Disclaimer: Los personajes, hechizos, escenarios, etc pertenecen a J.K. Rowling

Saludos. Luvana

Capítulo 1: Una nueva etapa

Hogwarts no había sido lo mismo luego de la caída del que no debía ser nombrado. A pesar de haber transcurrido tres años de su muerte, los estudiantes que habitaban el colegio ya estaban lejos de ser alrededor de mil como en aquellos tiempos.

Hermione por su parte, había terminado sus estudios allí, muy al contrario de sus dos amigos Harry y Ron, quienes optaron por seguir su vida sin la necesidad de graduarse de la misma. A pesar de sentirse orgullosa por haber concretado y cerrado esa parte de su vida, por otro lado sintió un vacío inexplicable, al saber que no seguiría pisando diariamente aquel piso donde había pasado la mayor parte de su vida. En su sexto y séptimo año, la cercanía con su directora McGonagall había crecido considerablemente, por lo que le ofreció una inesperada propuesta que la había vuelto a animar, no dudando un segundo en aceptar.

Disfrutando sus vacaciones, y orgullosa de haberse graduado, se encontraba en su casa, precisamente en la habitación más amada por ella; su pequeña biblioteca. Sentía relajante ir allí cada día a cualquier hora, sentarse en su cómodo sillón bordó al lado izquierdo de la chimenea y leer hasta altas horas de la noche acompañada siempre de un buen café, donde su única compañía en aquella casa no era nadie más que su gato; Crookshanks.

-Ven aquí – le ordenó con una sonrisa, dicho esto, él se acomodó sobre su regazo.

Abriendo su libro encima del animal, reanudó su lectura -exactamente en la página 266- que había dejado la noche anterior. Con el fuego encendido, calentando su helado cuerpo.

Estirando su cuerpo para ver la hora, se percató de que ya eran las dos de la mañana. Pensaba que si alcanzaba a descansar lo suficiente podría ir a visitar a Harry, a quien no veía desde Navidad. Lo extrañaba, tanto que ansiaba poder ir y abrazar a su amigo de toda la vida.

Los integrantes del trio dorado nunca pasaban desapercibidos fueran donde fueran. Siempre habían personas que agradecidas por la caída de Voldemort las saludaban, felices. No era que odiaba pasar por estas cosas, pero si era molesto no poder caminar más de una cuadra sin que sean interrumpidos

Ver a Ron también iba a resultar incómodo. Ellos habían salido cinco meses, antes de que ella tomara la decisión de volver a Hogwarts para retomar y finalizar los estudios, por lo que no le pareció buena idea seguir la relación. Aún eran muy jóvenes, y en ese periodo de tiempo él podría conocer a cualquier otra mujer, y sin duda alguna ella no quería convertirse en un obstáculo. Pensaba que lo mejor era seguir sus estudios, mientras tanto Ron seguía con su vida ayudando a George en la tienda.

Con el fuego encendido, y su gato cómodamente sobre sus piernas, se estiró levantando ambos brazos, siguiente de esto, se acomodó para quedar en una confortable posición. A los pocos minutos se quedó dormida, al igual que el peludo mamífero.


-¡Harry! – fue lo primero que dijo Hermione al ver a su mejor amigo frente a ella, reflejando la felicidad con una enorme sonrisa en su cara.

-¡Hermione! – contestó éste contento, correspondiendo a los brazos de su mejor amiga – Te extrañé, ¿Cómo has estado? – preguntó aun sin borrar la sonrisa en su rostro.

-Muy bien – respondió la bruja feliz – no puedo creer que finalmente te vuelva a ver. Sé que no pasó mucho tiempo desde navidad, pero sin ustedes al lado… debo reconocer que el tiempo se pasa el doble de lento.

-Buenos días Hermione – dijo Ginny saliendo detrás de Harry, notando la cara de sorpresa de la castaña al verla.

-¿Ginny? – Dijo la castaña totalmente asombrada - ¡Wow! – Se expresó feliz - ¡No sabía que también estarías aquí! ¡Qué gusto verte! – dicho esto, automáticamente rodeo con ambos brazos a su amiga.

Cuando terminó de saludar a ambos, ingresaron a la casa, donde las risas retumbaban por las cuatro paredes. Tomaron asiento, mirándose las caras luego de tanto tiempo.

-Me alegra saber que finalmente hayas terminado tus estudios en Hogwarts – dijo Harry bebiendo un poco de chocolatada.

-Es Hermione Granger, Harry – le contestó Ginny con una sonrisa - ¿Quién más inteligente que ella?

-Lo sé, lo sé – dijo riendo - sólo que luego de todo lo que pasó, la mayoría optó por abandonar los estudios, fueron muy pocos los que lograron terminar, me alegra que tu hayas sido alguna Herm, al igual que tu Ginny – le dijo volteando a ver a su novia, quien lo miraba con una sonrisa y brillo en sus ojos.

-Gracias – contestó ésta sonriente – estos dos años sin ustedes se me hicieron bastante… largos. – dio un suspiro - Digamos que pasé en la biblioteca la mayor parte del tiempo, no tenía mucho con que distraerme – respiró cansada recordando – pero de todas formas en ratos libres me veía con Ginny y nos quedábamos conversando hasta altas horas en la noche – terminó por decir, brindándole a la pelirroja una sonrisa pícara que sólo las dos entendían – aunque digamos que también me vino perfecto estar tanto tiempo sola, ya sabes… es muy difícil el último año, aun para mí – finalizó, tomando con su mano derecha una galleta que había sobre la mesa.

-Ánimo – dijo Harry con una sonrisa – Ya te has graduado, y podremos seguirnos viendo tan seguido como antes – Hermione le devolvió la sonrisa, pero en ese momento alguien tocó la puerta. La pelirroja se encargó de ir a atender.

-Ron – dijo al ver a su hermano – llegas… a tiempo – concluyó incomoda. Todos en la habitación sabían que él con Hermione no se habían visto desde que habían terminado su relación, hacía más de dos años.

Ninguno sabía cómo debían comportarse ni nada por el estilo.

-Buen día – dijo al entrar, cambiando totalmente el clima en la habitación - ¿Cómo te encuentras Hermione? – le preguntó mirándola, para luego optar por dirigir su mirada al suelo, sonrojado y nervioso

-Bien, Ron. Gracias – respondió con la voz entrecortada. Definitivamente le resultaba incomodo todo esto – Me gradué – Dijo forzando una sonrisa mirando a la nada.

Todos quedaron callados por largos segundos, hasta que Ginny rompió el silencio.

-¿Sabes, Ron? – Empezó a hablar – Ahora con Hermione podremos volver a pasar tiempo junto a ustedes – dijo sin que se le ocurriera otra cosa. Sabía que su hermano aún seguía enamorado de ella, pero nunca se había atrevido a preguntarle a su amiga si ella seguía enamorada de su hermano, ni siquiera en sus conversaciones nocturnas.

Hermione aun nerviosa, saltó de golpe.

-Amm… no exactamente – dijo parándose de la silla en donde se había sentado al llegar, estaba nerviosa, debía contarle algo a sus amigos y al parecer el momento había llegado – Para ser franca, quería contarles una noticia que tomé hace muy poco y…

Hubo otro molesto silencio. Era como que si este se apoderaba de ellos a cada momento, burlándose de su poder de incomodidad.

-He hablado con McGonagall, y… - respiro hondo, antes de dar la noticia que seguramente iba a dejar confundido a todos sus amigos – me ofreció trabajar en Hogwarts – concluyó.

Inmediatamente todos quedaron sin habla. Tan grande había sido el impacto que nadie se animaba a hablar, ni cerrar la boca que habían dejado abierta.

-¿Qué? – Dijo Ginny sin poder creerlo – estás bromeando, ¿cierto? – preguntó aun sabiendo que su amiga no tenía cara de estar contando un chiste.

-¿De qué demonios hablas Hermione? – dijo Ron con un tono sumamente enfurecido. Harry se quedó viendo asustado con Ginny cuando vieron al pelirrojo acercarse a Hermione - ¿De qué estás hablando? – volvió a preguntar.

La castaña había quedado inmóvil, no se animaba ni a pestañear. Ginny pensó que deberían dejarlos solos – Harry – le dijo en tono bajo de voz a espaldas de Ron, abriendo los ojos más de la cuenta en señal de alerta – Mi madre me dijo que te dijera… algo en privado – dijo mintiendo tratando de salir de ahí.

-Ahh… - contestó éste acomodándose los anteojos muy nervioso – bien.

-Vamos afuera – dijo esta, agarrándolo por el codo, yéndose rápido de allí.

Dentro de la casa, la castaña se acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja – Qué iré a trabajar a Hogwarts – repitió sacando la valentía característica de Gryffindor.

Ron miró hacia arriba riendo sin poder creer la situación, hasta que frenó de golpe aquella risa terrorífica, para voltear a verla.

-Terminas conmigo luego de cinco meses de novios porque querías finalizar tus estudios, Hermione – le dijo volviéndose a acercar, estando tan solo a un metro de ella – admito que me puse mal, pero te dije que te esperaría, que con las lechuzas podríamos seguir en contacto, y te negaste rotundamente.

Ella se encontraba nerviosa, hasta el punto de no saber que responder, ni siquiera se sentía capaz de juntar un par de palabras en su mente.

-En dos años podrías haber conocido en otra persona, Ron – terminó diciendo en un tono bajo pero incómodo – Y nosotros… ni siquiera nos íbamos a ver, no quería ser una molestia, ¡hasta me sentía culpable por querer graduarme! – terminó elevando el tono de voz.

Ron la miraba sin poder creer la situación.

-Te aclaré mil veces que no me iba a poder fijar en nadie más Hermione. Te dije que te esperaría, que no me importaba el que te fueras mientras siguiéramos en contacto. Para mí eso era más que suficiente – Ron estaba rojo, ella podía notar lo mal que él se encontraba, – y mírame… ¡aun así me dejaste! – gritó furioso, ella no se animaba ni siquiera a tragar – Estoy aquí… y aun sin estar juntos, seguí esperándote, ansiaba que llegara este momento, para decirte de frente que quería volver a empezar algo contigo, que no había podido siquiera ver con otros ojos a cualquier mujer que se me cruzara en frente, porque en mi mente solo estabas tú – respiro profundamente - ¿Y ahora dices que te volverás a ir? – él se demostraba muy desilusionado y ella se había dado cuenta de eso.

-Ron, esto no tiene nada que ver contigo – dijo ésta mirando al suelo con voz muy entrecortada

-¡SI TIENE QUE VER CONMIGO! – Gritó furioso - ¡TE ESPERÉ! Y mira… parezco un estúpido, vamos, ¡ríete! – Dicho esto unas lágrimas salieron de sus ojos – ¿Por qué directamente no me dijiste que ya no querías saber nada más conmigo?

-¡Porque no es así Ron! - esta vez, fue la castaña volvió a elevar la voz – No quiero… No quiero dejar Hogwarts aún… estos años me he acercado mucho a McGonagall, ¡es como si fuera, una madre para mí! una madre que me entiende en este mundo de magos. Ron. Entiende… Yo nunca pude compartir estas cosas con mi familia, no soy igual que tú u otros que tienen familia de magos o brujas – bajó su cabeza – Me siento tan cómoda en el castillo, que no quiero alejarme de él… no aún, y esta oferta fue lo mejor que me pudo haber pasado.

Hubo otro silencio, él se notaba muy pensante. Al cabo de un minuto relajó sus hombros donde ya parecía estar más calmado.

-¿Me quieres? – preguntó de repente, tomando por sorpresa a Hermione.

-Más de lo que crees – contestó tristemente – pero quiero pensar en mí. Esto es lo que quiero… enseñar en Hogwarts, seguir al lado de McGonagall y seguir aprendiendo sobre este mundo, no sé si quiera centrarme en un novio, yo solo…

-Bien – dijo éste riendo irónicamente - ¿Cuantos años más quieres que te espere? ¿Dos? ¿Cinco? – Terminó de decir levantando sus brazos hacia arriba – ¿Toda la vida? ¿O solo tomas distancia para que me olvide de ti?

Hermione cerró los puños con fuerza, sin poder creer nada de lo que estaba sucediendo

-¡Porque justamente es distancia lo que has tomado de mi desde que has comenzado de nuevo en Hogwarts! - se acercó de nuevo – ¡venias a visitar a Harry y ni eras capaz de preguntar por mí! – los gritos retumbaban por las paredes, pero ella lejos de sentir miedo, se sentía triste y culpable de todo.

Retrocedió un par de pasos – Nunca te he pedido que me esperaras, simplemente deja que siga mi vid…

-Y si "supuestamente" me quieres más de lo que creo, ¿por qué me dejas libre? – Preguntó torpemente esperando una respuesta que nunca llegó - Te enredas sola… - volteó dándole la espalda.

-¡PORQUE POR MAS QUE TE SIGA AMANDO NO QUIERO DEJAR DE PERSEGUIR MIS SUEÑOS! – Terminó de decir furiosa, notando como sus ojos se humedecían, pero no iba a permitir derramar una sola lágrima – Quiero hacer todo lo que me propongo, e ir a Hogwarts es lo que sueño hacer ahora, y quiero seguir así sin que nada se interponga en mi camino.

Ron se acercó rápidamente a ella, tomándola por las muñecas – entonces sólo soy una molestia – dijo llevándola hacia la pared acercándose más a ella, a tal punto de hacer chocar sus narices – he tratado de recordar el sabor de tus labios desde la última vez que nos besamos – Se acercó aún más, tomando menos distancia entre ellos, al punto de sentirse las respiraciones entre si.

-No, Ron, suéltame – dijo girando su cabeza hacia la izquierda, evitando el roce de sus labios – Sigamos nuestra relación como los amigos que solíamos ser antes de todo esto.

-¿No te escuchas lo ridícula que suenas? – le dijo en un tono bajo de voz – Tú me amas, y sabes perfectamente que yo también sigo amándote a ti.

-Pero… no quiero seguir con esto – su voz cada vez era más baja, ella podía sentir el sonido del corazón de Ron latir – No es el momento.

Ron sin prestarle atención a las palabras que salían de su boca, buscó sus labios para juntarlos con los de él. Cuando notó que ésta ya no forzaba su cara hacía un costado, aprovechó el momento para besarlos, volviendo a sentirlos luego de tanto tiempo. Aún conservaban la humedad que él solía recordar, y seguían siendo igual o más carnosos. Pero aquél beso torpe no había durado más de un segundo, cuando Hermione salió del trance para volver a la realidad.

-Te dije que no – dijo empujándolo con fuerza, saliéndose de aquella pared donde él la tenía atrapada – deja de hacernos un mal a ambos, ¡entiéndelo!

Él la miró. Ella se encontraba completamente sonrojada. Notó que aún le daba vergüenza verlo después de un beso, aunque este en realidad no había sido más un roce de labios.

-Te esperaré – le dijo con un tono calmado – Y no me importa si quieres lo contrario, voy a esperarte porque te amo, y a pesar de haber pasado ya dos años desde aquello, tu igual sigues sintiendo lo mismo que yo, y sé perfectamente que no eres una persona que mentiría con sus sentimientos de esa forma.

Terminado de decir esto, sin dejar a Hermione responder, Ginny con Harry volvieron a ingresar a la casa. La pelirroja se acercó rápidamente hacia su amiga

-Luego de más de dos minutos de silencio, pensé que ya era el momento de volver – le dijo a Hermione, quien se notaba muy confundida, y fuera de si - ¿Vas a contarme que sucedió?

La bruja apretó fuerte sus ojos, dando gracias a que todo había terminado.


Luego de la intensa discusión con Ron, los cuatro estaban más calmados. Ron y Hermione no habían vuelto a hablarse, pero él la buscaba con la mirada, sonriéndole cada vez que la encontraba.

Hacia menos de diez minutos habían terminado de cenar.

-Harry, abre un Whiskey de Fuego – le dijo Ginny a su novio - aquel que le compraste el otro día a Madame Rosmerta cuando fuimos a Las Tres escobas

-Oh, es cierto – Contestó éste parándose de la silla – lo estaba guardando para una ocasión así – termino de decir, mientras se dirigió a buscarlo.

Después de haber tomado tres botellas, Ginny y Ron se encontraban extremadamente mareados, hablando puras incoherencias, pero era gracioso para los ojos de Harry y Hermione, quienes los miraban sin poder creerlo.

-¿Estás seguro de que sigan tomando? – le preguntó Hermione riendo, mientras venia como Ginny se olía la axila.

-No te preocupes – dijo éste con calma – ninguno de los dos saldrá de aquí hasta que estén sobrios.

-No dengo olor R-Ron – le decía quejándose Ginny a su hermano, mientras este la miraba confundido

-Pues, de-degame ver a mi – Hermione y Harry pusieron cara de asco, al ver como Ron se acercaba a la axila de su hermana

-Hazme recordar la próxima vez no darles tanto de beber – le dijo Harry acomodándose las gafas, sacando a Ginny del lado de su hermano para acercarla más a él – quédate aquí Ginny – le ordenó, pero ésta no hacía más que reírse.

-"quédate aq-a-aquí Gii-nny" – le contestó ésta en tono de burla levantando los brazos

-Será imposible hacerlos entrar en razón en ese estado Harry – Hermione vio la hora, y se dio cuenta que ya eran más de las dos de la mañana.

-Imposible ya es una palabra sin sentido para mi Herms – le dijo Harry mientras trataba de sentar bien a su novia – Luego de que terminamos con la vida de Voldemort, ya no creo en las imposibilidades – Concluyó con una sonrisa.

Ella se quedó pensando, mientras veía a Ron quedándose prácticamente dormido sobre la mesa.

-Tienes razón, supong… - Antes de terminar su frase, una risa muy alta proveniente de la pelirroja que tenía en frente la interrumpió.

-¡Cla-Claro que ec-existen las… las co-cosas impo-sibles! – Dijo casi gritando, pero muy feliz – ¿Ac-acaso te im-aginas una Lu-Luna Loveg-o-od con los pies so-sob-sobre la tierra? – Dijo con los ojos enormes, como si hubiera descubierto un misterio – o ¿Un-n Ha-hagr-grid cruel c-con los a-ani-males? – volvió a levantar ambos brazos imitando a un ser gigante.

Hermione y Harry negaban la cabeza con gracia.

-No, por supuesto que no - le contestó Harry normal, como si estuviera hablando con una persona en perfecto estado. Hermione reía imaginándose las ocurrencias de Ginny.

-¿Se im-imagi-nan a Hog-warts dom-minado por el-elfos dom-domest-ticos? ¿Un Dr-Draco Malfoy en-enamora-ado per-perdidamen-te de Hermione? – En ese mismo momento, la castaña escupió el jugo que estaba justamente por tragar, aquello le había dado tanta gracia que no lo pudo controlar. No cabía duda, su bella amiga Ginny era extremadamente graciosa, ebria o sobria.

Cuando terminó de reírse, limpiando con una servilleta aquellas gotas de jugo que habían saltado de su boca, buscó la mirada de Harry.

-Hablando de Malfoy… ¿sabes que le sucedió luego de la caída de Voldemort? – Preguntó – No lo he visto desde entonces.

Harry aclaró su garganta– según El Profeta, ha ido a terminar sus estudios al Instituto Durmstrang – respondió pensativo – supongo que para evitar el desprecio de la gente, y darles tiempo para que traten de asimilar su situación. Recuerda que gracias a Narcissa pude fingir mi muerte. Y Lucius… bueno, él quedó en libertad ya que colaboró con la justicia y les proporcionó información para capturar a los otros mortífagos.

-Instituto Durmstrang… - repitió Hermione – allí… es donde había ido Viktor Krum, ¿Cierto? – Harry asistió. Fue en ese mismo momento donde ella recordó a quien le había dado su primer beso, y a pesar de que ellos nunca habían salido, se seguían escribiendo, pero ya eran dos cartas que ella había enviado sin recibir la más mínima respuesta – No imagino a Malfoy ahí – dijo nerviosa saliendo del trance – Cómo se nota que necesitaba huir de aquí.

-Debo reconocer que nunca fue bueno para hacerle frente a las cosas… toda su vida se dedicó a obedecer reglas, es como si nunca actuara por sí mismo – dijo Harry tranquilo, levantando las cejas.

Luego de conversar casi media hora más, Hermione le informo a Harry que no faltaba mucho para regresar a Hogwarts: Éste le deseo mucha suerte, orgulloso de notar a su amiga tan decidida y feliz.