Hi!!!!
Bueno aquí de nuevo yo con un nuevo fic XD
En realidad este ya lo había publicado, pero con bastantes errores, y releyéndolo debo decir que estaba horrible jaja.
Bueno aquí lo traté de arreglar
Como siempre aclarar que los personajes no me pertenecen, estos son propiedad de CAPCOM, la sola historia es mía, la cual escribo sin ningún tipo de fin de lucro.
Leon S. Kennedy ha pasado por varios momentos horribles en lo largo de su vida, pero un suceso en especial ha sido lo más penoso para él, pero… Podría aparecer un ángel, que le ayudará a solucionar todos sus problemas.
Aunque para el joven agente, todo siempre es engaño y traición, Claire Redfield aparecerá nuevamente en su vida, y esta vez algo más que amistad ocurrirá entre ellos, aunque la chica de cabello castaño parece ocultar algo, con el tiempo todo será descubierto.
RESIDENT EVIL.
"Amor por Encargo".
Capitulo I
El atardecer húmedo de la época de invierno caía sobre la ciudad de Washington D.C, una hermosa mujer con rasgos asiáticos y de cabello negro, caminaba silenciosa y tensa, pasando por alto las voces de la gente y el sonido que emitían los autos en aquella arteria de la ciudad, llevaba un elegante vestido de color rojo, de mangas largas ceñidas, que se extendía desde sus hombros hasta la mitad de sus muslos destacando su estupenda figura, y en sus pies, unos pulcros zapatos de tacón, de color negro.
Hace poco que había salido del edificio de una de las más importantes compañías del país.
¿Por qué tuve que venir aquí?
No solía cuestionarse ni arrepentirse de las decisiones que tomaba, ni tampoco de sus acciones, mas sin embargo, algo la atormentaba, y hacia que en este preciso momento se arrepintiese hasta de haber nacido. Las palabras de aquel hombre, resonaban una y otra vez en su cabeza, desde el principio sabia que se vengaría de ella pero… ¿Era para tanto?
Todo por la avaricia y ambición de este mundo hipócrita.
Si, ese era un pensamiento acertado, pero ¿Quién era ella para afirmar tal cosa? Hace algunos meses hubiese matado por una buena cantidad de dinero, o hubiese hecho cualquier cosa por este, la mayor parte de su vida, había aceptado trabajos sucios, bajos y arriesgados, todo por una buena paga.
Y ahora me pregunto ¿Habrá valido la pena?... Ya no puedo mas, esto ha acabado conmigo, mi propia ambición… Yo misma he cavado mi tumba.
Detuvo su caminar bruscamente, cerró los ojos y miró el cielo, el cual estaba totalmente cubierto de negras nubes, que amenazaban con llover, sabía que había llegado su fin, y lo peor era que no podía hacer nada por evitarlo, por mas que quisiera, todo estaba a punto de terminar, aunque solo tenia el derecho de decidir una cosa, como y cuando seria.
Leon... Si supieras… Espero que algún día logres perdonarme…
¿Era él acaso, lo mas importante para ella? Aunque extraño, hasta para ella misma, todo era absolutamente cierto, aquel hombre le había robado el corazón desde el primer día, aun en la situación que se conocieron, se había enamorado completamente de él, y ahora en este momento mas que nunca, sentía que lo amaba con todas sus fuerzas, pero no podía permitirse dañarlo una vez mas, no otra vez, ya eran demasiadas las veces que lo había traicionado y se había jurado a si misma que jamás lo volvería a hacer.
- Te amo… Si supieras cuanto. – Susurró al viento, mientras comenzaba a caminar y continuaba su marcha.
……
Leon Scott Kennedy, regresaba a su departamento, el cual compartía con Ada Wong. Había sido un duro día de trabajo en la agencia secreta del gobierno, no cabía duda que después de lo del secuestro de Ashley y la misión en Europa, se había convertido en uno de los agentes mas cotizados por el mismísimo gobierno de los Estados Unidos y algunas organizaciones como el FBI, era profesional y estupendamente bueno en todo lo que hacia, además de guapo e inteligente, no podía quejarse, su vida era perfecta.
Mas ahora que estaba junto a ella, Ada y él vivían juntos, parecía un sueño hecho realidad para el joven agente.
Al abrir la puerta del apartamento, todo estaba muy silencioso, la entrada daba justo a la sala de estar y desde ahí también se podía observar el comedor, el cual tenia detrás un gran ventanal que daba a un bacón, la vista era preciosa ya que estaban situados en el décimo piso. Al lado derecho tras una pequeña puerta estaba la cocina, y a la izquierda se encontraba el corredor que llevaba a las habitaciones.
- ¿Ada?... – Murmuró el chico esperando respuesta. - He llegado¿Estas aquí? – Seguía sin obtener respuesta.
Que extraño… Hoy no me dijo que saldría.
Entró en la estancia cerrando la puerta tras él, y arrojó su pequeño bolso de mano, y su arma de servicio sobre el sofá, posteriormente se dirigió a la habitación, la puerta estaba junta, la empujó y tampoco había rastros de ella. El cuarto era amplio, con la cama matrimonial en el centro de esta, las paredes eran de un color crema con unos adornos de tono mas oscuros, variados cuadros con paisajes marinos colgaban de las murallas junto a mas de alguna condecoración, al lado derecho de la cama estaba la puerta que daba al cuarto de baño, y al lado izquierdo una enorme ventana cubierta con una fina cortina de encaje blanco.
¿Y eso que es…?
Una nota escrita por Ada, se notaba que llevaba prisa, ya que la letra estaba demasiado desordenada.
"Leon: Tengo que ver a Wesker, ha dicho que tiene algo importante que decir, tal vez por fin me deje en paz. Te amo, nos vemos mas tarde, un beso Ada."
Un amargo sentimiento de temor e incertidumbre comenzó a inundarle de repente, sabía que de aquel tipejo no se podía esperar nada bueno, guardo la nota en el bolsillo de su casaca de cuero negro, y se dirigió a buscarla.
……
Ya estaba aquí, había caminado bastante, dándole vueltas a aquel asunto, pero por fin había llegado a ese lugar, el lugar en donde pondría fin a la inercia de su vida, a su patética existencia. Sin dudarlo un segundo mas, puso sus manos sobre la barandilla de seguridad mientras pensaba en que ya no habría marcha atrás, una vez que hiciera lo que tenia pensado, no podría volver, ya nunca mas vería su rostro, jamás volvería a sentir su aroma…
¡Vamos! Si sigues pensando así…
Sacudió su cabeza de forma instintiva para aclarar sus pensamientos, a pesar de todo, estaba demasiado confundida, sentía temor, rabia, frustración, un sin numero de sensaciones horribles que estaban fulminándola lentamente.
Sin titubear se montó sobre la baranda de protección que la separaba del vació, pasando ambas piernas para afirmarse del lado equivocado, bueno, cualquiera pensaría que era el lado equivocado, pero ella sabia bien lo que estaba haciendo. Sujetándose de las barras inferiores con los tacones de sus zapatos, y de arriba con sus manos ya estaba lista para lanzarse, ya no había nada que se lo impidiera.
¿Qué es lo que estoy haciendo…?
Su último gramo de cordura hizo su aparición en ese preciso momento, unas tímidas lágrimas de dolor empezaron a salir de sus hermosos ojos color café oscuro, se maldecía a si misma por lo absurda que había sido toda su vida, lo que había hecho, todo… Todo menos él.
El frió hacia acto de presencia en sus delicadas manos, podía sentirlas muy heladas, las lagrimas seguían apuñalando su rostro, una tras otra, no solía llorar muy frecuentemente, pero en esta ocasión, era como si todo el llanto de su vida se presentara de una sola vez.
Estuvo un buen rato llorando sin parar, tenia el cuerpo entumecido y el rostro pálido, y a pesar de todo lo que había sollozado, todavía podía sentir aquella presión en el pecho.
- ¡Ada! – Gritó Leon atónito, no podía creer lo que estaba viendo, y rezaba en su fuero interno para que no fuera ella quien estaba afirmada escuálidamente de aquel puente.
Había recorrido casi toda la ciudad en 30 minutos, y por fin había dado con ella, si su corazón le indicaba que algo malo sucedía no se equivocaba, el mismo que ahora palpitaba frenéticamente, chocándole de manera penetrante contra el esternón, mientras trataba de entender que era lo que estaba pasando.
La chica al oír su nombre giró la cabeza lentamente, y sus ojos se encontraron con los de él, quien la observaba preocupado y confundido.
- ¡Espera!... Por favor… - Decía Leon mientras se acercaba lentamente a su lado. – No lo hagas. – Y las lágrimas de angustia comenzaron a brotar de sus hermosos ojos de color azul grisáceo.
El tono suplicante del muchacho calo hasta lo profundo de su alma al igual que sus lagrimas, se preguntaba ahora mas que nunca, que era lo que estaba haciendo, no podía dejarlo, no quería abandonarlo, él era todo lo que tenia, él y…
- Es que tú no lo entiendes. – Dijo ella con un tono apenas audible.
- ¿Qué es lo que tengo que entender? – Dijo Leon con la voz sollozante, mientras la tomaba de las muñecas, con el afán de afirmarla.
- Es que yo… Estoy… ¡Estoy embarazada, Leon! – Esto último lo soltó en un alarido quejumbroso y desesperado.
¿Qué era lo que estaba diciendo? Ahora si que estaba aun mas confundido, no sé supone que eso debería traer felicidad para ambos, un hijo de él y Ada… Sin duda era algo maravilloso, al menos para Leon, porque para ella parecía ser algo catastrófico, si intentaba suicidarse por eso.
La miró tristemente con un aire ambiguo, mientras trataba de descifrar que era lo que pasaba por la cabeza de la mujer que amaba.
- ¿Qué fue lo que dijiste? – Preguntó él, tratando de averiguar si lo que había escuchado con anterioridad era correcto.
- Que estoy embarazada… - Repitió Ada pero su tono pareció apagarse, aunque recuperó su fuerza rápidamente y continuó. – Pero no es lo que tú crees. – bajo la mirada y prosiguió. – Este bebe… - Su voz se cortó por completo y las lagrimas comenzaron a emerger nuevamente. – Este bebe será… Una poderosa bio-arma…
La presión que ejercían las fuertes manos de Leon sobre las de la chica, desapareció casi por completo, al igual que las ganas de vivir de Ada.
- ¿Qué? – Preguntó Leon mientras sacudía su cabeza.
El corazón de la joven de cabello negro, se estremeció casi hasta el punto de estrangularse el mismo, ya no podía seguir, no quería romperle el alma a Leon, no deseaba que el sufriera por su culpa, él la había convertido en persona, le había enseñado a sentir… Y ella le había pagado con gran parte del dolor de toda su vida.
Observó el vació que estaba a sus pies, trago saliva y se preparó para aclarar las ultimas dudas del chico de cabello rubio.
- Mis… Mis gametos… - alcanzó a decir antes de que su vista se perdiera completamente en el vacío que la devoraría. – Mis ovarios, fueron infectados en una de las pruebas con radiación, que se efectuó en uno de los laboratorios de Umbrella. – Los recuerdos de aquella ocasión, las palabras que había ocupado Wesker hoy para comunicárselo mientras le enseñaba el informe y también le decía que estaba embarazada, pasaban a gran velocidad por su aturdida mente. - ¡Voy a dar a luz un monstruo infernal! Una bio-arma que podrá acabar con la humanidad entera.
Leon sintió que las piernas ya no lo sostenían, cayó al suelo sin mas remedio, soltando por completo las articulaciones de Ada¿Qué era lo que estaba diciendo? Cada vez era peor, cada palabra que ella pronunciaba era mas horrenda que la anterior¿Acaso la vida se estaba ensañando con ellos? Por que ahora, que eran tan felices, ahora que estaban juntos, por más que lo intentara no era capaz de comprender.
- Ada no lo hagas… - Se puso de pie sin vacilar, y la sostuvo nuevamente, pero esta vez por la cintura, haciendo que esta girara sobre si misma, quedando así su rostro frente al de él. – Escucha, saldremos de esta, juntos… Como siempre.
No lo puedes poner en riesgo… No hay otra salida, perdóname Leon…
- No tienes por que preocuparte por mi, ni tampoco por mi hijo. – La joven sonrió levemente por lo que iba a decir. – Es mas, este hijo ni siquiera es tuyo… ¡Es de Wesker! – Miró a los ojos de Leon por última vez, y se soltó de él, lanzándose finalmente al vacío que estaba tras ella.
- ¡¡¡¡¡Ada!!!!! – Gritó Leon en un intento fallido de volver a sostenerla.
El chico se quedo pasmado, con los ojos abiertos de par en par, no reaccionaba, sentía como si un sable hubiese atravesado su corazón, el cual se desgarraba lentamente mientras se desangraba a cada latido, las piernas le volvieron a flaquear, lanzándolo de lleno al asfalto húmedo, todo su cuerpo se fue hacia delante aunque pudo frenar la caída con sus manos, sus ojos se empapaban de lagrimas al igual que su cuerpo, a causa de la lluvia que comenzaba a azotar la ciudad.
- ¡¡¡¡Por qué!!!! – Gritó finalmente antes de sollozar desesperadamente, en un intento de descargar sus emociones, mientras golpeaba el pavimento fuertemente con sus puños.
Sinceramente espero que haya sido de su agrado…
Trataré de actualizar pronto.
Besos y saludos!
Se despide Jill Filth.
