Prólogo:
—Solo un poco más, y-ya vamos a llegar, por favor te pido que te quedes quieto un rato, te lo suplico—Decía una asustada voz a la par que corría como si no hubiera un mañana
Por lo que parecía una reserva ecológica, se encontraba corriendo una asustada chica de blanco vestir y un largo y liso cabello rubio, esta traía consigo un bolso deportivo que se agitaba de vez en cuando lo cual solo la ponía mucho más nerviosa a la escapista.
—P-Por favor, no quiero que nos encuentren, solo unos minutos más y seremos libres—Decía la chica mientras revisaba que no viniera nadie
La rubia se encontraba en un largo pasillo blanco rodeado de una selva, todo eso encerrado en un gran edificio también blanco, asustada y agitada, la chica escuchó unos pasos que venían muy rápido hacia ella por lo que no dudó en saltar hacia la maleza para esconderse.
Efectivamente sus temores se habían vuelto realidad, poco después de ocultarse, dos sujetos vestidos con unos trajes claros y futuristas llegaron a donde se encontraba, sin embargo, por más que buscaban no la podían encontrar lo cual para ella era un alivio pues apenas se fueran aprovecharía para escapar.
—Esa niña no se encuentra por ningún lado
—La señora nos va a matar si se entera que la dejamos escapar, así como así—Dijo uno de los tipos quien fijó su mirada en la hierba para luego alejarla
"Por favor, váyanse"—De pronto el bolso comenzó a agitarse violentamente preocupando a la chica—Quédate quieto, si no te encerraran nuevamente en ese lugar tan horrendo
—No debe estar muy lejos, hay que avisar que revisen el edificio una vez más—Ordenó quien había visto la plantas
— ¡Entendido!
Los dos sospechosos comenzaron a correr por el pasadizo, la fugitiva por su parte soltó un suspiro de alivio el cual lamentablemente fue arrebatado por un gran insecto rojizo parecido a una mantis que poseía dos grandes e intimidantes tenazas por manos.
La chica del vestido pronto salió de su escondite tratando de esquivar el ataque del Pokémon conocido como Scizor quien venía acompañado por una joven que traía el mismo traje que los sujetos que la perseguían, por lo que podía decirse pertenecía al mismo equipo y al mismo rango que los otros dos.
— ¿C-Como nos encontraron? —Preguntó la asustada jovencita
—La señora Lusamine se pondrá muy molesta porque su niña quería escapar con su Cosmog
—S-Solo quiero dejarlo libre, lo que le querían hacer es horrible
—Bien, la señora nos pidió que le lleváramos a Cosmog, tu no importas en sus planes, ¡Scizor ataca con garra metal! —Ordenó la chica del traje
— ¡No! ¡Aléjate! —Gritó la del vestido totalmente aterrada ante el atacante
Sin oír a la indefensa damisela, el insecto iluminó sus garras de un color metalizado, alzando el vuelo a ras de suelo con tal de atacarla, está solo se limitó a defender el enigmático bolso aferrándolo con fuerza a su cuerpo mientras ya esperaba el fulminante golpe, extrañamente una explosión se generó entre ella y la mantis, pero no una explosión de fuego como las comunes, el terreno impactado lucía empapado y agrietado mientras el rojizo se ponía en posición defensiva por un posible nuevo ataque.
— ¿No puedo creer? ¿Tenía aliados? ¡Atención, exijo refuerz… —Trató de ordenar la atracadora desde un comunicador antes de que fuera atacada por algo
El comunicador de la mujer fue destruido por lo que parecía una shuriken, una shuriken algo extraña pues no era solida era de agua, la atacada alzó la vista sorprendida al ver como desde una ventana caían sus dos compañeros derrotados o más bien dicho eran arrojados por una extraña y delgada silueta que solo se limitó a lanzar otro de los extraños objetos hacia el Scizor quien también cayó vencido de un solo ataque.
— Maldita mocosa, ya verás tú y tu aliado, ¡Salgan ya Goodra, Carracosta! —Dijo la chica lanzado al aire dos misteriosos objetos
De dos esferas negras con una "H" amarilla dibujada en estas salieron dos criaturas areptiladas, la primera era una especie de babosa gigante de color blanco y vientre lila mientras que la segunda era una gran tortuga azul de caparazón negro.
— ¡Carracosta usa antiaéreo para atacar al de arriba, Goodra ve por esa niña y atácala con atizar!
— ¡Por favor! ¡Déjenme ir!
Los dos Pokémon asintieron con la cabeza preparando así sus ataques, del lado del dragón, este se abalanzó sobre la rubia con su gigantesco cuerpo, la sombra trató de defenderla, pero tuvo que esquivar una oleada de rocas que eran disparadas como misiles desde la boca de la gran tortuga por lo que no tuvo más remedio que escapar por unas de las ventanas para que no fuera alcanzado y capturado.
El viscoso dragón se encontraba a no más de un metro de distancia de la muchacha, con un salto se colocó arriba de está cayendo en picado mientras ponía su estómago como punto de impacto.
La de blancas ropas solo podía ver como el ataque sí o sí la iba a alcanzar, en ese momento su bolso se abrió dejando ver dos pequeños, pero curiosos ojos amarillos y una pequeña boca que solo se limitaba a decir ¡Pew!, la chica llorando abrazó aún más fuerte la mochila mientras se agachaba, todo con tal de proteger al pequeño que se encontraba adentro.
—Discúlpame por no protegerte… Nebby —Murmuró la jovencita mientras una de sus lágrimas caía en el rostro del pequeño misterioso
Parecía que el Goodra había logrado con éxito su ataque, pero y como si de un milagro se tratase, una fuerte explosión de energía lo lanzó lejos del lugar cayendo totalmente agotado, la luz producida por el estallido encegueció a la captora y al único Pokémon que quedaba de pie quienes pudieron abrir los ojos recién cuando todo había acabado.
Para mala fortuna lo único que había quedado en esa zona eran las marcas de la explosión acompañadas de un leve humo, la mujer solo soltó una muesca de disgusto mientras mandaba a su Carracosta a buscar a su compañero.
—Dejaste que escapara —Dijo sin ningún tono de molestia, una voz elegante y femenina
— ¿Eh? ¡Ah! ¡P-Perdóneme mi señora! ¡No tenía en cuenta el poder de Cosmog y mucho menos la aparición de un aliado de su hija!
El sonido de unos tacos se dejaba escuchar por el silencioso pasillo, la responsable era una mujer parecida a la chica que recién había escapado, con la diferencia que su cabello era con menos movimiento y sus ojos mostraban menor consideración ante la vida que los de la jovencita.
—No te preocupes, una madre tiene que saber que tarde o temprano sus hijos la abandonaran, lo malo es que no creía que seguiría los pasos del ingrato de su hermano, primero nos roban a esa aberración y ahora a Cosmog…Creo que tendré que darle un duro castigo cuando vuelva a la pequeña Lillie —Una maliciosa sonrisa se dibujó en la cara de la mujer quien luego de dichas palabras se retiró del lugar
