Disclaimer: No se lo digas a nadie, pero no somos Himaruya... Shhhhh *guiño guiño*


Secret

Suena el timbre de casa de España, quien se ríe y da un súper salto corriendo a la puerta, Francia le cierra un ojo a Prusia dándole un codacito mientras él le cuenta sobre alguna chorrada cuando el español abre la puerta y les salta encima a los dos abrazándoles y tirándoles al suelo ya que estamos.

—Ehh, ehh... y este efusivo quien es, si nosotros buscamos a Romano —"protesta" Francia desde el suelo, abrazándole igual.

—Waaaaaaaaah os habéis acordadooooooooo—grita España mientras Prusia, que se ha ocupado de que España y Francia cayeran encima suyo para que no se hicieran daño se descojona.

—Acordado de quoi, mon amour? —pregunta Francia riéndose también, hundiéndole la mano en el pelo al español.

—¡Ni finjas que no lo sabes que no te creo! —exclama MUY contento.

—Que va, tío, si con la cantidad de días que es fiesta en tu casa es súper chungo saber cuándo es —suelta Prusia y Francia se ríe con eso.

—Pues claro, porque aquí nos lo pasamos de miedo —se levanta y les tiende las manos para ayudarles a levantarse.

—Claro, se la pasan sin trabajar la mitad del año —suelta el CÍNICO de Francia.

—Le dijo la sartén al cazo —replica España tomándoles a los dos de los hombros dirigiéndoles hacia dentro. Francia se ríe, abrazándole de la cintura, entrando con él y Prusia entra con ellos también, claro.

—¡Qué has hecho hoy, eh?¿Romano te despertó con el desayuno en la cama, y te hizo el amor hasta dejarte completamente saciado? —pregunta Francia mirándole de reojo.

—Casi —responde sonriendo de oreja a oreja, Prusia levanta las cejas.

—¿Cómo que casi?

—Bueno, me trajo leche... Y lo del amor se lo hice yo a él que es casi lo mismo, ¿a que sí, mi amor? —le pregunta a Romano.

—SPAGNAAAA! —protesta todo sonrojado —. Nadie le hizo el amor a nadie.

—Bueno, no, eso será luego cuando os eche, lo de esta mañana fue sexo sucio —responde España feliz. Prusia se ríe malignamente mirando a Romano.

España recibe un cojinazo en la cabeza, de uno de los cojines de la sala, y Francia se ríe.

—Más le vale cumplirte bien, que si no ya estamos nosotros aquí para eso —suelta Francia picando a Romano un poco, abrazando más a España, que se ríe.

—Bueno, ¿y cuál es el plan? —pregunta Prusia mientras Romano FULMINA a Francia sonrojándose más.

—Pues ir a bailar, o a beber, o a cenar al menos... —Francia se gira con España y le mira a la cara dándole un beso en la mejilla —. ¿Qué quieres hacer?

—¡Tienen que venir Veneciano y Austria!

—Oh, no jodas, ¿has invitado al señorito? —protesta Prusia.

—Y Bel-Bel y Holanda estarán al caer —sigue feliz.

—Autriche? —pregunta Francia arrugando la nariz—. Bien, podemos invitarles a todos…

—Quizás podamos jugar a algo como en mi cumple... O como en el tuyo del año pasado —propone Prusia.

—Mais oui, un buen juego siempre es una buena idea —Francia sonríe poniéndole un dedo al español en la mejilla—, vamos a jugar a besar a Espagne, ¿bien? por turnos.

—Nonoonononono! Ese juego no es justo! —protesta Romano cruzándose de brazos y levantándose.

España se ríe y abre los brazos hacia Romano para que le abrace. Él frunce el ceño pero se acerca un poco igual.

—Por qué siempre tienen que jugar esas cosas idiotas.

—¿A qué quieres jugar tú, mi amor? —pregunta España abrazándole.

—Pues a algo que no involucre intercambio de gente, idiota... luego tengo que estar besando al macho patatas y acuérdate que la vez pasada casi me viola —protesta frunciendo el ceño.

—Es verdad, nada de besos —pide España mirando a los otros dos. Francia hace los ojos en blanco.

—¡Desde cuando tú te has vuelto tan tremendamente aburrido! —protesta y Prusia mira a Francia.

—Mejor algo como siete minutos en el armario —se ríe España.

—No quieres besos, ni abrazos, ni toqueteos... ¿qué quie...? —se detiene y luego se ríe —, oh, mon dieu... ¿quieres jugar a eso en serio?

—Nah —se ríe.

—Tiene que ser algo divertido y espectacular —se lo piensa unos instantes—, quizás algo sobre secretos divertidos... cuenta un secreto que conozcas sobre... alguien más.

—Bueno, ¿tú no puedes ser más idiota? —protesta romano haciendo los ojos en blanco.

—¡Secretos! —Prusia levanta las cejas.

Francia mira a Romano contrariado, no muy acostumbrado a que le hablen así, levantando las cejas, y cuando está a punto de ponerle en su lugar, Prusia habla y se gira a mirarle.

—¡A mí me gusta la idea! —exclama el alemán.

—Quizás podamos jugar mientras vienen los demás —propone España apretando el abrazo a Romano. Francia le sonríe a Prusia y le cierra un ojo.

—Me parece una buena idea, denme cinco minutos en lo que les digo a los demás que nos vemos aquí... vayan empezando —sentencia sacando su teléfono mientras Romano mira a España NADA convencido.

—¿Qué secretos...? yo no juego —protesta el italiano.

—No lo sé —responde España encogiéndose de hombros—. No huyas Francia, ya saben todos que estamos aquí.

—Todos, todos... ¿todos? —pregunta Francia desde la puerta sonriendo de lado y mirando a España a la cara con perfecta sonrisa de "sabes a quien me refiero"

—No va a venir —hace un gesto con la mano quitándole importancia.

—Calma, Römer, quizás luego podemos jugar a Verdad o Reto para que no tengas que contar secretos —propone Prusia.

—Ohh... —Francia mira su teléfono un poco tristemente y le manda igual un mensaje rápido al inglés antes de irse a sentar.

—Pues que quieres, si me odia —se ríe España.

—No es que no quiera contar secretos, es que este es un juego idiota —protesta Romano recargándose en España y cruzándose de brazos.

—Pues sí, pero es que... debería venir, seguro viene al final, siempre lo hace —Francia sonríe mirando a España—. ¿Quién empieza?

—Tú, por ejemplo, yo no tengo ni idea de la dinámica —responde Prusia que en el fondo tiene esa mente cuadrada alemana que necesita reglas.

—Ehh... pues, no es como que yo haya jugado a esto nunca si no es de dos personas, pero podríamos inventarnos algo... algo al azar, la botella está bien si quieren, pero en vez de besos, son secretos.

—¡Venga! —España se ríe.

—¿Y qué pasa si no quieres que cuenten ese secreto? —pregunta Romano nervioso.

—¡Prenda! —grita Prusia.

—Oh, il mio dio... no no no... —Romano mira a España aterrorizado.

—¡Oh! ¡Sí! —exclama España.

—¿Y qué vamos a hacer todos cuando estemos desnudos? —pregunta histérico y Francia se ríe a carcajadas.

—Quizás no todos estemos desnudos... —responde Prusia poniéndose nervioso también.

—Entonces jugaremos a siete minutos —se ríe España.

—Bien, eso suena un plan —Francia aplaude y hace como que se calienta las manos —. ¿Prusse, puedes ser un sol y beberte una botella de cerveza para que tengamos con qué jugar?

—Claro, voy por ella —responde levantándose por que España está muy a gusto sentado abrazando a Romano encima suyo.

—¿Ya estás pensando en buenos secretos qué contar? —pregunta sonriéndole a España

—Algo así —se ríe. Francia sonríe maligno

—Vamos a ver qué se me ocurre —Prusia vuelve con la botella—. ¡Hazla girar! Allez!

Y la botella se detiene apuntando a Romano. Prusia le mira y este le devuelve la mirada con los ojos MUY abiertos

—Ahora yo tengo que contar un secreto sobre él, ¿no? —le pregunta a Francia

—Oui —sonríe malignamente echándose atrás en el sillón y sacando un cigarrillo. España le mira interesado acariciando a Romano en el abrazo.

—Mmmmmm —Prusia se lo piensa.

—Este juego no me gusta —protesta Romano cruzándose de brazos.

—Ya sé —sonríe malignillo—. Una vez, cuando Römer era muy pequeño y aún estaba bajo el cuidado del señorito...

Francia levanta las cejas sonriendo un poco y escuchando la historia, España también le mira. Romano se relaja un poco, pensando que de pequeño qué tantas cosas vergonzosas podían pasar.

—Pues este idiota —señala a España—. Se nos presenta en casa, de cuando venía a buscar al señorito, con todo su traje de terciopelo y una capa y una espada y yo que sé que más...

—¡Eh! ¡que el secreto era de Romanito! —protesta España riéndose. Francia se ríe también.

—Ya voy, ya voy —pide paciencia Prusia.

—Dieu, Espagne digno para recolectar al adorado Autriche y el otro embobado... —se ríe un poco más. Romano frunce el ceño sin acordarse en absoluto de nada de todo eso.

—¡Pues Romanito se hizo una capa como la de España con las cortinas y la llevó puesta día y noche hasta que el señorito se la quitó!

—¡Esonoesverdad! —chilla romano abriendo los ojos como ña se ríe muy contento abrazándole—. ¡Noooo! La capa era estúpida y tú eras estúpido, sueltameeee! —le empuja un poquito, sonrojadísimo

—Calma, calma —le abraza más fuerte y le da un beso dónde se deje.

—Bueno, claro que todos sabemos que la capa era estúpida, pero si vieras qué buenas eran para esconder besos y arrumacos en los lugares públicos... —comenta Francia riéndose.

España levanta una mano hacia Francia para que le choque, de acuerdo con eso. Francia se la choca riéndose y romanito hace pucherillos, aun sonrojado

—Venga, cariño, que ahora tiras tú —le consuela España

—Va a salirme este idiota y voy a contar una de sus intimidades con Austria... —protesta girando la botella y... Le sale Francia.

—Oh! esta puede ser buena —se ríe España.

—Oh... Te has salvado —comenta el francés mirando a Romano y pensando en que cosas puede contar... Seguro nada grave.

—¿Frankreich tiene secretos? —pregunta Prusia inocentemente a quién ahora no se le ocurre nada que contar. Romano mira a Francia pensando unos segundos y de repente sonríe malignamente.

—¡Claro que sí, tío! —se ríe España

—Tengo uno —sentencia Romano con sonrisa de capo de la mafia.

—¡Cuéntalo! ¡cuéntalo! —pide España dando saltitos y Prusia le mira sonriendo maligno también. Francia sonríe confiado

—Cher, ¿Qué vas a contar? ¿Que me tire a alguien? ¿Que me encontraste robando? —se ríe.

—Una vez, cuando era pequeño y ODIABA vivir aquí...

—Oh... —protesta un poquito España abrazándole más

—Oh... Fíjate, yo creía que lo seguía odiando...

—Vaffaculo! —protesta romano mirándole.

España se ríe y Prusia les mira a los tres.

—Me desperté a media noche y salí al jardín porque el maldito verano aquí es asquerosamente caliente.

—Aja... —le insta Prusia.

—Y estaba TODO oscuro en el jardín...

Francia levanta las cejas al reconocer la historia. España le pasa una mano por el pelo a Romano, escuchándole.

—Las cosas no fueron exactamente así, tienes que contar toda la historia.

—¿Pero qué pasó? —Prusia les mira uno y a otro

—¡Pues así fue la historia!

—Non, Non... Para empezar no eras tan pequeño —protesta Francia un poquitín nervioso.

—¡Era pequeño!

—Bueno, Francia, deja que la cuente y si eso luego nos das tu versión —pide España

—Non, la historia habría sido diferente de ser tan pequeño.

—Salí y empecé a escuchar unos sonidos extraños en la oscuridad.

—No eran sonidos tan extraños, peores cosas habrás oído en esta vida, sólo estaba meando.

Prusia y España se miran y siguen escuchando

—Veo a este idiota y se me acerca trastabillando y diciendo incoherencias...

—No era tan pequeño... —insiste Francia.

—Y se me acerca más y más, me da un beso y me... ¡Hace cosas pervertidas! —le acusa romano sonrojándose y dándose cuenta ahora de que es vergonzoso para el también.

España levanta las cejas e inclina la cabeza mirando a Francia porque esta es nueva.

—¡Y luego me tapo la boca y me grito y me asusto muchísimo! —sigue Romano.

—¿Pero qué estabais haciendo? —pregunta Prusia a Francia sin entender un pimiento

—¡Eh, eh! Ya no le agregues, Romanito, que me salió carísima esa. ¡Y tú y yo lo sabemos! —protesta Francia mirando a España—. Estaba borracho, para empezar, yo ni siquiera me acuerdo y él dice que fue un beso, yo creo que sólo le vomité los pies —enumera—. ¡Y eras lo suficientemente grande como para ocultarle la historia a Espagne y chantajearme con ella!

España sigue parpadeando y al final asiente con la cabeza, impresionado.

—Mira por dónde.

—Y tú no sabías porque te ibas a poner como loco sin ninguna razón —le mira.

—Estoy bastante tranquilo —le mira pero por dentro está deseando hacerles MIL Y UNA preguntas a los dos.

—No te creo, sinceramente —Francia mira a Romano de reojo y luego a España—. Lo siento, vale... Peor aún que te enterarás o no, ¡pero él además me amenazo con arrancarme cosas si te lo decía!

—No es cierto —Romano se incomoda.

—Por favor, no hagamos de esto algo más grande de lo que es... Si no lo sabes, es porque da igual —insiste el francés mirando a España con seriedad, que sigue nerviosito y Prusia decide pasarle la botella a Francia para cambiar de tema

Francia aprieta los ojos detestando a Romano, quien de gira con el español, agobiado.

—¿Te has enfadado? —pregunta medio en secreto.

España se humedece los labios y niega con la cabeza sin sonreír tanto, abrazándole un poquito más fuerte. Francia se echa hacia atrás en el asiento y mira a Prusia de reojo.

—La verdad es que él decía tu nombre todo el rato y lloraba —susurra Romano para España, él frunce el ceño y parpadea, preocupado ahora. El italiano le mira a la cara—. También vómito, luego lloro un poco más y se fue, y yo no quería que te dijera que había venido porque ibas a ir a buscarle... —explica frunciendo la nariz.

España suspira y le pasa una mano por el pelo otra vez, acariciándole la cabeza.

—Mon dieu... —protesta Francia —. ¿Por qué estamos haciendo un drama de esto, más aun en tu cumpleaños? Angleterre me había echado cruelmente, Belgique estaba con Holanda, Prusse y yo no nos hablábamos, y no estaba siendo un buen día, ¿vale? Y yo estaba borracho, vine aquí, pensé que Romano eras tú... Cuando me di cuenta que no, casi me dan tres infartos y medio.

España le sonríe.

—Deberíais habérmelo dicho —suspira.

—La verdad, Cher, es que después vinieron las guerras y luego estaban ustedes dos juntos y no fue algo en lo que pensara por unos buenos cien años hasta hoy —admite Francia sinceramente.

—Bueno tío, lo que no hayas hecho tú —se ríe Prussia, Francia le mira y sonríe...

—Non, Non... Hay cosas con las que no me meto —levanta las manos inocente.

—Por eso es que se tiró a Hungría —suelta romano mirando a Francia de reojo con cara de malo. Prusia levanta las cejas. España frunce el ceño y suelta un poco a Romano

—Quoi? —Francia mira a Romano con las cejas levantadas.

—Vale, vale, era una broma —Romano levanta las manos sonriendo con la misma sonrisa de cabrón.

—No seas marañero, eh? —riñe España.

Prusia mira a Francia no muy convencido porque nunca se le había ni ocurrido que eso fuera posible. Francia mira a Prusia con la boca abierta y las manos extendidas hacia arriba.

—Non —le mira a los ojos.

Prusia se pasa una mano por el pelo nervioso

—Ni siquiera te voy a pedir que lo conformes con alguien, non, y punto. Non —susurra dolido de tener que estar diciendo esto siquiera.

—Ehm... venga, Francia, tira y ya, evidentemente tanto yo como Prusia confiamos en ti

Francia mira unos instantes más a Prusia y luego se humedece los labios extendiéndole la botella a España.

—Es tu turno, va por cómo estamos sentados —sonríe un poquito. Prusia toma aire profundamente y decide que España tiene razón.

—Ah, creía que el siguiente era el de quien decían el secreto

—Ah, Merde, es cierto, venga... Dámela —Francia toma la botella y la hace girar.

Prusia se la pasa y da saltitos un poco nerviosito. Francia le sonríe cerrándole un ojo tratando de portarse normalmente cuando la botella señala a España. Francia sonríe hacia él y se pasa una mano por el pelo.

—Uuuuy... ¿De qué categoría quieren el secreto?

España sonríe también y abraza a Romanito. Prusia respira aliviado.

—Yo no tengo secretos —se burla España

—Ya claro... Hablo en serio del asunto de las categorías —mira a Prusia y a Romano—, porque puedo darles una lista de secretos que no acabaríamos hasta mañana en la noche.

—¡Algo incómodo! ¡Un trapo sucio! — Prusia sonríe malignamente. Francia mira a España con los ojos entrecerrados.

—¿Un trapo sucio? Merde... ¿Tienes trapos sucios?

—Claro, están en el lavadero —señala riéndose.

—Algo que te incomode...

—Hace no tantísimos años —mira a Romano de reojo, malignamente.

España sonríe e inclina la cabeza apoyándola en el hombro de Romano, dispuesto a escucharle

—Una de mis asistentes, quedó PERDIDAMENTE enamorada de Espagne...

—Oh! —el español echa la cabeza atrás y se ríe al reconocerla. Prusia levanta las cejas y sigue la historia. Romano mira a España de reojo, frunciendo el ceño

—Pero no saben qué manera de quedar prendida era una cuestión... Bueno —se ríe un poco —. Digamos que...

—Pobre chiquilla, hasta me sabía mal —responde España tan feliz

—Empezaba con preguntarme sobre él y luego a encontrarnos casualmente... Para terminar por aparecer desnuda en su habitación del hotel...

—En realidad estaba buena, hay que admitirlo —suelta España sonriéndole a Francia y abrazando a Romano. Prusia levanta las cejas

Francia sonríe mirando a Prusia. Romano empuja un poco a España y le mira con el ceño fruncido.

—Eso no lo sabía —protesta. España no se deja porque ya lo sabía.

—Nah, porque pobre mujer... fue un duro golpe para ella, me rompió el corazón tener que echarla y explicarle —asegura porque es así de idiota.

—Te rompió el corazón... Eso es ridículo —protesta Romano empujándole aún.

—Pues es que es duro rechazar a una tía con una cien en copa C —responde riéndose y tratando de darle un beso en la mejilla

El italiano le empuja un poco más, pero deja que le bese y Francia mira a Romano y luego a Prusia, que sonríe.

—He sido bueno con el cumpleañero, no conté sobre la vez que se ligó a una tía igual con copa C y al final resultó ser un travestido —se ríe.

—¡Ala! —suelta España y se ríe abrazando más fuerte a Romano. Prusia se descojona. Francia se ríe también y creo que hasta romano se ríe un poco.

—Bueno ¿a quién le va?

—A mí, pero no voy a girar la botella —suelta España—. Prusia, cariño, ya que te ríes tanto —Prusia deja de reírse tranquilo para tensarse de golpe y empezar a reírse nervioso.

—¡Eso no vale! —protesta el alemán.

—Sí que vale, es su cumpleaños —Francia mira a España—. ¿Qué vas a contarnos?

—Pues lo difícil no es un secreto que le incomode, sino algo que no sepamos todos ya.

—WAS? —Prusia frunce el ceño.

—Creo que en realidad... Mmmmm —Francia se mesa la barbilla.

—Es decir, no voy a hablar de las tetas de Hungría, o de Austria, o de Rusia, o de... —empieza España enumerando y Prusia suelta un grito de "WAAAAS!?" deteniéndole, sonrojado y nervioso.

—Autriche, creo que ese es el que le da más vergüenza... O quizás sea Russie?

—NEIN! —grita y se ríe nervioso

—Nah, pero eso no mola porque ya lo sabemos todos.

—Pues me vendrás tú a contar algo que no sepamos...

—Por eso decía que lo complicado es algo que no sepamos —se ríe el español.

—Algo tiene que haber...

—¡Ah! ¡Ah! ¡Ya lo sé! —exclama y Prusia le mira muy muy incómodo y aterrorizado.

—¡Oh! ¿¡En serio!?

—Sí —asiente y sonríe—. Estábamos un día, jugando a Mario karts en la play y él estaba perdiendo como un novato... —empieza y Prusia suspira por qué bueno, los secretos sobre eso no son de lo peor

Francia hace Zzzzzzzz más por tranquilizar a Prusia que por otra cosa, sonriendo hacia España.

—Pues en una maniobra de distracción traidora, me pone el juego en pausa y me dice que ahora viene, así que nada yo, espera y aguarda a que se decidiera a volver y pasan como veinte minutos antes de que vuelva, yo pensando que se lo había tragado el váter o algo, porque esas paradas suelen ser cosa de la llamada de la naturaleza —España metiendo un rollo, para variar. Francia sonríe un poquito, esperando la parte interesante

Prusia sigue mirando a España sonriendo, pensando que no sabe de qué va esto, pero que no suena tan mal. Romano mira atentamente.

—Total, que le pregunto a dónde ha ido y me suelta, "a cerrar la jaula de Gilbird" Así como todo solemne —Prusia palidece con ello—. Y yo "¿Por qué? Pobre animal, ¿que no era un espíritu libre?" y me suelta "es que ha ligado con una pájara que es una guarra y seguro me va a abandonar, así que he decidido encerrarlo como si estuviera en un convento, porque no quiero que me deje solo"

Francia suelta una carcajada y Prusia FULMINA a España.

—¡No fue así! ¡No fue así!

—Claro que fue así, tío, ¡estuve riéndome como una hora! y luego estaba todo destrozado por que creía que el pajarito no iba a quererle nunca más, llorando y todo pobrecito mío —sigue España

—¡No estaba llorando!

—Vaaaaya, vaya... —Francia se ríe —. Así qué eres corazón de pollo... O de pájaro más bien, llorando porque te iba a abandonar un pajarito...

—No, lo que pasó es que no quería que se fuera volando por que es... Verdamnt! —protesta cruzándose de brazos. España se ríe

—¿No querías que te engañara con una pajarita? —pregunta Francia sonriendo.

—No quería que se fuera y luego no supiera como volver a casa —responde en un susurro cuando suena el timbre de la puerta.

—Que dulce eres mon amour —Francia le despeina un poco riéndose y Romano se levanta a abrir la puerta, extrañamente.

—Nah, yo soy Awesome —sonríe porque después de todo no ha sido para tanto, mientras España mira al italiano de reojo, en especial el culo.


Bueno, ya sabemos que todos dicen que el cumple de España es el 12 de febrero... bueno, es mentira, no sé quien se lo invento, pero el día de la hispanidad fue ayer, así que nada, celebrándolo con una historiecita, en cinco capítulos. QUE LA DISFRUTES!