AVISOS: Ligero ooc /creo v':/ pues no sé si las actitudes están bien c':
Yaoi (Hombre x Hombre) si no te gusta, VETE.
Humor y romance.
No.
Él no había dicho eso.
Oh sí... Sí lo había dicho...
-Lovi, no es para ponerse así...-
-Tú... Has dicho... Que la comida italiana, no, MI comida...-
-¿Lo...Vi?- El moreno se empezó a preocupar por su alma.
-Tú... Bastardo...- El italiano crujió su mandíbula con ira.
-Mierda...- El español se levantó suavemente de la silla, y empezó a dar pequeños pasos hacia la salida.- Tranquilo Lovino... E-Era una broma...-
Romano parecía un demonio.
UN ESPELUZNANTE DEMONIO.
(Más que normalmente, claro...)
-HAS INSULTADO MI COMIDA.- Pero fue tarde.
El joven saltó a su dirección, con el fin de despellejarle vivo.
-NO ME ARREPIENTO DE NADA.- Gritó el más mayor, pidiendo piedad mientras el menor intentaba asesinarle con sus propias manos.
-Ciao~ Ya estoy en casa~- Una voz cantarina surcó el aire hasta llegar a sus oídos, pero al parecer ninguno de los dos la oyó, pues estaban muy metidos en su pelea infantil.
-E-Eh... - Se dieron cuenta por fin de dos presencias más en la habitación cuando una tos ronca sonó, y pararon por un momento; quedando Lovino encima de Antonio, sentado en su cintura y agarrándole por la camisa.
Los dos miraron a las dos personas a su lado.
Uno, mirándolos confundido y preocupado; de brillantes ojos ámbar y cabello castaño: El hermano menor de Romano, Feliciano, más conocido como Italia Venecciano.
Y el otro, con la seriedad tatuada en el rostro, de fríos ojos azules y cabello rubio /casi blanco/ peinado hacia atrás: Alemania, o Ludwig.
-La comida está en el refrigerador; ya hice la colada y limpié la casa.- Dijo Romano.- Pero no vuelvas a traer a esa patata bastarda.- Dijo señalando al alemán con la barbilla.
-Tú traes a España-nii y no te digo nada.- Protestó el menor.
-Eso es verdad~- Interrumpió Antonio.
-Tú cállate, España idiota.- El italiano le sacudió varias veces.
-Bueno... Nosotros... Nos vamos al patio.- Italia sonrió nervioso y tomó a Alemania del brazo; el cuál había estado en silencio hasta el momento.- Les dejamos solos -
Por un momento todo quedó en un silencio incómodo.
-A ver, si tanto dices que tu comida es deliciosa; hagamos una apuesta.- Una sonrisa gatuna apareció en el rostro del español.
-¿Qué clase de apuesta...?- Respondió desconfiado el menor, soltándole y levantándose rápidamente.
-Una de comida~
-Explícate, bastardo.-
-Haremos una batalla.- Levantó los brazos con pereza.- Mi comida contra la tuya.
-¿Tú sabes cocinar?- Lovino rió.- No bromees tonto español.
-Vamos~ vamos~- Canturreó divertido por los intentos del italiano al insultarle.
-Está bien...- Rodó los ojos y chasqueo la lengua.- Pero sólo porque no quiero tenerte lloriqueando por aquí.
-A-Ham~ - El español ya estaba tomando ingredientes, y el italiano, al ver esto, se apresuró a alcanzarle.
Después de una hora (O un poco más) cocinando, los dos jóvenes tomaron sus platos ya preparados y los pusieron sobre la mesa.
Paella española versus un plato de pasta al dente.
-Le pediremos a Ita-chan y a Alemania que prueben estos platos~ -
-Sí, sí...- El italiano miraba desafiante como su "rival" caminaba fuera de la cocina.
Miró las dos comidas y suspiró.
¿Por qué su corazón latía tan rápido cuando estaba junto a él?¿Aún peleando?
Miró su mano.
¿Qué eran esas cosquillas en sus palmas cuando tocó la piel del moreno?
¿Por qué le pasaba eso a él?
-Ya estoy aquí~
La voz cantarina llegó a sus oídos haciendo a sus mejillas sonrojar levemente.
Simplemente gruñó en contestación mientras apartaba la mirada.
¡¿Cómo iba a mirarlo a los ojos después de eso?!
-Ve~ Se ve delicioso...- El segundo italiano y el alemán se sentaron en la mesa, el primero con una sonrisa ilusionada y el otro juzgando la comida con la mirada.
-¡Coman!- Ordenó Lovino apoyando sus manos en la cadera.
Obedecieron y probaron un poco de los dos platos.
-¿Y bien?- Preguntó tranquilo el español.
-Ve~ Me gusta mucho la pasta Pero...- Puso una mueca que podría considerarse adorable.- En esta ocasión debo de alabar la paella~
-Hum...- El italiano mayor torció su boca.
El español sonrió agradecido.
-No está tan bueno como el wurst... Pero le doy la razón a Feliciano.
Los dos se retiraron, con el veneciano mirando a su hermano mayor preocupado.
-Bien bien~
-C-Cállate...- Miró hacia abajo sonrojado.
-Gané - El mayor sonrió con orgullo.
-C-Calla...- Se molestó el menor.
-Pero, ¿Sabes qué?- El español colocó sus manos alrededor de Lovino.- Prefiero la comida italiana.
Y entonces el italiana notó un tacto suave y dulce sobre sus labios.
¿Le estaba...
Y se separó, riendo.
...Besando?
-Sip, mil veces más.- Susurró contra su rostro.- Amo la comida italiana~
C': Primera vez que escribo sobre Hetalia y akdbajjd
Creo que me quedó bien (?)
'Yo-chan ama el Spamano, el Gerita, el UsUk...'
Bai.
