La misión había terminado, la pequeña mariposa blanca volaba al horizonte y con eso, un nuevo fracaso al suplicarle a Ladybug que confiará en él y le revelará su identidad secreta.

Chat Noir no terminaba de entender el por qué, si todos los riesgos que corrían casi a diario y la insistencia de un hombre por gobernar el mundo, debieron al menos darle un voto de confianza… Pero, ¿Cómo decirle?

Ladybug no le diría su identidad, si él no lo hacía primero.

Jugaría todas las cartas, las pondría sobre la mesa, su corazón y su identidad.

Las duras batallas junto a ella, y todas las veces que habían salvado la vida del otro le garantizaban que sabría responder de la mejor manera, el plan no podía fracasar.

Y… ¿si ella no lo aceptaba?, por muy terrible que eso fuera una posibilidad, al menos eso le daba la esperanza de que ella recurriera a él y tocara su puerta; podrían ser amigos y con el tiempo, ganarse su corazón.

La alerta de su anillo lo despertó de su trance, se alejó saltando de los edificios con una enorme sonrisa.

Mientras tanto en otra parte de la ciudad.

-Marinette, debes aprender a hablar con él, tranquila, es sólo una fotografía – Alya, la animaba a hablarle a una fotografía de Adrien

-Hay… ya lo se, pero… me pongo sumamente nerviosa, sus ojos verdes, tienen algo… mágico- Decía Marinette al acercar su mano a la fotografía

-Marinette, confía, eres una chica valiente, lo vas a lograr – y una vez más, Alya coloco la fotografía frente a Marinette y con una voz queriendo imitar la voz de Adrien, se limitó a decir –¡Hola Marinette!

Completamente ruborizada y al borde del nerviosismo, lo único que pudo decir Marinette fue -HolaAdrien¿Cómoestas?¿Quétalestas?¿Tegustanlaspelículascierto?¿Cierto?¿Quieresiraverunapelículaconmigo?Puedesonartontoperomegustaríamuchoquemeacompañarasestatarde – La cara de Marinette, estaba azul, el aire le faltaba y vio con tristeza la cara de su amiga.

Alya, la miro con ternura y después ambas comenzaron a reír sin parar.

-Valla, tenemos mucho trabajo por hacer.-

Al día siguiente en la escuela.

Adrien llegaba a clase desvelado, sus pensamientos no lo habían dejado dormir, apenas y podía mantener la cabeza arriba, que de vez en cuanto reaccionaba al impulso de quedarse dormido, fue una pésima decisión escribir desenas de poemas, cuando sabía bien, que casi no había tiempo para platicar al terminar una batalla… Sólo había un camino. Esperaba con todas sus fuerzas que Ladybug confiará en él…

Mientras tanto Marinette se veía preocupada, ¿qué le estaría quitando el sueño a Adrien?, tenía que saberlo, pero no podría conformarse con una pregunta entre compañeros… ella quería saber la causa, ayudarlo… Sí él tenía preocupaciones, sueños… quería saberlo todo.

Al terminar las clases, Marinette se armó de valor y se dirigió al asiento de Adrien, tomo una bocanada de aire, volteo a ver a Alya, misma que le hizo gestos de que se lo tomará con calma, exhala e inhala, leyó en sus labios.

Marinette, cerró sus ojos, suspiro.

-Hola, Adrien, ¿cómo estás?-Apenas se podía distinguir su voz.

Adrien volteó, al percatarse de un débil sonido.

-¿Ah? Hola Marinette, dime, ocurre algo? – la miraba confundido…

Al verlo directamente Marinette pudo percatarse de unas sombras bajos sus ojos, detecto en su miraba preocupación.

-Em, no, eh, nada, yo solo, preguntabacomoestas, c-cómo estás?-lo dijo finalmente, profundamente nerviosa y casi a punto de salir corriendo.

-Bien, yo… -Hubo un momento de silencio. –Disculpa, no he dormido muy bien anoche, estuve pensando en…

Más allá de verlo como el chico con más virtudes en el mundo…. No podía evitar su responsabilidad como heroína y dejando de lado su nerviosismo.

-Sí hay algo que pueda hacer, por favor, cuenta conmigo, puede que seamos sólo compañero de clase, pero estoy para ayudar – Sonrió al terminar.

De las pocas veces que había podido hablar con Marinette, se había llevado una gran impresión, poseía un valor y determinación admirables, dignos de una líder, no la conocía por completo, pero estaba dispuesto a pedirle su opinión.

-Marinette, me gustaría pedirte una opinión –

-¿A mi?- Los ojos de Marinette se abrieron por completo, no podía creerlo, ¿realmente le importaba su opinión?

-Sí, pero me gustaría que esperaras a que se retirarán de la clase –

-C-Claro, no hay problema, iré a guardar mis cosas- Los movimientos de Marinette fueron como los de un robot, se sentó en su lugar, repasando mentalmente todo lo que había ocurrido, se sorprendió mucho al ver lo valiente y decidida que había sido al hablar con Adrien, le resulto casi familiar. A Marinette le daba gusto, se sentía fuerte, porque ahora sabía que podía salvar el día sin ser Ladybug.

Alya que había visto toda la escena, se despidió de Marinette sacudiendo su mano sin hacer ningún ruido, se levantó de su asiento y le dedico un buena suerte, antes de bajar y pedirle a Nino que le aconsejara que ruta tomar.

Quedando vacío el salón, Adrien, tomo su mochila y se dirigió al asiento de Marinette.

-Dime Marinette, ¿Alguna vez has tomado una decisión que pueda influir en toda tu vida?-Lo estaba diciendo enserio.

Marinette, por un segundo se perdió en el verde de sus ojos… vio la preocupación en sus ojos y dejo de lado sus sentimientos, frente a ella, estaba un buen amigo, no podía anteponer sus intereses… y sin vacilar…

-Sí… -

-Es que yo, yo… -Comenzaba a divagar, no podía simplemente decir, Estoy enamorado de Ladybug,.. sonaría descabellado.

-Lo que tienes que saber que las decisiones pueden ser duras, pero si lo haces con tu corazón, sabrás que hiciste lo correcto, sin importar el resultado…

Y de nuevo, ahí estaba, esa fortaleza que comenzaba ya a ser característica de ella.

-Gracias, me has ayudado mucho. – Sonrió

¡Puuff! La fortaleza se había ido, ahora quedaba la chica dulce, avergonzada y nerviosa de hace unos momentos. Se quedó en su asiento con una enorme sonrisa, este podría ser un nuevo paso, se decía convencida.

Esa misma noche…

Tras derrotar al akuma, y después de festejar junto a su compañero una victoria más, se escuchó la alerta de energía del anillo.

-Parece que ya es hora de que te vayas gatito – Decía Ladybug, justo al momento de darse la vuelta.

-My lady, espera… – Chat Noir, la detuvo.

Ladybug, volteó sonriendo, sabía que este era otro de sus intentos por conocer su identidad, conocía su manía a la perfección, para ella siempre sería un gato curioso que no se daría por vencido tan pronto.

-Chat Noir sabes que n…-pero Ladybug no alcanzó a terminar la oración.

- Yo no puedo continuar más así… - Chat Noir, se acercó más a Ladybug,.

Sus pasos eran decididos, mientras tanto Ladybug se percató de la locura que estaba a punto de hacer, trato de retroceder unos centímetros.

Bip bip bip, el sonido proveniente del anillo se volvía más intenso.

-Seré honesto contigo. -

Marinette se sentía acorralada, quería mantenerlo a salvo, porque una vida fuera de las máscaras podría traes serios problemas, no quería ponerlo en peligro… La única opción que encontró fue cerrar los ojos…

Bip bip bip, un destello blanco apareció.

-My lady, quiero que seas tú la decisión que influya en toda mi vida.

Ladybug abrió los ojos, sorprendida, no podía creer lo que escuchaba… a quien veía.

-¿Adrien?

-Hola, my lady.