- El demonio ante mis ojos.

¿Vas a matarme, Sesshoumaru? dijo con un hilo de voz que poco a poco se asfixiaba. ¡No entiendo tu odio irracional... las garras del demonio soltaron el cuello del híbrido, impidiendo terminar la frase, éste cayó nuevamente al suelo. Antes de que pudiera recobrar el aliento el demonio aplasta nuevamente su tráquea con sus garras.

¡Detente! grita una voz femenina, conocida para ambos. Se mantuvo un silencio por unos segundos en los que la antiquísima construcción de madera podrida vibró poseída por el viento.

"Detente Sesshoumaru..." dijo al mismo tiempo que estiraba la cuerda del arco que apuntaba directo al demonio. A esta distancia no fallaré, te lo aseguro!

- El Infierno en sus ojos.

El demonio ahora miró a su nueva presa, sus ojos centellearon como si se tratase de un metal al rojo vivo. Inuyasha se encontraba inconsciente. Sesshoumaru finalmente aflojó sus garras. No me subestimes tanto, crees que podrás acabarme con una sola flecha? gruñó el príncipe demonio.

¡No me obligues, Sesshoumaru! gruñó la chica con firmeza a pesar de que sus manos temblaban por la adrenalina desencadenada.

En un pestaneo el demonio estaba tan cerca que sus cuerpos se tocaron, Kagome retrocedió los únicos dos pasos que quedaban entre la pared y el demonio y la flecha se disparó contra el pecho del ser de cabellos plateados, Kagome vió horrorizada como su semblante seguía exactamente igual, pareció no inmutarse.

Y ahora qué harás...? Sesshoumaru sonrió a pesar de que la flecha seguía dentro de él y lo lastimaba, no lo suficiente para que su orgullo se doblara. Apresó más a Kagome, eliminando los únicos dos pasos que separaban sus cuerpos y apoyó su brazo ruidósamente contra la pared de madera, casi derrumbándola. Kagome cerró los ojos y abrazó con fuerza el arco contra su pecho, el objeto se le hacía totalmente inútil pero necesitaba clavar sus uñas en algo para no golpear en la cara al hermano de Inuyasha. La lengua de Sesshoumaru se deslizó rápidamente por la mejilla derecha de ella.

Abrió los ojos con gesto de alteración. Los de él la observaban con detenimiento. Eres insolente, sabías que me costará quitarme esto (refiriéndose a la flecha) su respiración y el aliento caliente pegaban en el rostro de Kagome, quién de un moviemiento rápido puso las manos sobre la flecha y jaló. La sangre caliente y venenosa bajó por sus manos, nuevamente tenía la flecha la cual apoyó contra la garganta de Sesshoumaru.

- Lo que te da más miedo.

¿Tienes miedo? dijo con un susurró frío al oído de Kagome.

¿Por qué lo tendría? ¡Tú deberías estar preocupado, Sesshoumaru! advirtió con tono de cansancio la joven de cabellos azabaches.

Con lentitud el demonio movió su mano hasta donde se posaban las de ella, ella con impotencia observó toda acción pero se sentía paralizada.

La flecha cae al suelo.

Sus mejillas se fusionan la una con la otra, sus labios quedan frente al oído del otro, y parecía ser alguna especie de abrazo a pesar de que sus brazos no se buscaban.

¿No te doy miedo, humana?... dijo con otro susurro. ¿No te aterra pensar en lo que un ser como yo podría hacerte!?

La crueldad más extrema cruzó por la mente de Kagome que sentía que sus pensamientos se debilitaban poco a poco. Sintió que su cuerpo temblaba y no sabía si era exactamente por el frío invernal de ese lugar o los escalofriantes susurros de Sesshoumaru.

Sesshoumaru se deleitaba sintiendo el cuerpo frágil de la humana contra él, temblando, emanando aquel perfume embriagante propio de mujer joven, casi podía sentir su odio, su sangre tóxica impregnándose en sus ropas. Le resultaba simplemente exitante.

- Un profundo abismo.

A su vez su cuerpo lo contradecía: su expresión estaba doblada y su cuerpo se había debilitado por la pérdida de sangre de una herida que no tenía intención de cerrar, su mente le estaba jugando una broma! se estaba acercando peligrosamente seductor a una hembra -humana- y no le causaba repugnancia como solía pasar. Para completarle Inuyasha empezaba a recuperar la conciencia.

Sacudió ligeramente su cabeza y entrecerró los ojos al tiempo que retrocedió. Kagome lo seguía con la mirada extrañada.

Aún no has respondido! dijo el demonio sonriendo con expresión calma mientras desaparecía en la espesa obscuridad elevado por su estola. Esperaré tu respuesta...

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Alabado sea el santísimo café y los fics lemon :)