Hechos consumados

Esta historia está catalogada M por seguridad. Contiene lenguaje explícito y adulto.
iCarly le pertenece a su creador, Dan Schneider y a Nickelodeon.

Lo había intentado. Claro que si.
Pero una vez más otro hombre me dejaba porque yo no era capaz de concretar el acto sexual.
Y yo no podía más que darles la razón.
A mis veintiún años aún estaba "casi" tan casta como había nacido.
Carly no lo sabía. Nadie lo sabía. No era algo de lo que me gustara hablar.
Tampoco es que no tuviera ganas… era que simplemente no me atrevía…
Llegaba todo lo lejos que se podía, pero al momento de dejar que todo llegara a su curso natural… me desesperaba.

¿Qué había de mal en mí? ¿Por qué para todos parecía tan fácil?
Había conocido chicos buenos, había estado de novia dos meses con David y tenía que admitir que había tenido paciencia.
Pero hace tres noches cuando las cosas se pusieron intensas y estuve un tris de dejarme llevar… sin más lo abofetee y le pedí que se largara. Oí como musitó una maldición y me dijo que estaba loca.
Ahora corría el rumor en la universidad de que yo era una lesbiana reprimida.

Grandioso.
Estúpido David. Ya me las pagaría.

Al pasar por el campus oía que rumoreaban alrededor de mí.
No tenía ánimos para soportar esta clase de cosas hoy, así que decidí no aparecer a mis clases.
Carly me llamaba al celular pero yo sabía que ella no podría verme porque estaba ocupada terminando un trabajo. Además de que cuando tenía tiempo se juntaba con su novio.
Todo parecía mucho mas simple cuando éramos adolescentes y teníamos otras prioridades y lo extraño era no ser virgen.
Pero el tiempo pasa y no perdona.

Oí cuando estaba metida profundamente en mis cavilaciones que alguien tocaba la puerta.
Genial. Fredward..
Sólo él tenía esa forma de tocar.

- ¡Hello Sam!
- ¿Cuándo dejarás tu manía de hablar a medias otro idioma?
- Parece que alguien no está de buen humor.
- Ya debiste oír lo que se dice por ahí.
- No. No escucho rumores de pasillo.
- ¿A qué se debe tu visita?
- ¿No puedo pasar a ver a mi amiga?
- Puedes. Pero tal vez tu amiga no quiera recibir visitas.
- Yo sé que no eres lesbiana, Sam.
- Y ahí está. Gracias. Ahora si me disculpas…
- ¿Por qué?
- Por qué, qué
- Por qué ahora corre ese rumor.
- Creí que no hacías caso a los rumores de pasillo
- Cuando se tratan de ti, si.
- David y yo terminamos.
- Me alegra oír eso. Él no era para ti.
- No dijiste eso cuando te pregunté que te parecía.
- Nunca nadie es suficientemente bueno para mis amigas.
- ¿Por qué nunca has tenido novia formal, Fredweird?
- Porque cuando tenga una será la definitiva.
- Ese es un concepto algo viejo para estos tiempos.
- Puede ser. ¿Por qué terminaron?
- Incompatibilidad de carácteres.

Mire a Freddie a los ojos y él no se conformó con esa respuesta. Cuando él quiere ser persistente, lo logra. Asumí que la conversación iba a ser más larga de lo que tenía contemplado, así que lo invité a sentarse junto a mi en el sofá.

- ¿Cómo pasas de ser incompatible con alguien a que se rumoree luego que eres lesbiana?
- …
- ¿Qué es lo que no me estás diciendo Sam Puckett?
- Puede que David haya esparcido ese rumor.
- ¿Por qué diría tu propio ex novio algo así?

Me sonrojé. Era algo de lo que usualmente no hablaría. Menos con él.

- ¿Sam?
- Eso es privado.
- ¿Por qué no me quieres decir la verdad?
- Está bien. Puede que yo no le haya dado todo lo que él quería.
- ¿Ah?
- Le dije que no quería tener sexo con él.

Sentí como me hice esclava de mis palabras porque noté su mirada fija en mí. Ya había abierto la caja de Pandora.

- ¿Por un día le dices que no y él termina contigo? Es un estúpido.
- No es un estúpido.
- ¿Por qué lo defiendes?
- No es que lo defienda, pero lo entiendo. Aunque no sea justo que haya inventado eso después.
- ¿Qué es lo que entiendes?
- Que terminara conmigo. Yo no le daba lo que él necesitaba.
- Pero por una vez no significa que no le dieras lo que necesitaba…
- ¡No fue esa única vez! ¡Desde siempre se lo he negado!
- Entonces tú… ¿nunca ustedes tuvieron…? Tú sabes…
- No.
- ¿Por qué?
- No quiero seguir hablando de esto.
- Somos amigos. ¿O no?
- ¿Y por que somos amigos tengo que contarte todo?
- Si no lo discutes conmigo ¿entonces con quién?
- Con Carly.

Noté una sonrisa un poco sarcástica al mencionar su nombre.

- Carly solía ser una buena amiga, Sam. Tal vez cuando esté menos agobiada vuelva a ser cercana a nosotros. Ahora sólo nos tenemos uno al otro.

Eso era tan cierto. Nuestra amiga salía muy poco con nosotros ahora. Raramente compartía más que unas horas y luego se tenía que ir. O hacía unas esquivas llamadas por teléfono de vez en cuando.
De cualquier forma, el enamoramiento que tuve por él cuando era más joven ya no existía y Freddie tenía razón. Aunque él fuera un chico era mi mejor amigo, y desde hace ya algún tiempo, que suplía el lugar de Carly. No fue voluntario, sólo que las cosas se fueron dando de ese modo y ahora era él a quien llamaba cuando tenía que hablar de algo con alguien…

- Él no tenía nada de malo. Era yo la del problema.
- ¿Qué problema, Sam?
- Yo nunca… nunca pude concretar el acto con él.
- Quizás no te gustaba del todo.
- Me gustaba.
- ¿Entonces?
- Nunca pude concretar… Ni con él… ni con ningún otro.

Se lo había dicho. Por primera vez lo dije en voz alta.
No fue tan terrible después de todo… bueno… tal vez porque aún no me atrevía a mirarlo a la cara.

- ¿Tú eres… virgen?
- ¿Es tan raro?
- Bueno si… porque de hecho Karl contó una vez que su primera vez había sido contigo…

Oh baboso Karl. Él era un chico con el que salí en mi adolescencia. El típico novio que tus amigas luego te sacan en cara por ser un perdedor guapo y que no eres capaz de ver la verdad hasta que te das cuenta de que con él no llegaras a ningún lado.

- Mintió.
- Oh…
- ¿Oh?
- No me lo esperaba. Pero ahora tiene sentido que el inventara tu supuesto lesbianismo. Lo inventó para poder justificar tu falta de interés sexual.
- ¡No tengo falta de interés sexual!
- ¿Ah, no?
- ¡No!
- ¿Entonces por qué sigues siendo virgen a nuestra edad?
- No lo sé.
- ¿Quieres averiguarlo?
- ¿Qué estás diciendo Fredwuardo?
- Me gusta que nunca le hayas dicho que si a ese imbécil, Sam. Me encanta aún más que seas virgen.
- Fredalupe estás escupiendo babosadas.
- ¿Tú crees?

Se me abalanzó y yo ni tiempo tuve para detenerlo.
Apenas nuestros labios se tocaron yo quise alejarlo de mi. Pero él era mucho más fuerte lo que yo pensaba.
Su beso aunque comenzó con un contacto brusco a medida que nos fuimos relajando comenzó a ser más suave y sentir su lengua cálida jugando en mis labios fue extrañamente gustoso.
Besarlo me recordaba tiempos mejores.
Luego recordé que era Freddie, mi mejor amigo a quien besaba y eso me hizo reaccionar.

- ¿Qué estás haciendo?
- Me gustas Samantha, de verdad.
- Freddie estás arruinando todo.

Él no tomó en cuenta mis alegatos (Y muy dentro de mi yo deseaba que no los escuchara)
Comenzó a acercarse peligrosamente a mi pero no me besaba, sólo rozaba sus labios por todo mi rostro. Tan suaves se sentían que tuve que cerrar los ojos para vivir la experiencia completa.
Su respiración era tibia y calmada... no hacía más que debilitar mi negativa inicial.
Pasó unos momentos así, estando cerca de mí rozando sus labios apenas con los míos y no pude más que empezar a inquietarme y a anhelar sus labios entre los míos.
No estaba haciendo más que eso, mostrándome lo que podía obtener si me decidía…
Él estaba provocándome. Y yo estaba dejándome provocar.
Freddie se recostó encima de mí y comenzó a besarme lentamente en el cuello y bajando un poco más…
Estaba sorprendida con su actitud. Pero sobretodo de la mía, por permitírselo.
Su peso me resultaba cómodo, no me sentía ahogada… sino protegida.

Freddie volvió a acercar su rostro al mío, esta vez besándome, pero sin abrir su boca.
Sin embargo comencé a excitarme sólo con eso, con sólo imaginar en volver a sentir su lengua jugando con la mía.
Sentí mis pezones endurecerse, y eso que él ni siquiera me había tocado intrínsicamente.
Pocas veces me sentí así de extasiada.
Si no quería que él se detuviese tenía que colaborar.

Decidí que quería que nuestras lenguas se encontrasen, y lo hice. Él aceptó fascinado el contacto porque comenzó a besarme ávidamente.
Me acomodé en el sofá y Freddie sonrió cuando se percató de que yo anhelaba esto.

- Sam…
- ¿Mmh?
- Me gusta verte sonrojada.
- Cállate.

Eso me descolocó. Así que lo silencié.
Ya era rara la situación, no era necesario adicionar más cosas.

Al adoptar una posición confortable para mi, con él aún encima, abrí las piernas y él se situó en el espacio que quedó disponible. Era lo que en el fondo quería...
Abrí los ojos ante impresión de sentirlo duro contra mi intimidad.
El contacto hizo que una sensación recorriera por entera. Fue algo grandioso. ¡Santo queso! Si así se sentía con ropa... sin ella…
Aquel pensamiento hizo que me estremeciera por completo.

La situación se estaba saliendo de mis manos y yo cada vez sentía que perdía la capacidad de decir que no ¿Cómo iba a imaginar que Freduccini iba a tener ese poder sobre mi cuerpo?
Fredward comenzó un suave vaivén con sus caderas y se sentía jodidamente perfecto, su dureza, su respiración un poco más agitada y sus besos por mi rostro hicieron que irremediablemente y sin poder hacer nada por impedirlo, comencé a sentir como me humedecía…
Observé su rostro y pude ver que él estaba disfrutando de esto tanto como yo.
Él se asombró al ver que me quité mis pantalones. No tardó en imitarme.

No estaba desnudo pero si se podía apreciar casi del todo su excitación. Y no pareció molestarle que yo lo mirara descaradamente.
Volvió al lugar que había abandonado antes de levantarse.
Ahora no sólo podía sentirlo casi por completo… ahora además podía sentir su calor y me avergonzaba y me hacía sentir fogosa el que probablemente el pudiera sentir mi humedad…

Las cosas se estaban yendo de mis manos.
Sobretodo cuando sentí sus manos en mis pechos. Sin nada de por medio.

- Freddie… detente.
- ¿No te gusta?

Él con sus dedos acarició con mi pezón.
No hacía falta hablar más. Él había comprobado su punto.
Pero yo no podía continuar con esto.

- ¡Basta!

Freddie ahora me miró asustado.
Se detuvo de inmediato.
Ninguno de los dos tuvo el valor de mirar la cara del otro.
Él se colocó los pantalones, se ordenó un poco y se dirigió a la puerta y antes de marcharse me dijo algo que no supe como interpretar.

- Nunca quise hacerte sentir incomoda. Y no mentía cuando te dije que me gustabas. No pienses por favor que esto fue un juego. Yo tampoco tengo mucha experiencia… puede que incluso ninguna.

¿Freddie acaso también era un puritano? ¿Cómo yo?
Luego de eso sentí que se cerraba la puerta suavemente.
Y yo a la vez sentí unas enormes ganas de llorar.
Terminé revelándole mi más grande secreto ¿cómo es que luego que terminé casi enrollándome con mi mejor amigo?
¿Qué yo le gustaba? ¿Aún?
Pero si él fue el que terminó conmigo esas breves semanas que estuvimos juntos… Aunque… él mencionó a Karl y lo conocí más o menos en ese tiempo.
¿Acaso él creyó que Karl y yo…?
¡Eso había sido hace ya unos años apenas lo recordaba!
Pero si recuerdo bien lo desconcertada que quedé al escuchar los motivos sin peso que él me dio cuando acabó la relación.
¡Y repentinamente todo tuvo sentido!
Freddie todo el tiempo pensó que yo lo había engañado…

Necesitaba aclarar las cosas con él…


Hola
La verdad es que con un poco de temor subo esta historia que tiene dos capítulos.
He estado algo desanimada al ver la poca rececpción que tuvo el penúltimo capitulo de Closure (a la cual le cambiaré el nombre el próximo capítulo y se llamará Cerrando ciclos) Hubiese preferido que me dijeran que no les gustaba a que no me dijeran mucho... dicen que el silencio otorga.
Ojalá que les guste esta historia aunque tenía pensado que Sam fuera un poco mayor pero para que aún estuvieran todos relacionados en el mismo entorno tuve que poner mas o menos esa edad.
Espero que me den su opinión.
Gracias.