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La Única

América no fue la elegida, los sureños jamás atacaron y Maxon finalmente eligió a Kriss. Con el dolor de su rechazo, América abandona el palacio recibiendo un ofrecimiento tentador al otro lado del mundo. El príncipe posterga su boda durante un año, justo cuando ella regresa para la revancha. Esta vez será él quien compita por su amor, aunque la amenaza de una guerra y los secretos dentro de la familia real se ciernan sobre ellos.

Como fan de la saga debo admitir que me gustó el final, era el que todas queríamos. Pero aún siento que quedaron cabos sueltos y fue demasiado fácil cómo sucedieron las cosas para América. Que el rey y la reina hayan muerto dejaron el camino liberado para que Maxon tomara decisiones sin temor, y además no se vio absolutamente nada de la batalla.
Esta es mi versión de una cuarta historia, mi propio desenlace final, cuando América demuestra que vale para ser reina y no solo eso, sino que ha cambiado ante los ojos del país.
Después de un año se ha transformado en alguien importante y demostrará su valía ante una monarquía que le dio la espalda y que es digna para el corazón del príncipe. Aunque los planes para él se vean ofuscados en el camino.

Ha pasado un año desde el final de la selección y ella ha regresado para sorprenderlos a todos.


PROLOGO

Estaba sentada, observando al público. Algunas sonrisas iban dirigidas a mí. Aspen seguía sin poder dirigirme la mirada.
Intenté buscar con mis ojos a alguien que pudiera leer en ellos lo que estaba sucediendo, que interfiriera por mí. El oxigeno comenzaba a escasear, mi corazón bombeaba, los huesos me dolían.

Apreté los dedos contra los antebrazos de mi asiento. La espalda me sudaba. Quería gritar, Maxon estaba cometiendo un error. Tenía que saber la verdad.
Los segundos se hicieron eternos, los minutos un siglo.
Divagué en los rostros que no conocía y entonces algo se apretó en mi estómago, Aspen y Lucy…
Aspen y Lucy estaban tomados del brazo, ella apoyaba su cabeza en su hombro, mirando hacia mí, llamando mi atención.
Estaban juntos. Ellos estaban juntos. Por eso su actitud en Carolina, por eso esa reticencia conmigo.

Mis dedos temblaron, quería tocar el brazo de Maxon para que los viera, pero estaba demasiado interesado en mirar hacia su izquierda, donde Kriss le sonreía encantadoramente.
Parpadeé para no llorar, no me había dado cuenta en cómo estaba respirando, apenas entraba aire a mis pulmones.
Me mordí el labio inferior y me convencí a mí misma de tener dignidad, de aceptar la cruda verdad. Había arruinado todo. Había acabado todo. Miré hacia el frente con el mentón en alto y descubrí tres rostros que me observaban con interés y preocupación. Tal vez me había puesto morada y no lo sabía.

Celeste, Elise y Marlee… Marlee…

Mi amiga había escapado de las cocinas para acudir al evento. Estaba bellísima, aunque su cabello lo cubría con una cofia para pasar desapercibida.
Las tres me miraban preocupadas, podía leer las preguntas en sus ojos. Entonces, negué con la cabeza, admitiendo mi derrota. Celeste levantó el pulgar para darme ánimos, solo pude sonreír con tristeza.
Entonces sonaron unas trompetas, ni siquiera sabía de dónde estaba saliendo el sonido.
Gavril apareció vestido con un espectacular traje brillante. Fruncí el ceño ante el espectáculo. Las cámaras se encendieron. Me dieron ganas de vomitar.

No escuché nada de su anuncio hasta que presento al rey.

—…estaremos encantados cuál sea elección de nuestro hijo. Cualquiera de estas señoritas será una digna representante para ser nuestra princesa.

Lo miré y me sonrió de costado, como si supiera que estaba a punto de abandonar su palacio como siempre deseó. La reina simplemente sonreía. Cuando Gavril le pidió a ella unas palabras, las lágrimas amenazaron con salir.

—Tenemos dos maravillosas señoritas que se han ganado mi corazón, aunque yo no tengo poder de elección en el de mi hijo, sé que hace mucho eligió a la mujer correcta para que sea la compañera de toda su vida.

Temblé. Quería correr, salir. Saltar por una ventana. Acabar con todo.
Entonces llegó el momento. Cuando Gavril finalmente le preguntó a Maxon quién sería la afortunada para transformarse en su esposa.

Cerré los ojos.

Uno, dos, tres… silencio.

Entonces sucedió.

—Kriss, querida… ¿Me honrarías con la dicha de transformarte en mi esposa?

Se escucharon gritos de sorpresa aislados, de emoción contenida y duda, pero fue el silencio lo que más me sorprendió. Algunos aplausos vagos recorrieron la habitación, hasta que el rey se puso de pie y comenzó a aplaudir con fuerza. Una orquesta comenzó a sonar repentinamente. No bajé la cabeza en ningún momento, mantuve la vista al frente con orgullo.

Había perdido al hombre que amaba, pero ahora al menos era una Tres. Podría darle a mi familia una vida digna. Algo había ganado con todo este circo, aunque mi corazón estuviera hecho pedazos.

Jamás debí presentarme a La Selección. Jamás debí conocerlo.

Jamás debí confiar.

Algunas personas se acercaron a la feliz pareja. Otras me miraban sin poder creer lo que había sucedido, pero nadie protestó. Se escucharon las cámaras disparar fotografías en todas direcciones. Entonces me puse de pie. Las piernas no me aguantaban, pero el espectáculo continuaba.
Al menos si algo había aprendido como artista era hacer una salida digna de ser recordada.

Sonreí radiante. Nunca supe de dónde saqué las fuerzas. Caminé hasta la pareja que se mantenía de pie, abrazados y posando ante las cámaras. Kriss mostraba su mano derecha con un lindo anillo de brillantes en su dedo anular. Se veía radiante.

Sonreí de verdad. Al menos Maxon había elegido a alguien que lo amaba.

Me acerqué a ambos. La mirada de él se congeló al verme, algo cruzó por sus ojos que no supe asimilar, Kriss se sonrojó. Se hizo silencio en el lugar, aunque la música seguía presente.

Hice una reverencia hasta el suelo, dejando que el ruedo de mi vestido envolviera mis piernas.

—Altezas —saludé—. Les deseo una vida próspera y llena de felicidad. Ha ganado la mejor y no podría haber sido de otra manera.

Me sorprendí de mi labia, de mi postura, de mi elegancia. Intenté sorprender y sabía que así había sido.

Los aplausos no tardaron en sonar por todo el salón. Entonces alguien gritó:

—¡Larga vida a Lady América!

Me puse de pie volteándome con rapidez. Todas las chicas de la selección aplaudieron y vitorearon. Algunos guardias se unieron a los aplausos y después vino la gente. Les hice una reverencia en agradecimiento y entonces me encontré con los reyes.

Me acerqué con parsimonia y la espalda erguida. La reina tenía un extraño rictus en su rostro, sus ojos estaban increíblemente tristes.

—Majestades —dije haciendo la misma reverencia que hice ante Maxon y Kriss—. Agradezco su hospitalidad. Estaré siempre agradecida de haberlos conocido y por haberme dado esta oportunidad.

El rey sonrió con burla, lo noté en su mirada y en su postura. Estaba feliz de que saliera de ahí. La reina se llevó una mano al corazón.

—El honor fue nuestro —susurró ella.

Me levanté. No podía seguir ahí. Hice una nueva reverencia ante el público presente y salí caminando a través de la alfombra roja que estaba colocada desde la puerta hasta el altar donde estábamos sentadas. La gente se hizo a un lado.

A medida que fui pasando volvieron a aplaudir, escuché vítores, exclamaciones, algunas caricias llegaron hasta mis brazos y muchísimas palabras de aliento. Cuando llegué a la puerta sentí las miradas a mi espalda. Las abrí de par en par y me alejé del salón cerrándolas tras de mí.

El espectáculo había terminado.


Notas

Espero que este pequeño resumen a modo de prólogo les haya gustado.
Todas sabemos que el final fue otro pero necesitaba hacer esto. Creo que América merecía mucho más. La guerra le facilitó todo. Los reyes murieron, estuvo encerrada toda la batalla y después solo se casó con Maxon sin pedirle explicaciones de nada.

Ella es más que eso. Así que quise darle un giro a la historia para que tenga la oportunidad de probar que vale por sí misma sin tener que estar concursando por el amor del príncipe.
Este fic tendrá una mirada más adulta, así que por eso el rating T. Pasarán algunas cosas que tal vez quedaron rezagadas en los libros, después de todo, los personajes al cabo de un año ya no son tan niños.

Espero sorprenderlos.
Tengo capítulos avanzados pero quiero ir actualizando lentamente para ver el recibimiento que tiene esta historia.

Gracias a todos quienes se quedaron hasta el final y seguirán conmigo por estos lados.

Nos leemos.

Kate.