Yo digo ¿dónde se van las ideas cuando una las necesita? En fin, supongo que no tenía de otra, si no hacía esto no iba a estar tranquila, y considerando que estoy en parciales tampoco estoy en mi mejor capacidad, sinceramente. Pero bueno, no quiero distraer más, veamos que estoy haciendo XD. Ah sí, por favor cualquiera de algún foro de malos fics le pediría amablemente que por favor no estoy con ganas de soportarlos. No es que crea que esta historia sea precisamente mala pero más vale prevenir que lamentar.
Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo
Habían pasado varios días desde que la guerra contra Aizen había terminado. Y de alguna forma, poco a poco, las cosas parecían retomar su cauce natural, al menos para la mayoría, entre las personas a las que esa guerra les había dejado cicatrices difíciles de borrar estaba el capitán del décimo escuadrón.
Por alguna razón, Tōshirō no paraba de entrenar, simplemente entrenaba, no podía parar, nada era suficiente, por más que entrenara no lograba lo que quería, no sentía que fuera suficiente.
Matsumoto podía ver que su capitán mejoraba cada vez más, pero también notaba algo que la entristeció. Su capitán no había podido seguir adelante. Al principio había creído que sí había estado avanzando, pero luego puedo notar como él realmente había quedado estancado en el pasado, con la sola idea de haber fallado.
Podía ver cómo él no dejaba de culparse por los errores cometidos, como estaba obsesionado con la idea de ser más fuerte, como no podía dejar de pensar en otra cosa. Quizá ya no estuviera Aizen, pero su sombra parecía aun acosar al joven capitán.
Realmente había sido un golpe duro para Tōshirō, la guerra había dejado en el joven una cicatriz que no podía cerrar, que de hecho, el joven mantenía abierta, quizá de forma inconsciente. Quizá se podía entender su razón, ver a tu amiga apuñalada por tu propia mano nunca es agradable, pero parecía que nadie se daba cuenta de ese hecho y solo seguían con sus vidas, creyendo que simplemente quería volverse más fuerte, sin ver la oscuridad que rodeaba el corazón del joven. Solo unos pocos lo veían y no podían hacer más que observarle. Matsumoto era una de ellas.
Desgraciadamente, todos tenían sus problemas, no podía detenerse a pensar en los demás en ese momento, además que bien podían pensar que sería solo algo temporal.
Varios días después, sin embargo, la situación de Tōshirō no parecía haber mejorado. No había parado de entrenar lo cual en algún momento terminó como tenía que terminar: con él cayendo inconsciente presa del cansancio.
— Era una suerte que Matsumoto le viera todo este tiempo o quizá se hubiera quedado ahí hasta recuperar la conciencia y volver a empezar, sin embargo, al estar su teniente fue, en cambio, llevado al cuarto escuadrón dónde se le trató adecuadamente.
— Se esfuerza demasiado — mencionó Unohana — eso no es saludable para él, debe descansar un poco.
— Descuide capitana, de eso me encargaré — dijo Matsumoto.
— Eso espero, teniente. El capitán Hitsugaya es fuerte, pero aun tiene mucho camino por recorrer. Todos cometemos errores, debe hacerle recordar que todos fallamos en la guerra, así que no tiene de que avergonzarse.
— Usted no apuñaló a Hinamori por la espalda, capitana — contestó Hitsugaya, sorprendiéndolas de que estuviera despierto.
— Así que es eso — observó la capitana Unohana.
— Capitán, por favor, debe descansar — le pidió Rangiku al ver que el joven hacía su esfuerzo por levantarse.
— Estoy bien Matsumoto, no tienes que preocuparte.
La verdad es que Tōshirō se encontraba de todo menos bien, bajo sus ojos unas enormes ojeras se habían formado, y se podía notar que había bajado algo de peso. No, definitivamente bien no era la palabra que le definía en ese momento.
Era una suerte que fuera la capitana Unohana quien estaba tratando con el terco jovencito, ya que en pocos minutos este se encontraba descansando, aunque a regañadientes, en la cama de su habitación.
No podía dormir, no debía estar perdiendo el tiempo en cosas como estas, debería estar entrenando. Sabía que Aizen ya no sería un problema pero de alguna forma no podía estar tranquilo. No podía estar seguro de si era preocupación de que escapara, simplemente no estaba tranquilo de saber que aun seguía con vida.
Se levantó con cuidado, Matsumoto podía estar cuidando. Había algo que debía hacer, solo había una cosa que le podría ayudar a pensar con claridad, lo único que podría ayudarle a calmarse.
Debía ir a ver a Aizen.
No le diría nada, solo necesitaba ver que estaba ahí, saber que no podría hacer nada, debía poder convencerse de ello. No era que pensara en dejar de entrenar pero, podía admitirlo, quizá se había sobrepasado un poco con el entrenamiento, aunque no lo fuera a admitir en frente de nadie.
No fue una tarea fácil, después de todo se trataba del nivel más bajo de la prisión pero, aun si no lo admitiera, su estatura daba mucha facilidad de acceso, además de que fuera de todo, era un capitán.
Ahí estaba, en una celda, completamente vendado y sujeto a una silla, Aizen. Tōshirō se acercó en silencio.
Al ver a su enemigo en ese estado, no pudo evitar soltar un suspiro, las palabras y las emociones salieron sin que él se lo hubiera propuesto.
— ¿Cómo? — comenzó — Vine aquí para convencerme de que no podías hacerme nada, me aseguré de que nadie me viera, me aseguré que no hubiera problemas, ni peligro en venir a verte ¿entonces por qué? Te veo aquí amordazado, vendado por completo, estás completamente sellado, aunque sé que no morirás sé que no hay forma de que escapes por tu cuenta ¿y entonces cómo? — le miró con odio, esperando una respuesta que nunca llegó — ¿Cómo es que aun viéndote sellado, sin ver tu rostro, veo esa maldita sonrisa? ¿Cómo puedo sentir tus palabras salir de tu garganta y pegarse en mi mente? He entrenado, maldita sea, he entrenado hasta que he caído inconsciente ¿y entonces porque siento que aun no es suficiente? Te odio, odio todo lo que tenga que ver contigo.
Otro suspiro, se notaba que hacía un esfuerzo por mantener su voz firme.
— Quisiera matarte, pero para mí maldita suerte eres inmortal — una amarga sonrisa apareció en su rostro — Te odio con toda mi alma ¡quiero destruirte, maldición! — soltó exasperado — ¡No podré estar tranquilo hasta no verte muerto! ¡Maldita sea Aizen! ¡¿Qué rayos me has hecho? ¡¿Por qué no puedo seguir adelante contigo en mi cabeza?
Había perdido por completo el control de sí mismo, pero no parecía importarle, ni siquiera por el hecho de que estuviera ahí de forma clandestina y que nadie debiera descubrirle.
— ¡Solo lastimas, no tienes en cuenta los sentimientos de los demás! ¡Eres un maldito que no le interesa nada más que si mismo! ¡Te burlas de la gente que confía en ti! ¿Sabes qué? ¡Ni das lástima! — soltó de repente — ¡Tú te quedarás aquí por miles de años! ¡Nadie te vendrá a ver! ¡Estarás solo! ¡No hay una sola alma que vendría por ti!
"¿Seguro que ni siquiera Hinamori vendrá? ¿Ni siquiera por un momento? No lo creo, ella nunca podría olvidarse de mí, porque llegué a ella más lejos de lo que tú jamás llegarás a su corazón" escuchó una voz en su mente, una voz que no podría quitarse de la cabeza. Miró a todos lados sin encontrar la fuente de origen del sonido, para luego volver a ver a la figura frente a él, intentando negar que realmente había escuchado esa voz y de quién provenía "no" pensó "no puedes hablar, no puedes ver, no puede haber forma de que me estés hablando" intentó convencerse "pero lo estoy haciendo Tōshirō" escuchó nuevamente esa voz "debo admitir que esto impresionado, te siento más fuerte desde la última vez que nos vimos, y ni siquiera ha pasado tanto tiempo, por algo eres considerado un prodigio ¿no? Te daría una palmada en la espalda pero como ves estoy algo indispuesto para ello".
— ¡Maldición! ¡¿cómo puedes hacer esto? ¡creí que porque estabas sellado, al igual que tu Reiatsu, no podrías hacer nada!
"La verdad esto es una sorpresa hasta para mí, no creí que pudiera comunicarme con alguien, y mucho menos creí que pudiera ser contigo, me pregunto que tendremos en común para no perder nuestra conexión aun cuando estoy en este estado. En fin, al menos es entretenido, ya me aburría de estar aquí solo y sin poder hablar con nadie. Supongo que es mejor hablar contigo ¿no?".
— Maldito enfermo — musitó antes de darle la espalda para marcharse, no pensaba quedarse ni un minuto más a escucharle.
"¿Y cómo está Hinamori, por cierto? ¿Ya se ha mejorado de la herida que le provocaste, Tōshirō?" le escuchó nuevamente, ese comentario bastó para enfurecerle, giró el rostro volviendo a encararle — ¡todo esto es tu culpa Aizen! — gritó sacando a Hyourinmaru. Mandando al diablo esa estúpida condena, dispuesto a cortar en pedazos al maldito que aun en ese estado jugaba con su mente.
"¿Sabes Tōshirō? Me equivoqué" le escuchó decir "creí que te habías vuelto más fuerte, ahora veo que eres más débil, pero está bien, es un placer ver que al menos alguien no se olvidará tan fácilmente de mi, claro, cuando te aburras de esto siempre puedes matarte, aunque preferiría que tardes un poco, y que vengas más seguido, sino, me quedaré sin alguien con quien jugar por mucho tiempo, y créeme que no es divertido estar aquí".
Tōshirō apretó a Hyourinmaru con fuerza, hasta que tuvo un segundo de calma para volver a guardarla — no pienso darte este gusto Aizen.
"Descuida Tōshirō, no esperaba menos de ti, espero volver a verte pronto, este lugar brilló por un segundo ¿sabías? Quizá no sea tan malo, quizá hay una buena razón para esto ¿no lo crees?".
— Espero que te pudras aquí — dijo a modo de despedida.
"Dime la verdad, si yo escapara ¿Quién me detendría esta vez? Dudo que Urahara pueda hacer algo de nuevo, y Kurosaki Ichigo ha perdido sus poderes. No creo que tengan tanta suerte cuando salga ¿o sí? Ni siquiera puedes conmigo ahora, el resto de capitanes tampoco es gran reto. Sí, sería divertido ver que pasará" fue lo que escuchó de esa voz.
— Maldito — dijo nuevamente antes de salir, no quería ser descubierto así que debía tener cuidado. Aunque quizá debió recordar eso un poco antes.
"Espero que nos veamos pronto de nuevo Tōshirō, o al menos hablarnos, es una pena no poder ver nada desde aquí".
Y bueno, eso fue todo, ¿debería tener continuación? no sé, ¿debería, no? bueno, supongo que cuando me venga alguna idea la haré XD, o talvez no, quien sabe. Normalmente no pido reviews aquí pero esta vez no me molestaría recibirlos, solo para saber si alguien quiere que lo continue, de tener ideas tengo, aunque este capitulo me pareció que lo hice muy a la apurada prometo no hacer así el siguiente ñwñU. Pero bueno, ya nos veremos en otro momento, por último, bye ^^.
