Hola!! He vuelto con algo completamente distinto, pero era una idea que tenía rondando en la cabeza y no he podido resistirme a publicarla. Para los que piensen que la voy a dejar a medias como Don't be Stupid (que sigo trabajando en ella, no la he dejado), tengo que deciros que ésta la tengo ya completamente terminada, y la iré publicando cada 15 días.
Es la adaptación de un libro que me leí, y si bien la historia es prácticamente idéntica, los dialogos y la narración no tienen absolutamente nada que ver con la original, asi que espero que no haya problemas para publicarla. La historia, obviamente, no es mia, sino de Diana Palmer, y los personajes, por supuesto, de J.K.Rowling.
Espero que os guste, y que me dejéis bastantes reviews, aunque sé que la pareja no es de las mas populares, a mi me sedujo desde el primer momento.
PRÓLOGO-"Es mejor que la dejemos descansar"-dijo Molly saliendo de la habitación y alejando a todos con un gesto rápido de sus manos.
-"¡Pero mama!"-protestó Ron-"¡No se puede quedar sola!"
-"Necesita estar sola, Ron"-dijo Remus poniéndole una mano a Harry suavemente en el hombro-"Ha sido un golpe muy duro para ella. Dejadla llorar".
Sin decir una palabra más, Harry, Ron y Ginny bajaron cabizbajos por las escaleras seguidos de Remus y Molly que con una mueca de dolor intentaban no escuchar los amargos sollozos de la chica.
Aquella tarde resultó ser fatídica. Lo que habían planeado como una tarde de picnic divertida y familiar se truncó en el mayor horror para Hermione. Nada podía haberla preparado para que esos fueran los últimos momentos que pasaría con sus padres... todo sucedió tan deprisa… ni siquiera se enteró.
De pronto, Hermione se echó a reír , una risa ronca… amarga… era irónico que estando amenazados por mortífagos, que siendo el punto de mira de magos violentos, sus padres fueran a morir en un accidente de tráfico.
Tras pasar un día familiar en el que la castaña disfrutó como no lo había hecho desde pequeña, sus padres la dejaron en la puerta de casa mientras ellos iban a comprar la cena que a ella se le había antojado… llevaba todo el día rogando por una de las pizzas de pepperoni de Andi's, el restaurante italiano que se encontraba a dos manzanas de su calle. Sus padres habían decidido darle el capricho y entre risas caminaron hacia el restaurante, riéndose de la cara de felicidad y las exclamaciones de adoración de la chica que les vociferaba desde la puerta.
De pronto la bonita sonrisa de Hermione se le congeló en la cara al ver algo que sus padres aun no habían notado, un coche descontrolado estaba a punto de subirse a la acera… justo hacia ellos. La voz de la castaña se congeló en su garganta incapaz de soltar el aire que tenía retenido en los pulmones… cuando chillo ya era demasiado tarde.
Después de eso todo se volvió tan confuso y distante que aún no entendía como había llegado a Grimmauld Place… pero no le importaba… ya nada importaba… sus padres se habían ido, ya nada importaba…
-"¿Por qué no me habéis avisado?"
Un Sirius furioso entró en la habitación de Remus sobresaltándolo.
-"¡Sirius!, no vuelvas a hacer eso".
-"Lo haré si me da la gana, tengo todo el derecho, ¿Por qué no me avisasteis?".
Remus lo miró comprendiendo a qué se refería su amigo. Entendía perfectamente su enfado.
-"No nos dio tiempo, fue todo tan rápido"-contestó agachando la cabeza y levantando levemente los hombros.
-"¿Cómo está ella?"-preguntó Sirius con voz temblorosa.
-"Mal"-contestó Remus tras expulsar el aire lentamente al sentarse encima de la cama-"No ha querido salir en estos días salvo para el entierro"-dijo con voz desesperada-"No habla con nadie y ni siquiera quiere comer".
-"¿Y los chicos?"-siguió preguntando el hombre. Su cara, demasiado seria, contrajo una mueca de dolor por no haber podido estar con ella en el entierro-"¿Ellos tampoco consiguen nada?"-añadió metiéndose las manos en los bolsillos y cerrando los ojos apesadumbrado.
-"No"-negó el licántropo moviendo la cabeza hacia los lados-"Es como si su mente se hubiera desconectado de su cuerpo. Se pasa el tiempo con los ojos ausentes… ya lo hemos intentado todo"- dijo levantando las manos frustrado.
-"Está claro que todo no. Voy a hablar con ella"-dijo el moreno con expresión decidida-"A mi me va a tener que escuchar".
Y lo hizo. Le costó mucho conseguir que la castaña hablara y, aun más, que comiera, pero su testarudez le impidió rendirse y poco a poco esa insistencia comenzó a dar sus frutos. Además había algo en esa chica, no sabía el qué pero algo dentro de él lo obligaba a ayudarla, un sentimiento de protección que no había sentido nunca… ni siquiera por Harry.
Al cabo de dos semanas, Hermione era capaz de sonreír, aunque sus ojos seguían tan apagados que a Sirius le costaba creer que alguna vez tuvieron vida.
-"¡Freeeeeed! ¡Devuélveme mi libro!. Tengo que hacer la maleta"-gritó Hermione frunciendo el ceño enfadada.
-"¡Vamos Hermione!, ¿Cuántos libros llevas? ¿Treinta y siete?"-bromeó el pelirrojo jugando delante de ella con su preciado libro mientras la hacía burla con la lengua.
-"Son necesarios, Fred, para poder desarrollar con buen…"
-"Vale, vale… tú ganas"-dijo el chico devolviéndole el libro como si quemara-"Tú ganas"-añadió con cara de susto al empezar a oír uno de los famosos discursos de la castaña.
Hermione, con una sonrisa de autosuficiencia, le sacó la lengua y se dio la vuelta, libro en mano, para irse hacia su habitación a terminar de hacer su baúl.
-"Nunca falla, ¿no?"-le dijo una voz a su derecha-"Recuerdo que Lily siempre lo hacía con nosotros".
La chica sonrió de medio lado mientras se giraba para contestarle, pero su expresión se quedó congelada al ver al dueño de la voz que le hablaba… más bien a la escasa indumentaria que llevaba.
Su corazón se paró de golpe y después comenzó a latirle tan deprisa que temió caer al suelo, intentando que sus temblorosas piernas le aguantaran un momento más.
Sin darse cuenta de los cambios hormonales que estaba sufriendo la chica en esos momentos, Sirius, envuelto únicamente en una toalla de baño y con el pelo mojado aun goteando sobre sus hombros la miraba sonriendo y causando verdaderos estragos en el cuerpo de la castaña.
-"Ho… hola"-dijo Hermione asustada de su propia voz. ¿Tenía siempre ese tono tan agudo?-"Voy a… yo… estaba… mmm… ¡adiós!".
Sin decir más se metió corriendo en la habitación cerrando de golpe la puerta. Sirius, asombrado, se rió quedamente y se metió de nuevo en el baño para terminar de vestirse.
-"¿Te pasa algo Hermione?".
La chica, que estaba apoyada en la puerta, levantó la vista y vio a su mejor amiga observándola con curiosidad.
-"No, ¿por?"-contestó intentando sonar tranquila, aunque estuvo segura de que Ginny podía oír el retumbar de su corazón desde la cama.
-"Estás roja… y tienes una sonrisita tonta en la cara"-dijo pícaramente caminando hacia ella y dando pequeñas vueltas a su alrededor con cara de concentración-"¿Has vuelto a leer la historia de Hogwarts?".
Hermione puso cara de desconcierto y después bufó dándole una suave colleja a la pelirroja que se echó a reír provocando una pequeña risa a su amiga, que se sentó en la cama encogiendo las rodillas.
-"Me alegro de verte así"-dijo Ginny sentándose junto a ella y abrazándola-"Fue muy duro para nosotros el no poder ayudarte".
Hermione palideció, pero inmediatamente esbozó una dulce sonrisa de gratitud mientras le devolvía el abrazo.
-"Habéis sido todos tan buenos y pacientes. La verdad es que no me he comportado de manera muy madura cuando intentabais ayudarme, y lo siento tanto…".
-"No digas tonterías, Hermione. Si yo hubiera tenido que pasar por lo que tú estás pasando…"-Ginny la miró y sintió un nudo en la garganta sólo de pensar perder a sus padres-"No creo que hubiera sido tan fuerte"-añadió negando lentamente con la cabeza.
-"Seguro que sí"-susurró Hermione levantando los hombros-"Somos Gryffindor, ¿recuerdas?"-añadió con tono burlón intentando quitarle rigidez al momento causando una risa divertida a su amiga.
-"Menos mal que Sirius consiguió hacerte entrar en razón".
Hermione se quedó nuevamente callada, tragó saliva y sus mejillas adquirieron de pronto un brillante tono rosado. 'Sirius', el solo recordarlo así vestido… bueno, mejor dicho 'no vestido', le bastaba para hacer que su pulso se acelerara rápidamente.
'Tonterías'-pensó mordiéndose el labio-'Es Sirius… y yo estoy pasando por un mal momento por eso he reaccionado así… pero no tiene nada que ver que sea…'.
-"¡Hermione!"
La chica dio un respingo al oír un grito junto al lado de su oído. Asustada, se incorporó bruscamente cayendo hacia atrás encima de la cama.
-"¿Qué narices…?"-gritó colocándose una mano en el pecho-"¡Harry! ¿Qué porras pretendías asustándome así?"- el aludido se echó a reír mientras se sentaba en la cama de Ginny, Hermione los miró percatándose por primera vez de la llegada de sus amigos-"¿Qué hacéis aquí?".
-"Llevamos ya un buen rato, Hermione"-contestó Ron sentándose en el suelo y apoyando la espalda en la cama de su hermana mientras hacía esfuerzos sobrehumanos por tragar una rana de chocolate que ni siquiera había masticado.
-"Parecías estar en la Luna"-añadió Harry encogiéndose de hombros y dando unas palmaditas en la espalda a su amigo, que se había atragantado al oír la palabra 'Luna'.
-"Bueno, ¿pues que queréis?"-preguntó Ginny intentando aguantarse la risa-"¿O es que habéis venido solo para comprobar si Hermione está en la Luna?"-añadió riéndose ya abiertamente al ver que la cara de su hermano ya no se distinguía de su pelo.
-"Siddius te fama"-contestó el pelirrojo tragando otra rana.
-"¡Ron!, antes de hablar trágate lo que estés comiendo"-dijo su hermana al más puro estilo Molly Weasley-"Y ciérrala mientras masticas ¡eres asqueroso!"
-"Bueno, ¿Qué has dicho?"-preguntó Hermione ansiosa. Le temblaban las rodillas sólo porque creía haber oído 'Sirius'.
-"Sirius y los demás quieren hablar contigo, Hermione"-contestó Harry tirando del pelo a la pelirroja que le había quitado su caja de Surtido Saltaclases-"Parece algo serio".
Hermione palideció. No sabía lo que pasaba, pero no tenía ninguna gana de encontrarse frente a frente con Sirius, estaba segura de que no sería capaz de mirarle a la cara y probablemente se pondría tan colorada que pensarían que le estaba dando un ataque de sarampión o algo parecido. Sin saber que hacer, se mordió el labio y se puso lentamente de pie ante la extrañada mirada del resto que no tenían ni idea del conflicto hormonal que se estaba desatando dentro del cuerpo de la chica.
'Hormonas'-pensó ignorando las expresiones burlonas de los chicos-'Eso es… y es absurdo'. Hermione agitó la cabeza para desechar esas tonterías y centrarse, sólo era Sirius, su buen y maduro amigo Sirius.
-"Bueno…"-comenzó a decir con voz extraña tras inspirar hondo para tranquilizarse-"Vamos allá".
-"Tranquila Hermione"-dijo Ginny levantándose y acompañándola hasta la puerta-"Es sólo Sirius".
-"Sí"-contestó la castaña con más seguridad de la que sentía-"Es sólo Sirius".
'Pues ya no lo era'-pensó la chica saliendo del despacho de la Mansión Black.
Nada más entrar se había quedado bloqueada al ver todas las personas que había esperándola. Dumbledore, muy serio la tomó suavemente del hombro para dirigirla hacia uno de los sillones mientras señalaba a Remus y a los Señores Weasley que hicieran lo mismo. Sirius, de pie junto a la chimenea, la observaba con una expresión rígida e indescifrable.
Asustada, se sentó junto a su director esperando más malas noticias. Noticias que no llegaron nunca… o puede que sí.
-"¿Qué ha pasado?"-preguntó Ron intentando ponerse de pie tras caerse al suelo cuando la chica abrió la puerta del despacho, en la que estaba apoyado.
-"¿Estabais escuchando?"-Hermione frunció el ceño y arrugó los labios en señal de desaprobación.
-"¡Bah!, no se oía nada"-contestó Harry revolviéndose el pelo-"Han debido colocar algún hechizo".
La chica caminó hasta el salón con la confusión reflejada en su rostro, sin saber como tomarse exactamente la noticia que le acababan de dar.
-"Bueno…"-dijo Ginny tanteando la expresión de su amiga-"¿Nos vas a contar?, es… ¿es algo… malo?"
La chica se encogió de hombros. No sabía si era malo, lo que sí que sabía era que su vida acababa de dar un giro radical, que nada podría volver a ser como antes. Poniéndoles aún más nerviosos permaneció en silencio unos minutos, mientras se sentaba en uno de los sillones e intentaba poner en claro sus ideas. 'Al menos'-suspiró cansinamente-'Estaría él'.
Armándose de valor, giró la cabeza y miró a Harry fijamente.
-"Enhorabuena, Harry"-susurró tímidamente-"Tienes una hermana".
-"Otra carta de Sirius"-dijo Harry agitando un pergamino que tenía entre las manos mientras entraba en la Sala Común.
Hacía ya unos meses que habían regresado a Hogwarts a cursar su último curso y Hermione seguía sobresaltándose cada vez que oía el nombre de su tutor. Su cara enrojecía y su pulso se disparaba al asociar, sin pretenderlo, el nombre con el fabuloso hombre que se cruzó aquella vez recién salido de la ducha.
-"¿Qué dice?"-preguntó la castaña con voz temblorosa. ¿Por qué preguntaba?, ya sabía lo que iba a decir. Que estaba bien… bla, bla, bla… que había dejado a la rubia de turno… bla, bla, bla… suspiró desanimada.
Rubias… no tenía por qué importarle.
-"Ya sabes"-contestó el chico-"Que están todos bien… que nos echa de menos…"-'Rectifica', pensó Hermione, 'Te echa de menos a ti'-"Y que ya no está con Mandy"-añadió Harry resoplando, pero inmediatamente puso una sonrisa pícara y levantó las cejas en señal de admiración-"Pero que tiene una cita con una rubia muy guapa que ha conocido en los pasillos del Ministerio".
Hermione volvió a suspirar y, tras recoger sus libros, anunció que se marchaba a la biblioteca a terminar su trabajo de Runas Antiguas.
Estaba enfadada… ¡No!, se dijo sorprendida parándose en mitad del pasillo, ¡estaba celosa! ¡de Sirius!. Asustada por su descubrimiento respiró hondo y se encaminó nuevamente hacia la biblioteca, ningún animago sexy y guapo lograría arruinar su expediente.
'Al menos eso espero'- gimió para sus adentros cerrando los ojos fuertemente mientras doblaba una esquina.
-"¡Auch!"
-"¡Vaya!"
La chica cayó al suelo estrepitosamente desparramando sus pergaminos por todas partes.
-"¡Oh, mierda!"-susurró enfurruñada mientras intentaba levantarse apoyando su mano en algo ligeramente blando debajo de ella.
-"Aaauch"-gimió el objeto que de pronto… se movía.
-"¿Qué…?"-Hermione bajó la cabeza y de pronto se percató de la situación en la que estaba: Completamente estirada encima de un guapo moreno que se estaba retorciendo debajo de ella-"¡Lo siento!"-balbuceó moviendo más la mano para intentar levantarse.
-"¡No!... –gritó el chico poniéndose colorado-"No muevas la mano así".
Hermione bajó la vista y completamente azorada aportó la mano sintiendo que toda la sangre de su cuerpo se agolpaba en sus mejillas.
-"¡Oh, Merlín!, ¡Cuánto lo siento!"-gritó la chica cerrando los ojos avergonzada.
-"Tranquila"-dijo el chico incorporándose para ayudarla a guardar todas sus cosas-"Siempre he soñado con que una chica guapa me metiera mano en el suelo de la escuela".
Hermione agachó la cabeza y se mordió el labio mientras movía frenéticamente las manos intentando guardar los pergaminos en su mochila.
-"Lo siento… en serio, no suelo tirarme encima de los chicos… por muy guapos que sean, la primera vez que los veo"-balbuceó, agitada, de un tirón 'Hermione… estás coqueteando con un desconocido…'-pensó esbozando una tímida sonrisa.
El chico, al verla, sonrió levemente pensando que era lo más bonito que había visto en su vida.
-"¿De qué curso eres?"-preguntó la chica tras un breve silencio-"No te había visto hasta ahora"-añadió entornando los ojos intentando identificar su cara. El chico se echó a reír y se pasó una mano por el cuello revolviéndose el pelo de la nuca.
-"Bueno, dudo que me vieras. Acabé séptimo curso antes de que tu entraras"-Hermione puso tal expresión de extrañeza que el chico se rió suavemente, aunque ahora que se fijaba… tenía los rasgos demasiado masculinos para ser un simple estudiante de séptimo y, ciertamente, no llevaba uniforme-"Soy el nuevo profesor auxiliar de vuelo"-añadió al ver el interrogante en la mirada de la castaña-"Juego en el Puddlemere United como reserva, pero me he lesionado y Dumbledore me ha propuesto ocupar esta plaza hasta que me recupere"
-"¡Vaya!"-exclamó Hermione fingiendo irónica sorpresa-"¡Juegas al Quidditch!, no aparentas ser tan mayor…"-susurró mirando fijamente su rostro.
-"Eso dicen todas"-contestó el chico sonriendo de medio lado mientras estiraba un brazo ofreciéndole la mano a la chica-"Soy Wood, Sean Wood".
Las semanas pasaron rápido y sin darse cuenta llegaron las navidades y el ambiente en el castillo cambió drásticamente. Los pasillos llenos de muérdago y los villancicos, inundaron el colegio haciendo que los alumnos olvidaran exámenes y cambiaran los trabajos y pergaminos por muñecos de nieve y besos bajo el muérdago. Aunque Hermione esto no supuso ninguna diferencia, ya que este año iban a ser las más tristes de su vida.
A pesar del cariño de sus amigos, que no la dejaban ni un minuto de distraer con sus risas y sus bromas, notaba que algo se había roto en su interior… y no sólo por sus padres.
Hermione se enfadó sólo por pensarlo. Llevaba varios meses sin tener más noticias que las que Harry le contaba en las escasas cartas que le mandaba a él, excepto para la breve felicitación de cumpleaños y una carta informativa acerca de su tutoría que la dejó realmente confusa.
¿Cómo podía soñar casi todas las noches con él cuando estaba más que claro que no le importaba un pimiento?. Se había ofrecido a ser su tutor, pero estaba convencida de que lo hacía por obligación… o peor, por pena. Después de todo lo único que le importaba era Harry, el departamento de Aurores… y sus rubias.
-"Ojalá fuera rubia…"-susurró con voz amarga.
-"¿Qué?"-exclamó una voz a sus espaldas.
-"¡Sean!"-Hermione se giró levantándose bruscamente de la mesa para tirarse a los brazos de su amigo. La señora Pince la dirigió una mirada sorprendida y la rogó silencio suavemente haciendo que la chica se pusiera roja, avergonzada por su arranque-"¡Hola!, pensaba que te habías ido a casa".
-"Eso tenía pensado"-contestó él devolviéndole el abrazo sonriente-"Pero un pajarito me ha dicho que vas a pasar las navidades en el colegio y he decidido quedarme".
-"Gracias Sean"-Hermione le abrazó con más fuerza pegándose mucho y haciendo que el corazón del chico se desbocara por completo-"Mi tutor ha decidido que es más seguro quedarnos aquí que pasar las navidades en casa"-añadió con un suspiro resignado mientras recogía sus libros para salir de la biblioteca-"Además, este año no se si soportaría mucha fiesta"-susurró la chica con voz apenas audible, cuando salían al pasillo.
No, no tenía ninguna gana de tener una fiesta familiar si eso significaba tener que soportar ver a la odiosa cita de Sirius pegarse a él como una lapa y saber que…
-"Pues yo haré que la tengas"-aseguró el chico, que la había oído a pesar de su leve tono, rodeándole los hombros con su brazo y dándole un leve beso en la mejilla- "Prepárate para pasar las mejores navidades de tu vida".
Hermione le sonrió intentando no dejar caer las lágrimas, había encontrado un buen amigo en Sean Wood… No podía ser más perfecto… y así se lo dijo.
Una figura seria los miraba desde una de las columnas del pasillo. Se fijó en la sonrisa sincera de ella y de cómo sus ojos brillaban al mirar al chico que iba junto a ella, y como una exhalación, salió corriendo hacia el despacho del director apretando fuertemente los puños. Alguien le debía una explicación.
-"Explicame quien es ese"-gruñó Sirius sentándose en una de las butacas del despacho de Dumbledore-"Y por qué estaba abrazando a Hermione".
El director le miró con una sonrisa en sus azules ojos y se sentó tras su mesa con gesto divertido ignorando la expresión de impaciencia del hombre.
-"Es Sean Wood, el primo de Oliver"-Contestó finalmente atento a la reacción de Sirius-"Está aquí como profesor auxiliar de vuelo".
-"Eso no responde del todo a mi pregunta"-gruñó moviéndose inconscientemente en su asiento. Estaba enfadado y no entendía por que-"¿Por qué estaba abrazándola?"
El director le miró sonriente mientras acariciaba la cabeza de un Fawkes apunto de consumirse.
-"Bueno"-dijo tras escrutarle durante unos minutos-"Últimamente la señorita Granger está bastante rodeada de jovencitos que parecen encontrar fascinantes sus ojos tan tristes y, desde luego, el señor Wood no es una excepción. Además…"-añadió tras una pequeña pausa al ver la incomodidad de Sirius-"ha conseguido que sonría más estas semanas que nosotros en todo el verano".
La respuesta no pareció satisfacer al moreno quien se puso recto frunciendo el ceño con la mirada helada.
-"Pues pensaba que era yo el único que podía hacerle sonreír, por eso me distéis su tutela"-gruñó enfadado consigo mismo, no entendía por que le tenía que molestar tanto el que Hermione sonriera a otro hombre.
-"Bueno…"-contestó el director mirándole fijamente. Tras pensar las palabras adecuadas, con una medio sonrisa añadió-"El señor Wood es joven y muy atractivo"-sonrió abiertamente al ver una chispa de ira en los ojos del animago-"Y es justo lo que necesita Hermione"-comentó deliberadamente al comprender cual era el motivo de su enfado.
La expresión de Sirius no lo decepcionó en absoluto. Poniéndose de un alarmante tono pálido y apretando los labios tan fuertemente que sólo se podía ver una pequeña línea.
-"¡De eso ni hablar!"-exclamó levantándose de la silla-"Es demasiado joven para ese aprendiz de hombre… ¡por favor!, tenías que haberlo visto rodeándole los hombros…"-caminó de un lado para otro del despacho del director sin parar de gesticular furioso-"¡Que no!. Es muy pequeña, y mientras esté bajo mi tutela ¡jamás saldrá con niñatos que lo único que quieren es meterse en sus…!".
-"¡Sirius, no lo digas!"-advirtió Albus intentando reprimir una carcajada que disimuló tras un aparente ataque de tos-"Creo que es lo suficientemente madura como para tener una relación con quien crea conveniente"-dijo mirándole fijamente con una clara segunda intención-"La pregunta es… si tú estás preparado".
-"¡Para ver como un niñato demasiado listo se la lleva a la ca…!"
-"Sirius…".
-"No"-aseguró tajantemente-"Si está bajo mi tutela tendrá que comportarse"-añadió saliendo por la puerta, sin percatarse de la mirada de Dumbledore que sonreía de oreja a oreja.
-"No, definitivamente no está preparado…".
El hombre salió como un rayo del despacho del director corriendo rápidamente para llegar a la sala Común de Gryffindor, que en esos momentos estaba prácticamente vacía ya que los alumnos habían salido esa misma mañana para pasar la Navidad con sus familias.
-"¡Sirius!"
Exclamó una voz sacándolo de sus pensamientos. Iba tan concentrado pensando en como retorcer el cuello a cualquiera que se acercara a la chica que no se dio cuenta de que se encontraba justo delante del retrato de la señora Gorda, chocando, literalmente, con Harry y Ron que salían con sus escobas en las manos.
-"¿Qué?"-contestó un poco ausente-"Hola Harry"-dijo entrando y casi dejándoles allí plantados-"¿Está Hermione dentro?"-añadió dándoles la espalda-"No importa... ¡Hermione!"-gritó el moreno ante la mirada de los chicos que al ver el gesto de enfado del animago decidieron salir de ahí lo antes posible-"¡Hermione!"-volvió a gritar impaciente mientras se paseaba por la Sala Común como un león enjaulado-"¡O bajas ahora mismo o subo a por ti!".
La castaña asomó la cabeza por el hueco de la escalera sorprendida por los gritos.
'Sirius', sin poder evitarlo su corazón se aceleró y una sonrisa tonta se esbozó en su cara.
-"Sirius"-repitió en voz alta mientras bajaba la escalera intentando demostrar una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir-"¿Qué haces aquí?, no sabía que ibas a venir".
-"Me lo imagino"-gruñó el moreno haciendo un gesto para que se sentara en el sillón que había junto a la chimenea-"Vas a olvidarte de Wood"-sentenció sin más tras escrutarla durante unos minutos.
-"¿Cómo?"-preguntó Hermione intentando asimilar las palabras del hombre-"¿A qué viene esto?"-añadió levantándose confusa.
-"Siéntate"-Sirius la empujó suavemente hacia el sillón dejándola de nuevo sentada y furiosa por su arrogancia-"Viene a que ese chico es demasiado mayor y no lo quiero cerca de ti".
La chica se puso roja como un tomate y se mordió el labio completamente asombrada... no, no podía ser lo que estaba pensando... él... él jamás estaría... ¿celoso de ella?. Era completamente imposible, pero entonces... ¿por qué se ponía así de furioso por un amigo? Harry y Ron también lo eran y a Sirius jamás le había importado que estuvieran tan cerca de ella. Abrió la boca para decirle que entre Sean y ella no había nada más que una buena amistad cuando Sirius se lo impidió gruñendo de nuevo.
-"Soy tu tutor y no me gusta que digan que eres... ¡bueno lo que sea!"-exclamó señalándola con el dedo. Hermione le miró a los ojos mientras sentía que su mundo se hacía pedazos-"Ya tengo suficientes problemas en el Ministerio como para que me digan que soy un mal tutor y me quiten la custodia de Harry"-añadió sin saber porqué había dicho tanta tontería junta. Pero la realidad era que la expresión de la chica le dolía demasiado.
Hermione sintió como si el mundo se le viniera encima. Un cruciatus no le habría dolido tanto como las palabras del hombre.
Muy lentamente la sonrisa se le fue borrando de la cara mientras se erguía en su asiento. Así que eso era todo... Harry, todo lo hacía por Harry. Debería habérselo imaginado. Los latidos de su corazón volvieron a su ritmo dolorosamente despacio.
Sirius se quedó repentinamente callado, había advertido el cambio de la chica y se arrepentía enormemente de haber soltado aquello.
-"Hermione..."-intentó explicarse, nerviosamente, sin dejar de mirarla.
-"No... déjalo"-contestó la chica levantándose aturdida-"Me ha quedado suficientemente claro"-dijo con voz fría y distante-"Pero espero que comprendas que por muy tutor mío que seas, no vas a poder prohibirme salir con quien crea conveniente. Lamento que creas eso de mí pero puedes tener la seguridad jamás amenazaré el bienestar de Harry"-la chica se giró y comenzó a andar hacia las escaleras con pose erguida y la mirada vacía-"Deberías ver si tú eres capaz de hacer lo mismo por él"-Sirius miró atónito como subía las escaleras sin ni siquiera dirigirle la última mirada.
Completamente indignada, entró a su habitación prometiéndose hacer de su vida lo que quisiera, ¿quién se creía que era para decirla con quien tenía que salir?... ¡Él, que siempre estaba rodeado de estúpidas rubias que lo único que querían era...! Pues no, ella saldría con cuanto chico se lo propusiera y..., suspiró resignada, se olvidaría de Sirius costara lo que costara y si para eso tenía que salir con todos los magos de Londres, por Merlín que lo haría...
Pero no lo hizo, o más bien no le dejaron hacerlo...
-"Estoy harta, Ginny"-gimió Hermione sentándose en un banco a la salida del Ministerio-"Tengo veinte años ¡estoy a punto de cumplir los veintiuno! Y te prometo por Merlín que me voy a ir tan lejos de ese estúpido hombre como me sea posible".
-"Vamos Hermione, no creo que sea para tanto. Es sólo que Sirius es algo... protector"-contestó la pelirroja escogiendo las palabras adecuadas.
Hermione la miró como si pudiera arrancarle el pelo con sus ojos, sin percatarse de la codiciosa mirada con la que los chicos la miraban al pasar por su lado.
-"Es una estupidez, y últimamente es mucho peor, no me deja ni respirar y luego me viene con el cuento de que tengo que cuidar mi reputación... Y Harry ¿que?"-exclamó frunciendo el ceño-"Él sale hasta tarde, con quien le da la gana, y Sirius jamás le dice nada... Es más... ¡Le anima!"
Ginny se echó a reír al ver la cara de frustración de su amiga.
-"Creo que lo que te pasa es que estás celosa de Harry"-comentó la chica inmediatamente.
-"No de Harry precisamente"-susurró Hermione levemente. Ginny la miró alzando las cejas-"Ginny, así jamás voy a tener vida, no he salido con un chico desde... Viktor, creo"-añadió cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás.
En ese momento un compañero del departamento de Aurores pasó a su lado sin quitarle la vista de encima. Hermione abrió los ojos y le sonrió levemente haciendo que el chico se tropezara y casi cayera de bruces. Sin poder evitarlo, Ginny se echó a reír escandalosamente haciendo enrojecer a la castaña.
-"Desde luego no será por falta de oportunidades, Hermione"-dijo la pelirroja entre risas-"Casi se queda bizco mirándote".
-"Para lo que me sirve..."-se quejó la castaña-"Seguro que si lo llevo a casa Sirius se encargaría de asustarlo interpretando a la perfección su papel de jefe de Aurores"-comentó con cierto toque de sarcasmo-"Se cree que todavía tengo diecisiete años y, sinceramente, debo de ser la única mujer de veinte que sólo ha besado a un chico en su vida"-añadió avergonzada.
-"Bueno"-contestó Ginny sonriendo malévolamente-"Yo diría que Viktor Krum vale por tres. Además, eso se puede corregir, amiga"-añadió levantándose al advertir que llegaba tarde a su última clase de prácticas-"Tengo que irme".
-"Sí"-suspiró resignada al saber que tendría que volver a casa. Al menos Sirius no estaba esa semana-"Yo ya he terminado mi turno, volveré a mi rutina de aburrimiento".
Ginny le dedicó una triste sonrisa y se despidió con la mano, pero en el último momento se giró llamándola y salió corriendo hacia su amiga.
-"Hermione"-la llamó entre grititos de satisfacción-"¡Tengo la solución perfecta!"-añadió jadeando mientras sonreía maliciosamente-"Sé cómo declararle la guerra a Sirius... y pienso colaborar"
La castaña gimió asustada. Temía las ocurrencias de su amiga casi tanto como las de los gemelos... Pero le sonrió animada convenciéndose de que haría lo que fuera para olvidarse de Sirius, esta obsesión le había durado demasiado... casi cuatro años...
Continuará...
