Es un gusto estar con ustedes de nuevo. Espero les guste esta historia un tanto, picante.
Capítulo 1.
La operación de Yuki había sido todo un éxito, sin embargo, nadie podía quedarse con él en ese momento porque las políticas del hospital no lo permitían; así que, mandaron a Naoki y a Kotoko a casa para que descansaran un rato.
—Oh… está nevando — Kotoko estiró su mano para atrapar algunos copos de nieve.
—Sí, ha sido una noche muy fría, te llevaría a casa pero ya no pasan trenes y por el clima no encontraremos taxi — Naoki la miró — Vamos a mi casa.
—¡¿A tu casa?! — Kotoko se sorprendió ante su propuesta.
—No está muy lejos de aquí, podemos ir caminando — Naoki observó el nerviosismo de Kotoko — no tenemos opción, no podemos quedarnos aquí en el hospital Kotoko.
—Oh tienes razón, en ese caso vamos — dijo Kotoko nerviosa.
Caminaron en silencio y rápido para llegar lo más pronto posible al departamento que habitaba Naoki, la noche era muy fría y para evitar enfermarse, debían llegar a un lugar cálido.
Después de veinte minutos, arribaron a un complejo de apartamentos, Naoki saludó al guardia y caminaron hacia el ascensor, marcó el piso cuatro y apretó el botón para cerrar la puerta. Kotoko estaba muy tensa, todo estaba pasando muy rápido y, de manera inesperada, ella estaba llegando a la casa donde Irie vivía, era como un sueño.
Al llegar a la puerta, Naoki marcó la clave de seguridad y entraron al departamento, él encendió la calefacción, mientras Kotoko observaba cada detalle de ese lugar.
—¿Ya ha venido Matsumoto aquí? — rompió el silencio Kotoko
—No, ella nunca ha venido — dijo Naoki serio— de hecho, eres la primera chica en entrar a mi apartamento.
Kotoko lo miró sorprendida, ella después del mal entendido en el cual, por observar que entraban juntos a una casa Matsumoto y él, había sacado la conclusión que vivían juntos. A Naoki le dio algo de gracia que ella siguiera pensando que la relación entre la pelinegra y él era tan íntima como para dejarla entrar a su espacio.
—Debes tener frío, ¿quieres darte una ducha caliente? — preguntó Naoki haciendo que Kotoko saltara por la sorpresa, él estaba agradecido por lo que había hecho ella por su hermano y atenderla bien era lo menos que podía hacer en esos momentos.
—¿Eh? — Kotoko comenzó a reírse frenética y a sobre actuar — No, ve tu primero — soltó una risita nerviosa.
—Lo puedo hacer luego — contestó Naoki
—No, ésta es tu casa, ve tu primero — soltó — aparte tengo que llamar a obasama para avisarles que todo salió bien y que no pudimos quedarnos en el hospital, porque ellos llegarán directamente para allá cuando lleguen.
Naoki asintió y entró al baño para darse una ducha, Kotoko se quedó en la sala para avisarles a los adultos que no estaban en el hospital.
Momentos después de haber reportado todo a los mayores, se sentó un rato en la sala esperando que Naoki terminara de asearse. Sonreía así misma al recordar que ella era la única que había estado en la casa de Irie, e incluso sentía sonrojarse al escuchar la regadera abierta y pensar que él se estaba bañando, era como si ellos vivieran juntos, como una pareja de recién casados.
Sin embargo, su nerviosismo aumentó al recordar que solo tenía una cama. Tal vez Naoki no la dejarÍa dormir en el piso y ella, no se sentiría cómoda que él durmiera incómodo en su propia casa, además que, era muy inquietante pensar que compartieran la misma cama porque, sería muy tentador abrazar a Naoki e imaginarse en una situación más íntima con él. Sentía sus mejillas explotar de la vergüenza.
Ella comenzó a emocionarse ante la idea de estar a solas con él, no obstante, se recordó que no era el momento de pensar en esas cosas, no después de todo lo que habían vivido. Así que decidió cambiarse de lugar y dejar de pensar en esas cosas.
En ese instante, la puerta del baño se abrió y Salió Naoki con su pijama puesta y una toalla alrededor de su cuello. Ella se quedó quieta, sentada en la posición en donde estaba.
—Toma, cámbiate de ropa — le dio una playera y un pantalón — es mía pero puedes usarla
—Gracias — tomó las prendas que le daba Naoki — entonces, me daré una ducha — dijo nerviosa.
—Está bien — dijo Naoki mientras se sentaba en la mesa con un libro en mano.
Kotoko entró en el baño emocionada pues, momentos antes Naoki había estado ahí mismo, se quitó la ropa, fascinada comenzó a observar el champú y el jabón que había utilizado su compañero momentos antes.
Un toque en la puerta la sacó de sus cavilaciones, cubriendo con sus manos su cuerpo desnudo.
—¿Sí? — contestó
—Ahí están las toallas, puedes usar la que quieras.
—Oh gracias Irie kun.
Kotoko se pegó la toalla de él en su cara, absorbiendo el aroma impregnado en la toalla, era un perfume muy varonil, la esencia típica de Naoki que tanto le gustaba.
Al terminar de ducharse, salió del cuarto de baño con la ropa que le había prestado Naoki.
—Terminé de bañarme — dijo nerviosa Kotoko
—Ah — contestó indiferente —Kotoko, me iré a dormir — anunció Naoki
—Claro, no te preocupes, tu usa tu cama, yo puedo quedarme aquí — dijo ella acercándose al tapete que estaba en el centro de la sala.
—Por supuesto que lo haré — dijo Naoki cerrando su libro.
—Cuando una chica te dice algo por el estilo, el chico debería decir: "Oh como crees, tu usa la cama, yo dormiré en el suelo" o algo como eso — dijo Kotoko engrosando la voz, tratando de imitar la voz de un hombre.
—Estaba bromeando, puedes usar mi cama.
—No, no, yo me sentiré culpable si lo haces — Kotoko comenzó a decir nerviosa.
—Tú comenzaste, así que qué quieres — le dijo Naoki acomodando mantas sobre el tapete.
—Bueno…
—Apagaré las luces — Anunció Naoki.
Ambos se dirigieron a los lugares donde dormirían, era una noche fría, Naoki se acostó en el suelo, a pesar que el tapete y la cobija que puso encima de este lo protegían del suelo frío, la sábana con la que cubría su cuerpo no era muy gruesa, el frío atravesaba la tela, no iba a poder dormir.
—Oye — escuchó decir a Kotoko
—¿Qué? — contestó Naoki irritado
—¿Tienes frío?
—Claro que tengo frío — intentó encoger más sus piernas.
—¡Yo me dormiré en el piso y tu ven a la cama! — dijo Kotoko quitándose las sábanas.
—Solo duérmete — Estaba a punto de fastidiarlo
—Pero me siento culpable y no quiero que pases frío.
—¡Entendido! — Naoki se paró y caminó hacia la cama — hazte a un lado Kotoko.
Ella obedeció y él se acostó bajo las sábanas, sintió el agradable calor de éstas y la comodidad del colchón. Entonces sintió el cuerpo de Kotoko moverse bajo las telas. Aquellas semanas habían sido extrañas para él pues, se había mudado con la intención de aclarar sus pensamientos. Quería comprobar que era lo que sentía cada vez que estaba a lado de Kotoko, ella de seguro se debió sentir mal cuando después de salir en aquella inesperada cita, él decidiera salir de su casa. Así que, debía dejar en claro que no era por ella que se había mudado, sino simplemente, quería encontrar una respuesta tanto para su vida académica como para lo que sentía por ella. No estaba claro que era, solo sabía que eran sentimientos desconocidos totalmente por él. No llegaba a comprender porque su presencia lo molestaba tanto y por qué siempre, en la soledad de su apartamento, no había un solo momento en que no pensara en ella.
—No fue por ti por el cual yo me mudé de mi casa — soltó Naoki dándole la espalda a Kotoko, ella se volteó al escucharlo hablar — Como te dije, no me molesta vivir contigo, sin embargo, quiero encontrar mi camino por mí mismo.
—Irie kun… — parecía que Naoki le leía los pensamientos — no te preocupes, sé que soy una carga para ti, siempre te meto en problemas y…
—Quizá estás decepcionada porque no hago nada a pesar de estar en la misma cama. — la interrupió
Kotoko abrió los ojos de la sorpresa y comenzó a reírse con nerviosismo.
—No, nada que ver, tú y yo no somos…
—No quiero que mi mamá influya en mis decisiones — la interrumpió, no quería que ella terminara la frase — si pasara algo entre nosotros, probablemente mi madre haría algo para casarnos y no quiero, si pasa algo entre tú y yo prefiero que sea porque así lo queremos y no porque mi madre se meta.
—Entiendo…
—No me mal interpretes, simplemente quiero tomar las riendas de mi vida a mi manera. — los dos guardaron silencio.
Kotoko por un momento sintió esperanzas, sin embargo, conocía muy bien a su obasama y sabía que Naoki tenía razón. A pesar que ella lo amaba, no quería que Naoki fuera forzado a estar con ella si él no quería.
Naoki, a pesar de su voz neutra, se encontraba nervioso, era la primera vez que dormía a lado de una chica, y era precisamente aquella que le sacaba de sus casillas, que le hacía experimentar todos esos sentimientos desconocidos. No sabía qué hacer o qué decir, simplemente quería externarle como se sentía en esos momentos, aunque solo fuera algo superfluo, él no encontraba las palabras adecuadas, ni él sabía exactamente que experimentaba.
—Con respecto a lo que pasó hoy —rompió el silencio Kotoko — me sentí muy asustada por todo lo que sucedió, me sentí totalmente inútil ante lo que estaba padeciendo Yuki kun, sin embargo, si no me hubieras guiado por teléfono, yo no hubiera actuado bien, entonces pensé que alguien como tú, con esa capacidad tan brillante que tienes, podrías ser de mucha ayuda para las personas. Sería genial que fueras médico Irie Kun, así podrías auxiliar a la gente y curar enfermedades.
—¿Médico? — Naoki se sorprendió al darse cuenta que no era tan mala idea.
—Bueno, sé que no soy nadie para decirte lo que debes o no hacer, solo creo que tienes una mente brillante y podría usarla para ayudar a los demás.
—No sé en estos momentos qué quiero — se sinceró Naoki — es por eso que decidí salir de mi casa, para poder analizar detenidamente mi futuro y sobretodo, pensar en las personas que son importantes para mí.
Naoki se sentía listo para decir algo más, era extraña la sensación de tener que expresar cosas que estaban en su mente, se volteó para mirarla a la cara y observó que ella lo miraba atentamente, su corazón comenzó a latir rápido al ver esa forma tan maravillosa en que ella lo observaba, sus ojos eran tan hermosos, parecía como si pudieran ver a través de él. Sin embargo, su cuerpo comenzó a tensarse cuando fijó su mirada en sus labios, aquellos que besó por alguna razón aún desconocida esa noche de graduación. Quería besarlos de nuevo, necesitaba saborear su boca otra vez.
—A diablo con todo. — Dijo Naoki atrayendo hacia él a Kotoko y besándola por sorpresa, ella saltó del asombro, sin embargo, cerró los ojos dejándose llevar por aquella caricia, puso una mano en el rostro de Naoki, tratando de tenerlo más cerca de ella.
Él se abría paso a sus labios, saboreando cada rincón de la boca de Kotoko con su lengua, escuchar que a ella se le escapó un gemido, lo volvió loco, él estaba realmente excitado, deseoso de poseer el cuerpo menudo de la castaña.
Se separó un momento de ella, vio sus mejillas sonrosadas, le acarició la mejilla, acto que desconcertó a Kotoko y le hizo sentir mariposas en el estómago.
Naoki volvió a besarla, ésta vez con mayor intensidad, sintiendo como los labios de Kotoko acariciaban los suyos de una manera tímida pero que lo enloqueció al instante. Introdujo una mano debajo de su playera, acariciando un pecho de Kotoko, sintiendo como ella se estremecía ante el contacto, jugando con su brote tenso con la yema de sus dedos.
Inexpertamente, Kotoko pasó sus manos por el pecho de él, sintiendo el latido rápido de su corazón, por instinto, bajó de su pecho hasta su pelvis, sorprendiéndose al tocar su erección. Ella nunca había estado con un hombre, sin embargo, sintió humedecerse al sentir esa reacción que provocaba en él.
Naoki al sentir la mano acariciando por arriba de su ropa su dureza, tomó su mano, introduciéndola en sus pantalones, enseñándole como debía tocarlo, era una locura sentir la pequeña mano de Kotoko rodear su miembro, haciendo un tímido movimiento de arriba a abajo.
Mientras la besaba, él metió una mano en la pijama de ella y abriéndose paso, comenzó a tocar su sexo, sintiendo la humedad que le indicaba que estaba lista para él.
Se separó un momento de ella y comenzó a quitarse toda la ropa que tenía, quedando completamente desnudo ante ella. Kotoko lo miró con la boca abierta, observando el cuerpo ejercitado de él.
Naoki volvió a su lado, ayudando a Kotoko a desvestirse, dejándola completamente desnuda. Se detuvo un momento para observar su cuerpo, sus pechos eran más grandes de lo que aparentaban, pues esa ropa holgada que utilizaba le hacía lucir un cuerpo más infantil que como realmente lo tenía. Su cintura era estrecha, su vientre plano hacía contraste con sus caderas redondeadas, tenía un hermoso cuerpo y era completamente suyo.
Se acostó de nuevo a su lado y comenzó a besarla de nuevo, posicionándose lentamente arriba de ella, descendió por su cuello hasta llegar a sus pechos donde se detuvo un momento a juguetear con ellos, succionando su brote, pasando su lengua alrededor de ellos. Sus pechos eran hermosos, perfectos para él.
Poco a poco fue descendiendo, dejando pequeños besos en su abdomen hasta llegar a su intimidad, se dio paso por sus piernas, comenzando a besar su vulva, haciendo que Kotoko emitiera pequeños gemidos al sentir su lengua lamiendo su sexo.
Antes que Kotoko comenzara a llegar al orgasmo, se apartó un poco de ella, acomodando sus caderas entre sus piernas, introduciendo poco a poco su miembro.
Era la primera vez de Kotoko, así que sintió dolor cuando él comenzaba a penetrarla, se aferró a su espalda al sentir romperse su virginidad, sabía que iba a doler pero no se imaginaba cuánto. El martirio terminó cuando entró en su totalidad Naoki, haciendo sus movimientos lentos y provocando en ella un estremecimiento que le hacía temblar bajo de él. Poco a poco el vaivén de Naoki comenzó a hacerse más rápido, provocando en ella espasmos liberadores, de los cuales, no pudo contener los gemidos que salían de su boca.
Naoki sentía la estreches de Kotoko, era delicioso sentir su carne rodeando su miembro. Él trataba de hacerlo con delicadeza, a pesar que igual era su primera vez, entendía y sabía que para ella era doloroso.
Sus cuerpos comenzaron a tensarse y en un gemido liberador, los dos llegaron al clímax, derramando Naoki su semilla dentro de ella. Salió de Kotoko para acomodarse a su lado, la abrazó y le dio un beso tierno en los labios. Ambos se quedaron dormidos en aquella posición, ellos sentían que algo había cambiado entre los dos.
En la mañana, él se levantó descubriendo que Kotoko no estaba a su lado. Se paró de la cama, se vistió y encontró que ella se había ido del departamento sin antes recoger su ropa y dejándole una nota en la que le decía que se iba al hospital para ver a Yuki. Una sonrisa cruzó por su rostro al ver el café que había preparado Kotoko, era el mejor que había probado en su vida.
Tomó una taza y se sirvió. Disfrutando aquel líquido, recordaba la noche que habían tenido, entonces se detuvo a pensar un momento. La urgencia de aliviar su excitación le nubló el juicio, lo que le hizo actuar sin primero usar protección. Naoki tenía la esperanza que, ese acto irresponsable de su parte, no tuviera consecuencias.
A pesar de lo que aparenta, pretendo que ésta historia sea corta jejejeje. Espero les guste tanto como a mi me gustó escribirla.
Dejen sus comentarios, quiero saber que opinan por favor.
Melina :)
