TORMENTAS DE ARENA:
DISCLAIMER: Nada pues tendré que aumentar la puja porque tanto GRRM como HBO se niegan a venderme los personajes, así que los voy a tomar prestados por un ratito.
AVISO: Este fic participa en el reto 54 "Títulos de drabbles" del foro "Alas negras palabras negras"
Venganza:
Le había perdido para siempre.
Sientes que se te desgarra el alma, esparciendo los trozos de tu corazón roto sobre la arena de combate.
Las piernas te flaquean y caes al suelo sobre tu propio peso.
Tu mirada se ensombrece al sentir el contacto de esa sustancia salada y caliente que inunda tus mejillas.
Los gritos te ahogan y te arrancas los pelos en un intento desesperado de auto convencerte que esto tan solo es una pesadilla, que pronto te encontraras en el lecho junto a la víbora, la misma víbora que te dio a probar el único veneno capaz de acelerar el ritmo de tu corazón, de mantener tu mente en vela por noches pensando en esos ojos negros y alargados.
Te acercas al cuerpo, temerosa y sin alzar la mirada. Tienes miedo de no despertar. Lentamente alargas tu mano hacia ese rostro, que tantas veces acariciaste, esos labios a los que besaste con locura y pasión. No lo reconoces, una sustancia caliente y viscosa empapa tus manos, pero aun así sigues palpando esos rasgos, buscando alguna evidencia de que ese es el cuerpo de tu amado. No lo reconoces.
Unos brazos fuertes te asían, intentan apartarte del cuerpo. "Está muerto, Está muerto" sus voces se escuchan lejanas, apagadas, irreconocibles. Te sorprendes al oír el tono de tu propia voz, mientras luchas contra esos brazos que te agarran, te revuelves, liberándote del abrazo. "Soltadme, soltadme, no está muerto, no está muerto…"tu voz inaudible por los sollozos, posee un matiz incrédulo y está llena de dolor, es una voz rota.
Te aferras a su cuerpo, pero ya no sientes el calor sofocante de Dorne, que sentías al abrazarle, al besarle… sino que un frio cortante te envuelve. Su aroma también ha desaparecido, su fragancia a jazmín y especias exóticas, se ve reemplazada por un intenso hedor a muerte, huele a podredumbre, a tierra húmeda… en cierto modo te recuerda al lecho de pulgas… es el olor de un cuerpo que pronto será pasto de los gusanos.
El sol de Dorne se ha apagado, y con él se ha ido tu alma. Las noches serán frías y oscuras sin él, ninguna vela podrá alumbrar la oscuridad de la noche, ni darte calor tras la muerte de la víbora. Él era el sol de Dorne y ninguna vela podría reemplazarle.
A pesar del dolor por tu mente corren los recuerdos de vuestro amor, un amor envenenado, pasional y afrontémoslo principalmente carnal, pero no por ello impuro.
Él nunca fue tu juguete, por mucho que jugaras con él y quieres pensar que para el fuiste más que una muñeca de porcelana frágil y delicada con la que jugar, por mucho que eso fuera lo poco que quedaba de ti ahora: Una muñeca de porcelana rota.
No sabes cuanto tiempo pasaste tendida a su lado, segundos, horas o minutos… lo único que sabes, lo único que recuerdas fue ese sentimiento nuevo que te embargo al descubrir que no podrías vivir, no sin él. No hasta que su veneno se inyecté por todo Poniente.
