Serena recuerda ya a lo lejos todas sus batallas como Sailor Moon, desde que encontró a Luna y esta le habló, hasta el momento en que vio la semilla estelar de Darién bajo el dominio de Sailor Galaxia, a ratos todo parecía irreal, se pregunta muchas veces a si misma si todo realmente ocurrió, revive algunos detalles sentada mirando la luna, sintiendo la tibia brisa del otoño en el cual se desenvuelven sus melancólicos pensamientos, en el templo Hikawa, no muy lejos de ella se escucha la conversación de sus amigas:
—No estudias ni permites estudiar, se acerca un examen muy importante para mí, por favor, al menos habla un poco más bajo —pide Amy, mientras intenta poner la atención máxima posible a sus estudios.
—¡Pero Amy!, déjame tranquila de una vez, he estudiado arduamente por días y ahora que estoy con ustedes solo quería poder conversar algo que nos interese a todas —responde con un toque de picardía, Mina.
Amy la mira, cree entender a lo que se refirió su amiga, por eso sonrojada levanta su libro de medicina y oculta su cara tras este, aparentando una desconexión total a lo que habla el resto. Por otro lado, Mina sigue muy entusiasmada su tema, a rato, pequeños gritos y algunas risotadas se escapan haciendo demasiado escándalo en el ambiente.
—Hemos crecido, ya no somos las mismas niñas pequeñas que peleaban por el amor y la justicia, vamos camino a ser mujeres, ¿Acaso ninguna se ha percatado? —comenta y exige respuesta al preguntarle esto a todas, dejando de lado los libros para esperar algún comentario que pueda hacer alguna de sus amigas presentes, las cuales comienzan a tomarle más atención, pero en cambio se produce un gran silencio, una gran gota de sudor no espera para hacerse presente en la cabeza de Lita, Rei y Amy, la primera, algo molesta y a la vez titubeante se atreve a seguir el hilo de la conversación.
—Mina... te felicito si el íntimo encuentro con tu novio te ha dejado muy feliz, pero es algo privado, ¿te parece correcto exponerlo tanto? —pregunta entre titubeos y rubor.
— ¡Ay Lita por Dios!, ¿Acaso Andrew y tú no han compartido "abrazos más románticos de lo común"? —agrega Mina entre risas.
—Ca-lla-te — se escucha a coro, dejando a Mina aún más tentada a reír.
—Chicas, el que quieran callarme de semejante forma es solo porque les da vergüenza hablar de esto, pero lo han pensado más de alguna vez, no sean mentirosas —argumenta Mina, mientras su risa toma un tono hasta burlón.
Mientras tanto, Luna y Artemis se miran entre ellos sin decir palabra alguna, sus solas caras reflejan la incomodidad del momento. Serena presta un poco más de atención a lo que se habla y se hace parte de la conversación
—¿Realmente vale la pena?, Yo he pensado… —comienza a decir Serena, en ese instante todas con grandes ojos ponen atención a Serena, incluso Amy, que ya ni idea tiene de su libro, que tiró lejos por la sola impresión de la aparente declaración de su amiga.
—Es que no sé… — añade Serena pausadamente dejando escapar un suspiro—, Darien y yo hemos tenido un amor onírico, algo de cuentos y… —termina inconclusamente por el momento.
—¡¿Y qué?! — reclama Rei, con un tono algo molesto y envidioso.
—Y no sé cuándo, cómo, ni dónde… poder dar… aquel importante paso… —confiesa entre nerviosismo y vergüenza, Serena, mientras Mina se ríe aún más a la vez en que se acerca a ella con mirada pícara.
—Ay Serena, te entiendo, pero por muy "de cuentos" que sea tu relación con Darien, la pequeña dama no es producto de una flor o de la cigüeña —aporta con aquel detalle, Mina, mirando a todas en búsqueda del apoyo moral necesario para darle más fundamento a sus palabras, esto por otra parte logra hacer que Serena la mira totalmente sorprendida y sus mejillas toman un color rojo impresionante, reacción que sacó risas de todo el grupo de amigas, ninguna sabe que mucho más añadir, ya que dentro de todo, entienden que es un tema que tarde o temprano compartirían.
Mientras tanto en otro punto de la ciudad, Darien y Andrew conversan en un café después de cumplir con sus deberes en la universidad. El día fue duro y este par de jóvenes trabajaron arduamente para mantener sus buenas calificaciones, pero ya terminadas por hoy esas responsabilidades, se dan un respiro y relajo entre una amena conversación personal entre ellos.
—¿Qué tal tu relación con Lita? —pregunta Darién, cordialmente.
—Todo muy bien —responde su amigo, añadiendo—, es una chica muy dulce y linda, me consiente en todo lo que puede, es muy atenta y amable, mucho más de lo que su aparente duro exterior es capaz de transmitir —comenta Andrew.
Darien se alegra al oír esto y saber que su mejor amigo está bien acompañado, una sonrisa va acompañada de un "Felicitaciones".
—¿Tú y Serena, como van? —pregunta Andrew, recíprocamente.
—Creo que bien… —responde algo reflexivo, Darien.
—¿Creo? —Señala Andrew, preocupado su amigo.
—Sí — responde Darien, deteniéndose para beber un sorbo de café —. Hace unos días la he visto algo tirante, preocupada, incluso muy pensativa, cosa rara en ella, quien sabes, se destaca por su personalidad explosivamente infantil —comenta.
—¿Has hecho algo que la haya podido enfadar? —pregunta Andrew, intentando ayudar a su amigo, buscando alguna explicación por las actitudes de Serena.
—Creo que no —señala Darién tras pensarlo un par de segundos—, intento complacerla en todo lo que quiere, vamos al cine, a conciertos, caminatas observando el atardecer, de compras, todo —termina de explicar. Andrew queda en silencio, mirando algo confundido a Darien, quien añade— , creo que todo ha comenzado desde que ella empezó a quedarse algunas noches en mi departamento, esto se debió a que por si misma no puede estudiar de forma concentrada, entonces nos quedamos en la sala, ella con sus deberes y yo con los míos, quizás mi disciplina le ayuda un poco e intenta imitarme, pasamos horas así, si ella tiene alguna duda no espera a preguntarme y yo intento guiarla, después, obviamente, ambos quedamos cansados; ella tiende a rendirse primero, la tomo y la voy a dejar a mi cama para que descanse, en eso, yo vuelvo a la sala y sigo estudiando. —termina de explicar en actitud tranquila, pero Andrew no puede evitar reír, tal vez está equivocándose al pensar cosas que están "fuera de lugar", pero aún así le responde metafóricamente a su amigo, tras una indirecta.
—Quizás lo último es lo que está molestando a Serena, dejarla en la cama y volver a la sala a estudiar —mientras pausa su risa para tomar un poco más de café, Darien lo mira extrañado, creyendo saber a lo que se refería, pero decide guardar silencio y también toma algo de café, desviando el hilo de conversación tras el silencio de ambos.
Por otra parte, en el templo Hikawa la conversación entre las chicas sigue su curso…
—Serena, si no crees estar segura no hagas nada, no debes apresurarte, todo tiene un momento y un lugar, tranquila —dice maduramente Amy, quién se acerca a su amiga y le ofrece un hombro en el cual descansar su cabeza, Serena se acerca a ella, levanta su cabeza, con grandes y exageradas lágrimas
—Pero Amy, ¿Cuántos milenios más deberé esperar para estar con él? —pregunta, dejando a Amy perpleja, se aleja de un gran salto, la mira detenidamente y piensa para si misma "ni todos los libros que he leído en estos años me han dado el conocimiento necesario para responder semejante pregunta"
—Serena… ¿Crees que estás lista? —pregunta Lita, para ser parte de la conversación, pero antes de que pudiera recibir algún tipo de respuesta por parte de Serena, es otra quién se antepone y la ofrece.
—Lita, no le metas cosas en cabeza a Serena, obviamente aún no debe tener algo más con Darien, ¡es imposible! —añade con violencia y exaltación, Rei, casi ofendida de alguna forma.
—Ya para Rei, lo que ella decida o no es solo su problema, entiende, Darien es su novio, él la ama y ella a él, no tiene nada de malo que quieran expresar ese sentimiento de otra forma —replica con cierta rabia y poca simpatía, Mina, creyendo que el comentario de Rei está demás.
Serena permanece en silencio y sólo se digna a ver el debate entre Rei y Mina, la primera con una postura más "conservadora" y la segunda con ideas más "liberales", casi pasa desapercibido el momento en el cual ella se levanta y se despide, aludiendo a que tiene mucho que estudiar y posteriormente debe ir junto a Darien ya que habían quedado de acuerdo en eso.
—Cuídate amiga, lo que decidas hacer, solo piénsalo y analízalo con inteligencia —recomienda Lita junto con guiñarle el ojo, en señal de apoyo y complicidad.
Serena toma sus cosas algo desganada y se retira, Luna le ofrece compañía, ella la rechaza y le explica tiernamente su deseo de estar sola, Luna lo entiende y solo le queda ver como ella se aleja cada vez más, a pasos lentos y algo tristes. Para Luna es imposible no preocuparse un poco por su protegida, pero confía en que volverá a estar bien dentro de poco.
Después de su caminata, Serena detiene su marcha al llegar a su casa, entra, saluda a mamá Ikuko y a Sammy, quienes compartían un momento en la sala antes de cenar.
—¿Qué pasa Serena? —pregunta su madre mientras se levanta para comenzar a servir la cena — , ¿Bajarás en un momento a comer o te quedarás ahora mismo?
—No mamá, esta noche no estaré en casa, iré a estudiar con Darien. —responde mientras se acerca a ella para saludarla.
—Entonces hijita, debes ir a bañarte, ponerte una linda ropa e ir sonriente, te veo algo extraña, ¿Qué es lo que pasa? —pregunta intrigada Mamá Ikuko.
—Periodo de exámenes Mamá, no te preocupes —dice Serena, sabiendo que es mentira, pero a la vez ni ella misma entiende por que anda con esos ánimos tan bajos, poco después, añade—, voy a hacer todo lo que debo, a buscar un par de cosas y me voy, permiso, mamá —se retira de la sala para comenzar a subir por las escaleras.
Llega a su habitación después de haber tomado un baño, cambia su ropa, toma su bolso donde pone una camisola de dormir, sus libros y cuadernos, celular, artículos de aseo personal, lo cierra y se va, se percata de la hora y se apresura, como de costumbre, ya va tarde.
Ya para ese momento, Darien se encuentra solo en su departamento, a él no le extraña la tardanza de su novia, así que decide esperarla de una manera distinta.
Prepara una rica cena, adorna con un par de velas su sala, algo recatado, sólo para dar un ambiente más tranquilo, deja una tranquilizante música de fondo y se sienta en el sofá acompañado de un libro. Apenas se sienta, escucha el timbre, solo un toque, ya le extrañó, cuando Serena llega hace sonar insistentemente el timbre para hacer notar su llegada, se levanta y abre la puerta.
—Bienvenida Señorita Tsukino, ¿me permite su abrigo? —pregunta de manera cordial, con una sutil sonrisa, Serena corresponde al comentario de su novio, le pasa su abrigo, que mientras él lo cuelga, ella se da el tiempo para quedar descalza.
—¿Me permite ahora sus cosas? —le pregunta una vez más Darien a tono formal, simulando ser el encargado de una bienvenida a un hotel de lujo, Serena ríe y mientras le da sus cosas, comienza a ver toda la sala.
—¿Qué es esto, Darien? —pregunta Serena, dejando escuchar en su voz lo encantada que queda inmediatamente al ver lo romántico del ambiente que su novio preparó.
—Una cena en honor a la señorita que tanto se ha esforzado en sus estudios, estoy orgulloso de ti, Serena —terminando el comentario con un tierno beso a su amada, quien mientras tanto se emociona al ver el lindo detalle que ha tenido para con ella.
—¿Me permite escoltarla hasta la mesa, Señorita Tsukino? —Pide Darien al momento en que se pone al lado de ella y hace una especie de reverencia, Serena, haciéndose participe de este juego le da su mano mientras lo mira amorosamente arrogante.
—Se lo permito, Señor Chiba. — accede entre risas, le da su mano y se van juntos hacia la mesa donde todo está en su perfecto orden.
Darien corre hacia atrás la silla y deja que Serena se siente tranquilamente, se cerciora de dejarla perfectamente cómoda, una vez comprobado esto, él se dirige hacia el otro extremo, para quedar de frente a ella.
—Cuéntame, ¿qué tal tu día? —pregunta Darien mientras se dispone a abrir una botella de vino para acompañar la comida.
—Normal —responde Serena mientras echa un vistazo general a todo lo que Darien preparó, a los segundos añade —, sólo un poco cansada por los estudios de hoy y la conversación con las chicas.
—¿Qué conversaron? —pregunta Darien mientras toma la copa de Serena para servirle un poco de vino.
—Lo que pasa es que Mina nos comentó con detalles su… —en ese segundo, Serena queda entumecida en su timidez y no se atreve a seguir, pero a los pocos segundos se da las fuerzas para intentar hacerlo…
