Los personajes presentes en esta trama no son de mi propiedad.

Mini-Fic para mí. Sí, me lo dedico. Jejeje.


Bailando Juntos

Capítulo 1


Un dos tres… un dos tres… un dos tres…

La mira atento, absorto en sus movimientos, en las vibraciones de su cuerpo que danzan con ritmo y suavidad bajo las luces de aquel desierto salón.

La música es una balada lenta, pausada; con notas sosegadas… una melodía que antes veía poco atractiva…

Un dos tres… un dos tres…

… y que ahora ella transforma en hermosa, sólo con el delicado mover de su figura.

Observa su reloj de pulsera, aún ella va a estar por un par de horas más. Desea sentarse, pues estar de pie por más de hora y media frente a las puertas corredizas de aquella pequeña academia, ya están mostrando las consecuencias en sus piernas. Levanta la vista de nuevo y la observa dar un giro con simpatía, antes de elevar los brazos con elegancia.

No quiere irse… quiere quedarse por lo que queda de tarde. La verdad es, que aquella situación la considera mítica. Una realidad que pensó, nunca viviría.

- ¿Qué haces aquí? – la voz femenina llega desde el otro lado de las puertas. Sólo una delgada y fina lámina de vidrio los separa. No tiene idea de qué decir; lo ha descubierto después de algún tiempo… quizá ya es la hora.

- Quiero aprender a bailar – su tono sale relajado, tranquilo. Debe obligarse a no mostrar esa emoción que ya nace desde la base de su estómago y se extiende poco a poco por cada fibra de su ser. No sería propia de él, y menos ante ella.

- ¿Aprender a bailar? – sus ojos castaños lo miran extrañados, es normal ante aquella escena peculiar; ¿Draco Malfoy, queriendo bailar? Ah, y no desea que cualquiera le enseñe, sino una la Weasley.

- Me escuchaste – su porte frío y antipático regresa a él, es como el zumo puro de un limón. - ¿Y bien?

Aún con algo de confusión impresa en su fino rostro pecoso, abre las puertas del salón y lo invita a pasar, entrecerrando sus ojos y observándolo con algo de incredulidad. A ella también le resulta raro todo aquello; inverosímil para cualquiera que conozca su historia; y él puede asegurarse de eso gracias a las leves arruguitas que forma entre sus delgadas cejas, mientras se dedica a buscar algo en un pequeño cajón del escritorio de su oficina.

- Llena esta planilla – le extiende una hoja de papel, la cual no tarde en devolver con los espacios vacíos ya rellenos. – Bien… - guarda el documento entre una pequeña carpeta amarilla y la deposita de nuevo en el interior del cajón. – ¿Te parece ideal si empezamos ya? Puedes transferirme la primera paga por el banco, si estás de acuerdo. No suelo empezar así, tan pronto y sin siquiera recibir el primer depósito. Pero, ¡estoy libre! Podremos cuadrar tu horario, y mientras más pronto empecemos… - calla. No quiso decir que mientras más pronto empiecen, más pronto terminarán. Quizá por educación.

Draco eleva una ceja, casi de forma imperceptible, y aprieta los labios para evitar cualquier agravio improvisado, sólo para no delatarse, y para no hacerle saber que aquella suposición, le afectó.

- Bueno, ¿qué dices? ¿Estás de acuerdo en empezar ya?

La academia ese día está vacía. Sólo serán ella y él bailando al son de una tonada determinada… Por muy extraño que todo sea, está completamente de acuerdo.


N/A: ¡Gracias a quien lea! ¿Algún comentario?

Pronto la segunda viñeta.