Death Note no me pertenece.


Hay una posibilidad de que esto me rompa y no sepa como armar mi cuerpo y alma de nuevo. La razón, no sé cuál es mi razón para hacerlo, para caer de nuevo en adicciones que se alimentan de mí en vez de yo de ellas. Sus dientes rompen mis músculos, la piel se desgarra, la sangre huye de mí, de este cuerpo que en vez de cuidarse solo atina a romperse más. No sé qué busco, no sé que deseo, si tus labios fríos o su ausencia diaria. Todo lo que conozco es eso que tú odias, todo lo que ofrezco es lo que a ti ya no te importa, todo lo que hay aquí es sufrimiento que tú no quieres ver. Y que alguien me diga cómo hacer para que mi corazón pare. Quizá eres tú la única que lo sabe. Dime cómo hacer para dejar de desearte, para dejar de correr hacia la oscuridad, para que solo quiera una vida normal y tranquila. Eres calma, eras la paz en el mar luego de una vida de lluvias furiosas. Pero ya no tengo pasión ni tormenta en mi interior, simplemente busco esa fuerza en los cuerpos asesinos que hay allá afuera, totalmente expuesta a caer. Dime, ¿puedes oírme caer? Eres la razón por la cual me mantengo en el suelo, atenta a cualquier luz que pueda iluminarme y permitirte que veas mi piel negra de sangre seca y lágrimas que no dejan de fluir. Por dentro, solo por dentro. Y dime, ¿puedes oírme caer? De a poco, destruyéndome de a poco como el otoño se devora a sí mismo hasta consumirse en el fuego helado del invierno. ¿Por qué les gusto a los demonios? ¿Por qué no puedo decirles no? Todo este tiempo, ¿podías escucharme? Hay una posibilidad… de que no te importase. Pero… ¿por qué?