Regresa…conmigo
Capitulo: "¿No puedes volver?"
Una flor dormía placidamente sobre el suelo. Sus pétalos estaba mojados y su tallo también, pareciese que se hubiese caído junto con un florero invisible al cual no se le veía los rastros destrozados. Una mano pálida y con dedos finos agarro finamente la rosa allí tirada y la elevo hacia su rostro. Los ojos rojos de una mujer dieron espectáculo abierto a lo que veían, la propietaria se había hecho aparecer. Óleo levemente el olor de aquella rosa, un olor un tanto leve pero agradable, por el agua que poseía impidiendo un poco el disfrute de aquel arome tranquilizador.
La mano seso de fuerza, la rosa cayó nuevamente al suelo. Se había cansado de aquel contacto. Dispuesta a dispararse de aquel aburrimiento que estaba sufriendo se levanto de la cama en donde había estado sentada en todo aquel tiempo. Estaba vestida con una polera blanca y pantalones negros, era verano, por lo que no le importaba estar así. Camino hacia la puerta, la abrió y se dispuso a dar un paseo por las calles de Tokio 3.
Sus ojos rojos se posaron en los diferentes edificios que pasaban por al lado de ella, incluyendo en donde vivía. Bajo levemente su mirada¿Qué había hecho todo este tiempo?
Los ataques de los ángeles habían cesado ya no había mas. Todo estaba tranquilo, o al menos eso pensaba para lo demás. Pero ella no estaba así, no se sentía indiferente y pasiva como antes.
Calles pasaban por sus pensamientos, muertes, llantos, alegrías, sonrisas. Lo ultimo, le hacia recordar a la única vez que sonrió, frente a aquel hombre que había conocido. Primeriza mente lo había tratado indiferentemente pero al cabo de vario tiempo ya pasado se dio cuenta de cómo la hacia sentir: viva. Él había sido el único que la había comprendido, pero no solo ese chico, sino otro…un ángel de nombre Kaworu Nagisa.
Las pocas palabras que habían salido de su boca para con él solo era de comparación, de que eran lo mismo. Cuerpos que esperaban ser almacenados, pero…ella quiso cambiar, quiso ser diferente a su destino. Pero, él había decidido no hacerlo, y murió en el intento de cumplir su cometido sin sentido alguno.
Aunque no se había notado, y con lo pocos sentimientos adquiridos que había obtenido, Rei se sentía triste por él. Principalmente por su muerte, y no existencia. Le agradaba tenerlo allí, más bien era como un hermano, por ser lo mismo. Por tener a alguien que la comprendiese indirectamente en su camino duro y silenciosamente de soledad y oscuridad permanentes hacia el contacto humano. Pero ya no podía sentirse mas así, tan segura, su única razón de estar un poco comprendido ya había desaparecido hace unos meses, por decir, años.
Todos ya tenían 18 años, por lo que ya podía decirse que podían vivir solos. Rei ya lo hacia, Shinji vivía en una casa un poco mas lejos que la de ella y Asuka había vuelto ha Alemania. Misado y todos los agentes de NERV, por lo que sabia ella, no volvió a verlos. Ni a ellos ni a sus compañeros, ni siquiera a Shinji: que hacia ya dos meses que le había dicho que lo vaya a visitar de vez en cuando, pero como su misteriosa y solitaria alma no podía acotar tales palabras casi nunca iba. En ese momento, y no sabia porque, decidió ir hacia la casa del castaño. Tenia necesidad de hablar, y eso algo extraño y nuevo que nacía del corazón casi sin ninguna emoción de la señorita Ayanami.
Poco mas de media hora estaba parada frente a un departamento, típico de allí porque el castaño le había indicado la dirección y todo. Su mano derecha su extendió hacia la puerta, se dio medio vuelta y con uno de sus nudillos toco levemente el grosor de la puerta, dando acto a su presencia de visita. En varios minutos la puerta se abrió. Un castaño de camisa blanca, pantalones jeans negros y zapatos marrones oscuros la recibió con una sonrisa tímida pero gentil, como siempre lo había hecho.
¡Rei!- exclamo al ver abriendo más la puerta para que cierta peliceleste pudiese entrar-. ¡Que agradable tu visita! Por favor…-susurro al indicarle con una mano a que entrara a su casa.
Rei no supo exactamente que hacer pero solo se limito a dar una pequeña reverencia de educación hacia tal formal invitación. Entro y se dio cuenta de lo no muy ordenador que estaba aquel departamento: tenía varias ropas sobre el televisor, sobre la mesa y unos libros que daban ganas de leer recopilador uno encima del otro esparcidos en casi toda la habitación.
Lo siento, es que, últimamente no me viene la inspiración y pues…digamos que esto me perjudica en mis quehaceres hogareños.- explico con una gotita de timidez Shinji, posándose una mano nerviosamente sobre su nuca.- Este…¿quieres un te?.- al ver la mirada de la peliceleste sobre él se dio cuenta del desconocimiento a la bebida que le acababa de decir.- Mira, ahora te traigo uno y me dices como esta… ¿de acuerdo?- continua, viendo que su compañera no contestaba y entendiendo la razón.- Bien, quédate aquí por favor…-termino con un tono medio vergonzante. Por más que parecía distante, estaba muy feliz de tener a su amiga allí y en ese momento. Sabía que Rei no era así, por eso le había agradado mucho mas que estuviese. Tal vez para hablar, tal vez para no decir nada y solo mirar su acciones como siempre lo hacia. Cualquiera de las razones que pensaba le eran bastas como para tenerla en ese lugar, junto a él.
Fue hacia la cocina, que por cierto era muy pequeña. Saco dos tazas de uno de los estantes que tenía arriba de su cabeza y empezó a llenar un recipiente con agua tibia para poder empezar a hacer los té.
Mientras tanto, en el comedor-sala una Rei confundida trato de acomodarse entre los libros. Se pregunto varias veces porque tenia como una biblioteca en la casa pero aquellas preguntas quedaron en su conciencia al sentarse y comenzar a pensar en lo que venia meditando hace ya varios días.
¿Rei?, hum, espero que te guste el té.- dijo Shinji al venir desde la cocina con una bandeja que en ella tenia dos tazas con un té verde.- Bueno y…-susurro al tiempo que dejaba la bandeja en la mesa, y se sentaba enfrente de la mesa.- ¿Qué te pasa¿Por qué no has venido antes?. Me preocupe.
Ikari, no se que decirte pero…vine porque…recordé a Nagisa y…-comenzó Rei, con un tono silencioso y misterioso. Alzo su mano a su pecho y cerro sus ojos, luego los volvió a abrir.- sentí…ahora extraño aquí. ¿Podrías decirme que es?-pidió con ojos extrañamente brillantes, por primera vez le estaba haciendo caso a sus sentimiento, queriendo tenerlos.
Shinji se sorprendió a la pregunta de la joven. ¿Acaso…estaba comenzando a apreciar a alguien?, o mejor dicho… a sentir algo por ese alguien.
Aclaro su garganta y luego de unos minutos pasados se dispuso a hablar nuevamente.
Creo que…te sientes igual que yo…porque, lo extrañas Rei.- trato de decirle la mejor manera posible sin ponerse triste, pero no podía, él era así.
¿Extrañarlo?- repitió, mirando ahora hacia el suelo.- puede ser…-soltó después de unos minutos de silencio. Se levanto sin previo aviso, y miro a Shinji- perdón Ikari…pero debo irme.
¿Tan pronto?, acabas de venir Rei.- no le extrañaba aquella actitud de cierta peliceleste de irse después de averiguar algo. Le había quitado aquella distancia por llamarla "Rei" pero se notaba que ella quería seguir distante, y alejada de todo.- No has probado ni tu té… ¿no lo quieres?
Lo siento, me voy.- corto fríamente mientras se iba con prisa de allí, dejando a Shinji con mirada melancólica con el recuerdo de cierto peliblanco el cual su mejor amigo y la única persona que le dio aprecio.
Los pelos del cabello de Rei se dispersaron violentamente al pasar de un lugar sin brisa a uno que si la tenia, afuera. Camino un poco lento luego apresuradamente, ahora que había descubierto aquel sentimiento necesitaba pensarlo. Sabia que ellos eran iguales, él mismo se lo había dicho. Pero, aun así no lo entendía. Aun así no podía acotar tal cosa.
Fue hacia la zona mas destruida de Tokio 3, en donde Shinji le había dicho que fue la primera vez que lo vio. Trato de auto-visualizar algo que no vio en aquellos pedazos de edificios destruidos bajo el lago que había allí.
Sus ojos rojos pasaron por cada uno de las salientes de dichos edificios y luego se apoyo sobre uno que había allí, viendo el atardecer que se hacia lentamente. Como el atardecer del encuentro entre Shinji y Kaworu. La aparición del quinto niño.
Y se quedo allí por vario rato, esperando a que algo pasase. Esperando a que él pudiese volver, a que reencarnara o resucitara de algún lado. Necesitaba verlo. No entendía porque quería verlo tan desesperadamente pero quería hacerlo.
¿No puedes volver, verdad Nagisa?- pregunto en el silencio que había allí y el leve sonido del oleaje que hacia las no olas pero venida y idas de la terminación del lago.
Rei quedo viendo hacia el atardecer, aquel sol que se ponía. Dando el comienzo de otra noche de soledad.
Hola a todos los que miraron el primer cap¡bienvenidos!. Bueno...en 1ª hize este fic porque no eh visto ni un fanfic de KaworuxRei por aqui y buenu...¿mejor ser la primera, no?. Es que no se...por ahi hay pero no me di cuenta xD, bueno no importa. ¡Espero que les haya gustado mucho este cap!.
Quejas, sugerencias, opiniones porfavor todo a reviews. Ah y, una cosa, no tuve en cuenta The End Of Evangelion sino hasta el cap que termino la serie en adelante U.
Bueno, creo que no tengo que aclarar nada mas. Ah, Evangelion no es mio toditos los perso y todo es de su creador, yo solo los utilizo para dar a una historia que queria que pasase en anime y manga T-T.
Espero que les haya gustado y porfavor dejenme reviews!.
Sayounara.
Amaya Erizawa.
