Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a Shirai-sensei, a excepción de los Oc's, que son míos. Yo sólo uso a sus bebés para emparejarlos y hacer historias cursis.
Notas: En la mayoría de fanarts NormanxEmma, siempre encuentro a Ray de colado sacándole fotos a la pareja con cara de fanboy xD
Así que dije, ¿por qué no? ¡Y lo escribí! :V
Summary: —Lo apruebo. —Esa es la única sentencia de Ray.
(O: Donde Ray realmente quiere que sus amigos terminen juntos.)
Lo apruebo
I
—Te gusta Emma, ¿no es así?
Norman se queda tan tieso como un cubo de hielo. Por un segundo a Ray le sorprende, bastante, y quizá hasta está un tanto asustado ya que al pasar de los segundos el niño de ojos azules no ha movido ni un solo músculo o apartado la mirada de la nada total.
Pero su miedo se esfuma en cuanto Norman gira la cabeza, casi de manera robótica, hacia él. Sus orbes están abiertos desmesuradamente y su sonrisa algo torcida. Para Ray, esto es un gran espectáculo. Si tan sólo hubiese traído su teléfono para sacarle una buena fotografía.
Y entonces la cara de chico albino muestra la calma de siempre. Es sorprendente, hasta cierto punto, luego entra en la cuenta de que realmente no. Norman es así.
—¿Por qué dices eso, Ray? —pregunta tan suavemente que en serio le da escalofríos al azabache, que termina haciendo una mueca de inconformidad.
—Te la pasas mirándola casi siempre. —Es su única respuesta, y es verdad. No hay momento en el que Norman no esté mirando a Emma, ya sea en clases, de vuelta a casa, o en las salidas de amigos que hacen cada fin de semana.
Es obvio, podría decirse que un tanto escalofriante, también, pero son niños así que.
Norman sonríe, con suavidad digna y suya.
—No, no me gusta.
Ray abre grande los ojos, sorprendido, y bastante confundido. Está a punto de decir que está mintiéndole descaradamente en la cara y que tiene pruebas que ratifican su teoría, empero su compañero se adelanta, como siempre (porque siempre está unos pasos adelante, es un hecho). Y lo que sigue podría dejarle más impactado todavía.
—Porque la amo.
Ray-exe no responde. Espere un momento.
—Qué.
No es una pregunta, por supuesto, es su forma de decir ohpordiosnormanporquésiempreerestanintensocontussentimientos. Bien que ya pensaba que él quería a la niña cabeza de zanahoria, sólo que no se imaginaba qué tanto. Sobrepasaba las expectativas, y todavía así.
Norman se ríe, dulcemente. A Ray no le parece tan inocente esa risa porque en cierta manera es un tanto macabra.
—A mí no me gusta Emma, Ray. Yo la amo.
—¿Tienes idea de lo que estás diciendo? —Inquiere, con la cabeza martilleando debido a la insensatez y posible pureza tonta en las palabras de su mejor amigo—. Por si no te diste cuenta, acabas de decir que amas a Emma. Y decir la palabra amor no es sólo admitir que quieres a una persona, sino que incluso-
—Que incluso estoy dispuesto a extinguir a una raza entera de seres demoniacos por ella no importándome que eso sea un genocidio —interrumpe, sin dejar de sonreír. Los ojos verdes de Ray no saben qué expresar más; ¿sorpresa o miedo? Ambas van bien con el momento—. Claro, eso es solamente un ejemplo. No creo que haya seres monstruosos en el mundo, aún. Aunque si lo pongo en simples palabras, haría cualquier cosa por Emma. La amo, mucho.
—Vaya, esa no me la esperaba.
Norman vuelve a reír, quizá esta vez de la expresión tan rara que pone Ray. Pero pasados unos segundos ambos vuelven al silencio, cómodamente, observando hacia adelante una vez más. El niño de ojos azules siempre con la atención sobre ella.
Ray está pensativo sobre la situación, y una vez le halla una solución a su problema, pone una mano sobre el hombro de su compañero llamando a que le mire otra vez.
Está serio.
—Lo apruebo. —Esa es la única sentencia de Ray.
—¿Qué? —él sí está confundido ante esas palabras tan repentinas.
—Que lo apruebo —reitera, sonriendo ligeramente y con pizcas de una maldad no tan mala—. Apruebo tu amor hacia Emma, y voy a apoyarte con eso. Lo que significa que te voy a ayudar a quedarte con ella.
La cara pálida del albino se colorea en rosa, denotando su bochorno ante la situación que plantea su mejor amigo. No está tan desesperado por conquistar a la niña de ojos esmeralda, pero Ray lo hace ver así.
—Ray, no creo que sea nece-
—No te interpongas en mis planes, ya lo decidí —declara, orgullosamente severo ante su compañero—. Te ayudaré, aunque en realidad no piense que Emma sea el mejor partido, pero…
—E-entendí —asegura, temeroso, poniendo ambas manos enfrente suyo a la par que asiente frenéticamente por culpa de la adrenalina y su corazón desbocado gracias a la simple imagen mental que su amigo le ha hecho ver, de él junto a esa chica que tanto aprecia. Simplemente sublime, y aterrador—. Gracias, Ray.
—No me agradezcas todavía. Primero hay que encontrar una forma de hacer que ella se fije en un debilucho como tú, y entonces podremos celebrar su boda en unos años.
—¡Espera, ¿boda?! ¡¿Piensas ir así de lejos?!
—Yo no hago mis planes tan simples. Y si alguno falla, buscaré otro, y otro.
—Por favor, dime que en ninguno de ellos piensas usar fuego.
—Si es necesario…
Norman niega, cansado. Ray sonríe.
Será un largo camino.
Y más hacia allá, Emma no sabe lo que le espera.
Continuará.
