Capitulo 1.
Academia Cross, centro de estudio de los jóvenes pertenecientes a las familias más importantes del país, siendo un internado y dividido en dos turnos, en donde el turno diurno era donde los estudiantes del dormitorio sol habitaban y el turno nocturno estaba compuesto por los estudiantes del dormitorio de la luna.
Los dormitorios del sol estaba llenos de jóvenes vivaces y alegres, con sueños y metas, siendo estos chicos considerados como "normales", la razón…bastante simple, los habitantes de los dormitorios de la luna no eran simples humanos, estos seres eran mucho más peligrosos, los estudiantes del turno nocturno en su totalidad eran vampiros, seres de la noche que se alimentaban de la sangres de humanos, así es la academia Cross abría sus puertas tanto a humanos como vampiros, todo esto para cumplir el sueño de su director, una coexistencia pacífica entre ambas especies.
La mayoría de las chicas (y algunos chicos) pertenecientes al turno del día, admiraban y idolatraban a los estudiantes de la noche aun sabiendo su verdadera identidad (1), la belleza y elegante porte de estas criaturas de la noche, hacia como que los humanos lo vieran como si de súper estrellas se trataran, por esa razón es que en el cambio de turno, cuando los estudiantes de la noche se disponían a ir a sus clases, un tumulto de admiradoras siempre se posaba frente a la entrada de los dormitorios de la luna, todas con el mismo deseo, "ver y pasar más tempo con sus senpais favoritos" la chicas con las hormonas a flor de piel tendían a excederse en su entusiasmo, ya que de vez en cuando todo ese desorden provocaba accidentes. Para evitar estas situaciones es que existían los prefectos, encargado de mantener el orden y controlar a las chicas del turno diurno, para que estos no se les avienten encima a los pobres vampiros, aunque también poseían un deber mas, un deber más peligroso y más oscuro.
Los prefectos eran dos estudiantes del turno diurno, yuuki Cross y Kiryuu Zero ambos hijos adictivos del director de la academia, como sus apellidos ellos eran infinitamente diferentes tanto o más que el sol y la luna.
Yuuki Cross, de baja estatura, brillante sonrisa, activa y entusiasta, poseía cabellos y ojos de un mismo tono castaño oscuro, en este momento se encontraba luchando duramente contra una marea de chicas fanáticas que deseaban quitar de su camino a la castaña para poder acercarse un poco más a las hermosas creaturas que estaban a punto de pasar por el camino a las aulas; la pequeña castaña apenas podía controlarlas y mantenerlas a rayas.
—chicas su turno ya acabo…vuelvan a sus habitaciones—trataba una vez mas de lograr que las jóvenes entraran en razón, pero como en anteriores ocasiones dicha acción era inútil.
—Cross-san solo quiere que nos vallamos para tener para ti sola a los senpais, por lo que no nos iremos—había dicho una chica siendo apoyada por las demás.
Yuuki solo suspiro ese era el mismo cuento, siempre igual, ella nunca lograba controlar a estas chicas, todo lo contrario de zero que en este momento se encontraba de lo más fresco del mundo, mientras tras él un aterrada y cohibida muchedumbre temblaba de miedo sin mover ni un musculo.
Kiryuu zero poseedor de un inusual y hermoso cabello plateado era el dueño de unas todavía más inusuales joyas amatistas por ojos, de carácter frio y serio, y de mirar aterrador era capaz de crear un alinea invisible que prohibía el paso a quien a él se le diera la gana, nadie se atrevía a desobedecerlo y tratar de enfrentársele, pero de vez en cuando alguna que otra valiente (o suicida), trataba de cruzar el limite impuesto por el chico.
—si das un solo paso más…—hablo volteando a ver a la chica que había osado desafiarlo mientras una siniestra aura lo rodeaba y su mano se adentraba a su chaqueta—…te hare llorar….—termino por decir mientras su oscura aura aumentaba cada vez más de tamaño aterrando todavía más a las pobres chicas tras él.
Mientras yuuki observaba y se compadecía de esas chicas, el portón de los dormitorios de la luna se abrió, dando paso a los sensuales y hermosos vampiros tras ellas, provocando los gritos y suspiros de las chicas que estaban esperando impacientes ese momento.
Los seres de la noche salieron desfilando tranquilamente como todas las noches para tomar camino a sus clases, excepto por un castaño que se acerco a la castaña para saludarla con una amable sonrisa, y mientras le acariciaba los cabellos, ganándose miradas matadoras del resto de las chicas, zero escondía sus ojos tras su largo flequillo, cada vez que veía ese tipo de escenas poco a poco su corazón se volvía pedazos, el saber que la persona a la que amas, no solo no te ama sino que ama a otra destruía lentamente su alma.
Mientras yuuki se sonrojaba por las caricias de su amado sempai se oyó una conocida y fuerte alarma por toda la academia, llamando la atención de todo el estudiantado, todos sabían lo que significaba esa alarma, rápidamente la castaña se volteo al lugar donde estaba zero para encontrarse con el lugar vacio y sin rastro del albino.
–ze-…¡estudiantes del sol saben los procedimientos que hay que seguir en estas situaciones!—mientras yuuki les decía que hacer a las asustadas humanas, el sonido de unos disparos se oyó por sobre la ruidosa alarma, tres tiros se oyeron y cuando el ultimo sonó, la alarma se detuvo, anunciando con esto que el peligro ya había pasado.
—chicas regresen a sus dormitorios…¡kaname-sama! Usted y los demás deben de ir a sus clases yo iré a ver lo que paso—mientras se disponía a ir al lugar donde se oyeron los disparos, una gentil mano lo detuvo.
—yuuki….seguramente kiryuu-kun ya tiene todo bajo control…..no tienes que ir y ponerte en peligro—kaname trato de detenerla para que no fuera al lugar donde seguramente los nivel E habían aparecido.
—se que zero tiene todo bajo control pero también es mi deber como guardiana el velar por la seguridad de los estudiantes….—la chica le había respondido mientras retomaba el camino que seguramente había tomado su compañero prefecto.
Kaname ya no replico más y la dejo ir, de todos modos la alarma ya había parado lo que indicaba que ya no había ningún nivel e cerca y que el cazador ya los había eliminado, por lo que no había ningún peligro de que fuera al lugar donde estaba el albino.
Yuuki ya había llega al lugar donde seguramente se encontraba el albino pero no encontró resto alguno de nadie, solo unas pequeñas manchas de sangre y nada más, ya había sucedido en el pasado que uno que otro vampiro de nivel inferior lograra atravesar los perímetros de la academia, aunque todos terminaban igual, muertos por la bood rose.
Luego de acabar con el nivel e que se había perdido y terminado en el ala este de la academia, zero se había ido al único lugar que podía llamar como propio, en lo más profundo del bosque, existía un antiguo y hermoso árbol de sakura, nadie salvo él conocía de este lugar, rodeado de frondosos y verdes arboles con algunas flores silvestres el lugar parecía un pequeño paraíso, y los plateados rayos de la luna solo le daban un toque romántico a la atmosfera, era una lástima que no tuviera con quien compartir tan hermoso cuadro, con quien su corazón anhelaba estar en días como estos estaba en estos momentos deseando algo que él nunca podía darle, la luz que su amor deseaba él kiryuu zero nunca podía dársela.
Para kuran kaname yuuki era su sol, el sol brillante y alegre, capaz de desaparecer a las tinieblas, su alma tan acostumbrada a la oscuridad, anhelaba los brillantes rayos de ese sol, esos rayos que le brindaban calor y que podían hacer desaparecer las sombras de su pasado, kaname anhelaba ese sol, desde la primera vez que esos inocentes y castaños ojos se posaron en él, los intensos y brillantes rayos de luz iluminaron su existencia.
Kiryuu zero lo sabía, sabía que el castaño deseaba esos intensos rayos, sabía que el pura sangre no deseaba otro tipo de luz, lo sabía y sabiéndolo no evito que se enamorara del castaño, pero él no se enamoro de la amable sonrisa que le mostraba a la castaña, él no se enamoro del poderoso pura sangre, él no se enamoro de la visión perfecta que tenía todo el mundo del castaño, él no se enamoro de esas cosas, por que zero podía ver a través de esa mascara de falsedades, zero podía ver al ser cruel, manipulador, sanguinario y vengativo, zero podía ver todo esto estando dentro de kuran.
Pero también podía ver un ser solitario, podía ver un alma atormentada por la tristeza y la traición, por lo que zero se enamoro de ese kaname; se enamoro del kaname solitario que busca compañía pero sin acercarse a nadie, zero se enamoro del kaname que deseaba la felicidad sin sentir que la mereciera, se enamoró del kaname que pese a ser traicionado buscaba e a alguien en quien confiar sin lograrlo, zero se había enamorado de ese kaname.
¿Por qué? No sabía la respuesta, tal vez era que ambos se parecieran, en muchas cosas, kaname y zero, zero y kaname, ambos solitarios y tristes, tal vez esa era la razón de haberse enamorado de kaname, tal vez porque kaname era el único que podía entender el atormentado corazón de zero, así como zero podía entender la soledad de kaname, pero kaname no sabía esto, para kaname zero solo era una pieza para proteger a su sol, una pieza que podía ser desechada, tirada y reemplazada si se volvía inútil o estorbosa, entonces si yuuki era el sol de kaname ¿Qué era zero?
La luna, si yuuki era el sol, entonces zero era la luna, tranquila y acompañante silenciosa de las almas atormentadas, como la luna la luz de zero no podía eliminar todas las sombras, la luz de zero convivía con las sombras, esta las alimentaba y ellas la protegían, ya que sin las sombras su luz no podía existir.
Por esa razón zero era la luna, siempre vigilante sin que te percates, siempre cuidándote a la lejanía y amando en silencio, porque kaname no deseaba los rayos de zero, esos rayos tenues y tranquilos, que pese a ser débiles lograban brindar una infinita paz, tal como el astro nocturno, kaname no deseaba a la luna, se había dejado vislumbrar por la brillante y cegadora luz solar que no le permitía ver la pequeña luz plateada que desprendía la luna.
Y eso zero lo sabía muy bien, pero como dije antes, eso no evito que él se enamorada de kaname, no evito que buscara su presencia, no evito que deseara brindarle tranquilidad a su corazón, no evito que en las noches invocara su nombre, y no evito que el cariño de antaño se volviera rencor…..no evito que kiryuu zero odiara al sol, no evito que empezara a detestar a yuuki el sol de kaname.
Kaname estaba en clases, los rayos de la luna se filtraban por los grandes ventanales del salón, en su interior habitaba una hermosa y letal creatura que deseaba salir y correr por el bosque. El "otro" kaname le exigía que lo dejara salir a jugar un poco, fastidiado por la insistencia de su otro "yo" kaname cerró los ojos, mientras dejaba libre por un momento a su otra mitad. Cuando acabo regreso su atención al libro que estaba leyendo, a veces era un fastidio tener otra consiencia en su interior, aunque con los años había aprendido a acostumbrarse, eso no quitaba que su otro "yo" no lo metiera en problemas de vez en cuando.
En lo más oscuro del bosque donde la luz no llegaba un enjambre de murciélagos, volaban para juntarse y formar un nuevo ser, un enorme, hermoso y feroz lobo estaba de pie en el lugar donde antes estaban los murciélagos.
El lobo de un intenso y oscuro castaño como su contraparte, poseedor de enormes ojos negros, una vez hubo terminado de formarse, se echo a correr, en la oscuridad y en la noche era cuando más a gusto se sentía, estuvo corriendo durante un rato hasta que de repente un cautivante y exquisito olor lo atrapo se dio la vuelta y tomo el camino hacia donde ese aroma tan atrayente lo llamaba, cuando llego junto a un claro la mas cautivadora imagen fue lo que le recibió.
Recostado y aparentemente durmiendo con la espalda recostado en el tronco de un árbol de sakura, estaba la creatura más hermosa criatura que sus ojos habían visto, la luz de la luna rodeaba al joven recostado como una plateada aura, el lobo había sido cautivado por tan magnífica visión.
La presencia de otro ser había despertado a zero, con su mirada busco al intruso encontrándose con un hermoso y gran lobo observándolo, normalmente cuando un enorme lobo se te pone enfrente tu primera reacción es temer por tu vida, pero zero no temía, el majestuoso lobo no tenia ninguna pose agresiva solo lo observaba detenidamente, zero siempre había tenido una fijación con los animales, desde pequeño los animales siempre le habían encantado, no por nada su mejor amiga era una yegua.
El lobo solo observaba al joven, sabía que su otro "yo" mantenía contacto con este chico pero "el" nunca había estado frente al albino, a diferencia de su parte vampira que tenía una fijación con la chica humana, "él" dueño de los instintos reales y básicos de kuran kaname sabía que había encontrado a la persona destinada para sacarlo de la oscuridad de su corazón, el lobo sabia que "kaname" no necesitaba al sol para ser feliz, desde un principio era absurdo que un vampiro buscara el sol, no; su otra parte y él necesitaban a este chico que iluminaba su alrededor como la luna iluminaba la tierra, ambos el vampiro y el lobo necesitaban a este joven de cabellos plateados y ojos amatistas para encontrar un poco de paz y tranquilidad en sus vidas, y tal vez y solo tal vez conseguir un poco de felicidad en su existencia.
La parte complicada del asunto será hacer que su parte vampira, el kaname que esta cegado por el sol sea capaz de ver a la verdadera persona que podría sacarlo de su tormento y soledad.
Lo único en este mundo que jamás te mentira serán tus instintos.
