Disclaimer : Atentos porque solo lo pondre en este capitulo y que conste que es valido para el resto… Ni Dean ni Sam ni ningun otro personaje de Supernatural me pertenece (mas quisiera yo tener a Dean para mi solita y poder contar sus adorables pequitas… ) Nada sobre Supernatural me pertenece, eso es todo de la Warner, del creador de la serie (eres un genio, tio!) y de los papis de estos que pedazo de niños hicieron! Este fic no se ha hecho con animo de lucro, porque entonces estaria arruinada. que lo disfruteis!

Capitulo 1.

Sam se removió inquieto en la cama. Algo le hacia cosquillas en el pecho. Oyó como alguien susurraba sugerentemente su nombre al oído. Perezosamente abrió los ojos. Sonrió al ver frente a el unos ojos verdes que lo miraban con una mezcla de lujuria y ternura. Sam conocía esos ojos… estaba segurísimo… pero no conseguía ubicarlos. ¿Dónde los había visto? Conocía esos ojos… Trato de enfocar más la vista, para intentar ver la cara a la cual pertenecían esos ojos verdes. Pero se le resistía. Solo consiguió distinguir unas adorables pecas que se repartían entre la nariz y las mejillas del rostro desconocido.

Que pecas tan graciosas… - pensó el pequeño de los Winchester. Volvió a intentar centrar la vista y ver algo más de ese rostro que cada vez le estaba gustando más. Bajo los ojos y unos labios gruesos le sonrieron burlones. Uhm… eso también le sonaba de algo… ¿de que? No conseguía recordarlo… Sintió como esos labios le besaban y le mordisqueaban el cuello y la barbilla. Sam gimió bajito de gusto. No se sentía así de bien con alguien desde… desde hace demasiado tiempo, pensó al notar como algo bajo sus pantalones se estaba poniendo bien duro.

Una risita lo distrajo… el conocía esa risa. Los ojos verdes chispearon, divertidos. Los labios formaron una sonrisa muy conocida por el.

- Oh, Sammy… - gruño una voz ronca en su oído.

- ¿Dean? – con espanto, Sam vio como el rostro desconocido tomaba forma convirtiéndose en el de su hermano mayor. Los ojos verdes, eran los Dean; las pecas, las que salpicaban su cara; los labios que le estaban besando tan deliciosamente, pertenecían a su hermano. A Sam casi se le para el corazón. - ¡¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!

¡¡PLOM!! Sam se despertó del sueño tan sobresaltado que acabo en el suelo, enredado con la sabana y respirando a toda velocidad, como si se hubiera corrido un maratón. Al oír el alboroto, Dean asomo la cabeza por la puerta del baño, con pinta de estar afeitándose.

- Tío… ¿Qué coño haces? – le pregunto con voz ronca. Se notaba que acababa de despertar. A Sam se le subieron los colores. Ese tono de voz le recordó entero su sueño. En la cara de Dean se empezó a dibujar una sonrisa.

- Er… una pesadilla… - rezongo Sam, levantándose. Dean arqueo una ceja.

- ¿Ah, si? ¿Y ha sido divertida? – la sonrisa burlona de su hermano, termino de mosquearlo.

- ¡Dean! ¡Era una pesadilla y horrible! No tenia nada de divertida.

- Ya… tío… mira que eres raro… debes de ser el único que se empalma teniendo pesadillas… - Sam se cubrió avergonzado, mientras su hermano entraba de nuevo al baño riendo a carcajadas.

- Tarado…

- Te he oído… ¡Perra! – le contesto la voz de Dean desde el baño.

Cuatro horas mas tarde, estaban los dos sentados en típico bar de carretera de comida rápida. Todo porque Dean había recibido una llamada de Ellen pidiéndole que se encargaran de un caso, y por supuesto, Dean acepto encantado porque llevaban dos semanas apalancados en el motel sin dar ni golpe y ya se aburría. Así que su hermanito del alma empezó a meterle prisas (claro, el ya había desayunado…) y lo empujo hasta el Impala de sus amores, donde estuvieron dos horas y media en la carretera… hasta que a Dean le entro hambre. Así que, sin consultarle ni nada, el mayor de los Winchester cogió un desvío que no era y aparco junto al dichoso bar. Y allí se encontraban, uno frente al otro, comiendo. O, matizo Sam para sus adentros, el comiendo y su hermano devorando.

No podía entender donde metía su hermano tanta comida. En ese momento se encontraba tragando una hamburguesa doble con queso y bacon, una ración grande de patatas fritas y una cerveza. Sam miro su plato, con una hamburguesa normal en pan integral y su cerveza y volvió a mirar a su hermano comiendo a dos carrillos. ¿Cómo lo hacia? Siempre estaba comiendo, además comida basura y no tenía ni un 

gramo de más. Gruño por lo bajo. El podría ser mas alto que su hermano mayor, pero Dean salio ganando con un metabolismo mas enrollado.

Dean fue a darle un trago a su cerveza. Lo vio coger la botella y llevársela a los labios para dar un largo trago. Sam se quedo mirando como un tonto el proceso y como Dean se lamia los labios después, recogiendo una gota rebelde que intentaba huir. Se le había venido a la mente el sueño de esa mañana.

- ¡Ey, hermano! ¿Estas bien? – Sam tardo medio segundo más de la cuenta en recuperarse y contestar.

- ¡Claro que estoy bien!

- Es que… me estas mirando con una expresión muy rara, tío… ¿tengo algo en la cara? – Dean cogió una servilleta y se la paso bruscamente por el rostro, tratando de limpiar la inexistente mancha. Sam ahogo una maldición. ¿Por qué demonios se le había quedado mirando tan fijamente? Uhm… mejor cambiar el tema…

- Er… este… ¿de que va el caso que te dijo Ellen? – "Eres un genio, Sam…" se reprendió mentalmente. Dean lo miro extrañado, pero saco el diario de su padre y le enseño una de las páginas. - ¿Te estas quedando conmigo? ¿Un gnomo de jardín? ¡Eso no existe, Dean!

- Esta en el diario de papa. Y Ellen ha dicho que el gnomo esta aterrorizando a esa familia. ¿Qué tiene de malo ir a comprobarlo? Ya me estaba amuermando en ese motelucho de mierda. – Sam miro los datos escritos en el diario.

- Tío… aquí dice que miden 30 cm… ¿Cómo va hacer daño una cosa tan pequeña?

Continuara…