Introducción
Es de nuevo ese día del año. El día en que "las corporaciones distribuidoras de chocolates y peluches se vuelven millonarias", como el rubio de cejas pobladas -mejor conocido como Inglaterra- solía decirle al bien conocido: 14 de Febrero.
Tristemente, un breve recuerdo saltó en su mente: Hace un par de días, la Organización de Naciones Unidas decidió que todos los países deberían dar un presente sorpresa y debido a ello, el día de Inglaterra había sido nada más y nada menos que: E-S-T-R-E-S-A-N-T-E.
Ese preciso día, en la mañana, Alemania e Italia irrumpieron en su casa, y cabe mencionar que por sus respectivas diferencias de horario le habían molestado demasiado temprano; por lo que se encontraba un tanto desvelado, somnoliento y malhumorado.
Terminando de recibir sus presentes de parte de esos dos trogloditas, apareció Japón, con quien tomó tranquilamente una taza té rememorando varias épocas históricas, dándole como obsequio chocolates, los cuales el asiático agradeció de una manera muy formal. Sin embargo tiempo después el italiano y el alemán regresaron porque estaban buscando al susodicho nipón, arruinando nuevamente su paz.
Cuando los hubo corrido de su casa, llegó el pervertido friki del vino (generalmente llamado "Francia") el cual dejó una serie de cintas pornográficas en la casa del británico, y por ende, este último se tomó la molestia de depositarlas en la basura. También le lanzó una caja con bombones por la ventana, no se iba a dignar a ir a buscarlo para darle algo lindo.
Rusia pasó de igual manera esa tarde, pero esa es otra historia, que se prefiere no narrar debido a la ausencia de Halloween por esas fechas.
Y así pasó todo su día: huyendo, dando y recibiendo regalos. Ya eran alrededor de las 8 de la noche y el único que faltaba era América.
«Maldito friki de la comida rápida» ¿Es que no se iba a dignar a visitarlo aquel día? Tampoco es que quisiera verlo, ¿para qué querría tener a Alfred cerca ese día?, es decir, tenía mejores cosas que hacer.
No estaba preocupado ni nada por el estilo, pero era bastante rara su ausencia, usualmente en días festivos el cowboy siempre hacía acto de presencia de una manera exagerada.
