Bueno, esto podría ser algo así como un epílogo, pero no, aquí empiezan las aventuras de Gakuko y Luki. No creo que valla a haber mucha conexión entre los capítulos y tampoco esperen una trama muy larga. Más que nada, son los intentos de Luki por enamorar a Gakuko jaja.


Primer episodio. Lo olvidé

-Perdóname, hermano.

-Siempre es lo mismo, ¿hice algo malo acaso?

-Si, haber nacido.

-¡Luka! –Lloriqueó Gakupo por la respuesta que le había dado su esposa –Aún después de casados sigues siendo mala conmigo.

-Perdona, pero no pude resistirme –Aclaró la muchacha desviando un poco la mirada y jugándose el cabello.

-Señora Luka, será mejor que deje de molestar a mi hermano –Defendió Gakuko dándole de golpesitos en la espalda –Apuesto a que usted también olvidó su cumpleaños ayer.

-No, nos la pasamos en grande durante la noche –Dijo de forma desvergonzada, provocando que Gakupo se pusiera colorado de un momento a otro.

-Oh, ¿usaron el karaoke que les regaló la señorita Neru? –Preguntó ingenuamente la Kamui menor.

-Si, lo usamos –Una sonrisa sádica se adornó en el rostro de la ninja, mientras que una corriente pasó por la espina dorsal de Gakupo –Por cierto, tu tampoco le regalaste algo, ¿verdad, Gakuko?

-Me apena reconocerlo, pero Luki se fue a emborrachar con Meito y Al ayer.

-No te preocupes, hermanita, al menos no has olvidado veintidós de mis cumpleaños, eso ya es bastante –Gakupo abrazó a su hermana menor y ella correspondió el abrazo.

Gakuko se aferró al pecho de su hermano y restregó varias veces su rostro en él, Luka se incomodó un poco por el cariño que se estaban dando hasta que llegó a los celos y los separó bruscamente.

-Gakuko, ¿no habías quedado con Luki hace rato?

-¡Es cierto! –Gakuko dio un brinquito de la impresión –Lo siento hermano, más tarde te daré tu regalo –Hizo una reverencia y se fue.

Gakuko Kamui tomó un pequeño morral de color morado, se lo colocó y salió corriendo de la Casa donde trabajaba su hermano. Se encontró con los gemelos Kagamine durante su carrera, aprovechó para jugarles una broma y robarles sus bolsas que cargaban con plátanos y naranjas. También cruzo al lado de Miku e Iku, a quienes en su trayecto aprovechó para cambiarles el atuendo; Miku llevaba ahora el traje de camarera e Iku la vestimenta tipo colegiala. Por último chocó, literalmente, con la persona con quien había quedado.

-Perdona, Luki –Dijo ella apenas se levantó con la ayuda del Megurine.

-No hay problema, por lo menos no me dejaste plantado –Respondió él empezando a caminar –Creí que te habías olvidado de nuestro compromiso, para que llegaras una hora tarde…

-Discúlpame, me entretuve estando con mi hermano que se me fue el tiempo. Por cierto, la señora Luka le manda saludos de parte de tu sobrino.

-¡¿De mi qué?

-Era una broma –Gakuko rió.

-No juegues con eso, Gakuko –Luki se llevó una mano a la cara –Pero bueno, ¿A dónde vamos?

-Creí que tú dirías a donde.

-No, ¿se te olvidó que fuiste tú quien dijo ayer que tenías todo el día de hoy planeado?

-Sinceramente creo que algo me está pasando –Dijo ella comiendo de una naranja de las que le había robado a los Kagamine -¿Quieres? –Le invitó un plátano a Luki, quien aceptó gustoso.

-Entonces, ¿no tienes nada? –Gakuko negó con la cabeza –Bueno, ¿te parece ir al Neko Mimi Swich?

-No gracias, Ted me vetó por una semana por haber provocado un incendio.

-¿Fuiste tú?

-Dije que algo me ha estado pasando, olvidé donde había guardado mi berenjena y agarré sin querer el encendedor.

-¿Para que querrías una berenjena y para qué llevas un encendedor en tu bolso? –Preguntó Luki bastante extrañado.

-Eso es un secreto –Respondió ella llevándose un dedo a la boca y guiñándole un ojo. Luki se sonrojó por el gesto, Gakuko se veía realmente adorable así.

-Como sea –Dijo tratando de restarle importancia, pero en realidad la curiosidad lo carcomía por dentro -¿Quieres ir al karaoke?, aún no te he escuchado cantar.

-Me parece buena idea, pero tú pagas.

-Aprovechada –Luki rió levemente. Gakuko le gustaba y mucho, solo faltaba hacer que ella se enamorara de él y todo sería perfecto.

-Te lo compensaré así –La chica samurái se aferró al brazo de Luki y recargó su cabeza en el hombro del muchacho. Luki se sonrojó, pero se dejó hacer hasta que llegaron al karaoke.

Un hombre, más bien dicho Dell los atendió. Luki iba a preguntar el por qué de su presencia en aquel lugar a lo que el muchacho respondió "Mis discos no se han vendido bien y necesito mantener a varias mujeres que ni siquiera ayudan con el gasto de la casa". Por ser buena gente, Luki pagó un cuarto para ocho personas en vez de para dos, Dell estaba enormemente agradecido, pero no lo exteriorizó.

-Te has quedado en números rojos, ¿no es así? –Dijo ella sentada en uno de los sillones del cuarto y bebiendo un refresco.

-Creo que debí haber traído más dinero para las botanas.

-Tranquilo, eso corre por mi cuenta.

-Pero antes, quiero que pases a cantar tú –Luki se sentó a su lado y le extendió una gran libreta con los títulos de canciones famosas –Hazme el honor de ser el primero en escucharte.

-¿No te basta con oírme hablar? –Bromeó y Luki negó con la cabeza divertido –Bien, "Paradise of the mirage", ¿te parece? –Él asintió. Una canción de su hermano, seguro se oiría mejor con ella que con Gakupo.

Y tenía razón, la voz de ella, rasposa, seductora, aguda y grave a la vez quedaba perfecta para el ritmo medio oriental de la canción. Luki quedó hipnotizado y no pudo esperar a que terminara cuando se encimó sobre ella, Gakuko estaba confundida, pero no hizo nada por apartarlo, es más, lo rodeó por el cuello y lo atrajo peligrosamente a sus labios. Luki no esperaba esa reacción y se dejó hacer, pero cuando apenas llegaron a rosarse sus bocas…

-Sabes jugar tus cartas, pero yo sigo queriendo a mi hermano…

-Dijiste que me darías una oportunidad… -Dijo roncamente, deseoso de poseer sus labios rojos.

-Lo olvidé… -Gakuko lo estaba provocando y él lo sabía. Gakuko era una encantadora en todo el sentido de la palabra y sus ojos rojos solo aumentaban la intensidad del hechizo sobre él.

-Entonces te haré recordar –Y la besó.

Fin del primer episodio