Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, así que los créditos de ellos dénselos a Jotaká.


Prólogo

Estaba nuevamente en aquel lugar.

Lamentaba que sus amigos no quisieran volver; pero en cierta manera los entendía. Muchos recuerdos vagaban por aquel mágico lugar. Y lamentaba decirlo, pero eran más recuerdos tristes, que felices. Sin embargo ella volvió ¿Por qué? Aun no lo sabía. En principio para culminar sus estudios y obtener un buen empleo; pero aun si no hubiera terminado de cursar Hogwarts estaba segura de que en el ministerio había un gran puesto para ella. Si Harry y Ronald habían conseguido ser aurores, ella igualmente hubiera conseguido un excelente trabajo. Pero algo la hacia desear volver aquel sitio, en el cual había vivido gran parte de su vida.

Tal vez solo era un capricho, o quizás su grado de responsabilidad era tal que no podía permitirse dejar sus estudios a la deriva. De igual manera ya de nada servían sus excusas, estaba allí y no había marcha atrás. Ahora solo debía concentrarse en sus estudios y conseguir unos de sus sueños: convertirse en Premio Anual. Siempre lo deseo, desde que había leído la historia de Hogwarts. El seguir las reglas era lo suyo, aunque cuando estaba con Harry, irremediablemente las reglas pasaban a un segundo plano, prefería ver a su amigo vivo, que cumplir las sagradas reglas de Hogwarts. Pero ahora nada podría impedírselo, Harry había vencido a Voldemort y la paz reino de nuevo en el mundo mágico. Ya nada ponía en peligro su vida, o la de sus amigos. Sus padres estaban de acuerdo con ella, en cierta manera eran los mas interesados en que terminara sus estudios. Aun recordaba la alegría que sintió al verlos de nuevo.

Ellos parecían no conocerla; pero en cuanto ella les quito el hechizo desmemorizante, corrieron de inmediato ha abrazarla. Aquel abrazo fue muy reconfortante para ella, lo había necesitado desde hacia varios meses. No se arrepentía de lo que había hecho, borrarle la memoria de sus padres había sido lo mejor que se le hubiera ocurrido. Ellos no sufrieron ningún tipo de daño, y Voldemort nunca fue en busca de ellos. Por eso su vida era enteramente feliz, lo tenía todo. No podía quejarse de su vida; era cierto que había sufrido, pero… ¿Qué seria del mundo sin el sufrimiento? Había logrado vencer todas las pruebas que el destino le impuso, y ahora disfrutaba de una interminable felicidad.

Durante algunos meses tuvo una corta relación con su gran amigo: Ronald Weasley. Aquel beso que se habían proporcionado en medio de la guerra, logro que ambos confundieran sus sentimientos; pero afortunadamente durante esos meses comprendieron que lo único que sentía mutuamente era un gran cariño de amigos. Terminaron su relación y continuaron siendo los mejores amigos. Ronald actualmente estaba saliendo con Lavender Brown: su antigua ex-novia. Y aunque la chica a veces era un poco asfixiante, él sentía un gran amor por la misma.

En cuanto a ella. Había decido pensar solo en sus estudios, y de su vida amorosa se haría cargo luego. Aunque a veces tenía la certeza de que no necesitaba un compañero a su lado. Sin embargo al ver el amor que se tenían sus padres. Un deseo de querer sentir aquel maravilloso sentimiento en su interior la embargaba. Nunca había sentido las famosas mariposas en el estomago, ni siquiera cuando Victor la había besado, y mucho menos cuando Ronald lo hacia. Jamás había deseado que aquella persona nunca se apartara de su lado. En fin. A sus diecisinueve años, aun no conocía el amor. Pero tampoco fuera que le importara ¿O tal vez si?

-¿Pero que estoy pensando?-se pregunta a si misma. Sacude su cabeza, tratando de sacar esos pensamientos de su mente- A mi solo debe importarme mis estudios-se recordó con voz autoritaria.

De repente todos los pensamientos referidos aquel sentimiento. Desaparecieron de su mente.

Sonrió notablemente. Su objetivo había sido logrado.

Ahora si habían temas realmente interesantes en su mente. Como los diferentes ingredientes de las cinco primeras pociones que seguramente le enseñaría el actual profesor de pociones. O los diferentes hechizos que se resaltan en las primeras veinte paginas del libro de Defensa contra las Artes Oscuras. También varias maneras de poder traducir las palabras en Runas. Si. Definitivamente en eso es en lo que su mente debe estar ocupada todo el tiempo: en sus estudios. Solo eso debe ser importante para ella. No aquel sentimiento que seguramente jamás llegaría a sentir: el amor.


Estaba de nuevo en aquel lugar.

Él no quería volver. Pero sus padres lo habían obligado. Habían insistido en que debían culminar sus estudios en Hogwarts, si quería obtener un buen empleo. Y es que ya nada era igual para los Malfoys, pasaron de ser una de las familias Sangre Pura más importantes del mundo mágico, a una simple escoria mágica. Ya nadie creía los que ellos decían. Y su círculo social había sido visiblemente afectado, las otras familias Sangre Pura los observaban con desprecio, e incluso asco. Aun conservaban una beneficiosa cantidad de galeones en Gringots; pero ya no eran tan importantes como solían serlo.

Incluso los Greengass habían cancelado el matrimonio entre él y Astoria. Solo por el simple hecho de que hubieran pertenecido a los fieles seguidores de Voldemort, además del escándalo que se genero cuando su padre estuvo en Azkaban, y sin mencionar su actual situación social. Ya nadie quería tener contacto alguno, con cualquiera que llevara el apellido Malfoy.

El Ministerio de Magia los había absuelto de llevarlos a Azkaban, gracias a que Potter y sus amigos habían dado testimonio a su favor. Jamás creyó que aquel quien fue su enemigo durante varios años, lo haya salvado esa noche de morir en la sala de menesteres, el azabache había puesto su vida en peligro con tal de salvarlo. Desde ese momento tuvo que comprender que efectivamente aquel chico de la cicatriz era un verdadero héroe, y al vencer a Voldemort en frente de sus ojos, lo había convencido totalmente de que era el elegido. Sentía un gran agradecimiento hacia aquel chico; pero de igual manera no podía retroceder el tiempo, y tratar de cambiar aquellas decisiones que ahora lo hacían arrepentirse. Fue un completo imbécil, al dejarse convencer de unirse a los fieles seguidores de Voldemort. Y mucho más al aceptar aquella estúpida misión ¿Cómo fue capaz de querer matar a Dumbledore? No era que quisiera al difunto director de Hogwarts; pero al enterarse de lo que aquel anciano había hecho para protegerlo, no pudo evitar sentir un profundo arrepentimiento. Pero como decía constantemente: Ya nada puedo hacer. Y es que era cierto, no podía hacer nada, sus decisiones ya habían sido tomadas, y el anciano director ya estaba muerto.

Ya solo se importaría por sus estudios y nada más. Desde ahora solo eso debe importarle.

Su vida amorosa era un total fracaso. Solo una novia había tenido, y sinceramente la experiencia fue terrible, se arrepentía constantemente por la locura que cometió al salir con Pansy Parkinson. La chica era una completa cabeza hueca, y siempre estaba molestándolo con sus estupideces. Afortunadamente aquella relación acabo luego de la Guerra Final, ya que ella misma había terminado con él. Ahora se encontraba completamente solo. Y se aseguraba a si mismo que no necesitaba estar con alguien para ser feliz. A pesar de su soledad, estaba seguro de que era feliz, aunque le afectaba un poco su actual posición social. Pero aun era muy joven para preocuparse por eso. Y a pesar de sus diecinueve años no necesitaba conocer el amor. Para que querer conocer un sentimiento tan estúpido como ese. Aunque sabia que aquel sentimiento era muy fuerte, ya que sus padres se amaban intensamente, si no lo hicieran, estaba seguro de que ya estuvieran separados.

-¿Qué estoy pensando?-se cuestiona al analizar con detenimiento sus pensamientos-En que momento comenzó a interesarme ese tema-dice antes de sacudir su cabeza tratando de olvidar aquellos ilógicos pensamientos. Verdaderamente el volver aquel lugar le estaba afectando. Él solo debía preocuparse por sus estudios y nada más. No podía distraer a su mente con pensamientos tontos, y mucho menos con sentimientos que estaba seguro nunca sentiría. Porque el amor no era para Draco Malfoy.