Sakura despierta en la habitación de un hospital, no recuerda como llegó allá, ni el por que está ahí, justo al frente un hombre que dice ser su esposo, pero siasí fuera lo recordaría, de su mente desaparecieron los recuerdos, y Shaoran hará todo para que los recupere¿será así? Descubrelo en está historia llena de amor, de esperanza y recuerdos...

No Me Olvides

Capítulo No. 1

Sin recuerdos

El cansancio se encontraba sobre sus parpados, no podía mantener los ojos abiertos por tanto tiempo, el sueño ya se asomaba sigilosamente hacia su presa, esperando el momento oportuno para atraparla, sin embargo no era prudente dormir en ese momento, se encontraba frente al volante, conduciendo su auto toyota de color azul del año noventa y ocho, a 80 kilómetros por hora. Aquel fin de semana Sakura Kinomoto una joven de treinta años, de mediana estatura, sus ojos denotaban un brillo de esperanza, principalmente en aquellos momentos difíciles. Había estudiado Administración de Empresas en la universidad de Tokio y al finalizar no tuvo tantas dificultades para encontrar un buen trabajo, ahora era Directora Ejecutiva en la empresa Kioshi, la cual pertenecía a Takashi Yamazaki. Aquel fin de semana de mayo tuvo que asistir a una junta realizada en Kyoto, ya que Yamazaki se encontraba en un viaje de negocios en Inglaterra desde hace una semana, y Sakura fue en representación de él para poder cerrar un nuevo ciclo que había empezado para la empresa, la cual contribuía con la expansión de ésta por todo el Japón, China y Taiwán.

La reunión había sido todo un éxito y para celebrarlo decidieron realizar una cena, no pensaba permanecer toda la noche allá, ya que debía regresar temprano a casa, pero las conversaciones y la bebida, aunque no acostumbraba a beber; la mantuvieron aferrada en su silla hasta las cuatro de la madrugada, regresó al hotel en el que se hospedaba, y al entrar en la habitación se desplomó en su cama sin quitarse la ropa, a la mañana siguiente su cabeza era un volcán en erupción, había pasado su peor noche, aún necesitaba dormir, pero debía regresar a casa antes del atardecer, así se lo había prometido a Kiba, su hijo de seis años, que exactamente los cumplía ese día, un pequeño moreno de ojos cafés, los había heredado de su padre Lin Shaoran. Llevaban aquella vida de matrimonio hacía siete años, eran felices y su felicidad aumentó con la llegada de Kiba. Debía aumentar la velocidad si quería llegar a tiempo a casa, pero la lluvia y las violentas ráfagas del viento eran culpables de ir cada vez más lento.

No podía vislumbrar bien el paisaje, y sus ojos estaban muy cansados como para seguir observando como vienen y van los autos, poco a poco fue perdiendo la batalla, solo los cerraría un instante, ni siquiera se completaría un segundo, pero en un segundo pasan muchas cosas…

"Una ambulancia, se necesita una ambulancia en la autopista de Higurishi, una mujer que iba conduciendo un auto toyota de color azul chocó con un camión de recarga, el auto quedó destrozado por la parte delantera, los rescatistas aún no la han podido sacar…está inconsciente, y tiene el rostro magullado y sangra demasiado…"

Los médicos la llevaron de inmediato al quirófano, el golpe en la cabeza le había provocado una hemorragia, debían detenerla, o sería demasiado tarde, y aparte de eso se había fracturado el brazo derecho. Aún estaba inconsciente cuando la introdujeron en el quirófano.

-Papá-decía un pequeño moreno con tono triste-es muy tarde y mamá no regresa…

Comenzó a quitar las velas del pastel imaginando que su madre había olvidado la promesa del meñique que habían hecho antes de su partida.

-No Kiba, tu madre debe estar al llegar, solo tienes que ser paciente, hablaste con ella en la mañana y confirmó que vendría hoy y así lo hará, pon las velas en el pastel-Shaoran caminó a su habitación, ignoraba la razón del porque tardaba tanto, ya estaba anocheciendo y le preocupaba, porque Sakura no esta acostumbrada a manejar de noche, además escuchó que no estaba haciendo un buen tiempo en Kyoto, marcó varias veces al celular, pero solo respondía una voz diciendo "Este número no está disponible, marque más tarde", sin embargo cada vez era más tarde y un dolor en su pecho no dejaba de intuirle de que las cosas no marchaban a la perfección.

Se sentó a orillas de la cama y respiró hondamente, tratando de sacar de su cabeza cualquier pensamiento no agradable para su mente, en ese momento el ruido del teléfono le dio un vuelco a su corazón, se acercó al objeto que no dejaba de sonar como si intentara avisarle que es urgente, al extender la mano se dio cuenta que temblaba y no era lo único que temblaba de su cuerpo, más bien todo su cuerpo se hallaba en un estrépito movimiento. Escuchó cada palabra, algunas cosas le fueron incomprensibles porque hablaban en términos científicos como lo suelen hacer los médicos, para no pudieran entender con exactitud lo que pasa, se le hizo un nudo en la garganta, quería preguntar algo, pero no le salía la voz, su corazón palpitaba más deprisa y el dolor en el pecho se había extendido por toda su alma. Al colgar marcó el número telefónico de su cuñado, no podía articular bien las palabras, y le resulto arduo repetir las palabras de quien lo había llamado, un fulano de apellido Kirashima del hospital central de Kyoto, al terminar respiró profundo varias veces y con voz cansada llamó a su hijo Kiba.

-¿Fue mamá quien llamó?-pregunto el niño esperanzado.

-Escucha, tu tío Touya vendrá a buscarte en unos minutos, partirás el bizcocho con él y tus primos…

-Pero… ¿por qué?-decía el niño mientras pequeñas gotas de llanto inundaban sus mejillas rosadas.-Mamá no viene y tu no quieres estar conmigo.

-Mamá está enferma y yo voy a ir a cuidar de ella en el hospital, no puedes ir conmigo porque puedes contagiarte y mamá no quiere que suceda eso.

El rostro de Kiba se entristeció al saber las razones del por que su madre tardaba tanto en llegar, protestó varias veces porque Shaoran no le permitía acompañarlo, después de mostrar cierta contraria Kiba aceptó, y juntos esperaron en la sala a que Touya fuera a buscarlo, mientras que la angustia lo hacía pedazos por dentro.

-¿Podrás manejar en estas circunstancias, no será mejor que vayas en tren?-preguntaba Touya al cabo que el niño fue en busca de algunas cosas porque se quedaría a dormir en casa de su tío.

-No quiero perder más tiempo-comentó Shaoran.

-Estás nervioso, no creo que sea…

-Estaré bien-le interrumpió, cuando Kiba regresó a la sala le entregó a su padre un oso de felpa, aturdido le pregunta a su hijo que para qué es.

-Dáselo a mamá, ella siempre lo acuesta a mi lado cuando tengo fiebre, así ella se pondrá mejor.-Se inclinó y beso la frente de Kiba, luego lo abrazó con ternura, quería llorar, pero no era oportuno.

-Feliz cumpleaños, te llamaré cuando este en el hospital ¿de acuerdo?-su hijo afirmó con un leve movimiento de la cabeza, esté le dio unas palmaditas en el hombro y sonrió, diciéndole en susurro "Todo estará bien".

Ambos autos salieron al mismo tiempo hacía destinos diferentes. Condujo por dos horas hasta llegar al hospital, se dirigió precipitadamente a una enfermera preguntando por el doctor Kirashima, ella le dijo que espera, que lo traería en un momento.

-Señor Lin, soy el doctor Kirashima-un hombre de edad madura, ya con los cabellos totalmente blancos y unas cuantas arrugas en el rostro le estrechaba la mano-el estado de su esposa es delicado, recibió un fuerte golpe en la cabeza, pudimos detener la hemorragia, después de la operación se le hizo una radiografía, los resultados no están listos, desde que los tenga le comunicaré los resultados, ahora mismo está en terapia intensiva…

-¿Puedo verla?

-Si, aún no ha despertado, no trate de despertarla lo hará en su debido tiempo.

-Gracias doctor.

El doctor Kirashima lo dirigió a la habitación en la que se encontraba Sakura. La habitación era demasiado triste, como lo son todas las habitaciones de los hospitales, las cortinas de la ventana eran cremas y todo lo demás allí era blanco, demasiado pálido para su Sakura. Verla en la cama con todos esos aparatos a su alrededor, con algunos golpes en el rostro y un vendaje en la cabeza y con un yeso en el brazo, le producía dolor, un dolor que no soportaba, le exclamaba con urgencia sacarlo, liberarse de él, se acercó lentamente, acarició su mejilla con cuidado tratando de no hacerle daño, se sentó en una silla al lado de la cama, tomó entre sus manos la delicada mano, que se encontraba en perfecto estado, de Sakura, besó uno a uno sus dedos, y sin poder soportarlo, sin poder cargar con aquel sufrimiento que le devoraba el alma, lloró largamente, sus lagrimas mojaban los dedos de Sakura, sentía tanto miedo de perderla, no podría sobrellevar una vida sin ella, no sabría como.

Salió por un momento de la habitación, entró en el baño de hombres y lavó su rostro, se observó en el espejo, sus ojos cafés estaban hinchados de tanto llorar, su cabello algo despeinado, solo le llevaba dos años a su esposa y aquella noche parecía que tenía diez años más encima, el estrés y la angustia eran los causantes. Tenía los hombros anchos, su cuerpo no era atlético pero estaba en buena forma. Recordó llamar a su hijo, le comunicó que su madre estaba bien, que no podía hablar porque ya se había dormido, aunque a su cuñado le contó la verdadera situación. Volvió a la habitación y tomó de la silla el oso de felpa que Kiba le había entregado y lo colocó en el pecho de Sakura poniendo su brazo izquierdo encima del oso para evitar que cayera, aunque ella no tenía tanta fuerza en el brazo. Shaoran dejó caer su pesado cuerpo en la silla, decidió dormir un poco, así la espera no sería tan larga, porque solo le quedaba esperar.

Los rayos del alba entraron sin permiso por la ventana iluminando la habitación y provocando cierta molestia en sus ojos, movió los hombros intentando desaparecer el dolor de su cuerpo, había estado muy incomodo toda la noche. Una enfermera acaba de entrar para hacer una revisión, cuando terminó se marcho de inmediato. Sakura seguía dormida, el peluche se había caído al suelo, lo recogió y lo dejó a orilla de la cama. Al mirar su reloj se dio cuenta que eran apenas las seis y media de la mañana, decidió buscar un bulto que había dejado en el auto donde tenía su cepillo de dientes y ropa extra. Tomó una ducha en el baño de la habitación en que se encontraba Sakura, en la noche no se había percatado de esté. Al cabo de un rato fue a la cafetería y ordenó un café, detestaba la comida de hospital. Cuando regresó Sakura estaba despierta, sintió un alivio en su interior y sonrió de felicidad.

-Sakura…me has devuelto la vida-decía mientras se acercaba. Sakura estaba atontada, miraba de un lugar a otro, no sabía donde estaba. Sintió el vendaje al pasar su mano en la cabeza.

-¿Qué pasó?-preguntó casi sin habla, tenía la garganta seca.

-Tuviste un accidente, chocaste con un camión cuando regresabas a casa.

-¿A casa?

-Oh Sakura, me alegra tanto que ya despertaras, la angustia me estaba mantando-tomó su mano para acariciarla, pero ella se soltó rápidamente.

-No me toque, no lo conozco, y ¿por qué me llama Sakura?

-¿Qué estas diciendo? Sakura, soy yo Shaoran, por favor mírame-intentó tomar su mano nuevamente pero ella lo evitó.

-¡Salga!-gritaba Sakura.

En ese preciso momento el doctor Kirashima entro a la habitación.

-Señor Lin es mejor que venga conmigo, tengo los resultados de la radiografía.

-Ella no me recuerda-dijo como si significara que todo en la vida no tuviera un sentido lógico de ser.

-Sobre eso se trata, llamaré una enfermera para que la tranquilice.

Salieron de la habitación al instante que la enfermera llegó, llegaron al consultorio del doctor, una vez allí el doctor extrajo de una gaveta del escritorio unos papeles.

-Tengo una mala noticia, su esposa presenta, como pudo presenciarlo, perdida de memoria, esto puedo ser temporal o para siempre, el golpe en la cabeza afectó una zona del cerebro llamado….

Ya estaba cansado de tantas explicaciones con términos científicos, ya escuchó lo peor, no le importaba el nombre de la zona donde se golpeó o aquellos tejidos que mencionó. Su esposa, la mujer que amaba no lo recordaba, era un extraño ante ella, como también lo sería su hijo, su familia y amigos, nuevamente corrió por sus mejillas lágrimas, y el doctor al ver como sufría dejo de hablar, se acercó a él y dándole unas palmadas en el hombre le dijo:

-Lo mejor es que lleve las cosas al paso, háblele sobre algunos recuerdos importantes, muéstrele fotografías, pero no la esfuerce a recordar ella lo hará a su tiempo. Ahora vaya, este un rato con ella. Mañana temprano le daré de alta.

Al entrar a la habitación la enfermera aún estaba ahí, al percatarse de su presencia se acercó a él y le dijo que le había comunicado a su esposa el problema que tenía, que el doctor le había pedido que lo hiciera, y después los dejo solo.

Sakura no lo miraba, no quería hacerlo, no sabía como hablarle que decirle. Y era más incomodo porque aquel sujeto no se movía de donde estaba, solo la observaba. Shaoran decidió romper el silencio.

-Mañana te darán de alta y regresaremos a casa.

-¿Dónde está tu casa?-pregunto con timidez.

-Nuestra casa está en Tokio y nuestro hijo también.

-¿HIJO?-se sobresaltó Sakura.- ¿tengo un hijo?

-Es mejor que empecemos desde el principio.-Shaoran abrió la puerta y salió, Sakura no entendía su comportamiento, como a los cinco segundo entró.

-Hola-saludó con una suave sonrisa.

-Hola-respondió ella.

-Soy Lin Shaoran y tu eres Sakura Kinomoto, bueno ahora eres Lin, porque estamos casados desde hace siete años, tenemos un hijo que se llama Kiba, ayer fue su sexto cumpleaños…

-Espera, llévame al paso, me es difícil, aunque trato no recuerdo.-una gotas de cristal se deslizaron hasta llegar a su boca, Shaoran limpió sus lagrimas cuidadosamente, Sakura se estremeció al sentir como la acariciaba, no podía creer que no recordara aquel hombre de imponente presencia, lo miró por primera vez a los ojos, y se dejó hundir en ellos, tenía miedo, pero de cierta forma aquella mirada la reconfortaba. Shaoran acarició con sus dedos los carnosos labios de Sakura. "¿Me irá a besar? Tan pronto…pero yo¿qué hago, pues nada es tu esposo, aunque no lo recuerde" Se mordió el labio inferior y un extraño nerviosismo la invadió. Shaoran se limitó a sonreír, esa sonrisa ya comenzaba a cautivarla, entonces dijo:

-Ahora tendré que enamorarte de nuevo. Llamaré a tu hermano, por cierto tienes un hermano, se llama Touya; así él se comunicará con tu padre para contarle la situación.

-¿Y a mi madre?

Las facciones de Shaoran se volvieron serias, tomo la mano de Sakura y esta vez ella no puso objeción.

-Tu madre murió cuando tenías tres años, por las cosas que me has contado era una mujer esplendida y hermosa, era un poco diferente a ti, ella no era una chica muy activa ni le agradaban los deportes, en cambio tú siempre practicabas alguno y estabas presente en cualquier competencia. Considero que estas cosas las hables con tu hermano o tu padre, son mejores para contarlo.

Sakura no sabía si debía llorar por lo que había acabado de escuchar, pero no sentía nada, no recordaba aquella mujer ni siquiera sabía su nombre. Sin embargo lloró, por no recordar nada, por no tener ningún recuerdo en su mente, esto sería muy difícil, volver a una vida que no recuerda haber tenido. Shaoran tomó asiento a su lado, aunque la cama era muy pequeña, la abrazó y dejo que llorara en su hombro, sabiendo que él no era el único que sufría por esto, pero estaba seguro que saldrían de esta, el haría que recordara, y sino ocurría estaba dispuesto a volver enamorarla, la haría volver hacia él, no quería perderla, su alma quedaría en penumbras si así fuera.

Continuará…….

Nota de la autora: Recuerden siempre enviar sus reviews que son los que me animaran a segui la historia.