Disclaimer: Los personajes pertenecen a JK Rowling, no gano dinero con esto, tan solo me divierto.

Nota de la autora: Es un fic cursi, medio songfic, que se me acaba de ocurrir escuchando una canción de Amaral. Resurreción.

RESURRECIÓN.

Estaba nervioso, muy nervioso, su pareja estaba allí, en la habitación de al lado, sufriendo y el no podía hacer nada. Había entrado, como no hacerlo, pero esa odiosa enfermera le había echado, a él, y todo ¿por que? Por haberla gritado y llamado incompetente- Bufó al pensar en ello- Es que no entendian, que estaba nervioso, no comprendían como se encontraba él.

Y ahora estaba allí oyendo los gemidos de dolor de su niño, deseando entrar y salvarle de esa agonía.

-No Severus, no, tienes que ser sensato, ni te comportes como un chiquillo, sabes que es asi como tiene que ser- se repetía en voz baja a modo de mantra, mientras se paseaba de arriba abajo por el pasillo, bajo la divertida mirada de Dumbledore y las curiosas de Hermione y Ron.

Iba a gruñirles por observale de ese modo, cuando oyó un llanto, un llanto fuerte que le informó de que estaba todo bien, que Harry lo había conseguido.

Sin esperar invitación alguna, irrumpió en la habitación dispuesto a luchar con fiereza a quien intentara echarle de llí, cuando una pequeña figura envuelta en mantas en brazos de su padre ocupó su mirada.

Practicamente voló hacia la cama, para verle, besó a Harry en la frente, observó por primera vez a su hijo. Era tan perfecto. Su alma estaba dividida entre la emoción y la gratitud. Por que él sabía muy bien que no se merecía ese regalo.

Cogiendo a su hijo, y perdiendose en sus claros ojitos, recordó los mas grandes errores de su vida, preguntandose como era posible que el cielo le perdonará aquello y encima le permitiese alcanzar la felicidad

Siento que mi alma se encuentra perdida
que se juntan la noche y el día
siento que si te veo
terremotos recorren todo mi cuerpo

Pero allí estaba, su marido, el hijo de su nemesis escolar y su primogenito, no puedo evitar esbozar una sonrisa, llena de dulzura mientras arrullaba a su pequeño.

Antes de llegar siquiera a conocerte
mucho antes ya te quería
como a lo inalcanzable
sí, así, así, así te quería
.

Todo comenzó con una borrachera, después de la derrota del Señor tenebroso, una borrachera como otras tantas, salvo por el detalle, de que la persona que estaba enfrente suyo, con los ojos clavado en su vaso de Firewhisky, era él, su alumno mas odiado, salvador del mundo mágico.

Había visto crecer a su hijo en el interior de Harry, se había maravillado con sus movimientos, saltó de emoción al notar sus primeras patadas.

Haces que se vaya mi melancolía
me devuelves de nuevo a la vida

Tú haces que se vaya mi melancolía
me devuelves de nuevo a la vida

Todo eso, quedaba atrás, ahora tenía otra aventura a la que enfrentarse, Ewan Potter Snape, viviría rodeado de amor, del amor que ninguno de sus dos padres recibió en la infancia, y viviría una vida feliz, sin preocupaciones.

Volvía a vivir, con mas ganas que nunca. Había resucitado.

Bea Snape