Renuncia de derechos: Harry Potter no es mío, sino de J. K. Rowling; igualmente, Naruto es de Masashi Kishimoto. Estoy tomando parte de ambos universos sin fines de lucro y con el único fin de hacer feliz a alguien que conmemora el día de su nacimiento. Por otro lado, trama y algunos personajes sí son míos, por lo que me reservo su uso.
Advertencia: por si el párrafo anterior no les dio las suficientes pistas, esto es un crossover. Habrá irregularidades (por no decir cambios descaradas) a detalles de ambas obras, al por mayor, así que si no les gusta semejante perspectiva, ya pueden irse retirando.
Este fic participa en el topic "¡Feliz cumpleaños!" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Para xotug, a quien le deseo que cumpla muchos años más y a quien hay que culpar por lo que están por leer. Cumpleañero, lo que importa es que a ti te guste y que yo me divierto escribiendo.
Prólogo.
10 de octubre de 1979.
Isla Katera (1), Archipiélago Senshi (2), Japón.
Aldea Oculta entre las Hojas (Konoha).
Desde que el archipiélago Senshi se designó como sitio de entrenamiento de la Guardia Imperial, el Ministerio de Magia de Japón ordenó que se le hechizara como inmarcable. Los únicos que podían entrar y salir eran los residentes oficiales y unos pocos funcionarios autorizados para ello. Su sistema político era prácticamente independiente, por lo cual podían iniciarse y terminarse conflictos sin mucha interferencia externa, para desatino del Ministerio.
A finales de los años setenta, las diversas secciones del Escuadrón Ninja se recuperaban de lo que daban por llamar Tercera Gran Guerra. Habían surgido diferencias irreconciliables entre algunos de los líderes, lo cual llevó a pelear por el triunfo de su opinión, lo que visto desde fuera, le parecía al Ministro de Magia una pérdida de recursos y vidas humanas. Sin embargo, era obvio que la "gente de fuera" no comprendiera el enfrentamiento.
En fin, a finales de los años setenta, la Tercera Gran Guerra había terminado y se hizo recuento de los daños en el Escuadrón Ninja. Tratados de paz fueron firmados y se reestructuraron varios programas de entrenamiento. Poco a poco, las cosas parecían volver a la normalidad.
Poco después, llegaron noticias del exterior, anunciando que en la isla de Gran Bretaña había estallado una guerra civil. Al Ministerio de Magia de Japón llegó una solicitud de ayuda, que se canalizó al Departamento de Cooperación Mágica Internacional para su análisis. El jefe de dicho departamento no consideró apropiado apoyar a Reino Unido, pero poco después, la información llegó a oídos de los líderes de la Guardia Imperial, quienes apelando directamente al Emperador, consiguieron permiso para enviar a unos cuantos de los suyos allá.
Mientras todo esto ocurría, llegó el otoño al archipiélago, acompañado de un ambiente de paz que complacía a todos sus habitantes. Nadie imaginaba que pudieran tener algo de qué preocuparse, con los ánimos de todos los Kage (3) calmados al fin.
Fue entonces que llegó el diez de octubre. Aquella fecha no se olvidaría fácilmente.
En apariencia, todo estaba normal, a excepción de que intentaban encontrar al Cuarto Hokage (4), y recibían como respuesta que debió salir inesperadamente de la población principal de la isla, la Aldea Oculta entre las Hojas, conocida también como Konoha o la Aldea de la Hoja. Una mujer recordaba haber visto a la esposa del Hokage el día anterior, pero no sabía nada más al respecto.
En cierto momento de la noche, se escuchó una explosión en las afueras del poblado, lo cual hizo a la gente girar las cabezas en todas direcciones, al tiempo que una fuerte sacudida del suelo hacía vibrar las paredes de diversos edificios y claro, a varios transeúntes. Lo que se encontraron al localizar la fuente del ruido no era alentador.
Un enorme zorro, de pelaje rojizo y con muchas colas, emitió un furioso rugido.
El pánico se esparció rápidamente entre los civiles, quienes fueron evacuados con los aprendices más jóvenes, en tanto los ninjas de mayor rango iban a controlar aquella eventualidad. Estaban preocupados y con toda la razón: conociendo a la criatura y lo que de ella se contaba, no podía esperarse nada bueno de su presencia.
Fueron momentos de confusión en los cuales el Tercer Hokage, ya jubilado, intentó ayudar en todo lo posible, aunque apenas pudo hacer algo. Poco después el Cuarto se hizo cargo, pero fueron contados aquellos que se enteraron de lo que debió realizar para contener la amenaza.
De aquel día, quedaron dos recuerdos bien grabados en la memoria de la gente de Katera.
Uno, el Cuarto Hokage había muerto en cumplimiento de su deber.
Dos, el monstruoso zorro ahora estaba sellado en un niño recién nacido.
Ese día traería consecuencias y a su vez, los sucesos en él eran una consecuencia, pero nadie lo sabría hasta mucho, mucho después.
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31 de octubre de 1981.
Isla de Gran Bretaña.
Valle de Godric.
El estallido se oyó amortiguado, pero los vecinos no le dieron importancia, debido al jolgorio por la noche de Halloween. No fue sino hasta que alguien avistó humo que provenía de una posición cercana, que las cosas comenzaron a degenerar en miedo.
El alguacil de Valle de Godric, acompañado por algunos voluntarios, emprendió la marcha hacia donde suponían que era el origen del humo. El grupo fue a dar a una de las calles laterales, que era poco transitada en días de fiesta como aquel y además, con una actividad tranquila por parte de los habitantes. Algunos de los residentes en aquella vía, por cierto, rodeaban la entrada a una de las propiedades, estirando cuellos o cuchicheando con el de junto.
Al ver llegar al alguacil, el grupo le abrió paso para que se diera cuenta, por sí mismo, de la gravedad del desastre.
Una casa estaba parcialmente destruida, como si una bomba hubiera estallado en la planta superior y no hubiera conseguido hacer todo el daño que pretendía.
En segundos, el hombre de la ley organizó lo que debía hacerse. Pidió a sus voluntarios que entraran con cuidado y buscara sobrevivientes, a la vez que pedía a los vecinos que alguno de ellos le permitiera telefonear a la central más cercana. Aquello debía investigarlo gente con más rango que él, además de que quería garantizar la seguridad de sus conciudadanos…
Al día siguiente, varias personas en Valle de Godric tendrían un considerable hueco en su memoria sobre la noche de Halloween de ese año.
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(1) El nombre está formado por ka (otra pronunciación de hi, fuego) y tera (templo). Literalmente significa Templo del Fuego.
(2) El vocablo senshi, en japonés, quiere decir soldado, guerrero.
(3) En japonés, kage significa sombra.
(4) Literalmente, sombra de fuego.
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Sean bienvenidos a una de las locuras más grandes en las que me he metido. En serio, agradezcan al del cumpleaños: de no ser por su petición, ni se me habría pasado por la cabeza escribir esto.
Quizá pocos lo sepan, pero además de HP, también me gusta Naruto, aunque la historia de cómo llegué a ese manga es curiosa (Bell rueda los ojos mientras sonríe con sarcasmo). Mientras que de HP he escrito montones de fics, de Naruto solo tengo uno, lo cual fue parte de la razón por la que me lanzara a escribir este regalo. Y sí, antes de que lo piensen, fusionar Naruto con HP puede sonar raro, incluso imposible, pero la manera en que pienso hacerlo es una que espero que funcione.
Y ya sé que el prólogo es corto y que no parece decir gran cosa, pero conforme transcurra la historia, espero que le hallen un poco más de sentido. Eso y que ojalá al chico del cumpleaños le guste, claro está, ¿qué sería de mí si el regalo no gusta?
Cuídense mucho y nos leemos en el siguiente episodio.
