Disclaimer: Los personajes pertenecen a Fujimaki Tadatoshi.

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Realmente no sabe como llegó a enamorarse de la castaña, pero es consciente que es una pésima idea.

Porque la chica no parecía estar interesada en otra cosa más que en menus de entrenamiento, vitaminas y comidas saludables para sus jugadores.

Y luego piensa precisamente por eso fue que se enamoró de ella, porque Riko era diferente de las otras chicas.

Una mirada determinada,un silbato, voz firme y un amor apasionante hacía el basquetball.

Y muchas veces piensa,(más de las que quiere), que todo sería más fácil si él no tuviera esos sentimientos de por medio.

Porque su amor por ella muchas veces no lo deja respirar, no le deja vivir.

Siente como las raíces son cada vez más firmes, dispuestas a no irse jamás de ese lugar.

Los pétalos suben desde lo más profundo de su ser hasta llegar a su garganta. El dolor es desgarrador, es incapaz de respirar y sus pulmones suplican por aire.

Y es ahí cuando es consciente que esta enfermo de amor por ella.

La castaña sonríe y es una sonrisa totalmente sincera,y él se obliga a mirar otro lado, porque nadie, absolutamente nadie debe saber su amor por ella.

Una vez, casi fue descubierto al oír esas palabras de su boca.

-¿Sabes, Hyuuga?, realmente estoy muy feliz que seas el capitán de este equipo.-y ella le dedica una sonrisa genuina, una sonrisa que provoca una erosión dentro de su cuerpo y que lo obliga a cerrar sus labios antes que un pétalo salga de su boca.

Hubo una vez un diminuto rayo de esperanza de que ella sintiera lo mismo, pero ese pequeño rayo se esfumó más rápido que un parpadeo.

Kiyoshi Teppei.

Por más que quisiera, realmente no podía odiarlo, por más que lo forzará simplemente no podía.

Porque es incapaz de sentir otra cosa que dolor y un profundo amor hacía ella.

Y los ve juntos, tan felices, que hasta casi llega a pensar que tal vez si puede sentir otra cosa que amor y ese incesante dolor que lo quema por dentro.

Su corazón duele, duele tanto que siente que va echarse a llorar en cualquier momento al ver como entre ellos se dedican miradas de amor.

Aquella mirada que nunca recibirá de ella.

Intenta contener la tos, porque su garganta quema a tal punto que no puede hablar, pero es incapaz de hacerlo, porque sabe que esta enfermedad es imposible de parar.

Una enfermedad que lo consume poco a poco.

El amor no correspondido.

Seguramente son sus últimos momentos, y aún así sigue pensando en ella, en su determinación, su brillante sonrisa y fuerte mirada.

Y esta bien que sus últimas memorias sean de la castaña, porque se ve incapaz de morir de otra manera que no sea pensando en ella.

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Hace un tiempo que tenía esto en mis borradores así que decidí por fin publicarlo y aportar al escaso Hyuuriko

Publicado el 18 de febrero de 2019.