Hola! Soy nueva en fanfiction ,,, espero entender cómo funciona para continuar el fic D: ... en fin, los personajes que aparecerán y la idea original del anime pertenecen a Masashi Kishimoto, pero la historia es mía ^^
Cap. 1
Era un día soleado, la suave y refrescante brisa golpeaba las hojas de los árboles haciendo crujir levemente las ramas, un ruido seco rompió el silencio y un grupo de aves volaron asustadas en busca de refugio; unos cuantos metros más lejos la atmósfera se transformaba de la apacible calma a la angustia y la tensión, gracias a la gran y fría batalla campal que allí se libraba.
Un rastro de shinobi heridos conducía hacia el lugar donde ahora un arrogante pelinegro se enfrentaba a un feroz rubio, mientras una kunoichi de cabellos rosas contemplaba la escena con amargas lágrimas surcando su rostro que finalmente caían al suelo, fundiéndose con la tierra.
Sakura dejó escapar un grito ahogado, ver a sus dos antiguos compañeros del equipo siete peleando de esa manera hacía que su corazón se rompiera dolosamente; el niño azabache que tanto amó desde niña se había convertido en un frío ser que parecía no albergar sentimiento de bondad alguno en su interior; y ahora su mente le reprochaba el ser tan de poca utilidad cuando el enérgico rubio de ojos azules se esforzaba en traer de vuelta a su mejor amigo.
Sabían que la única manera de salvarlo de la oscuridad en la que Sasuke estaba sumido ahora, era así; el azabache estaba tan cegado por el odio y la venganza que Naruto había decidido hacerlo entrar en razón a los golpes, por eso estaban ahora en medio de ese combate, donde ambos amigos estaban reacios a dar el brazo a torcer, definitivamente sólo uno ganaría y al parecer el otro no estaba dispuesto a seguir viviendo con la derrota; Sakura sentía la angustia oprimir su pecho al saber que esa era la última pelea que Sasuke y Naruto tendrían, su corazón dio un vuelco cuando el pelinegro le lanzó una gélida mirada luego de que ella gritó con preocupación el nombre de Naruto cuando el Uchiha lo lanzó con fuerza por los aires.
- ¡No permitiré que le hagas daño Sasuke! – exclamó el rubio con determinación mientras se interponía en el camino del pelinegro que se disponía a atacar a su ex-compañera de equipo – protegeré a Sakura-chan con mi vida.
Sasuke arqueó una ceja con incredulidad y contuvo la carcajada que le producía la actitud del rubio, era estúpido que él siguiera actuando de esa forma y pretendiendo querer salvar a todo el mundo cuando ni él mismo podía defenderse ahora.
- Sigues siendo un dobe – soltó con veneno el pelinegro mientras le sonreía con burla al oji azul quien se mantenía en pose desafiante entre la pelirrosa y él; reparó luego en Sakura y le habló mientras la miraba despectivamente – y tú… ¡tú sigues siendo una molestia!
- Sasuk… – trató de decir la oji jade, más la onda causada por la explosión del choque del ataque del pelinegro y el oji azul la hicieron volar unos metros atrás, haciéndola golpearse la cabeza contra un árbol y cayendo así en la inconsciencia.
Sakura se despertó alarmada, le parecía que todo acababa de ocurrir y trató de regular su respiración cuando comprobó que se encontraba en su cuarto y que todo había sido sólo una pesadilla.
- Pesadilla – dijo la pelirrosa para sí misma mientras esbozaba una sonrisa amarga – ojalá fuera solo eso.
Con pesadez se quitó las sábanas que la cubrían y se sentó en el borde de la cama, suspirando ampliamente antes de levantarse del todo y encaminarse a la cocina en busca de un vaso de agua; desde hace tres meses era poco lo que podía dormir realmente, el recuerdo de esa última pelea entre Sasuke y Naruto la agobiaba siempre y no la dejaba en paz ni en sus sueños, la fría mirada del azabache y sus dolorosas palabras le calaban el alma noche tras noche cuando su mente recreaba en sus sueños lo que había pasado ese día en medio del bosque cerca a Sunagakure.
El sentimiento de impotencia tampoco la abandonaba, luego de entrenar con Tsunade sentía que había logrado fortalecerse lo suficiente como para no depender de nadie durante una misión, pero la verdad la golpeó al darse cuenta que cuando se trataba se Sasuke ella siempre se quedaba como de piedra; mientras el Uchiha se mantenía con una gélida actitud y la miraba sin una pizca de compasión, ella se sentía incapaz de herirlo y darle siquiera un pequeño golpecito, su cuerpo simplemente no le respondía y se oponía a hacerle daño al único dueño de su corazón desde que eran apenas unos niños.
Bufó molesta y como casi todas las noches volvió a subir a su habitación, con toda la frustración e ira que se agolpaban en ella luego de rememorar el mismo suceso que había pasado tres meses atrás.
- ¡Sakura! Si no abres inmediatamente voy a tirar abajo ésta estúpida puerta, ¿me entiendes? – exclamó molesta una rubia de ojos azules, de pie frente a la puerta de entrada de la pelirrosa – ¡Frentona!
- ¡¿Qué quieres, Ino?! – espetó una enojada oji jade abriendo la puerta para ver con el ceño fruncido a la rubia que quedó asombrada al ver a su amiga con un aspecto tan lamentable.
- Te ves horrible – sentenció la rubia enarcando una ceja mientras examinaba con la mirada de arriba abajo a la pelirrosa, es cierto que estaba obviamente recién levantada, pero las ojeras y palidez demostraban que Sakura no estaba del todo bien.
- ¿Que no te haz visto en un espejo? – contraatacó la pelirrosa mientras una vena empezaba a hacerse presente en su frente.
- Bueno ya, cálmate – dijo la rubia agitando una mano frente a ella para restarle importancia al asunto – he venido para que me acompañes a comprar unas cosas.
Sakura suspiró cuando Ino puso frente a su rostro la cesta donde guardaría los víveres que iba a comprar y supo que ella no se iría de allí sola, no tenía ánimos para discutir con la rubia así que aceptó acompañarla a cambio de que le diera tiempo de arreglarse un poco, no pretendería después de todo que se fuera sin bañar si quiera, ¿o sí?
- Pero apúrate – finalizó la oji azul con gesto severo.
Luego de comprar algo de comida las dos ninjas fueron a un local a tomar algo refrescante, el día estaba caluroso y tanto caminar las había dejado con sed; luego de tener sus pedidos frente a ellas en la mesa que habían elegido, la rubia decidió romper el silencio.
- ¿Sigues soñando lo mismo, verdad? – inquirió Ino con preocupación, recordando que meses atrás la pelirrosa le había contado acerca de su pesadilla recurrente – no debes seguir castigándote con lo mismo, no es tu culpa que Sasuke-kun…
- No me culpo por nada referente a él – reprochó la oji jade frunciendo levemente el ceño – hace tiempo que dejé de culparme por haber permitido que se marchara de la aldea; lo que me atormenta ahora es el hecho de saber que sigo siendo una inútil cuando Naruto más me necesita, siempre dependeré de él para que me salve.
- ¿Él te dijo algo al respecto? – preguntó la rubia dándole un sorbo a su bebida – ¿en algún momento te ha recriminado algo o te ha hecho sentir como una inútil?
- Claro que no – se apresuró a responder la pelirrosa, recordando luego las veces que ella misma se sentía inútil cuando el equipo siete recién comenzaba; y luego las palabras de Sasuke recordándole lo molesta y débil que era, definitivamente no necesitaba que Naruto le dijera algo para darse cuenta que era una carga, de igual manera sabía que el rubio jamás le diría algo así.
- No entiendo qué te preocupa entonces – dijo Ino finalmente dando un largo suspiro, pero sin que la preocupación abandonara sus hermosos orbes azules – ¿acaso ya te vas?
- Por supuesto – respondió Sakura con tono de obviedad, se había levantado dispuesta a marcharse ya que era hora de su entrenamiento, le había pedido a la Hokage que reanudaran sus prácticas y que ésta vez aumentara aún más el nivel, estaba dispuesta a fortalecerse más y dejar de ser una carga para su equipo.
- Por favor no te sobreesfuerces – suplicó la rubia a lo que la oji jade respondió solamente con una sonrisa; luego de estar sola Ino sonrió con tristeza al darse cuenta de que Sakura no había tocado siquiera su bebida, definitivamente esa chica no cuidaba lo suficiente de ella.
- Hasta que al fin te encuentro – dijo con cansancio un castaño llegando adonde estaba sentada la rubia.
- Lo siento – se disculpó la rubia al haber olvidado que había quedado de verse con el chico, luego de saludarlo con un gran abrazo una idea cruzó por la mente de la Yamanaka haciéndola sonreír con malicia mientras Shikamaru la miraba con sospecha.
- ¿Ino? – llamó el castaño con tono de desconfianza, pero la rubia se limitó a sacar al ninja casi a rastras del local.
Mientras tanto en la Torre Hokage
- Así que ya está de vuelta – dijo con voz seria la rubia Hokage mientras despegaba la vista de unos documentos para dirigirla a Shizune – bien, dile que pase.
- Hai – respondió la pelinegra y abandonó la oficina para que segundos después entrara un ninja que recién llegaba de su misión, al parecer había sido exitosa pero el shinobi no parecía contento; la rubia de ojos miel dejó ver una burlona sonrisa de satisfacción mientras le indicaba al ninja que se acercara.
- Hmp – bufó el ninja por lo bajo mientras se acercaba con el informe sobre los resultados de su misión en la mano, la Hokage los recibió y le dirigió una mirada de superioridad al ninja que se limitó a fruncir el ceño y fulminar a la rubia con la mirada.
A las afueras del despacho se encontraba Shizune atareada con un montón de papeles, la pelirrosa le dedicó una mirada de comprensión y le indicó que iría con la Hokage, pero la pelinegra se apresuró a detenerla.
- No puedes entrar ahora – exclamó Shizune, haciendo que Sakura se detuviera cuando estaba a punto de abrir la puerta de la oficina de la Hokage – Lady-Tsunade está ocupada ahora, está recibiendo los informes de una misión.
- Ya veo – respondió la oji jade en un suspiro – te ayudaré a ordenar esto un poco en lo que la espero.
Sakura empezó a amontonar ordenadamente una pila de documentos mientras Shizune le contaba una historia en la que la pelirrosa poca atención le prestó, por alguna razón le inquietaba saber con quién estaría reunida su maestra, no recordaba haber escuchado nada sobre una misión y estaba segura de que todos sus amigos ex-compañeros de la academia se encontraban en ese momento en la aldea.
- ¿Qué equipo era el que estaba de misión? – se animó a preguntar al fin la pelirrosa, Shizune se tensó un poco antes de responder pero justo cuando abrió la boca para decir algo, la puerta del despacho se abrió dejando ver a quien se encontraba reunido con la Hokage.
- Sasuke – murmuró la pelirrosa cuando vió al azabache salir del despacho, mirándola fijamente sin responder nada para luego darse la vuelta y desaparecer por el pasillo.
- ¿Eres tú Sakura? – se escuchó la voz de la rubia de ojos miel desde el interior del despacho.
- Si, Tsunade-sama – respondió la oji jade aún confusa – soy yo.
- Pasa, enseguida termino con esto y podremos comenzar.
Sakura tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para que sus piernas le respondieran y al fin entró en la oficina de su maestra, se reprendió internamente por sentirse intimidada por la presencia del azabache luego de haberse prometido no mostrarse débil ante él de nuevo, pero seguramente eso no volvería a pasar, no recordaba muy bien los detalles del final de la pelea entre el azabache y Naruto, pero el Uchiha había tratado de atacarla de nuevo y no estaba dispuesta a permitir que le hiciera daño de nuevo, ni física ni emocionalmente.
Nadie en la aldea había logrado acostumbrarse aún, según se les había informado la misma Hokage se encargaría de aclararle a toda la aldea la situación pero hasta ahora no podían explicarse cómo Tsunade había permitido la presencia de un traidor en Konoha. Se sentían ofendidos al verlo pasearse por las calles de la villa como si nada hubiese pasado, aparte de todo osaba mirar mal a todo el mundo y no había cambiado en nada su actitud arrogante y prepotente, era ridículo que se creyera mejor que todos cuando no era más que un vil traidor.
- ¡Sasuke! – llamó el rubio agitando su mano en el aire, alzando luego ambos brazos al creer que el pelinegro no lo veía – ¡Oye, teme! ¡Por aquí!
Sasuke apretó la mandíbula en un intento por mantener la compostura, al parecer el rubio no entendía cuando lo estaban ignorando y ahora formaba un escándalo para llamar su atención.
- ¡Teeeme! – gritó el oji azul poniendo sus manos alrededor de su boca para amplificar su voz, el Uchiha apretó fuertemente los puños y en un rápido movimiento se situó frente al rubio y lo agarró por el cuello de su chaqueta.
- Te he dicho que no me llames teme, ¡dobe! – gruñó el azabache soltando con rudeza al oji azul que lo miraba divertido.
- Debiste responderme la primera vez que te llamé entonces.
El azabache no tuvo tiempo de responder, contuvo el aliento e hizo una mueca de desagrado cuando vió a un pálido chico que esperaba uno metros más lejos, viéndolos con tranquilidad mientras dibujaba una sonrisa que a Sasuke le provocaba golpearlo.
- ¿Adónde vas? – preguntó extrañado el oji azul, se suponía que invitaría al Uchiha a comer algo cuando regresara de su misión en esa granja pero ahora él se alejaba sin decirle nada.
- No tengo hambre – respondió secamente el pelinegro sin verlo.
- Que extraño – murmuró el rubio para sí mismo, suponiendo que el pelinegro estaría cansado – bien Sai, supongo que hoy sólo me invitarás a mí.
- ¿Eh? – inquirió confundido el aludido, parpadeando un par de veces para luego volver a sonreír como hacía unos minutos.
- Vamos, vamos… muero de hambre.
