Puesta de Sol
Él siempre había soñado con alcanzar la perfección de su arte, poder crear una explosión eterna, que lo efímero se convirtiese en eterno, alcanzar a ser testigo de esa obra, sentirla, saberla suya, saborear su resultado… Sin embargo sabía que su sueño permanecería efímero como su arte, porque nada había en el mundo capaz de hacer eterno algo que no podía serlo pero él seguía soñándolo, deseándolo…
Quizás él tenía un ángel guardando por él, una diosa de la suerte que lo tuviese en alta estima pues sin saber bien cómo encontró su sueño, ¿por qué él no podía realizarlo? Porque ya existía, sólo tenía que encontrarla y por fin lo había hecho, ella era simplemente una explosión eterna, era un ser completamente voluble, nunca era la misma, siempre era distinta, sus miradas, su presencia, su sonrisa, su volubilidad incluso, puede que fuese eso lo que le atrajese de ella y sin embargo no podía ni acercársele, ¿por qué? Por quién era él y quién era ella, él un asesino, un renegado… ella… ella era alguien de familia importante, un alto cargo jamás podría llegar a cruzar palabra con ella…
De nuevo su suerte fue divina pues el destino quiso que se encontrasen en un lugar desierto, sólo ellos se hallaban allí, ella lo observaba atenta a cualquier movimiento, él con suma tranquilidad – Sé quién eres, sé qué eres, lo que no sé es que quieres – Ella lo dijo de un modo que lo atrajo mucho más – Debería decir yo lo mismo… - Él la miraba, no podía apartar su vista de ella, sin previo aviso ella se abalanzó contra él kunai en mano, él la agarró y retorció tirándola al suelo y él sobre sus espaldas controlando el forcejeo de ella dándole la vuelta para quedar frente a frente él sobre ella, observándola fijamente a los ojos y de nuevo la suerte… Ella pudo con él situándose encima posicionándole el kunai en el cuello, mostrando una sonrisa de victoria, presionó ligeramente haciéndole un ligero corte sin importancia suficiente para que él cerrase los ojos, sabía como era ella y sabia que él se lo merecía y, ¿quién mejor que ella para hacerlo?
Su cuerpo se estremeció, saber que aquello que siempre anheló existía a pesar de no ser suyo… le bastaba pero algo de nuevo estaba a su favor, el filo del kunai desapareció de su cuello, abrió los ojos y la vio lamerlo lascivamente, con malicia, descendiendo a su cuello para lamer la sangre que salía despacio del pequeño corte, ascendió de nuevo fijando sus ojos en lo de él, con una sonrisa maliciosa, extenuante, asesina…
Él la observó, realmente era dinamita, volvió a hacer fuerza posicionándola bajo él, siendo él quien saboreaba ahora su cuello – Eres una explosión eterna… ¿sabías? – Ella le tiró para verle a los ojos – Si, lo sabía, pero existo como tal para el artista del arte efímero… Mi artista del arte efímero… - Él sonrió besándola, realmente ella era voluble, una explosión en todos los sentidos… era SU explosión… SU Temari…
Antes de despedirse ella lo miró, y le grabó algo en el cuello desapareciendo junto a la puesta de sol testigo de su confesión, él igualmente dejó marcada aquella explosión marcándola como suya, su posesión…
