"En serio no tienes remedio." Asuna rio. "¡De no haber sido por tu hermana habrías caído al lago! Ten más cuidado." La chica le reprimió suavemente con una sonrisa de derrota.
Kazuto sonrió apenado y se encogió de hombros despreocupado.
"No sé de qué te preocupas, de todos modos no me hubiera pasado nada." Kazuto le guiñó de manera pícara a la chica.
Asuna negó con la cabeza incrédula ante la terquedad de Kazuto mientras le sonreía de manera juguetona.
Cómo adoraba verla feliz. En ese momento estando los dos sentados contemplando las estrellas Kazuto se preguntó qué había hecho para merecer a una chica tan hermosa e increíble. Lo volvía loco, y si dependiera de él estaría con ella por siempre.
Al notar que Kazuto repentinamente se quedó callado con la mirada fija en ella Asuna no pudo evitar sonrojarse.
"¿Sucede algo?" Preguntó tímidamente.
Regresando a la realidad Kazuto negó inmediatamente con la cabeza.
"N-No, no." Kazuto aclaró rápidamente, pero no pudo evitar suspirar melancólicamente. "Es solo que… quisiera estar contigo un poco más."
Asuna frunció el ceño tristemente.
"También yo." Asuna acortó la distancia entre ellos para postrar su mano sobre la de él. "Pero últimamente he estado muy ocupada, y no quiero que mis padres sospechen. No quisiera saber qué harían si se enteraran."
"Tendrán que saberlo algún día." Kazuto le respondió en un tono serio. "Quiero que algún día nos casemos."
La forma en que sus ojos grises la miraron determinadamente y la resolución de sus palabras fueron suficientes para que Asuna perdiera el aliento y se le acelerara el corazón.
"Y-Yo… yo también." Asuna titubeó. "Pero-"
"Eres una princesa, lo sé." Kazuto la interrumpió. "Pero eso no va a detenerme."
Asuna se quedó sin palabras. Conmovida pero aterrada al mismo tiempo no pudo hacer más que mirarlo asombrada. Kazuto sí que era terco, cuando quería algo con todo su ser estaba dispuesto a hacer lo que sea por conseguirlo, pero aunque secretamente Asuna deseaba que lo consiguiera al mismo tiempo estaba aterrada de averiguar qué era lo que pensaría hacer al respecto.
Consciente de que tendría que regresar pronto para no causar sospechas Asuna tomó las mejillas de Kazuto en sus manos y acercó su rostro para besarlo. Fue un beso desesperado y anhelante, pero terriblemente breve y melancólico.
"Tengo que irme." Asuna susurró cabizbaja.
Sin darle la oportunidad a Kazuto de decirle algo más que la convenciera de quedarse con él aunque sea unos minutos más Asuna se apresuró en regresar hacia el castillo.
Abrumado por las diferentes emociones que lo infestaban Kazuto miró en silencio como la figura de Asuna desaparecía en la distancia. Detestaba verla irse, no quería tener que verla irse de nuevo. Ese momento de soledad cuando ella se apartaba de él se sentía frío y lo carcomía por dentro.
No podría continuar así, tenía que hacer algo al respecto.
"Entonces, ¿dices que te quieres casar con mi hija?"
Desde dónde estaba postrada al lado del trono de su padre Asuna solo podía mirar horrorizada como Kazuto se arrodillaba ante el rey y la reina después de haber pedido la mano de su hija en matrimonio.
El rey y la reina se miraron el uno al otro.
Shouzou, el rey, se veía confundido y hasta un poco desconcertado. ¿Por qué tan repentinamente un plebeyo se les acercaría con tanto descaro a pedir casarse con su hija? ¿En qué estaba pensando? Le daba la impresión de que algo había ocurrido detrás de sus espaldas que explicaba la bizarra situación.
Pero Kyouko, la reina, estaba completamente furiosa. Miraba a Kazuto con desdén y repulsión por tener la audacia de hacer una petición tan increíblemente absurda. ¿En serio pensó que sería digno de casarse con Asuna? Ella era una princesa, de un mundo completamente diferente al suyo. Ella tenía otro futuro como realeza, además de que aún no estaba decidido si la casarían con un príncipe de otro reino. De ninguna manera perdonaría tal atrocidad de un simple plebeyo.
"Así es majestad." Kazuto respondió cordialmente, su frente casi tocando el piso en un esfuerzo por enfatizar su reverencia.
Shouzou no estaba del todo seguro de cómo responder, pero antes de que pudiera hacerlo Kyouko se levantó abruptamente de su trono y caminó hacia Kazuto hasta que él estuviera frente a sus pies.
"¿Qué te hizo pensar que aprobaríamos de una petición tan ridícula? ¿Qué podrías ofrecerle a mi hija que no tiene ya o que un verdadero príncipe no podría darle?" Kyouko preguntó con desdén.
"Mi completa devoción." Kazuto replicó firmemente, luchando por mantener su compostura ante la imponente presencia de la reina. "La amo con todo mi ser. Juro protegerla con mi vida y solo darle felicidad."
Kyouko lo miró con escepticismo y rencor. No importaba qué tan honesta u elaborada fuera una confesión de amor, no significaba nada para ella.
"Yo haría lo que sea por ella." Kazuto agregó con firmeza.
Sintiendo la ira que estaba por desbordar de su madre Asuna comenzó a caminar hacia Kazuto para abrazarlo y defenderlo si fuese necesario, pero fue detenida cuando Kyouko bloqueó su camino con su brazo.
"¿Lo que sea?"
Kazuto se armó de coraje para alzar la vista.
"Lo que sea." Kazuto afirmó.
Kazuto no había mentido cuando dijo que haría lo que sea por Asuna, sin embargo no había pensado que la reina fuese a usar esa determinación en contra suya.
Inicialmente estaba confundido cuando fue escoltado repentinamente por un par de guardias y la reina al cuarto más alto de una torre, y considerando que Asuna seguía a su madre con una expresión perpleja durante todo el trayecto supuso que ella tampoco tenía idea de lo que iba a suceder.
Al llegar al final de las escaleras de la torre Kyouko se detuvo y abrió la puerta permitiendo que Kazuto entrara primero. Cautelosamente Kazuto miró el interior de la habitación, y su confusión solo fue mayor al ver que era un cuarto lleno de nada más que montañas y montañas de paja.
Kazuto giró para mirar a la reina esperando una explicación.
"Dijiste que harías lo que sea." Kyouko le recordó. "Así que quiero que transformes toda esta paja en oro para el amanecer. Si fallas serás ejecutado."
Kazuto sintió como su cuerpo se heló.
Dijo que haría lo que sea, y no había mentido. Pero eso era imposible, y la reina lo sabía.
¿Tanto quería deshacerse de él?
"¡No!" Asuna gritó desesperada. "¡¿Madre qué te sucede?! ¡Eso es imposible y lo sabes!"
Asuna intentó pasar al lado a su madre para correr hacia Kazuto pero fue detenida abruptamente por los guardias. Se forcejeó y peleó con todas sus fuerzas, pero sin importar cuánto luchara fue arrastrada de regreso para descender las escaleras.
Las miradas de Kyouko y Kazuto se cruzaron, y Kazuto pudo jurar que por un instante vio malicia brillar en sus ojos.
"Veamos si tus sentimientos son tan fuertes como lo aseguras."
Kazuto cayó a sus rodillas cuando la puerta se cerró frente a él de un portazo y del otro lado se escuchó como se giraba una llave para encerrarlo por completo.
¿Así era como iba a terminar? ¿Sin siquiera tener una oportunidad de probarse a sí mismo y teniendo que esperar agonizantemente a que saliera el sol por su cuenta'
Sus manos comenzaron a temblar.
No quería morir. No estaba listo. Tenía tantas cosas que quería hacer con Asuna a su lado, quería envejecer con ella y pasar el resto de sus días juntos como esposos.
Ni siquiera tenía la opción de escapar. La puerta estaba cerrada y solo había una solitaria ventana con barrotes que no lo dejarían pasar. Incluso aunque pudiera salir la caída que lo esperaba era muy peligrosa, e incluso si la sobreviviera al escapar seguramente sería prófugo de la ley y no podría ver a Asuna de nuevo.
No había nada que pudiera hacer.
Desamparado Kazuto se sentó contra la pared y abrazó sus piernas a su pecho, escondiendo su rostro en sus rodillas cuando lágrimas empezaron a desbordarse de sus ojos.
Un escalofrío recorrió su espalda cuando Kazuto dejó de sentir los rayos del sol sobre su cuerpo para ser reemplazados por la luz de la luna.
"Vaya, pero qué escena tan penosa."
Kazuto alzó la cabeza asustado al escuchar la voz desconocida y se puso de pie abruptamente al ver un hombre alto y rubio que jamás había visto antes frente a él. Lo que más llamó su atención sin duda alguna fue el par de alas que el desconocido tenía en su espalda.
¿Acaso era un hada?
"¿Quién eres?" Kazuto preguntó desconcertado.
"Soy la respuesta a tus plegarias." El hada se encogió de hombros despreocupado. "Y con mucho gusto convertiré toda esta paja en oro si así lo deseas."
Kazuto lo miró asombrado. ¿No estaba alucinando verdad? Parecía demasiado bueno para ser verdad.
"¿En serio puedes hacerlo?"
"¡Por supuesto!" El hada rio presumido. "Pero espero comprendas que quiero algo a cambio."
Desesperado Kazuto no titubeó en tomar el collar de plata que llevaba en su cuello para ofrecérselo al extraño. Había sido un gran hallazgo en una de sus visitas al mercado, y aunque si fue relativamente costoso no tenía ningún valor sentimental como para detener a Kazuto de entregarlo.
El hada tomó el collar en sus manos, lo observó detenidamente por un momento y sonrió satisfecho al guardarlo entre los pliegues de su prenda verde.
Sin decirle otra palabra a Kazuto el hada tomó asiento junto a la pila de paja más cercana, y con un simple toque de sus dedos comenzó a transformarla en oro.
Kazuto no podía creer lo que estaba viendo. Aunque personalmente nunca había conocido un hada y mucho menos sabía de lo que podían hacer, ver con sus propios ojos como la paja se volvía oro era alucinante. De no verlo él mismo definitivamente no lo habría creído.
Sintiendo un peso inmenso dejar sus hombros Kazuto se dejó caer contra la pared y se deslizó hacia el suelo aliviado.
Iba a vivir. Vería a Asuna de nuevo.
La felicidad lo invadió, y con sus preocupaciones ya olvidadas los ojos de Kazuto comenzaron a cerrarse hasta que perdió las fuerzas para mantenerlos abiertos.
Ahí va el primer capítulo! Muchas gracias a las chicas del grupo SAO Fickers por organizar este evento! Sé que inició desde San Valentín pero no quería subir nada hasta tener la historia casi terminada, así que me alegra decir que ya tengo otros dos capítulos listos y solo falta el último!
Para futura referencia, el hada de esta historia que juega el papel de Rumpelstiltskin es Oberon. Como Kazuto no sabe su nombre y es un dato importante para la historia no lo mencionaré hasta el final, así que quería aclararlo desde el inicio (para que no lo confundieran con Eugeo o algo).
Espero lo hayan disfrutado!
