Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.
He querido hacer un 5+1 desde hace mucho. Me disculpo por el final, pero mi alma lo necesitaba.
KatsuDeku implícito.
Cinco veces en las que Katsuki Bakugou no fue honesto y una en la que inconscientemente lo fue.
1
La primera vez que Katsuki Bakugou no fue honesto estaba en el jardín de niños.
Era amigo de Izuku Midoriya, un niño pecoso de cabello verde alborotado. Compartía con él una admiración por el héroe profesional número uno: All Might. Vivían en el mismo vecindario, a un par de cuadras, por lo que no era extraño que uno visitara la casa del otro. Veían las hazañas del héroe y elogiaban al hombre con un entusiasmo fácilmente envidiable. Admiraban el poder del héroe y ansiosos esperaban que sus individualidades se manifestaran en poco tiempo.
Cada vez que podía miraba al pequeño de orbes cetrinos sin que éste se percatara y cuando veía su rostro un capricho crecía: ¿qué se sentiría si ese gesto fuera para mí? Debía ser un bonito sentimiento.
Katsuki, a la edad de cuatro años deseó fervientemente su individualidad porque en realidad estaba celoso de All Might, y quería maravillar al niño tal y como el héroe lo hacía; quería ser su número uno.
Y el día en que finalmente su singularidad apareció pensó en mostrársela de primero al de pecas, ¿qué rostro pondrá?, ¿me mirará como lo hace con él?
Sin embargo los halagos no hicieron más que repercutir en el moldeable ego del niño.
Y todo empeoró cuando se enteró de la falta de individualidad en el menor.
Eran diferentes. Eso lo cambió todo, se olvidó de esos anhelos infantiles y se convenció a sí mismo de que no necesitaba la admiración de Izuku cuando podía llegar a la cima del mundo.
2
La segunda vez que Katsuki Bakugou no fue honesto estaba en la secundaria.
Aún conocía a Izuku pero ya no había ningún vínculo entre ellos. Excepto el constante abuso, tanto verbal como físico, de su parte hacia el de cabello quebrado. Temblaba como un pequeño animal frente a él y era incapaz de responderle nada cada vez que le insultaba.
No podía culparlo, era débil.
Se ensañaba con el pobre chico.
—Katsuki, ¿Midoriya y tú no eran amigos de infancia? —Preguntó uno de sus compañeros —¿Por qué le tratas así? —Insistió.
Cada vez que podía lo molestaba, lo golpeaba, lo humillaba. Abusaba de él y se encargaba de hacer trizas sus sueños. ¿En qué mundo alguien sin individualidad puede convertirse en un héroe? En ese no, al menos; Deku debía estar soñando despierto cual niño después de ver un capítulo de su anime de superhéroes favorito.
Era inútil, si buscaba matarse debería saltar por la ventana, sería más rápido.
Entonces fue consciente de que no era la primera vez que pensaba eso en el día, de hecho, cerca de una hora atrás le había dicho las mismas palabras al chico de pecas.
No había sido su intención era sólo que le enfadaba lo idiota que podía ser el más bajo.
—Me irrita. —Dijo entre dientes, desbaratando la lata que traía en mano.
Katsuki era malo con las palabras.
3
La tercera vez que Katsuki Bakugou no fue honesto estaba en casa esperando el resultado del examen de ingreso a U.A.
No dudaba haber pasado el examen de manera impecable pero por orden de su madre aún así recibió la carta y se encerró en su habitación para abrirla.
Le parecía absurdo tener que revisar el resultado, no había sido la gran cosa. Si había personas que no lo aprobaron era porque simple y sencillamente U.A. era demasiado para ellos, no debieron siquiera presentarlo y se hubieran ahorrado la vergüenza de fallar para una academia como esa.
Y ahí estaba, sentado frente a su escritorio con los brazos cruzados observando el sobre encima del mueble, podría quemarlo con la mirada.
Ahora que lo pensaba, Deku también había presentado el examen.
Chasqueó la lengua y tras murmurar que era una estupidez abrió la carta.
No necesitaba saber si el inepto de Izuku había aprobado el examen, no, claro que no. Eso era sólo para acrecentar su ego, asegurarse de que era digno de estar en U.A. y para poder restregarle en cara al mundo que él superaría a All Might, sólo eso.
Lo repitió hasta el cansancio, no prestó atención a las palabras del héroe profesional e intentó creerse su propia mentira, él no quería ver si el nombre de ese condenado pecoso aparecía en la lista.
—¡Ese maldito nerd! —Gritó rabioso, se levantó con brusquedad y tiró la silla que ocupaba.
El nombre de Izuku Midoriya fue lo primero que buscó.
4
La cuarta vez que Katsuki Bakugou no fue honesto estaba con el resto del grupo 1-A en una práctica sorpresa del profesor Aizawa.
Era una competencia entre ellos y quien quedara de último sería expulsado. Era obvio quién quedaría fuera.
Izuku no podía tener una individualidad, de niño jamás la tuvo, sería un disparate que ahora con quince años apareciera una.
Pero pasó lo imposible, el de cabello verdete no sólo manifestó una singularidad impresionante sino que se atrevió a superar su récord por un punto.
¿Estaba de joda?
—¡Deku! —Le llamó, repentinamente se acercó a él, lo tomó por el cuello de la playera y la amenazó —¿Qué mierda fue eso? —En su mano libre salieron chispas, si no respondía en los próximos diez segundos le explotaría la cara.
El rostro del menor era igual al que le mostraba en la secundaria, su mandíbula temblaba y balbuceaba incapaz de formar palabras.
La conmoción de haber sido superado por alguien sin individualidad como él fue demasiada y el hecho de que aparentemente ahora tenía una lo agravó más.
—¡¿Haa?! ¡Dime!
Pero Izuku no dijo nada.
Y en ese momento no se percató que le dolía más su silencio que la humillación de ser superado por él. Hace más de diez años que no hablaban con normalidad y en su pecho se instaló un sentimiento de nostalgia.
Había cosas que no sabía de él.
5
La quinta vez que Katsuki Bakugou no fue honesto estaba solo en el salón de clases, o eso pensó.
—Bakugou-kun —escuchó a su espalda.
Rodó los ojos y se giró, más vale que fuera rápido, estaba de mal humor esa mañana.
Cuál sorpresa se llevó al ver a la castaña gravitatoria en el asiento de atrás —designado para Izuku—. Tronó la lengua y la miró con mala cara.
—¿Qué quieres? —Soltó con obvio hastío.
Al principio la chica tenía un gesto indescifrable pero en un instante se mostró preocupada.
—¿Por qué eres así con Deku-kun?
Inconscientemente su labio se torció cuando la escuchó llamar al de pecas por el apodo que le hubo puesto.
—¿De qué hablas? —No le gustaba a dónde iría la conversación sin embargo no pudo detenerse.
—No estás siendo honesto, ¿verdad? —Uraraka se inclinó hacia él y como si fuera un secreto le susurró: —Quieres ser amigo de Deku-kun como antes, ¿no es así?
Los amigos de Deku eran igual de imbéciles que él. Esa perra no sabía lo que decía, él y Deku ¿ser amigos?
Nunca, jamás en la vida. Él no añoraba esos días, no estaba celoso y no quería volver a tener la atención y la mirada del menor.
—¿Eres idiota? —la muchacha se ofendió y se enderezó en el asiento —, ¿por qué habría de querer ser amigo de ese nerd?
La castaña no respondió nada, la conversación terminó ahí y se levantó cuando Izuku entró al salón.
Sin darse cuenta Katsuki siguió al de ojos esmeraldas hasta que pasó a su lado.
Por supuesto que no, insistió.
+ 1
La vez que Katsuki Bakugou fue honesto inconscientemente estaba en el dormitorio, específicamente en el comedor en una de las mesas con su singular círculo de amigos —aunque no quisiera llamarles así—.
Mientras se distraía en su teléfono celular navegando por Internet, Sero, Kaminari y Kirishima platicaban de trivialidades.
No escuchó la mitad de las cosas que hablaban no tanto porque estuviera entretenido en el aparato sino porque no le interesaba lo que hablaban. A veces estaban en una sintonía completamente diferente.
—Oye, Bakugou —era el pelirrojo, ni siquiera intentó mirarlo y sólo murmuró como confirmación de que le estaba escuchando —¿Desde cuándo conoces a Midoriya, desde el jardín de niños?
—Mm hm. —Asintió, no estaba realmente concentrado en la conversación.
—¿Fueron a la misma escuela primaria? —Esta vez fue Sero.
—Mm hm. —¿A dónde querían llegar?
—¿Y a la misma secundaria? —Continuó Kaminari.
—Mm hm. —En serio, ¿qué pretendían?
—Entonces, se conocen de hace mucho. —Concluyó el blondo.
Sin separar la vista del móvil escuchó el murmullo de los otros tres pero ignoró la mirada cómplice que compartieron entre ellos, tramaban algo. Ah, un mensaje.
—Bakugou, el apodo que Midoriya usa contigo, ¿alguien más lo usa? —Podría funcionar, pensaron los tres.
—No, sólo Izuku.
¿Eh? Repentinamente se miraron los tres chicos los unos a los otros, ¿acababa de usar su nombre de pila?
Sero tragó saliva con pesadez y siguió el interrogatorio —¿...Por qué?
—Porque me gusta.
¡¿El apodo o el chico?!, pero ninguno pudo continuar, era un terreno peligroso.
Bien, después de pensarlo un rato, haré esto una serie de "5 veces en las que... más una en la que..." sobre Katsuki e Izuku, y por ende KatsuDeku. Aún no sé cuándo estará un siguiente "capítulo" ni tampoco cuánto pueda durar este trabajo, puede incluso que sea mero entretenimiento para mí y para ustedes, obviamente. Así que es más bien una especie de "liberador de estrés" para esta nerviosa persona que soy yo.
