El sol de media tarde entraba por la ventana, el polvo en suspensión haciéndose visible en los haces de luz. Annie no acababa de llegar de clase, y ya tenía que empezar a preparase de nuevo. No pensaba que fuese a habituarse a este horario tan fácilmente, aunque tampoco tenía otra opción. Metió todo lo indispensable en su bolso, una botella de agua, las zapatillas, peines y gomillas dentro de un neceser, y una muda para más tarde. Todo lo demás no salía de ese bolso jamás, por si acaso alguna vez se le olvidaba.

Annie llevaba siendo estudiante de danza clásica desde que era pequeña. ¿Cuántas horas habría pasado entre barras y pliés? La cuenta era demasiado larga. El conservatorio siempre había sido parte de su día a día, de su vida cotidiana. No recordaba bien qué la empujó a comenzar, sólo sabía que no quería abandonarlo. Desafortunadamente, tuvo que dejar el apretado y asfixiante horario del conservatorio, de lo contrario no podría compaginar el baile con los estudios universitarios. Siguiendo su mayor aspiración, optó por bailar en una academia privada. No podría decirse que estuviera nerviosa, pero nunca había sido buena con los comienzos, incluso llevado lustros haciendo lo mismo todos los días. Supuso que no habría una diferencia abismal entre ambos ambientes.

Suspiró profundamente, agarró con fuerza su bolso negro por encima del hombro y salió a la calle. La academia no quedaba muy lejos en bus de su casa, lo cual era un alivio. El viento azotó su cara en cuanto salió por la puerta, liberando algunos mechones demasiado cortos de su alto moño. Los apartó con la mano, maldiciendo entre dientes.

El trayecto se le hizo más bien corto, mientras apañaba los mechones dorados con pinzas y movimientos experimentados con sus manos. Era una profesional en recogerse el pelo rápida y minuciosamente. El autobús chirrió al llegar a su parada.

Empujó la puerta principal y pisó silenciosamente el suelo de parqué. Echó una rápida ojeada alrededor del pasillo que llevaba al estudio principal. Paredes inmaculadamente blancas, con cuadros de bailarinas por todos lados. Descubrió que estaba aterrada, pero no lo dejó mostrar. Encontró un pequeño vestuario a mano derecha, donde se deshizo de la ropa de calle y se colocó las zapatillas de lona. "Parece que ya toca comprar unas nuevas," masculló para sí misma, mientras rozaba la tela desgastada de la suela con los dedos.

No tardó en ponerse la rebeca de punto sobre su maillot antes de entrar a clase, ya no era verano y comenzaba a refrescar. Ella nunca era impuntual. Lo pudo comprobar en la cantidad de gente en el interior de la sala, además del reloj de la pared. Las cinco y media, exactamente. Oficialmente la clase comenzaba a esa hora, pero supuso que a los otros bailarines les traía sin cuidado.

Acudió a la barra más cercana para calentar un poco los tobillos, mientras observaba la clase a través del espejo. Un grupo de chicas riendo por allí, algunas otras con el móvil por allá, y varios chicos apoyados en la barra charlando. "Uno no se apoya en la barra como si fuese la de un bar," pensó con el ceño fruncido, cuantas veces le habrían regañado de pequeña por hacer lo mismo. Simplemente, era algo inconcebible para un bailarín con cierta etiqueta. Nadie parecía haberla observado detalladamente. Le alegró.

Una mujer joven y menuda apareció por la puerta del estudio, con un mono burdeos encima de su maillot, moño bajo y varios discos en la mano. La mujer de ojos avellana la observó, y sonrió dulcemente.

"¡Hola! Tú debes de ser Annie," dijo encandilada, mientras se acercaba a la impasible rubia. "Yo soy la profesora, me llamo Petra," añadió musicalmente. Annie asintió con atención. No parecía tener muchos años más que ella, pero notó en sus gestos y forma de andar que sin duda había bailado durante muchos años. "Hablamos por teléfono el otro día, siento que hayas tenido que dejar el conservatorio," añadió algo alicaída. "Puedes sentirte como en casa, pero no te relajes demasiado, soy bastante dura", dijo con cierta burla, levantando un índice, a la vez que intentando parecer estricta. No lo consiguió, o eso pensó Annie.

Tras una breve charla acerca del nivel de la rubia y de lesiones recientes, Annie se quedó sola de nuevo, mientras que Petra encendía el radiocasete y colocaba el disco de música clásica. La sala parecía algo más llena que cuando Annie llegó, podía contar unas doce personas. Amplios espejos recubrían la mayor parte de la pared, el suelo parecía algo desgastado de tanto roce con las puntas de las bailarinas. El calentamiento fue bastante silencioso, aunque relajante tras un estresante día de clases en la facultad. Llegó con facilidad a sus talones mientras se alargaba sobre sus piernas estiradas.

La barra fue algo más activo, sobre todo porque había dos chicas que simplemente, no paraban de cuchichear. Annie quiso lanzar su pie a sus caras durante un arabesque, pero se contuvo. Aún tenía que ganar confianza en este nuevo terreno. Simples tendús, un rond-de-jambe muy lento y arduo, para terminarlos con developpés á la seconde y derrière.

Cuando los ejercicios de barra al son de Chopin cesaron, observó como las chicas se colocaban las brillantes puntas de satén, y los chicos se quitaban algunas capas de abrigo. "Repertorio", suspiró Annie mientras alcanzó su par de zapatillas. Algunas chicas la miraban, con curiosidad, con recelo, incluso con algo de superioridad. Nada nuevo para ella, el mundo del ballet siempre había sido así. Ella seguía sumida en sus pensamientos, mientras escondía el nudo de los lazos tras su tobillo. Hacía tiempo que no realizaba un pas de deux, recordó, mientras veía como chicas y chicos se emparejaban a la vez que bromeaban entre ellos. Le costaría alcanzarles. Viéndose sin pareja, optó por quedarse al final de la clase, y repetir los movimientos de las chicas emparejadas delante de ella.

Petra observó su acción, y se apresuró a interrumpirla. "Annie, no te preocupes, esper-," la puerta se abrió con el mismo chirrido de siempre, aunque este pareció aún más estrepitoso. Un chico rubio y ojos claros apareció en la sala, acaparando la atención de todos. Tenía una cara horrenda, como si un elefante le hubiese trotado por encima. "Buenas tardes, señorita Ral", saludó con voz rasposa mientras se sonaba la nariz. El chico tiró sus zapatillas de lona negras al suelo y comenzó a colocárselas. "Oh, Armin, no tendrías que haber venido, estás fatal", a lo cual el chico respondió con una sincera sonrisa. "No importa, sólo he venido para repertorio, así que estaré bien", añadió mientras saludaba a los otros bailarines a duras penas.

"Qué desastre de persona," Annie dijo para sus adentros. Algo hizo click en su cabeza. Petra le dijo que esperara, porque iba a ser la pareja en el pas de deux del mocoso de turno. Como si le hubiese leído la mente, Petra guió al chico de cabello rubio hacia ella. "Armin, esta es Annie. Pensaba hacer que se turnase con otro chico, pero ya que has llegado, harás el apaño. Hoy es su primer día aquí, no te pases con ella," pero qué dice esta loca, pensó Annie con mueca de desesperación. "Sin problema, haré lo que pueda," dijo jocoso el chico. Annie estaba fuera de sus casillas. Al menos, no le sacaba un buen trecho de altura, por lo que podrían trabajar bien, quiso tranquilizarse la rubia.


¡Hola a todos! Os dejo un glosario con los términos de ballet usados en este capítulo:

pliés : Una flexión de las rodillas. Este es un ejercicio para trabajar las elongaciones y que los músculos se vuelvan suaves y flexibles; los tendones flexibles y elásticos; sirve también para desarrollar un sentido del balance.

maillot : Prenda deportiva de tejido fino y elástico que se adapta perfectamente al cuerpo y cubre el tronco y en ocasiones también parte o la totalidad de las extremidades; es utilizada principalmente por gimnastas, atletas, bailarines y acróbatas.

arabesque : Una de las posiciones básicas en ballet clásico. El cuerpo de perfil, apoyado en una pierna extendida hacia atrás y las manos colocadas en varias armónicas posiciones, para crear las línea mas larga posible desde la punta de los dedos de la mano a los dedos del pié.

tendús : El pie activo se desliza de la primera o quinta posición a la segunda o cuarta posición sin levantar los dedos de los pies del suelo. Ambas rodillas se mantienen derechas.

rond-de-jambe : Movimiento redondo de la pierna, es decir, un movimiento circular de la pierna sin mover las caderas y la pelvis. El rond de jambe se utiliza como ejercicio en la barra, en el centro y puede hacerse a terre o en l'air. Todos los que se hacen hacia la derecha son déhors y a la izquierda los dedans.

developpés : El desarrollo de un movimiento en tempo, mediante la elevación pausada de una pierna hasta la altura de la rodilla de la pierna de apoyo, para ir después abriéndola suspendida en el aire hasta sostenerla controlada en posición con elegancia. Las caderas deben mantenerse niveladas y sin retorcer.

á la seconde : Posición de piernas y/o brazos en Segunda (2ª) posición (al lateral del cuerpo)

derrière : Atrás, detrás. Este término puede referirse a movimientos, pasos o colocación de una extremidad detrás del cuerpo. Con relación a un paso en particular, la totalidad del derrière lleva implícito que el pie activo cierra atrás.

pas de deux : Danza de dos bailarines