cabello castaño se dirigió al joven Fullbuster que sentía rabia hacía ese hombre ¿Qué putas se creía para tratarla de esa manera?
— Sí no se preocupe -la jovencita atendió el cliente que era para Juvia para aligerar su carga y la chica devolvió la sopa a su lugar. Tragó duro esperando la reacción del cliente -¡Ya puedes lárgate niña! -la chica asintió y se fue a otra mesa tomando la orden.
— ¿Qué desea ordenar? -la joven de cabellos castaños le preguntó al Fullbuster.
— Una limonada fría
— ¿Algo más?
— No, así está bien -Le pido un poco de paciencia hay muchos clientes y las cocineras están un poco atareadas, igual que nosotras.
— ¿Así es siempre esté lugar?
— No señor, en este momento está desocupado, la hora feliz nos vuelve locas, somos pocas para poder atender todo este lugar.
— Bueno entonces apresúrate -la chica salió de su presencia y él solo podía ver como Juvia corría de un lado a otro, al pararse diagonal a él observo el pequeño bulto en su estomago y algo dentro de él dolió, no entendía porque se sentía mal, ella había decidido esa vida, ella había decidido tenerlo y claramente era culpa de ella.
— ¡Tome acá esta su limonada señor!
— Gracias -Gray volvió a llevar sus ojos grises a peli azul y vio cuando involuntariamente la chica soltaba la bandeja llena de órdenes y se sostenía débilmente de una silla. -¡Mierda! -salió de la boca de la mesera que salió corriendo a ayudarla. Gray se angustió y se levantó para ir detrás de ella pero al levantarse vio a uno de sus amigos del colegio, se sentó y acomodó la capota para que no lo viera.
— ¿Estás bien?
— Sí Cana-san, solo fue un mareo, Juvia no puede controlar eso.
— ¡Estúpida! ¡Incompetente! ¡Sabía que fue un error haber contratado a una embarazada! -la dueña del restaurante se acercó y la haló del brazo violentamente.
— Juvia lo siente Minerva-san, no fue su culpa, por favor no la despida ella necesita el trabajo.
— Eso debiste pensar antes de botar todo al suelo, ¡estúpida!
— No fue la intención de Juvia, ella está embarazada, no se cruel con ella -Cana la defendió abrazándola.
— ¡Tu cállate! ¡Ve a atender a los clientes! ¿Quieres quedarte sin trabajo tu también? -Cana enterró las uñas en sus palmas y siguió atendiendo a los demás.
— ¡Esto será descontado de tu paga tonta! ¡Todo este desastre equivale a un día de trabajo!
— No Minerva-san por favor, Juvia necesita el dinero.
— Pues trabaja entonces sosa y no pienses en irte porque hoy no te voy a pagar porque si lo haces descontare el día de mañana también -La joven de cabellos azules aguantó las lágrimas y se levantó, necesitaba agua pero si servía un vaso se lo cobrarían y ahora como no recibiría el dinero de ese día solo significaba una cosa "no comería ese día" no podía descontar el dinero del arriendo del pequeño apartamento. Gray trago duro, ni siquiera pudo defenderla, su orgullo gano esa vez y no tenía dinero maldita sea, maldijo mentalmente a su padre, salió del lugar pues si seguía viendo eso sería capaz de cachetear a esa mujer por tratarla de esa manera. Espero que ella saliera a una distancia prudente, arrancaba el pasto de donde estaba sentado y al mirar su reloj Rolex que costaba una fortuna vio que eran las ocho de la noche.
— ¿A qué horas sale? ¿Qué no madruga para llegar a ese lugar? -Después de un rato vio como se abría la puerta y salían dos jóvenes. La peli castaña abrazó a la chica despidiéndose de ella y también del bebe, sobo suavemente su barriguita y cogieron caminos distintos. Gray se levantó de su lugar y siguió por un rato a Juvia. Giró por una calle peligrosa y bajo las escaleras para entrar al subterráneo, Juvia pasó la tarjeta para que la máquina le diera paso, el muchacho saltó las registradoras y caminó detrás de ella sin que se diera cuenta.
— ¿Qué mierdas espera? -susurró desesperado, ya había estado de pie en el mismo lugar por más de media hora, perdiendo más de seis trenes. Golpeó la pared, no tenía el valor para acercársele, todo el día fue igual, era un cobarde por no poder hablar con ella y él lo sabía. Al darse vuelta vio que una mujer se le había acercado a la joven.
— No has logrado subirte en ninguno ¿no es así? -Juvia vio a la mujer sorprendida y le habló con agrado. Gray escuchaba perfectamente lo que decía aunque había mucha gente en la estación.
— Sí, Juvia tiene que tener cuidado porque pueden hacerle daño a su bebé -la jovencita llevó sus manos a su estomago tiernamente.
— Te entiendo perfectamente, todos son unos animales al entrar al transporte, hace cinco años estaba embarazada de mi niña más pequeña y un hombre me dijo "¿quién te manda tirar con un hombre que no tiene carro?"-Juvia la vio sorprendida tratando de encontrar veracidad en sus palabras y la mujer de tierna mirada le sonrió. — La verdad no tenía carro pero ellos no tenían el derecho de hablarme de esa manera. -Juvia se rió, era lo mejor que le había pasado en ese día tan terrible.
— Pues Juvia tiró con un irresponsable -Confesó la pequeña ahogando su frustración en esa frase, Gray se tensó al escuchar esas palabras, pudo sentir dolor en ellas y supo en ese instante que era el peor hombre sobre la tierra, no eso no podía considerarse un hombre, era la peor escoria que pudo haberse relacionado con alguien que no merecía tal trato.
— ¿Sabes? Puede que estés pasando por un mal momento ahora y que toda la tierra y el universo hayan conspirado contra ti para que todo te salga terrible pero verás que todo te saldrá bien y te reirás de esta situación en un futuro -la mujer con tan solo ver los ojos azules de la chica pudo identificar por todo lo que estaba pasando.
— Juvia lo sabe -Se quebró en ese instante y las lágrimas comenzaron a salir de sus mejillas, dejo que una extraña la abrazará pero eso era lo que necesitaba desesperadamente, un abrazó y sentir que alguien la apoyaba, ya no resistía lo que le pasaba, sentía que no podía seguir, sus fuerzas eran nulas.
— Todos le dieron la espalda a Juvia -su llanto aumentó, estaba desconsolada, todo ese tiempo trato de hacerse la fuerte pero ese delgado hilo se rompió, no le gustaba que los demás supieran por lo que estaba pasando pero fue involuntario, estaba sola, era como un lobo que habían alejado de su manada, estaba completamente sola y eso la iba a matar.
— Le dieron la espalda cuando más los necesitaba -y ahí estaba llorando como una niña atacada entre los brazos de esa mujer, sus sollozos no cesaban y parecía que en ese momento estaba descargando todo el dolor que había ocultado durante tres meses.
— ¡Tranquila! ¡Llora, aquí estoy! Desahógate princesa -Gray tenía un nudo en su garganta, jamás pensó en alguien que no fuera él mismo. Le había hecho mucho daño a esa joven, nadie por el peor error que cometiera se merecía eso, quería ir detrás de ella. Quería ser él quien la abrazará y le dijera que todo estaba bien.
— Ella...ella solo quería afrontar lo que hizo, quería tener a su bebe ¿Es malo eso? -La pregunta hizo que se le partiera el corazón a la dama y a Gray.
— Claro que no princesa, tomaste la decisión correcta y eres toda una guerrera por afrontar esto sola, lo decidiste y aunque no es el camino más fácil veras que todo lo que haces será recompensado.
— Todos querían matar a su bebe, hasta su padre, Juvia lo ama, es lo único que tiene. Es lo único que le queda -Llevó de nuevo las manos a su estomago y las movió acariciando suavemente su pequeña pancita.
— Los hijos son una verdadera bendición -de repente, la chica intento caerse pero la mujer la agarró fuerte evitando que llegara al suelo.
— ¿Comiste hoy? -la chica en medio del llanto trato de pronunciar palabra — Verá, paso algo en el trabajo hoy y ella no recibió su paga y — ¡Por Dios niña estas embarazada! ¡No puedes dejar de comer! ¡Debiste haberle dicho a alguien!
— A Juvia ya le da pena con Cana-san, ella ya ha hecho muchas cosas por Juvia y su bebé y no tiene a nadie más.
— Pues entonces te invitaré a comer algo.
— No, a Juvia le da pena, usted ni siquiera la conoce.
— No digas nada más o me enojare. -Juvia se calló, su gruñido en su estomago le demandaba comer algo. Asintió y esperaron que un tren viniera.
— ¿Qué es? ¿Niña o niño?
— Juvia no lo sabe.
— ¿No has ido a un medico a que te revise? Tienes que tener un control para que al momento del parto todo salga bien.
— Juvia no tiene dinero para un medico -La mujer suspiró pesadamente.
— ¡Juvia! -la chica no quería voltear, reconocía perfectamente esa voz. "Gray" pensó con su corazón en la mano.
Hermosuras hasta acá capitulo, mándenme sexys reviews con sus opiniones. Los quiero y espero que les haya gustado el fic. Les mando un abrazo psicológico y actualizare tan pronto como me sea posible, verán me turno con cada historia y si se preguntan porque no he actualizado lo siento pero sobreviviré es que me da nostalgia acabarlo.
Bueno los quiero y ámenme con sus reviews.
Byeee!
