Título original: Ravishment.

Autora Original: Queen Nightingale.

Fecha original: 10 de abril de 2011.

Idioma original: inglés.

Disclaimer: no me pertenece absolutamente nada de lo que sigue.


SEDUCCIÓN

1. La Clase de Adivinación

(P1 Ravisment, por quieen Nightingale)

— Te voy a arrancar el cráneo — susurra acariciándole con el aliento cálido la piel de la clavícula. Los dos están al fondo del aula, en la clase de Adivinación. — Lo voy a romper haciéndote un pequeño corte aquí — presiona sus labios a un lado de su cuello — y voy recoger todos los pedacitos de los huesos, los voy a pegar con pegamento muggle en forma de corona. Me pasearé con ella y todo el mundo podrá verme con esa preciosa diadema blanca y se preguntarán que de dónde ha salido.

La chica siente sus labios presionando sobre su cuello e inhala con fuerza.

— ¡Señor Potter! — una voz aguda lo llama desde el otro lado de la clase y Lily siente cómo enrojece rápidamente mientras James aparta con tranquilidad los labios de su cuello — ¿Se puede saber qué es lo que le está haciendo a la señorita Evans? — toda la clase se gira hacia ellos, haciendo que James sonría todavía más y Lily se hunda en su asiento.

— Seducirla, por supuesto.

— ¡Estás jodidamente mal de la cabeza! — dice Lily mirando James cuando el profesor Caldwish vuelve su atención hacia la joven Trelawney, que está haciendo espasmos en la parte delantera del aula. — ¿A qué estás jugando?

— No estoy jugando a nada.

— ¿Qué no estás jugando a nada? — dice de manera estridente. Sirius se gira a mirar a James, pero vuelve la mirada al frente al ver la cara de ira de la pelirroja. — ¿Que me estabas… cómo era…? ¡Seduciendo! ¡No tienes ni idea de cómo seducir a una chica!

Ese comentario hace que James deje de ignorarla mientras hace garabatos en su mapa de estrellas, y se gire rápidamente hacia ella.

— ¿Que no sé cómo seducir a una chica? ¿En serio, Lily? Por poco hago que mojes las bragas hace un momento.

Lily se sonroja, pero su labio superior se tuerce haciendo una mueca.

— Claro que no.

— Mira allí — le indica con la mirada. — ¿Ves a esa Hufflepuff? Meg Finch, o algo así. En un día conseguí que saliese conmigo.

— Se trata de Meg — dice Lily, arrastrando las palabras. — No es lo que se dice un gran logro.

— Qué crítica — abre los ojos, sorprendido.

— La verdad a veces lo es.

— Todo el mundo sabe — sigue James haciendo girar los ojos — que puedo seducir a cualquier chica. Hacer que se vuelva loca de ganas — Lily resopla — y de deseo. Sin embargo, ninguna chica ha sido capaz de seducirme a mí hasta ahora.

Lily lo mira sorprendida y viendo por dónde van los tiros.

— Ni lo sueñes, Potter: no voy a seducirte — le dice entre dientes mientras James sonríe ampliamente y vuelve a hacer garabatos en su mapa.

— Señorita Evans, estoy teniendo una premoción sobre usted — dice el profesor Caldwish desde su escritorio, moviendo los brazos: — siento… ¡que va a prestar mucha más atención si se separa del señor Potter!

— No será necesario, profesor Caldwish — responde Lily en voz alta sintiendo como James trata de ahogar una carcajada a su lado. — ¡Estoy segura de que somos un gran equipo!

— ¿Por qué cogí esta asignatura? — se pregunta James agitando su pluma. — Es una pérdida de tiempo.

— No lo es — le dice Lily mientras mira atentamente su mapa estelar, mordiéndose el labio inferior. — A mí me encanta. Si tuviera hijos, a ellos también les encantaría. Es muy divertida.

— Sí, seguro. A ningún hijo mío le gustaría esta asignatura, te lo puedo asegurar.

— Es una suerte que no vayamos a tener hijos en común entonces — replica ella, concentrándose más en su trabajo.

— Venga, Evans, ¿qué me dices?

— ¿Qué te digo de qué, James?

— ¿Vas a seducirme?

Lily resopla y deja su pluma en la mesa, volviéndose hacia James con una sonrisa.

— Si quisiera seducirte, me bastaría con un segundo — dice Lily, mirándolo.

— Oh, sí, teniendo en cuenta tu historial de ¿cero citas?

Lily siente como su cara enrojece de vergüenza, pero detiene las lágrimas que le pican en los ojos y sigue mirándolo.

— No he encontrado todavía a la persona correcta — comenta alejándose de James y centrándose de nuevo en el mapa, garabateando algo sobre Júpiter. — Aunque no es que eso sea de su incumbencia, Potter.

— Tal vez no lo has encontrado porque ni siquiera lo has buscado.

— Quiero que los chicos vengan a mí; no al revés — dice con la nariz sobre su hoja y James recostado en su asiento mirándola, divertido.

— Sí, ya veo que hay una larga cola.

— Cállate. Eres un idiota — se gira la cabeza y le gruñe a James: — Eres tan jodidamente… malo, o borde, o algo.

— La verdad a veces lo es.

Lily frunce el ceño.

— Oh, venga, Lilyflor — Lily resopla — ¡Sedúceme! ¡Será muy divertido!

— Para ti seguro sí — responde Lily mientras sigue escribiendo. — Para mí, sin embargo, sería difícil y embarazoso.

James se queda en silencio durante un rato, mirándola escribir.

— Creo que lo harías bien — le dice con poco entusiasmo.

La mandíbula de Lily abre y levanta el brazo rápidamente.

— ¿Sí, señorita Evans?

— Tiene que venir aquí de inmediato, profesor Caldwish, ¡creo que hay algo que va peor de lo normal en la cabeza de James! — dice en voz alta, haciendo que James voltee los ojos, exasperado, y se recueste de nuevo sobre el respaldo de la silla. — Me parece que ha hecho un esfuerzo tan grande por pensar que se le ha roto el cerebro.

— Solo era un cumplido, Lily — dice James para después dirigirse al profesor: — mi cerebro está intacto, profesor. Estoy bien.

El profesor Caldwish les envía una mirada severa.

— Hagan el favor de seguir trabajando ustedes dos.

— Petardo — comenta James y Lily vuelve a su trabajo riéndose para sí: — Oye, eso no ha tenido gracia.

— No te preocupes, no podrías romperte el cerebro ni aunque quisieras — dice Lily. — Sería imposible…

— ¿… porque no tengo cerebro? Jaja, vaya, qué ingeniosa, Evans. Me matas de la risa…

— Esa es mi misión en la vida.

— ¿Entonces qué me dices?

Lily arquea una ceja y James le sonríe.

— Oh, venga, Lily, no se lo voy a decir a nadie — dice sonriendo. — ¡Será nuestro pequeño secreto!

— ¿Cómo te voy a seducir, de todas formas? — replica Lily. Sigue escribiendo sin mirarlo directamente.

— No sé. Envíame flores o algo así — James agita la mano con indiferencia. — Cualquier cosa. También podrías hacer algo guarro. Sería divertido.

— ¿Para quién, exactamente? — pregunta sin dejar de escribir.

— Para ti, por supuesto.

Lily suspira exageradamente y, dejando su pluma a un lado, se gira para mirar a James, que se queda momentáneamente paralizado por sus ojos verdes. Ella empieza a susurrar mientras se acerca a él:

— ¿Quieres que te seduzca? — los ojos del chico se abren y James siente que las palabras se le atascan en la garganta. Empieza a moverse más cerca de él y, de repente, está a horcajadas sobre él y James hace un ruido gutural, sobresaltado.

— Evans, ¿qué estás…?

— Shhh — le susurra, con los labios rozándose suavemente contra su oreja y mordiéndole suavemente el lóbulo. James sofoca un gemido, de repente muy consciente de dónde están. — Te estoy seduciendo, tal y como querías.

- Mnurhhh ...

Lily se echa hacia atrás bruscamente y empieza a reír locamente con el rostro contraído.

— ¡No puedes soportarlo! ¡Literalmente no puedes soportarlo! — echa la cabeza hacia atrás, con el pelo rojo arremolinado sobre la mesa y el cuello expuesto. Su pecho se agita de la risa. — ¡Te estabas poniendo cachondo!

— Claro que no — responde James de mal humor, cruzándose de brazos y mirando a la pelirroja que se sigue riendo sentada en su regazo. — No me has puesto en absoluto.

— ¡Te he seducido! Total y absolutamente: ¡te he seducido!

James la coge bruscamente de las piernas y la sienta en su silla, mientras Lily se sigue riendo y resoplando. Se pasa la pluma por la lengua y, de mal humor, empieza a escribir un galimatías en su mapa.

— Te he puesto cachooondo, te he puesto cachooooondo — canturrea en su cara al tiempo que finge escribir, pero siendo incapaz de concentrarse en nada debido a la risa que se escapa entre sus palabras.

— Eso no es cierto — dice James de pronto, levantando la cabeza para mirarla. — Estaba preocupado porque nos ibas a avergonzar a ambos cuando Caldwish preguntase qué hacías sentada en mi regazo.

— Y por eso has dicho, y cito literalmente — Lily empieza a reír de nuevo y, con lágrimas en los ojos, repite: — Mnuuuurghhh — y después empieza a aullar de risa de nuevo.

— ¡No tiene tanta gracia! — repite James con terquedad, volviéndose hacia su papel y sintiendo por primera vez cómo enrojece al tiempo que aprieta los puños.

La risa de Lily se calma al darse cuenta de su postura rígida. Suspira y voltea los ojos.

— Así que yo no puedo burlarme cuando te seduzco pero tú si puedes meterte a todas horas conmigo.

— ¡Prácticamente me violaste! — exclama James, sonriendo un poco al ver que la chica enrojece un poco.

— ¡Claro que no!

— Ni siquiera has dicho algo — acusa James con un bostezo, volviendo a su hoja. — Eso no ha sido seducirme.

Lily abre la boca y lo mira enfurecida.

— ¡Claro que te he seducido!

De repente James se pone en pie y es sienta a horcajadas sobre Lily, que tiene el rostro desencajado por su peso y por la risa que escapa de su cuerpo.

— James — ríe, — apártate.

— Oooh, Lilyyyy — dice, envolviendo los brazos alrededor de su cuello y riendo como una chica. — Quiero que me llenes, me siento tan… ¡necesitada! Déjame posar mis amplias nalgas en tu gran y magnífico…

— ¡SEÑOR POTTER!

Lily empieza a aullar de la risa mientras James se queda congelado y se gira para hacer frente al profesor Caldwish y al resto de la clase, que los miran con una mezcla de sorpresa y conmoción.

Sirius estalla en carcajadas desde la otra punta del aula.

—Lily, serás descarada: estás convirtiendo a Cornamenta en tu pequeña puuu…

— ¡Suficiente, señor Black! Señor Potter, tenga la amabilidad de quitarse de encima de la señorita Evans. ¡Es la última vez que los aviso!

Con parsimonia, James se pone en pie y se deja caer en su asiento mientras Lily sigue riendo y resoplando.

— Impresionante, Potter — dice Lily en cuanto el señor Caldwish se da la vuelta. — Buen trabajo.

James le sonríe.

— Lo hago lo mejor posible, ya lo sabes.


Os traigo un fic en dos partes. El original es un one-shot, pero me da la sensación de que tiene más sentido dividido en dos, así que me he tomado una licencia y lo he partido. Mañana publico la segunda. Os espero en los reviews contándome qué os parece y si créeis que me he vuelto loca por todos los textos nuevos de esta semana.

Un besooo

Pdta.: ¿soy la única a la que el primer párrafo le ha parecido muy bizarro? ¡Vaya forma de seducir a nadie!