Disclaimer: Bleach le pertenece al genio de Tite Kubo y Naruto le pertenece al mangaka Masashi Kishimoto, la cual uso para entretenerme y entretenerlos.
Advertencias: Bueno, las escenas obtendrán Gore (Violencia Gráfica) y lenguaje obsceno.
Género: Paranormal, AU (Universo Alternativo), Crossover.
¡Disfruten el fic! *sonríe como niña de secundaria*
Cap 1: Cumpleaños.
Era una hermosa noche de luna llena, para ser más preciso, era una noche en el veinte de diciembre en Konoha, un pueblo de Tokyo. El viento helado, junto al compás de la nieve, azotaban las calles y techos de las casas en la próspera villa. Los senderos y los bosques estaban arropados con las frágiles y delicadas capas de nieve y hielo. Y la poca gente que había en las calles, se encontraban acurrucadas con todo tipo de capa y abrigo para protegerse de las extremas condiciones.
En fin, en un apartamento, se encontraba un chico leyendo unos papeles en una clase de oficina. Su cabello corto y puntiagudo era tan blanco como la nieve que acaba de caer en el cielo; sus ojos cerúleos eran tan azules y profundos como el océano y su piel era un poco bronceada, a pesar de que casi nunca ha salido de su hogar por el frío y el poco Sol.
El chico estaba revisando unos papeles, al parecer importantes por el hecho de que los estaba estampando con el sello real, cuando una pequeña nota cae al suelo. Él la ve, la recoge y empieza a leerlo.
" Toshiro, quiero que me veas en el techo de la casa de Kimiko a las 9:30 para charlar sobre un descubrimiento de Aizen.
Besos.
Matsumoto Rangiku.
PD: No vas y te la veras con Momo que esta ahí"
—Si es algo referente a Aizen, es obvio que voy a ir. Pero... ¿Por qué Matsumoto puso la hora de esa reunión? ¿Y por que no sonó urgente? En vez de "Hitsugaya-taicho" ella me escribió con "Toshiro". ¿Será qué? —se quedó pensativo por un buen rato— ¡Nah! Debo estar paranoico otra vez —después de auto-convencerse, va a su cuarto, coge un abrigo largo color negro y se va a la calle para ir a dicha reunión.
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Después de caminar por viente minutos, el chico divisa un apartamento de color blanco y las varillas de su balcón eran de un profundo color azabache. Era muy pequeño, cosa que es normal en los apartamentos de Tokyo, y estaba lleno de luces azules, tanto en las casas como en los árboles de afuera. A Toushirou le dio igual, después de todo, Kimiko era fanática con las decoraciones navideñas al punto de que no sólo decoró el interior, sino medio apartamento con esos raros diseños.
Una vez que llegó al apartamento, el niño abrió la puerta, que por rareza estaba abierta, y una vez adentro se percató de que no había nadie a excepción de Myuu, el gato de Kimiko, lo cual le extrañaba... Si era una reunión importante, ¿por qué rayos no había nadie? Sospechoso por ello, el chico empieza a caminar por todos los cuartos en un intento por buscar a alguien. Al ver que no había nada en los cuartos, él fue a la cocina, encendió la luz y...
—¡Feliz cumpleaños, Toushiro! —eran sus compañeros de estudio que gritaban desde una mesa ligeramente adornada sólo para Toushiro.
—¿Pero que...? —preguntó en un intento por saber que rayos pasaba allí. No había nadie de importancia, sólo sus amigos. Rangiku le había tendido una trampa. En ese día era el cumpleaños de nuestro Toshiro y él como siempre, caía en la trampa de la "notita".
—¡Demonios! Caí otra vez, se nota que soy idiota —pensaba Toushiro mientras era arrastrado por una chica de cabello negro purpúreo y ojos marrones.
Podía reconocer esas caras con total facilidad, eran sus amigos de colegio y algunos que no lo están porque trabajan en una profesión precisa. Uno de ellos era Kuchiki Byakuya, un ingeniero profesional y mano derecha del arquitecto Ulquiorra, la cual estaba a su lado tomando un poco de agua. Shunshui y Jûshiro, que eran la mano derecha del cuerpo policíaco de Konoha y eran unos expertos; Kimiko, una mangaka y ayudante del mangaka Masumi Kurumada y Rangiku, la cual es una modelo, usualmente se la pasa viajando a Francia o a los Estados Unidos, el hecho de que estuviera en esa fiesta era un milagro en sí.
Y alguno de ellos, como Ichigo, su compañero en la clase de educación física; Rukia, amiga de Orihime y hermana menor de Byakuya; Uryuu, novio de Orihime y un experto en las clases de arquería y costura y Sado, uno de los estudiantes más pacíficos y el más generoso con todos...
Una vez que su amigo Momo lo llevó a la mesa, la fiesta dio comienzo. Un chico llamado Renji trajo un equipo de música y llamaron a Ichigo para que cantara mientras que el pelirrojo hacía los remix. Al oír la música, Jûshiro y Shunsui fueron a donde estaban Rangiku y Kimiko y las invitaron a bailar, aunque después de eso Kimiko rechazó la oferta y se fue del apartamento para pasar un rato de soledad.
Una vez afuera, ella se toco su pecho y miró al cielo. Tenía un mal presentimiento, de eso estaba seguro— ¿Por qué siento esto? —el viento le daba en su joven rostro mientras que su cabello rojo se movía a su vaivén— Espero que nada malo pase —cerró los ojos, ya tenía que entrar, no quería preocupar a los otros.
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Mientras tanto, en un lugar lejano, en los antiguos templos de Grecia... Un grupo de personas estaban sentados sobre un círculo negro, sus identidades estaban ocultas en una capucha, por lo tanto no se podían ver como ellos se veían. En el medio del círculo se encontraba una gran antorcha, lo raro era que las llamas eran de un color violeta, no de tonalidades amarillentas o anaranjadas. Pero ellos no se encontraban sorprendidos, ya que estaban acostumbrados a verla cada día.
De momento, aparece una persona con una capucha color blanca. Su cara no se podía ver, ya que estaba cubierta con un casco de hierro.
—Estamos reunidos para dar comienzo con nuestra misión, revivir a nuestro señor Hades —dijo la entidad con un tono autoritario— En las llamas del Tántaro, se encuentra los nombres de nuestros objetivos y en donde se encuentran —los encapuchados metieron su mano en el fuego y sacaron unos pequeños trozos de papel— Una vez que los tengan, se pueden marchar —dicho esto, la persona se fue, dejando un rastro de humo negro. Cuando desparaeció en su totalidad, los hombres vieron un montón de plumas negras caer al suelo.
Una vez que terminaron la reunión, dos de ellos se quitaron las capuchas pero aun así no podía ver su rostro porque estaban de espaldas. Aunque de espaldas se veía el color del cabello de uno, era de color azabache y el otro era un cabello largo de color blanco plateado.
—¿A quién te tocó, maestro? —preguntó la de cabello blanco mientras veía como la gente los miraba con terror en sus miradas.
—Uzumaki Naruto —dijo en un tono frío y cortante— ¿Y a ti?
—Un tal Toushiro Hitsugaya —dijo en un tono de fastidio— Mira que hacernos viajar hasta Japón...
—A mí no me importa el sitio, el resultado siempre será el mismo...
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Una vez que Kimiko entró a la puerta, vio que Toushiro estaba tomando refresco y hablando con los chicos y Momo. Al contemplarlo de esa forma, no pudo evitar sonreír, al menos estaba socializándose. Después de verlo, se fue a su cuarto para dibujar la parte que su jefe le mandó a hacer, ya estaba cargada de proyectos era mejor no desperdiciar su único día de descanso.
Ya pasaron dos horas, era la medianoche y nadie se quería ir del apartamento. Si no hubiera sido porque vieron a Kimiko pedirles que se largara de un forma cortés, ellos tal vez se hubieran quedado hasta que amaneciese. Fue un buen momento, lástima que al día siguiente ellos tendrán que luchar con algo que es peor que el infierno mismo.
Siguiente capítulo: Maldita suerte
Una misteriosa organización va por Toushiro, ¿cuál es su verdadero propósito? ¿Por qué querrán liberar al dios griego de la Muerte?
—¿Quién eres tú? —preguntaba Momo con su espada Tobiume en la mano— ¿Y qué quieres con Toushiro?
—No te importa...
¡Gracias por leer! Se acepta todo tipo de reviews, mientras sea con educación y buenos propósitos.
Nos vemos.
Yuki.
