1. Julie conoce a Ron
Había cerrado los ojos, el ruido ensordecedor de la música en aquella discoteca no la dejaba pensar. Hacia solo seis meses que había perdido a su marido y desde entonces era la primera vez que salía a divertirse con algunas amigas, pero no lo conseguía.
La música comenzaba a quedar cada vez más lejos cuando Julie se adentró en sus más profundos pensamientos. Comenzó a recordar el día que conoció a Edgard Dashwood, cuando lo vio entrar no imaginó lo que aquel hombre maduro venia a proponerle. No venia solo, el otro hombre que lo acompañaba se sentó en una silla primero y le hizo señas a Julie para que se acercara.
- Un café solo señorita, por favor ¿y tú Edgard?
- Lo mismo Remus
Al poco rato Julie se acercó con los cafés y los depositó sobre la mesa, cuando se disponía a retirarse Edgard le agarró con suavidad la mano para detenerla. La chica se sorprendió pero el le sonrió para tranquilizarla.
- No se asuste- dijo con dulzura –nos gustaría hablar con usted sobre un asunto de vida o muerte- y con un gesto la invitó a sentarse junto a ellos.
La chica los observaba con un poco de desconfianza, ambos hombres se miraban uno a otro sin saber como empezar a exponer el misterioso asunto que los había llevado allí. Así pues el acompañante comenzó a relatarle el motivo de su visita y a cada palabra que salía de su boca Julie no daba crédito a lo que oía.
- Usted – dijo la chica mirando a Edgard – ¿me está proponiendo matrimonio?
- Tengo una enfermedad incurable, apenas me queda un año de vida y me gustaría no tener que pasarlo solo. Lo único que le pido es que lo pase junto a mí y yo a cambio le nombraré heredera de mi fortuna, soy uno de los hombres más poderosos de Londres.
- Señor… – Julie no creía lo que estaba oyendo.
- Dashwood. Edgard Dashwood
- Señor… Dashwood, yo apenas lo conozco y no entiendo porque me ha elegido a mí
- Llevo tiempo observándola, he investigado todo sobre usted se que necesita el dinero y yo la necesito Julie – Edgard suspiro al ver que la chica seguía desconcertada
- Pero ¿y no tiene familia?
Remus respondió la pregunta que había formulado Julie, al ver que su amigo comenzaba a afligirse.
- Lord Dashwood tiene un hijo aproximadamente de la edad de usted, pero su relación con él prácticamente es nula. Fue un desliz de juventud, la madre del chico lo ha criado lejos de él. De todas formas el señor Matthew Dashwood heredará la mitad de la fortuna y si usted accede a casarse obtendrá la otra mitad.
- Julie…Julie…-
Aquellos gritos la sacaron de sus pensamientos.
- No puedo creer que sigas aquí sentada aún ¿es que no piensas divertirte un poco?
- Prefiero seguir sentada un rato más Lily, no te preocupes estoy bien – contesto deseando que esa respuesta fuese suficiente y al parecer dio resultado porque Lily Potter hizo una mueca de resignación y se marchó.
Seguía perdida en su mundo de recuerdos, sonreía pensando en su primer encuentro con Edgard sin imaginar que el año que vivió junto a él seria el más feliz de su vida. No había conocido persona más generosa, buena y dulce que él. Y tampoco podía imaginar entonces cuanto sufriría cuando Lord Dashwood se fue para siempre de su lado, como lloró amargamente sobre su tumba y como aún hoy día sentía que parte de su alma y de su corazón se habían marchado con él.
Triste en su reservado de la discoteca escuchaba la estruendosa música sin oírla y miraba a la gente pasar por delante suya sin verla. Pero algo atrajo su atención de pronto, un hombre corpulento arrastraba con fuerza por un brazo a un chico pelirrojo y lo lanzaba fuera del local por la puerta de emergencia. Julie se levantó y los siguió, cuando llegó a la puerta la entreabrió un poco y lo que vio la hizo ahogar un grito de horror. Aquel horrible hombre le propinó al joven una fuerte patada en el estomago que hizo que su víctima se doblara sobre si mismo de dolor y cayese al suelo derramando por la comisura de los labios un hilo de sangre.
-Tú, miserable rata, vas a saber quien es el jefe aquí. Escúchame bien chico – dijo acercándose al herido y tirándole del pelo para poder verle la cara – estas aquí porque alguien me debe dinero y tienes que servirme mientras esa persona me paga ¿Entiendes? Y tu misión es hacer a mis clientas y clientes felices, te pidan lo que te pidan – diciendo esto soltó con gran brusquedad la cabeza del pelirrojo que fue a dar fuertemente con el suelo haciéndole una herida que empezó a sangrar rápida y abundantemente.
Julie que observaba la escena horrorizada buscó su teléfono torpemente en el bolso e hizo una llamada a su chofer y guardaespaldas. Volvió a mirar por la rendija de la puerta y vio como el tipo se disponía a levantarle el puño al muchacho otra vez. Sin pensárselo dos veces abrió la puerta y se colocó entre el puño alzado y la victima casi inconsciente.
- ¡No! Si vuelves a ponerle un solo dedo encima llamaré a la policía
-¡Apártese o no respondo!- grito él fuera de sus casillas y al ver que ella no se movió levanto la mano para agredirla, pero alguien la paró en seco.
-¡Kingsley! Gracias a Dios –
El guardaespaldas de Julie tenía al hombre inutilizado y este ardía de rabia.
- ¡Suéltame! - gritó. Kingsley miró a su jefa y esta asintió, dejando libre al agresor.
- El chico es mío, me pertenece, es mi pago por una deuda. Tengo derecho sobre él.
Julie abrió su bolso y saco una chequera, el hombre la miraba con curiosidad, mientras ella escribía una cifra en el cheque.
-Tenga – dijo extendiendo el cheque para que el tipo lo cogiese – dígame si eso es suficiente para saldar la deuda.
El hombre echo una ojeada a la cifra escrita y esbozó una enorme sonrisa que dejó al descubierto la ausencia de la mayoría de sus dientes y el mal estado de los que restaban.
- Mi señora… el chico es suyo – hizo una especie de reverencia y se marcho riendo a carcajadas.
Julie sintió nauseas, se arrodilló junto al joven que seguía sangrando pero aún estaba consciente.
- Hay que llevarlo a un hospital, ayúdame a cargarlo Kingsley – se volvió hacia el chico y le preguntó suavemente - ¿Cómo te llamas muchacho?
El chico de pelo rojo levanto sus ojos azules hacia ella y casi en un susurro dijo- Ron…Weasley – no pudo aguantar más y su cuerpo se desplomó
