Y ahí estaban ambos, frente al final de sus vidas. Con el dolor de sus almas, tenían que separarse. Cuando encontraron el amor verdadero, el horrible y cruel destino los quiere separar.
No hace mucho habían descubierto que eran todo lo que ellos querían, que él era Chat Noir y ella era LadyBug. Pero como ellos lo habían visto venir, sus vidas estaban a punto de ser separadas.
- No quiero que me olvides, Mosegi- dijo Hasani a su querida Ladybug.
-Nunca lo haré Hasani, ni siquiera Anubis podrá separarnos-
-Siempre estaremos juntos-
-Siempre, mi querido Mau-
Y se besaron, como una firma ante su promesa, que siempre estarían juntos. Pero tal vez, sólo tal vez, las cosas no resultan como uno quiere.
-Vamos, Marinette. Debes apurarte o llegarás tarde a la prueba de vestido- decía la castaña, mientras tiraba una almohada a su amiga, la cual aún se encontraba en su cama.
-Lo siento Alya, es que anoche tuve un sueño realmente extraño- dijo somnolienta la azabache. Recordando las imágenes del sueño.
-No te preocupes, de seguro son los nervios por casarte con Nath- contestó, mientras sacaba algunas prendas del guardarropas de su amiga.
-Sí, debe ser eso- apoyo con un suspiro, para luego ser golpeada con su propia ropa.
-Señor, la condesa de Bourgeois llegó a visitarlo- dijo su joven sirviente y fiel amigo, de cabello oscuro y ojos verdes centelleantes.
-Llévala al salón principal y dígale a Paulette que prepare algunos pasteles- contesto el rubio a medida que retiraba sus lentes.
-Como usted desee señor- asintió su viejo amigo.
-Por cierto Plagg, puedes llamar al médico- menciono Adrien, viendo hacia la ventana.
-¿Otra vez tiene aquellos sueños extraños?- cuestionó algo preocupado, ya que el rubio ya se los había mencionado con anterioridad.
-Todas las noches- le contestó con un suspiro.
Se dice que todos nosotros estamos conectados de alguna manera u otra, a través del espacio y tiempo. Se dice que no importa la distancia o la época, uno siempre estará conectado con su amor predestinado, a través de nuestro hilo rojo.
Sin embargo, a veces las cosas nunca resulta ser como uno los desea. A veces uno nunca está con la persona indicada, porque el destino se impone a su amor. A veces hay que sacrificar cosas para poder estar otra vez juntos, porque juntos podrán conseguir la verdadera felicidad eterna.
