Era un día normal en la mansión del Conde Phantomhive, sus tres fieles sirvientes hacían las tarea encomendadas con inusual eficiencia…claro hasta que se les ocurrió hacer tareas extra para "ayudar a su Amo" y terminaron arruinando parte de la vajilla, parte del jardín y la cocina….

En fin, nuestro querido Conde se encontraba en su oficina leyendo la nueva carta que la Reina le había enviado.

Sebastian se encontraba pasando por el salón cuando el timbre sonó. Él se acercó para abrir. Poniendo una sonrisa, habló:

-Bienvenidas, lady Elizabeth.

Elizabeth, que venía acompañada de Paula, correspondió con un "Hola Sebastian" y después dijo:

-Vengo a hablar con Ciel, ¿podría pasar a verlo? Es algo urgente. – Dijo la rubia un poco seria, cosa que extraño al mayordomo.

-Claro, lady Elizabeth, acompáñeme. – Respondió Sebastian, caminando hacia la oficina de su Amo.

Sebastian tocó la puerta antes de entrar, esperando el "pasa" que no se hizo esperar. Él entró y dijo:

-Joven Amo, lady Elizabeth ha venido a verlo, dice que necesita hablar con usted, que es algo urgente. – Ciel dejo de leer, pensando que venía a invitarlo a algo o algo así y le contesto:

-Está bien, dile que pase.

Elizabeth entró mostrando una cara seria lo cual no era usual esto extraño a Ciel.

-Narra Ciel-

-Ciel, tengo que decirte algo. – Me dijo Lizzy, que estaba seria lo cual me extraño, pero me extraño aún más el que no me saludara como siempre. Supongo que ha de ser algo importante. Muy importante.

-¿Qué pasa, Lizzy? – Ah, sí, desde hace tiempo comencé a llamarla así.

Lizzy bajo su cabeza, un poco sonrojada y tomo aire como armándose de valor. "Qué raro" pensé.

-P-pues verás… q-quiero terminar nuestro compromiso. – Abrí mis ojos enormemente. Sentí como si un balde de agua helada me cayera encima…

-Narración normal-

-¿…C-cómo? – Fue lo que apenas pudo musitar Ciel.

Elizabeth se apresuró a responder

-¡N-no eres tú, soy yo! – Fue lo que se le ocurrió decir a la chica, si iba a deshacer su compromiso, al menos él tiene el derecho de saber por qué, fue lo que pensaba.

La pequeña rubia bajo su cabeza y se atrevió, armándose de valor, a dar la razón.

-M-me he enamorado de alguien más... – Ciel abrió a un más sus ojos y sintió algo raro en su corazón, una horrible punzada. Él solo bajo su cabeza, dejando que sus ojos fueran tapados por su cabello.

Después de unos segundos en silencio, Ciel habló.

-… ¿De quién?.. – Fue lo que el Conde preguntó apenas.

-¿Eh…? – Elizabeth se sonrojó, pero al momento se sintió un poco culpable.

-..Qué… ¿de quien te has enamorado…Elizabeth? – Ciel sentía una extraña furia, no contra la muchacha, sino contra la persona que le había quitado el amor de la chica.

Elizabeth bajo la cabeza, volviéndose a sonrojar y respondió...

-D-de Paula – Ahí fue donde todo cambio, Ciel abrió sus como platos, se quedó quieto y mudo la furia se le bajo de golpe en cambio, confundido, sintió otro balde de agua helada…

-¿Qué...? – Pero no alcanzó a terminar cuando de repente entro la causante de todo y dijo:

-¡Así es, Ciel Phantomhive! ¡Yo amo a la señorita y la señorita me ama a mí! – Y diciendo eso, beso los finos y delgados labios de Elizabeth Middelford mientras a Ciel todo se le volvió borroso para después volverse negro, y ahí, fue cuando Ciel….

Despertó.


"Bueno, esta es mi primer "obra", que es un drabble en realidad, cargada para la vista del mundo /u\

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Espero que les haya gustado, de nuevo, ¡gracias!

Mittsuki-chan