¡Hola a todos!

Esto es una continuación de reto "DIEZ PALABRAS", me rete a mí misma a escribir diariamente o algo así, mis palabras me las dio muy amablemente Nochedeinvierno13-Friki a quien agradezco por las 10 palabras que hizo, bellas historias.

Bueno, sin más demora. Hagen fuera~


DISCLAIMER: Maze Runner no me pertenece, pertenece a su sabio autor James Dashner.

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Pareja: Minho & Thomas

Palabra: Locura


Titulo: Días en paraíso

I

Despertaba solo una mañana más, odiaba despertar solo. Gruño por lo bajo y desplazó su mano hasta el otro extremo de la cama, el sitio del otro aún estaba caliente. Rodó por la cama y se acomodó sobre la almohada ajena respirando con calma el olor que dejaba en todas sus cosas el chico asiático, su almohada especialmente olía penetrante, penetrante a Minho, penetrante al hombre que más amaba en el mundo. Un olor de pino fresco y de viento salado de mar, así era Minho.

Abrazó con fuerza la almohada contra su cara y pensó en el chico que seguramente estaba allá afuera haciendo su ejercicio de la mañana, odiaba el ejercicio de la mañana… siempre le arrancaba de los brazos la posibilidad de despertar con un beso de su amor. Se quedó dormido de nuevo pensando en él y soñó con como todo había iniciado, una pesadilla menos torturante que las de siempre, esta vez podía ver con claridad a Minho y el solo saber que el otro estaba ahí le daba cierta confianza en que nada malo pasaría, el otro lo cuidaría.

Thomas se arrastró perezosamente al baño aún con la almohada ajena entre sus brazos, se llevó una mano a la espalda ¡como dolía! Quizás si Minho no fuera tan fuerte… bien, si no lo fuera no sería Minho. Anduvo hasta la ducha dejando la almohada sobre el pequeño lavabo, llenó la tina y se deslizó dentro, el agua caliente siempre ayudaba a relajar sus músculos.

- ¿te duele mucho aún? – la pregunta y la voz eran de Minho, a su lado, abrió los ojos de un golpe y se removió casi hundiéndose en la tina, las manos del asiático lo sujetaron y ambos se miraron a la cara fijamente – te ves muy bien ahí – ronroneó Minho de pronto y Thomas se sonrojó violentamente

- Shank… – susurró Thomas

Minho soltó una suave risa sin poderse contener y tomó de las mejillas al otro para besarlo suavemente, Thomas correspondió también y comenzó de nuevo la locura. Esa locura por la que a Thomas siempre le dolía la espalda, pues ahora, en paraíso, por primera vez tenían tiempo bastante, tiempo para hacer el amor hasta que amaneciera y ambos cayeran dormidos, tiempo para olvidar en el cuerpo del otro el horrible pasado…tiempo para amarse como siempre habían querido y nunca habían podido.