Aquí les traigo una nueva historia.

Espero que les guste, según mis calculos no sera muy larga, pero si muy intensa (o eso espero).  Dejen sus opiniones, criticas (tanto positivas o negativas) y todo lo que se les ocurra dando al boton ese que hay abajo del todo a la izquierda (donde pone Go!!!). Besos y espero que les guste (por lo menos a mi me ha gustado empezar a escribirla)

Como la historia de la Antorcha, esta tambien tendra actualizacion semanal (hasta que se acabe)

Besos y empiecen a leer la historia.

Prisionera del silencio

(Autora: Lady Lily)

*Cuando algo se rompe es muy difícil volver a soñar*

*Hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones*

Prisionera del silencio,

Prisionera de la soledad

De las palabras que nunca

Mis labios atrevieron a pronunciar

Fría soledad

Aquel día era como uno cualquiera, uno en el que la rutina era tal que sus pies caminaban por inercia por el largo paseo que la llevaba hasta su pacifica y apartada casa. ¿Cuántas veces había hecho aquel insignificante gesto de meter la llave en la cerradura, esperar a oír el clic que le señalaba que ya podía entrar, girar el picaporte y empujar la puerta para entrar? Muchas, muchas en todos esos largos años.

Espero a estar ya dentro de la casa para despojarse del largo y pesado abrigo que llevaba a causa del cruel frío que hacia esos días en la calle. ¿Por qué, ahora que ya estaban en primavera, el frío no quería irse? Bien, también podría ser que ella era mucho más friolera que el resto de sus compañeros, y que necesitaba protegerse y sentir el calor que dentro de ella no tenia. Pues, lo reconoció, su corazón había dejado de latir cinco años atrás, cuando dejó la escuela, cuando se despidió de todos los que, durante siete años, habían compartido su vida. Ahora ya todo era diferente, ya no tenían aquellas paredes para olvidarse de la vida real, pues ya estaban en ella, ya tenían responsabilidades… y ella no le tenía. Aquel día, de hace cinco años, en su graduación, en su entrada al mundo adulto, se había despedido para siempre de aquel amor que permaneció dormido y que, ironías del destino, despertó cuando ya no había tiempo para mas… y fue cuando su corazón se rompió en mil pedazos y el frío se instaló en su cuerpo y ya nunca mas pudo volver a sentirse viva. Cruel destino que le deparaba el no sentirse amada jamás, haber amado como nunca y no verse correspondida…

Dirigiéndose al cuidado salón, que reflejaba mucho el carácter de la dueña: metódica, responsable, ordenada… dejó que un suspiró saliera de sus labios cuando sus pupilas se posaron sobre aquella fotografía, obtenida unas horas antes de que oyese caer los pedazos de su corazón, trozos que todavía no había recogido, ni nunca lo haría… porque nunca volvería a amar como lo había hecho. Los tres sonreían felices, era la noche de su graduación, la joven pasaba los brazos sobre los hombros de sus dos compañeros: uno pelirrojo y otro con el cabello tan negro como el azabache. Todo parecía perfecto, los tres inseparables compañeros, los tres, casi desde el primer día, habían sido parte de un trío difícil de romper… y así había sido hasta la marcha de uno de ellos. Uno de esos pilares, uno de los tres, había decidido separarse sin razón alguna. Y ahora ya solo quedaban dos de lo que parecía una irrompible unión, y uno que se mantenía en medio de los que se habían separado, ya no volverían a ser tres.

Pudo reconocer, fijándose atentamente en la fotografía, el gesto, casi imperceptible, de melancolía que tenia ella, al saber que era la ultima noche de los tres juntos, y de su pena secreta, la que había averiguado y aquella que escondía en lo mas profundo de su corazón y la fuente de su frío, de saber que no volvería a amar como esa vez. Los brazos reposaban tranquilamente sobre sus dos compañeros, y uno de ellos era el causante, aunque él no lo supiera, de que los trozos de su corazón estuvieran, desde aquella noche, esparcidos en mil rincones del universo.

- ¿Por qué? ¿Por qué? – la misma pregunta, y ninguna respuesta, ni el otro componente del ahora dúo sabia contestar a esa pregunta - ¿Por qué te alejaste de nosotros? ¿Por qué me dejaste sola cuando supe que te quería?

No se lo había dicho, ¿para que?, ¿de que hubiera servido confesarle que había descubierto que le quería, que soñaba con él cada noche, que anhelaba cada segundo que le veía?...... de nada. Y ahora era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Un nuevo suspiro volvió a escucharse en la vacía habitación, mientras daba un último vistazo a la última fotografía que tenia juntos, de aquel rostro con el que soñaba cada noche y sabia que no volvería a amar como le había amado a él.

La fotografía se movió, como hacían las tomadas en el mundo mágico, y ahora los brazos de la muchacha ya no estaban sobre los hombros de los dos chicos, sino que estos se habían fundido en un abrazo… el ultimo abrazo de los tres juntos… después, en la llegada a la estación, se habían separado para no volverse a juntar nunca mas. Y allí fue cuando su corazón se rompió, y oyó como los pedazos caían al suelo al verle desaparecer tras el muro de ladrillo porque sabia que no era correspondida, oyó el ruido de los trozos al estrellarse su corazón como si fuera un espejo caer al suelo al ver como él agarraba tiernamente la mano a una chica, gesto cariñoso con el que ella tantas veces había soñado, y el cruel frío se instaló en su cuerpo cuando la mejilla de esta recibió un cariñoso beso… ahí supo que lo había perdido… perdido para siempre.

Cada tarde era igual, su llegada a la casa, la mirada perdida a la fotografía, los tristes recuerdos del amor perdido paseando por su mente, recordándole que lo había perdido, que había dejado escapar la oportunidad, y que ya no amaría tanto como le había amado en secreto a él.

Se retiró la silenciosa lágrima que caía por su mejilla, algo que siempre ocurría cuando se ponía a recordar que aquella noche había sido su última noche, y el día siguiente, la ruptura de su corazón al ver la imagen que causaría su frío eterno.

Un ruido le distrajo de su melancolía, una lechuza intentaba entrar a la casa para entregarle una diminuta carta. El ave estaba impaciente y daba picotazos contra el cristal, así que se aproximó a esa ventana y la abrió, dejando entrar a esta y a los últimos rayos de sol del día, luz que se posó en el rostro lloroso de la joven.

Dejando la carta encima de la mesa de la cocina, y sin esperar gratificación alguna, la parda lechuza retornó en vuelo y se fue por el mismo lugar por el que había entrado: por la ventana ahora entreabierta. Al ver este gesto, la joven supo que el remitente no quería una respuesta, si no, la lechuza habría esperado a que ella redactara algo para luego llevárselo a su dueño.

Poco a poco se acercó a la mesa, a la blanca carta, sin identificación posible, solo su nombre y la localización de su casa escrita encima. No sabia a quien podría pertenecer la lechuza, no la reconocía y nadie de su trabajo utilizaba aquel tipo de envío, lo mas fácil ahora eran las comunicaciones por chimenea, si era un asunto urgente.

Antes de que sus dedos tocaran el pergamino, una sensación de vacío se apoderó de ella, supo, antes de abrirlo, que contenía malas noticias… pero no se imaginó que fuera precisamente eso… aquello que rompió del todo lo que quedaba de su corazón.

El pergamino se deslizó despacio de la mano inmóvil de la joven, se había quedado congelada en el sitio al leer aquellas palabras… ahora ya sabia que la secreta esperanza, que su corazón había guardado en un lugar recóndito, se había desvanecido al leer aquella buena dicha… y supo que lo había perdido… para siempre…

"Invitación de boda" fue todo lo que quedo legible tras ser anegado totalmente por unas lagrimas de tristeza y desesperación de la joven.