Los personajes de Fairy Tail son de Hiro Mashima. ¡Hola! Está es una adaptación de uno de mis mangas preferidos, espero que lo disfruten (solo que con los personajes de Fairy Tail xD).


Su confesión

¡Los odio! ¡Les temo! ¡Los aborrezco!

Una pareja, el muchacho de pelo rosa, bufanda a rayas y la piel bronceada acercaba temerosamente la mano hacia la cara de una muchacha de su misma edad, rubia de ojos cafés grandes y llenos de tristeza. La muchacha no se movió de su sitio, mientras esperaba a que el joven delante de ella hiciera su movimiento. El muchacho peli rosa movía temblorosamente su mano… tratando de acariciarle la cara…

Cuando de hombres se trata…

Una muchacha albina, de ojos azules y sonrisa juguetona se acercó a un muchacho de pelo rosa y bufanda a rayas. La muchacha albina le guiñó un ojo y sonrió de manera infantil.

── ¡Dragnel-kun! ¡Vayamos de nuevo al karaoke!── canturreó la albina sin dejar de sonreír y guiñar el ojo de manera coqueta.

Natsu la ignoró y siguió mirando al frente. Una muchacha de pelo rojo escarlata se paró de inmediato al escuchar lo que la albina le había dicho a Natsu. Una vena de ira se formó en su frente. Se giró hacia Natsu y lo apuntó con su poderoso dedo acusador.

── ¡Natsu! ¡Hoy no te salvas de hacer la limpieza!── gritó, frunciendo el ceño y mirándolo altivamente. Natsu reprimió un suspiro de cansancio. A veces las dos chicas llegaban a enfadarlo de maneras inimaginables. Hizo un saludo militar.

──Entendido, Lisanna, Erza── dijo mientras fingía la mejor de las sonrisas inocentes que podía. Las chicas sonrieron complacidas ante la sonrisa "al estilo chibi" de Natsu.

──Muy bien── asintió Erza, dándole a entender a Natsu que no podría quitarse a la peli roja de encima. Ni aunque corriera hasta el fin del mundo.

Lisanna solo sonrió y asintió, Natsu no quitó la sonrisa falsa hasta que ambas chicas se hubieran perdido de vista.

Gray Fullbuster, el mejor amigo de Natsu, que observaba con interés la pequeña escena se acercó a Natsu, quién, al fin soltaba el aire de golpe.

── Y bien Natsu ¿quién te gusta más? ¿Lisanna la más linda pero chillona, o Erza la dura y mandona?── le preguntó Gray mientras se sentaba al lado de su amigo, Natsu por el contrario se llevó un dedo a la sien, pensándolo un poco.

──Ninguna── soltó sin inmutarse, sonriendo de nuevo "al estilo tierno" y negando con el dedo. Gray tuvo que agarrarse de la butaca para no caerse hacia atrás de la impresión. Abrió la boca casi hasta el suelo y los ojos grandes como caricatura.

── ¡¿QUÉ?! ¡¿ACASO TODAS TE DAN IGUAL?!──chilló señalando a Natsu, Natsu resistió el impulso de rodar los ojos ante las payasadas de su amigo. Recargó su barbilla en su mano y miró atentamente a Gray.

──No, la única de la que pasaría totalmente sería Lucy Heartfilia.── diciendo esto, ambos muchachos se giraron para ver a la mencionada, Lucy se encontraba leyendo un libro, recargada en una de las ventanas del salón. La ventana estaba abierta y la brisa le revolvía varios mechones rubios. Gray sonrió casi imperceptiblemente al ver aquello. Gray pensaba que de verdad era muy guapa.

── ¿No se te hace linda?── le preguntó Gray sonriendo un poco, de nuevo, giró su vista hacia la muchacha rubia. Que parecía inmersa en su libro.

── No me gustan mucho las raras──le dijo secamente Natsu mirando a la muchacha rubia con seriedad. Al ver la duda en la cara de Gray, Natsu prosiguió a explicarse.

──La otra vez, quise tocarle el cabello para ver si se ilusionaba o algo así. Cuando apenas la iba a tocar, me miró aterrada y salió corriendo.

Gray asintió, comprendiendo la situación.

──Ah, ya. Como si estuviera loca── afirmó Gray, estirándose en el pupitre. Natsu asintió con énfasis.

──No te sientas ofendido, pero eso hace con todos los demás.── dijo Gray── A veces pienso que de verdad está loca.

Natsu abrió la boca para decir algo más, pero fue interrumpido por el profesor de matemáticas. Que ordenó que tomaran su asiento. La clase fue normal, sin nada nuevo. Solo ecuaciones, letras y números grandes. A Natsu le aburrían las matemáticas. Miró de soslayo a su compañera rubia, sentada en el otro extremo del salón. No parecía tan loca como Gray lo afirmaba. Pero ¿de verdad se asustaba con todos y no solo con él?

El profesor empezó a llamar a los alumnos para que pasaran al frente.

──Heartfilia, por favor pasa y resuelve el problema número cuatro.

La aludida se levantó como una autómata de su asiento y paso al frente, resolvió el problema sin casi despegar la mano de la pizarra. Cuando terminó el profesor se acercó para corregirle un signo mal. Ella retrocedió como si se hubiera electrocutado.

Ya veo, pensó Natsu mirando sin interés la reacción de su compañera. La clase terminó y el profesor pidió que le ayudaran a llevar las tareas a la sala de maestros.

──Olvídalo, yo no voy── dijo Lisanna ante la muda pregunta de Erza. Sin que nadie se dignara a pararse y llevar unas tristes hojas. Lucy de nuevo se levantó y sin decir palabra, tomó las hojas. Haciendo malabares, caminaba con dificultad. Natsu se levantó y se acercó a la chica. Le extendió la mano.

──Dámelas a mí── le dijo acercándose con la mano extendida, Lucy de nuevo retrocedió asustada. Tirando unas cuantas hojas. Lucy había retrocedido con fuerza que casi tropezaba con sus pies, pero Natsu la tomó de la mano y la recargó en la pared. Acorralándola contra su cuerpo. Natsu observó la mirada asustada de Lucy.

Fue solo un momento, pero podía ver que me temía. Como si yo le fuese a hacer algo malo.

Lucy escondió la barbilla entre las hojas, con la cara roja de la pena.

──Lo…siento── susurró tan bajo que solo Natsu pudo escucharla. Bufando con fastidio, Natsu recogió las hojas que estaban tiradas por el suelo y se las tendió a Lucy. La muchacha las tomó temerosa.

──Llévatelas tu sola entonces. No me fastidies── le dijo sin siquiera mirarla y dejándola atrás. Salió del salón y enseguida Gray se le acercó.

── ¡Vaya! No salió corriendo, eso es un avance. A pesar de que está loca, es muy mona cuando se asusta.

Natsu chistó la lengua sin darle importancia.

──Como sea, no me interesa.── fue lo último que dijo y Gray supo que Natsu no volvería a tocar el tema.

No me agrada esta ciudad, aunque de ciudad no tiene nada. Solo es un pueblito comparado con las otras ciudades. Mi madre murió hace tiempo, mi hermana se fue de la casa y no hemos sabido de ella desde hace tiempo. Solo quedamos mi padre y yo. Y es algo que no me agrada tanto…

Los camarones se freían en la sartén, la cebolla era picada y el ramen y la sopa miso eran servidos. Una mano con un plato humeante se asomó por la pequeña ventanilla que daba al restaurante.

── ¡El menú B está listo!── gritó Natsu dándole a Igneel el plato con camarones fritos, col y arroz. Igneel tomó el plato y lo puso entre las demás órdenes. Igneel entregó la orden a una pareja de ancianos.

── ¡Qué bien Igneel-san! ¡Veo que Natsu se vuelto un buen hombre!── dijo la rechoncha y sonriente ancianita. Igneel sonrió.

── ¿A que sí? Ya debería de pensar en hacerme abuelo y heredar el restaurante── bromeó Igneel entregando las demás órdenes. En la ventanita la cara de Natsu se asomó con una expresión de enfado y un aura de peligro lo rodeaba.

── ¡¿Pero qué dices, anciano senil?!── gritó Natsu poniendo caras raras de enfado, Igneel solo río ante la rabieta de su hijo.

La señora rechoncha rio, acompañando a Igneel. Entonces sus pequeños ojos se volvieron soñadores y sus regordetas mejillas se sonrojaron.

── ¿Te basta conmigo, Natsu-kun?── preguntó la señora, sosteniéndose una de sus rosadas mejillas con aire soñador. Natsu frunció el ceño.

── Usted ya tiene marido Señora Akira── le dijo el muchacho mientras salía de la cocina y llevaba una bandeja con comida. La madre de Erza dijo a su vez.

── ¿Qué te parece mi hija, Natsu-san?── ante la pregunta, Igneel asintió efusivamente. Natsu gruñó entre dientes.

── ¡DEJEN DE BUSCARME NOVIA!── gritó Natsu, rojo como el tomate mientras terminaba de repartir la comida. Natsu miró a Igneel con seriedad.

── No vuelvas a insinuar que me quede con la tienda. Sabes que lo detesto── le gruñó, Igneel borró la sonrisa de la cara y a su vez miró con seriedad a su hijo.

── ¿Por qué no te vuelves a casar, papá?── le preguntó con la misma seriedad, Igneel empezaba a fruncir el ceño, cuando sonrió de forma bobalicona.

──Es que… es que…── dijo jugando con sus dedos y sonrojándose. A Natsu le dio un tic en el ojo.

── ¡Deja de comportarte como un niño!── gritó Natsu. Le sacaba de quicio el comportamiento de su padre. ¡Odiaba ese lugar! Se quitó el pañuelo de la cabeza y tomó la bolsa de pedidos que estaba en la mesa con la caja registradora.

── ¡Natsu! ¿A dónde vas en horas de trabajo?── le gritó Igneel, agitando su puño y haciendo una rabieta casi parecida a la de Natsu. Sin escuchar a su padre, Natsu se fue del restaurante.

¿Quién querría pasarse la vida aquí? No pienso quedarme atrapado en el campo, yo quiero ir a la universidad y no pasarme la vida cocinando y vendiendo comida.

Sus pensamientos se interrumpieron con una voz que conocía muy bien.

── ¡Dragnel-kun!── Lisanna apareció casi por arte de magia. Natsu la miró casi embobado. No se había dado cuenta de lo mucho que había caminado, ya estaba anocheciendo.

── ¿Qué haces aquí a estas horas?── le preguntó Natsu. Lisanna sonrió infantilmente y sacó un poco la lengua.

── Quería verte, Dragnel-kun.── susurró Lisanna, casi sin decir ninguna palabra. Natsu se acercó a la muchacha y se inclinó, tomó su cara con su mano derecha y se inclinó para besarla. Quería mejorar sus habilidades de mujeriego, para cuando llegara la universidad… no tuviera ningún problema en ese campo. Lisanna cerró los ojos, aceptándolo. Podía sentir el cálido aliento de Lisanna en su boca. Solo un poco más…

── ¡NAAAATSU!── Natsu se separó rápidamente de Lisanna, ese grito… conocía ese grito… era como escuchar al can cerbero ladrar en las puertas del infierno.

── ¡TE VOLVISTE A SALTAR LA LIMPIEZA!── gritó Erza poniéndose en jarras y mirándolo con el ceño fruncido. Lisanna se puso delante de Natsu.

── ¡¿Te crees su madre, Erza?!── gritó Lisanna pegando su frente a la de Erza. Erza hizo lo mismo, Natsu retrocedía sin dejar de ver a las dos mujeres, casi podía verse un rayo chocando entre ellas.

── ¡Solo me encargo de que cumpla con su deber!── gritó a su vez Erza. Natsu trató de correr, pero no llego tan lejos. Ya que las chicas lo alcanzaron.

──Lo siento, chicas, tengo que ir a hacer unas entregas.

── ¡Yo voy!── gritó Lisanna tomando de un brazo a Natsu, Erza hizo lo mismo y miró a Lisanna con reto.

──Pero tengo que ir ahí, primero── señaló una iglesia. Realmente no tenía que ir a la iglesia, pero todo con tal de librarse de las chicas. Las muchachas se pusieron pálidas.

── ¡Es esa iglesia!── gritó Lisanna señalando la iglesia.

Erza no dijo nada, solo miró con miedo la estructura.

──Se dice que en las noches, aparece en el campanario una mujer que llora y después se puede escuchar su terrorífico grito cuando se lanza desde el campanario.

Dijo Erza con la voz temblorosa. Natsu sonrió de nuevo, su estilo tierno.

──Así es… entonces… ¿vienen?── preguntó Natsu empezando a caminar hacia la iglesia. Lisanna y Erza no dijeron nada, solo intercambiaron una mirada asustada y salieron corriendo. Natsu vio a las dos chicas correr como alma que lleva el diablo, se encogió de hombros y entró al recinto. Se hincó enfrente de una de las bancas.

──Señor, he venido a confesarme… hace tiempo inventé que una mujer se había suicidado saltando desde el campanario… pero Dios…

Natsu paró su confesión, se llevó una mano a los ojos y se rio a carcajadas.

── ¡Pobres ilusos! ¡SE LO CREYERON TODO!── río a carcajadas, cuando no pudo reír más. Cayó de espaldas, mirando las vitrinas coloridas. Del techo… con las carcajadas desapareciendo, de nuevo, su cara se puso seria.

──Una cosa más… voy a abandonar a mi padre. Mi hermana hizo lo mismo ¿está mal lo que hago?── preguntó al aire, escuchando el eco de su voz devolverle la pregunta. Natsu se puso de pie, se sacudió la ropa y estaba a punto de salir. Cuando escuchó la gran puerta de madera arrastrarse… alguien había entrado…

── ¡Mierda!──exclamó entre dientes, escabulléndose hacia el confesionario. Se agachó y miró un poco por encima del mueble… era Lucy. Lucy Heartfilia.

¿Pero que hace aquí? Cierto… se acaba de mudar, no conoce las leyendas urbanas de la ciudad…

Natsu se inclinó más sobre el mueble, Lucy parecía observar su alrededor con interés. Sin querer el zapato de él pegó contra la madera. La rubia giró sobre si misma aterrada…

── ¿Quién está ahí?── preguntó. Natsu se cubrió la boca para no gritar.

──El… el cura…── dijo mientras se cubría la boca y hacía la voz más grave que podía. Lucy pareció calmarse.

── ¿El cura?

Natsu sintió que un peso enorme se le quitaba del pecho.

── ¿Se habrá ido?── susurró. Hasta que escuchó de nuevo la voz de Lucy… se había metido al confesionario…

──No soy cristiana, pero ¿puede confesarme?── Natsu echó un vistazo sobre las pequeñas rendijas del confesionario. La vio hincada con las manos juntas y con los ojos cerrados…

Natsu entonces pensó que serían estupideces de su edad.

──Puedes confesarte── dijo imitando la voz grave. Lucy parecía dudar. Pero cuando habló, lo hizo sin detenerse, casi sin respirar… una confesión que le astillaría el corazón a Natsu.

──Cuando estaba en secundaria, mi padrastro me violó. Quedé embarazada y tuve un aborto.

Natsu sintió que miles de cuchillos, astillas o lo más filoso del universo se le clavaban en el pecho y lo dejaba sin aire. No podía creerlo, no podía… era tan… tan…

Doloroso, irreal, bizarro, histriónico…

Pero estaba seguro de que no era una broma.

Pensaba que escuchar la confesión de una compañera de clases, sería cualquier tontería… por eso… ella…

──A pesar de todo── siguió hablando, sin piedad, sin misericordia── Mi madre se negó a ayudarme y los abusos de mi padrastro continuaron… quedé embarazada de nuevo. Y hoy… hace un año que di a luz a un niño y lo di en adopción.

Natsu no podía decidir qué emoción sentía en ese momento. Era una mezcla de todo, tristeza, dolor, ira, culpa. Sentía muchas cosas que no podía decidir que sentir primero. Miró de nuevo a Lucy, para comprobar o desear de lo que ella acababa de decir fuese una broma. Pero no lo era, o no lo parecía.

Natsu sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. Y Lucy empezó a sollozar.

Fue ahí, en ese lugar, en esa iglesia en donde escuché su confesión.


Hace tiempo que quería adaptar esta historia con Fairy Tail, pero o no me sentía muy segura o por la falta de tiempo. En fin, espero que les haya gustado, ustedes deciden si continuo la historia o me rindo en ello xD. Comentarios, dudas, críticas constructivas con muy bien recibidas.

N/A: El manga se llama Bitter Virgin de Kei Kusunoki. Tampoco me pertenece.