Bueno mis queridas y queridas lectoras les traigo otra nueva historia.Les seré sincera sera una historia corta con capítulos cortos.
Tratare de actualizarla lo mas rápido posible para todas ustedes.
Es una historia con algo de drama  sentimentalismo. No me maten XD.
Nota: Los personajes no me pertenecen son de Hajime Isayama. La historia es mía.
Espero y les agrade.


Capitulo 1

Divorcio

Ella ya sabía lo que era esa palabra y lo pesada que podía llegar a ser.
Y además entendía a la perfección lo que era el Divorcio.

Sus padres llevaban divorciados desde que tenía seis años.
Caminaba dando ligeros pasos por la avenida. El tráfico estaba en su esplendoroso momento. Y realmente no tenía muchos ánimos de ver la cara de su padre. Sabía que el irme antes de la escuela lo preocuparía y no quería que se molestara con ella.

En la última clase la profesora tocó el tema de los divorcios en la actualidad. La taza de separaciones entre las parejas de todo tipo llegaba a su límite. La profesora había comentado que muchos de ellos eran ocasionados por matrimonios forzados, o por haberse casado muy jóvenes.

Tal vez el último fue el motivo de sus padres al tener su divorcio.
Pero ella sabía que ese requisito era sólo el principio de la situación.

Mikasa Ackerman Jeager.

Ella era hija del Arquitecto Eren Jeager y del Médico Forense Levi Ackerman.
La única historia que ellos le contaron cuando era una niña era de cómo se habían conocido. La versión de Levi era sobre una fiesta, y la versión de Eren era en la preparatoria.

Así es... Demasiado jóvenes los dos.

Empezaron su relación a mediados de la preparatoria; se habían mudado juntos para empezar sus respectivas carreras. Levi había terminado primero que Eren según le habían contado.
Ganándose un buen empleo.
Dos años después Eren había finalizado su objetivo, para después comenzar a laborar en una famosa empresa de Sina.

A los veinticuatro años habían decidido contraer matrimonio. Y un año después la habían adoptado. Ella tenía tres años cuando los conoció decidiendo que los quería como sus padres.

Los primeros dos años habían sido maravillosos; pero un año más tarde esa felicidad se había esfumado de la cara de sus padres.
Realmente ella no sabía qué demonios había pasado en aquel hogar tan feliz. Solamente sabía que tenía una rutina que cumplir a partir de un mes después. Levi se había marchado de su tan apreciado hogar. Eren había tomado a la niña exigiendo derechos; y ambos llegaron a un acuerdo.

Pasaría la semana con Jeager y el viernes por la tarde Ackerman debía recogerla y pasar el fin de semana con él.

Pero Mikasa no estaba conforme con eso. Ella quería a su familia junta de nuevo. Ya no era esa niña de seis años engañada por sus padres.

Claro que no.

Ella solamente quería saber el motivo de la separación de sus padres. Aunque ella sabía una parte del motivo por el que su hermosa historia de amor había concluido.
Pero no iba a descansar hasta volver a verlos juntos.

Llegó a su hogar esperando encontrarse con el castaño brindándole una feliz sonrisa como siempre. Abrió la puerta y se quitó el chaleco que la asfixiaba.

Eren Jeager se encontraba trabajando en su nuevo proyecto. El castaño se estaba concentrado tratando de hacer la perfecta ecuación para después plasmarla en sus bocetos.

Hola papá. — saludó la pelinegra.

Cielos Mika, te he dicho cientos de veces que me esperes en la escuela para yo recogerte. — contestó molesto.

Lo siento papá, pero si te das cuenta salí un poco antes y no quería esperar. —respondió la pelinegra.

Está bien, sólo porque eres la niña de mis ojos y no me puedo enojar contigo. — dijo dejando su trabajo para llegar a abrazarla y darle un sonoro beso en la frente.

¿Tienes hambre?—preguntó soltándola dándole espacio para respirar.
La pelinegra asintió dando una pequeña sonrisa.

Lamento si no es gran cosa hija, pero no me dio tiempo para preparar algo más grande. — lamentaba el castaño tomando camino hacía la cocina.

No tienes de que preocuparte papá, si me das una roca frita me la comería de todas maneras. — respondió detrás de él.

Eren le sacudió el cabello con una ligera caricia.
El moreno cuidaba a la chica como si de una reina se tratará. Eren tenía un horario pesado, pero le permitía atenderla como se debía. Mikasa miró mejor a su padre el cuál se encontraba calentando sus alimentos. Eren había empezado a cantar una de esas canciones pegadizas que sonaba en internet; sacándole risas a la azabache, la cual se unió al coro de la canción.

Adoraba a su padre.

El moreno había terminado de apagar la llama y empezaba a buscar los utensilios. Mikasa se dispuso a ayudarlo, ambos terminaron de acomodar la pequeña mesita que tenían por comedor.

Solo logré preparar este intento de comida china cariño, espero y te guste.— anunció su padre un poco desilusionado al no darle a su princesa una buena comida.

Mikasa fruncio el ceño. El castaño debía de estar bromeando, cocinaba de maravilla, incluso sabía cortar una manzana en forma de conejo y decía que le quedaba mal.
Ambos tomaron asiento y empezaron a comer.

Por lo menos tú si sabes alimentarme bien. — dijo quedamente la pelinegra.

¿Levi no te da de comer cómo debe de ser?

Nunca dije eso papá, ya sabes que mamá, perdón Levi— corrigió la azabache.-Sabes que no sabe cocinar.

¿Entonces de que te alimenta cuándo te quedas con él?— preguntó tratando de no perder los estribos.

Era patético que su ex-esposo no pudiera ni hacer eso.

Suele llevarme a restaurantes o pedir comida a domicilio. —respondió apenada por haber delatado a su otro padre.
Eren se agarró el puente de la nariz irritado.

¿Y el cabeza de pollo? Dime que por lo menos él sí sabe cómo preparar un sándwich. — su enojo se podía mirar en sus esmeraldas.
Mikasa rió ante el apodo que su padre le había puesto a la pareja de Levi.

Si papá, el cabeza de pollo como le dices sabe hacer por lo menos un sándwich.
La frustración dramática de Eren se había desvanecido en un segundo.

Tienes que alistar tu maleta, mañana Levi vendrá a recogerte después de la escuela como tenemos acordado. — dijo sirviéndose un poco más de arroz y carne agridulce.

Ya lo sé papá, terminando mi tarea me pondré a componer la maleta.— respondió la pelinegra para imitar a su padre.
Eren le dio una cálida sonrisa.

Ambos se quedaron hablando sobre cómo había sido el día de la azabache, la cual respondía a las hostigadoras preguntas de su padre.

La pelinegra se había retirado a su habitación a terminar sus deberes. Y Eren aprovecharía a platicar de manera tranquila con su ex-esposo sobre la manera en la que alimentaba a su adorado querubín.