Prohibición Encarnada

Corre…escapa…y…aléjate…Porque…nuestro amor…es…prohibición…encarnada.

Disclaimer: Los personajes de Katekyo Hitman Reborn pertenecen exclusivamente a Akira Amano.

-Diálogo de personajes– / -"Pensamiento de personajes"-


I. Punto de partida

-…tras nosotros, por eso, un tiempo deberemos ocultarnos. Para no levantar sospechas, entre nuestras presas caminaremos…Se que para algunos debe ser repulsivo, pero hermanos míos, solo esperen un poco y la dulzura de nuestra venganza nos embargara…Hasta ese entonces, no nos volveremos a ver las caras… -

Todos los oyentes dieron un suspiro de pesadez en general. Algunos negaron con la cabeza, resignados. Otros apretaban puños y dentaduras, ira solo sentían. En cuanto a las hembras, algunas sollozaban, por el destino duro y difícil que les esperaría a sus crías. Por el contrario otras tomaban a sus cachorros, mientras les susurraban rencores.

Un cachorro, con lagrimas secas en su rostro, mostraba sus ojos, una vez vivos de energía, vacios, sin querer creer en lo que le sucedía a su gente, sin querer creer que su vida había sido destruida, sin querer creer que ahora tendría que rebajarse a vivir entre sus presas, humillación, desgracian, asco. A su corta edad, sintió algo que sus contemporáneos no, sed de venganza. Sus ojos, enrojecieron, hermosos rubíes, como la luna traicionera que se posaba sobre ellos…


-Estas son las habitaciones reales. Aquí es donde reposa la familia, la del medio es de los reyes y las laterales, pertenecen a los jóvenes príncipes – La ama de llaves le siguió indicando – Debo también advertirte, que a los jóvenes príncipes, les desagrada por completo que traten de ver sus ojos – La mujer siguió caminado sin mirarlo.

-¿Y los reyes?- Pregunto

-Ellos casi nunca están, les encanta viajar. Pero claro, eso no es algo que te interese, a ti solo te incumbe servir a los jóvenes príncipes. La verdad, es que a mi parecer, no eres apto para que formes parte de la servidumbre de la casa, deberías ser uno de los jardineros – Dijo en un tono mal educado.

Fran rodo los ojos. Había entrado a trabajar en la casa real, de los reyes de Italia. Claro, quien diría que en pleno siglo XXI, aun habría gente como él, rogando porque lo contrataron en las grandes casas reales. Solo lo hacía por necesidad, después de todo, él no se alimentaba de aire.

-¡Ponme atención cuando te hablo, mocoso!- Regaño la ama de llaves

-Perdón- Dijo secamente

-Si, como no…Como te iba diciendo, tu itinerario será, primero, te levantaras a las 6 am en punto, ni un minuto tarde. Segundo, deberás alimentar a las mascotas reales. Al visón albino Tempesta y al murciélago, Tormenta –

-Sus nombres son iguales-

-¡Calla!...Tercero, a las 7 am en punto, ni un…-

-Minuto más tarde- Completó

-¡Que te calles!...Levantaras de su sueño real a los príncipes, para que ellos puedan alistarse e ir a su escuela. Cuarto, en su desayuno, te quedaras parado al lado de ellos, por si solicitan algo de ti, tamb…-

-¿Y a qué hora se supone que yo desayuno?-

-¡Mira niño, me están cansando!- Se exalto por las seguidas interrupciones

-Bien, bien. Cálmese señora, yo solo preguntaba- Puso las manos como defensa

-¡Solo preguntaba, solo preguntaba! Pues te responderé ahora mismo, para que dejes de hablar de una vez. Los que más importan acá son los reyes y los príncipes, en este momento… –

-Los príncipes-

-¡SI!...En cuanto a ingerir alimentos, deberás acostumbrarte a comer después de terminar tus deberes y ah hacerlo en pequeños lapsos, y si esto no te agrada, simplemente te puedes ir yendo, porque al parecer no te agrada la idea. ¡Claro! Como un niño podría saber lo que tener una gran responsabilidad. Los chicos de ahora son muy ociosos y flojos y tamb…-

-Usted es una neurótica-

La mujer empezó a temblar de rabia.

-¡CÓMO ME LLEMASTE!-

-Pero es verdad- Dijo con un semblante neutro

La ama de llaves, empezó a acercársele furiosamente, quizá con la intensión de darle una severa reprimenda. Pero unos segundos antes de que la mujer, le asestara una bofetada por insolente, salió corriendo de la escena.

-¡VUELVE AQUÍ!- Le oyó decir, bueno, gritar

Tras haber corrido por un rato, se dio cuenta de algo, se había perdido ¡Genial! Empezó a merodear por ahí, haber si encontraba a alguien que lo pudiese ayudar. Así fue como llego hasta una gran puerta, tenía un letrero que decía "Biblioteca". Se escucho algo de ruido dentro. Como era algo obvio, pensó que seguramente ahí dentro estaría alguien de la servidumbre, desempolvando los libros. Entro sin tocar primero.

Dentro observo centenar tras centenar de libros, wau, si que era todo una "Biblioteca", recorrió con la mirada los colosales estantes. Nuevamente escucho ruido, esta vez pudo distinguir bien, que venía de la parte trasera de los estantes. Se apresuro en llegar.

-Disculpe yo…-

Un rubio, de cerquillo LARGO, de pantalones negros y entallados, con un polo de patrón de rayas negras y moradas y con botas blancas; se encontraba sentado en el piso, husmeando en un libro, por lo visto muy antiguo.

-Eh ejem…- Fingió una tos, para que el otro le hiciera caso

El rubio rápidamente, lo miro. Aunque exactamente, no se podía decir que viera algo, con ese cerquillo, pareciera que eso era imposible.

- ¿Sabes, como podría llegar a la cocina? Es que ya es hora de les lleve su almuerzo a los príncipes-

Mostro una gran sonrisa.

-Gato Chesire…-

-¿Qué dijiste?- Se levanto del piso

-Ah, nada. Bueno ¿Sabes cómo llegar o no?-

-Ishishi… Que sirvienta más extraña. No sabe cómo es el lugar donde trabaja- Se burlo

-Si bueno, será porque soy nuevo y esto es todo un laberinto- Dijo en su defensa

-Aun así, tu deber es saber por dónde moverte, si no, como planeas atenderme- Se puso a la altura de Fran

-¿Atenderte?-

-¿No me digas que no sabes quién soy?- Acerco mas su rostro

-No- Dijo casi en un susurro. Se embeleso mirando los labios del rubio.

-Ishishi…Pues para que te enteres, yo seré el próximo rey. Pero por el momento soy, el Príncipe Belphegor- Lo canturreo alegremente

Al escucharlo, se alejo rápidamente del príncipe.

-No sabía. Perdón por mi insolencia al hablarle de forma incorrecta- Dijo haciendo una reverencia

-Tu cara no me dice que lo sientas de corazón- El rostro del peli verde era neutral, no mostraba nada.

-Enserio, lo siento- Dijo intentando hacer otra reverencia, pero esta vez fue detenido por una mano, que lo hizo volver a poner recto.

-Que interesante Bel. Con que ahora tu nuevo hobby, además de ser una rata de biblioteca, es estar con jugueteando con las sirvientas sheshe-

Fran volteo a ver a la persona que había hablado. Era otro rubio, con el cabello algo más largo que el del otro, llevaba una camisa blanca, un pantalón negro pegado y unas botas color negras.

-Y si así fuera que. ¿No me vayas a decir que tú también quieres jugar con las sirvientas? Shishishi-

-Claro que no, yo no me rebajaría como tú. Prefiero encontrar diversión de calidad-

-Mmm, que bueno. Pero aunque encontrases "diversión de calidad", ellas no te harían caso-

-¿Así, por qué, según tu?-

-Ishishi…Fácil, eso es porque eres un corriente-

-¿Corriente?...Sheshe, te quieres morir no- Metió la mano dentro de sus ropas y luego lanzo tres objetos en dirección de su hermano.

Como Fran se encontraba en medio, no le permitia ver bien a su gemelo.

-¡Quítate!- Tiro al piso a Fran y él también se calló en el piso por accidente.

-Au…- Dijo sin mostrar dolor en su cara

-¡Que lindo! Como proteges a tu noviecita-

-Deja de decir estupideces…príncipe corriente ishishi-

-Cuida tus palabras, porque bien sabes que el próximo rey seré yo y cuando eso pase, te juro que mandare a que pongan tu cabeza a rodar sheshe- Miro a Fran, que aun seguía en el piso – Y la tuya también rodara- Lo señalo con el dedo.

-Eh…disculpe- Quiso intervenir.

-La única cabeza que va a rodar será la tuya, lo que es más, eso será ahora mismo…Y ya deja de decir estupideces, porque yo nunca me metería con una sirvienta- Saco tres cuchillas plateadas.

-Disculpen…-

-Pues veamos a quien se le cae la cabeza primero-

-¡Disculpen!-

-¡Qué!- Dijeron los gemelos en unisonó

-No soy mujer-

-¿Ah?-

-Soy un hombre-

-Ok. Yo sabía que eras raro, Bel. Pero, no sabía que fueras gay- Dijo Rasiel

-Yo tampoco lo sab….¡Qué dices! ¡Yo soy bien hombre! ¡El gay serás tú!-

-¿Cuál es tu nombre?-

-Fran-

-Nombre unisex- Acoto Bel

-¿Enserio eres hombre?- Le preguntaron los dos

Fran se quedo con la boca abierta, al ver que los dos eran un par de retrasado ¿Acaso no se daban cuenta de que era hombre? Eso se veía a leguas ¿No? Al menos el se había considerado en toda su vida bien hombre…al menos él se había visto así.

-Olvídenlo...jóvenes príncipes. Mejor voy por su comida- Se levanto del piso y se dirigió a la puerta.

Salió la biblioteca, se encontró con una mucama, que le indico donde quedaba la cocina y el comedor.


Todo estaba en silencio. Los príncipes ingerían sus alimentos, mientras su nuevo sirviente, estaba a su lado.

De pronto, a Resiel, le pareció muy gracioso iniciar una pequeña guerra de alimentos. Un panecillo salió volando a la cabeza de Bel, a lo que este reacciono, tomando una patata de su plato y lanzándosela a Rasiel.

Fran, una no podía creer que los príncipes, actuaran de manera tan infantil.

Luego de varios minutos, de pastas, carnes, verduras y postres voladores. Ambos, empezaron a violentarse verbalmente, para variar.

Para cuando se levantaron, se dieron cuenta, de que, sin querer habían embarrado totalmente de comida al peli verde. Pero, como eran príncipes, ellos nunca se disculpaban, al contrario…

-Eres un asco sheshe- Se burlo Siel.

-No te vendría mal un duchazo shishi- Se rio Bel.

Ambos se retiraron, dejando a Fran con un enorme tic nervioso en el ojo izquierdo.


-Tu castigo por insolente- Le entrego un plumero.

-Pero esa parte, no me toca a mí- Replico.

-Yo sé. Pero, esto es para que aprendas a respetar a tus mayores-

-Pero…-

-¡Ve ahora! Niños estos que no respetan-

Fran se dio media vuelta hacia la biblioteca. Si, la biblioteca. Su castigo era desempolvar todos y cada uno de los libros.

-Vieja gorda, se aprovecha nada más porque soy chiquito y flaquito- Dijo para sí mismo.

-¡ERES UN INSOLENTE!- Nada escapaba de los oídos de fiera de la vieja ama de llaves.


-Mierda- Susurro.

Ya eran como las ocho de la noche y aun no acababa de desempolvar los benditos libros. Eran demasiados para él solo. Sin mencionar que los de las plantas superiores, eran imposibles de alcanzar, ya que, exactamente, él, no tenía medida de jugador de básquetbol, ni tampoco era el hombre araña, para trepar por los estantes. Pero no tenia de otra. Trepo los estantes.

Polvo y polvo.

-¡Achú!- Estúpido polvo. Le daba alergia.

-¿Ahora te crees el hombre araña?- Se impresiono al oír la voz y por poco cae.

-No- Dijo mirando a Belphegor con algo de molestia. A lo que este sonrió como el gato Chesire.

Bel se acerco a uno de los estantes, de donde cogió el mismo libro que había estado leyendo con anterioridad. Se volvió a sentar en el piso.

Diez de la noche, por fin había acabado con la mayoría, estaba muerto de cansancio. Decidió terminar lo otro al día siguiente. Empezó a descender con cuidado de no matarse. Una vez seguro en el piso, pudo observar detenidamente a Belphegor. Rubio, delgado, piel blanca, facciones finas. Lo típico en un…príncipe.

-Amm…príncipe Bel- Lo llamo.

-¿Hmp?- No aparto la mirada de su libro.

-Ya me retiro a descansar…Antes de que me valla ¿Se le ofrece algo?- Pregunto atento.

-Si- Paso la hoja.

-Usted dirá-

-Anda al cuarto de Siel, y le pones esto en su champú- Le alcanzo una pequeño frasco, que decía: "Tinte instantáneo: Castaño oscuro".

Fran tomo el pomito y luego miro a Bel.

-Creo que el príncipe Siel, se molestara conmigo si hago esto-

-¿Y?...solo ve y hazlo- Volvió a pasar varias páginas del libro -¡Rayos! ¿Dónde demonios esta la parte de las brujas?- Hablo consigo mismo.

La mano de Fran, pasó las páginas del libro de Bel.

-Es en la página 914…Brujas, encantos y maldiciones- Bel se quedo un poco anonadado.

-¿Ya has leído este libro?- Señalo el objeto.

-¡Sí!- Al darse cuenta de que se había emocionado, se avergonzó.

-Ah…bueno, ya me voy a poner esto en el champú- Se fue con dirección al cuarto de Siel.

Vio que Fran se había ido.

-Ishishi…parece un pingüino, con esa ropa de mayordomo…no, más bien…ishishi, una ranita- Sonriendo siguió mirando su libro.


-¡BELPHEGOR HIJO DE PUTA!- Grito Rasiel saliendo de su cuarto, con dirección a la de Bel.

-¡BELPHEGOR ERES U…!-

-¡De la misma madre!...hermanito- Dijo con sorna.

-¡Se que fuiste tú el que hizo eso!- Tomo mechas de su cabello.

-No lo sé…mm, puede que si…o que si ¡Ishishishi!-

-¡Maldito!-

El mayor se abalanzó sobre su hermano y con las manos, intentaba ahorcarlo.

Toc toc

-¿Príncipe Belphegor, está despierto?...Es hora de que se levante- 7am, en punto. Hora de que los príncipes se levanten.

Al no tener más respuesta que un "Ugh", Fran entro a la habitación.

-Príncipe Bel, ya es hora de qu…- Sus ojos se quedaron súper abiertos.

No podía creer que este par de gemelos, que parecían odiarse a muerte, estuvieran en tremenda escenita. El mayor TOTALMENTE DESNUDO, sobre el otro. En cuanto al menor, representaba, a la típica víctima de un intento de abuso sexual.

El tic nervioso, sobre el ojo izquierdo de Fran, se hizo presente.

-Amm…amm, yo…yo vuelvo más tarde, cuando no estén ocupados…Disculpen las molestias, sigan con lo suyo, como si yo nunca hubiera entrado- hizo mímicas con las manos. Se escurrió por la puerta, cerrándola muy despacio.

Click. Puesta cerrada.

Ambos se miraron y se dieron cuenta de lo que había pasado por la mente del peli verde.

-Esto es taaaaaaaan molesto- Dijeron en coro.

-¡FRAN VEN AQUÍ!-


-Ojo malo…tranquilo- Se palmeo su ojo izquierdo.

-¡FRAN VEN AQUÍ!-

-Hay ya yai- Dijo Fran entrecerrando los ojos.


Toc Toc

-¿Me llamaban?- Se escucho tras la puerta.

-Pasa- Dijeron

-¿Si?-

Ambos se encontraban parados. Se abalanzaron sobre el más pequeño y lo arrinconaron contra la puerta.

-¿Qué pensaste?- Inquirió Rasiel

-Ah, no se a que se refiere…exactamente-

-¿Pensaste que éramos incestuosos, no?- Bel

-Pues…-

-¡No lo niegues! ¡Sabemos lo que pensaste!-

-Si tiene razón, pensé eso-

-¡Deja de negarlo!- Grito Bel

-Pero yo…-

-¡Ni intentes hacernos pensar otra cosa!-

-Eh…-

-¡Basta! ¡Me siento ofendido!-

-¡Yo más que tú!-

-¿Quieren comer su desayuno?- Pregunto de la nada.

-Sí, claro- Salieron seguidos de Fran.


Era el medio día. Hora de sacar a que tomen sol, las mascotas. Aunque por raro que sonase, el murciélago, también quería sol. Raaaaaro.

-Tempesta…Tormenta, vengan- Llamo

Ambos animales, salieron a carreras, para ver quien llegaba primero, igualitos que Bel y Siel. Fran pudo verlos juguetear por ahí. De pronto, ambos seres se detuvieron en seco, quedaron observando un frondoso arbusto, del cual sonó un "¡GRRRR!". Fran se acerco lo suficiente como para coger al visón y al murciélago. Se metió a la casa rápidamente.


A las 3 pm. Era la hora en que los príncipes regresaban de la escuela. La puerta principal se abrió, pero solo entraba Belphegor.

-Príncipe Bel…- Llamo Fran.

-¿Qué?- Dijo fastidiado, después de un atareado día de estudio.

-Disculpe, pero ¿Dónde está el príncipe Siel?-

-…Lo mato un auto-

-Vaya…Tendremos que preparar un funeral muy ostentoso-

Bel lo quedo mirando.

-¿Qué no acaso no puedes tener otra facción que no sea esa?...Pareciera que no sientes nada-

-¿?...Pero si a mí me han dicho que soy muy expresivo…- Dijo intentando pintar una sonrisa en su rostro, pero no pudo.

-Te han visto la cara, porque no es cierto-

Fran se encogió de hombros.

-Entonces el príncipe Siel, salió-

-Se fue por ahí, creo que dijo algo de una barata…o algo así-

-Que vocabulario tan…fluido-

-¿Qué dijiste?-

-Que su léxico es muy fluido e interesante, proviniendo de un príncipe, que se supone no dice groserías-

-Ishishi, el príncipe puede decir lo que quiera –

-Si el príncipe quiere ser rey, tiene que dar un buen ejemplo-

-Con buen ejemplo o no. Yo seré el rey. Rana-

-Pues por lo que veo, no. Ya que el príncipe Rasiel, es el primogénito, por ende él será el rey. Claro que, nunca faltan los accidentes ¿No es así, príncipe Bel?-

-Para ser una rana escuálida, tienes una lengua muy suspicaz- Alago el príncipe

-Gracias por el alago, pero… ¿Qué es eso de "rana"?-

-Ishishishi… ¿Qué no te has visto en un espejo?-

-Sí, si me eh visto-

-Pues pareciera que no, porque además de tener cara de niña, pareces una rana, todo verde- Sonrisa gato Chesire mode on!

-¿Verde? Pues, no es mi culpa tener los rasgos "verdes"- Puso énfasis en "verde"

-Shishi…Tengo hambre-

-Su comida, ya está en el comedor-

-Bien-

Los dos llegaron al comedor. Bel se sentó a comer y Fran, como era debido, se quedo parado, por si a Bel se le ofrecía algo.

-Mejor retiro los platos demás, si no, van a venir insectos por el olor- Fran procedió a levantar uno de los platos

-¿Ya comiste?-

-No- Cogió otro plato

-Comete eso- Señalo lo que era de Rasiel

-N-no, gracias-

-Comételo-

-No es necesario, enserio yo…-

-Que te lo comas- Alzo un poco la voz. Fran se sentó en la mesa.

-Bueno, bueno ya. Tampoco es para que se altere…la gente aquí es muy neurótica – Susurro lo último.

-Lo oí-

-Perdone-

Así, paso casi una hora. Bel ya había arrasado con lo suyo, en cuanto a Fran, apenas y habías probado bocado de cada cosa.

-¿Qué, no te gusta?- Los ojos verdes lo vieron directamente.

-N-no es eso-

-Entonces-

-Es que no tengo mucho apetito- Se excusó

-Ahí ya, si mucho. El príncipe está pensando que eres anoréxico-

-No lo soy-

Bel empezó a tamborear sus dedos sobre la mesa.

-Lo juro. Palabra de niño explorador- Levanto al mano

-Ishishi- El príncipe se levanto su asiento, que quedaba en frente del peli verde, para trasladarse al lado del mismo.

Fran lo miro algo extrañado. Bel le sonrió y tomo con el tenedor, un poco de comida.

-Di "Ahh"…ishishi-

Fran alzo una ceja.

-Ehh…-

-Dije "ah", no "eh"- Tomo la cara del pequeño y forzó sus mandíbulas, para poder abrir la boca.

-Espere, espere-

-Espere, nada- Le metió la comida y movió su mandíbula inferior, de arriba hacia abajo.

-Ahora pásatelo- Le obedeció

-Príncipe, yo no…¡Hmp!- Le volvió a meter comida a la boca.

-Calla y come…ishishi-

Más que por el hecho de que le diera pena de lo raquítico y escuálido que estaba Fran, le daba toda la comida por fastidiarlo. A ver si en una de esas vomitaba.

Un plato de adobo de carne con puré, y uno de sopa de sustancia de carne después; vino lo peor, lo más temido por el menor, EL POSTRE...

-Ahora, la Brusellina de Toffe. Abre grande- Dijo con una sonrisa siniestra

-No, la Brusellina no- Por primera vez demostró una emoción, desesperación.

-Sí, la Brusellina si…- Puso la sonrisa malévola del año.


Ojala les haya gustado. Nyu el próximo capítulo, estoy por terminarlo…Solo falta que ustedes, los lectores, digan si les gusto o no, para poder seguirla…

En el próximo capítulo:

-Ni intentes escupirlo- Le puso dos dedos es los labios. Ni que remedio, se lo trago.

-Ishishi…rico ¿no?-

-Aja…jaja…- Se tapo la boca con las manos, en su interior, la demasía de azúcar, le hacía en extremo hiperactivo.

-¿Te sientes bien?- Le pregunto al verlo temblar y taparse la boca.

-Jajaja ¡Sí! – Le SONRIO