Capítulo 1: Asami Sato.
En esta vida a veces suceden cosas buenas que nos llenan de felicidad, en especial durante la infancia, pero no para todos es así. Hay niños que sufren mucho, como Asami Sato, cuando ella tenía 6 años su madre fue asesinada cuando unos criminales intentaban robar su hogar, y por este acontecimiento su padre se volvió un hombre tan frio que comenzó a beber a diario, y si llegaba a estar muy furioso era capaz de golpear a su propia hija, a veces la despertaba solo para dañarla sin alguna razón, otras veces solo por el hecho de parecerse a la mujer que él amaba.
Un par de años después, Hiroshi Sato había tomado la decisión de enviar a su pequeña de 8 años a un internado a las afueras de Ciudad Republica, era un lugar bastante tranquilo donde tendría la mejor educación y aprendería sobre modales que toda niña de su estirpe social debería saber.
Podría pensarse que esto significaría que la joven Sato estaría lejos de los problemas y que llevaría una vida más tranquila, pero no era así, muy a pesar de tratarse de una escuela solo para chicas, el peligro acechaba en cada rincón del lugar, y el peor tormento en la vida de Asami comenzó una noche.
La noche era oscura y todas se encontraban dormidas profundamente, excepto Asami, quien había salido por un poco de agua a uno de los pasillos más grandes del internado, ni un alma se encontraba en el lugar, solo alguno que otro gato-murciélago, o al menos eso es lo que ella pensaba, pero entonces un par de brazos sujetaron a la niña y cubrieron su boca para evitar que esta tratase de gritar, al mirar a su captor, Asami no lo creía, era el asistente de la directora, el señor Yasu, un hombre mayor y muy respetado por todos los maestros y alumnas.
"Pequeña joven Sato ¿Qué hace aquí tan solitaria? ¿No sabe que alguien podría lastimarla?" La mirada del hombre no demostraba que él quisiera hacer algo bueno, sus ojos y su sonrisa son algo que Asami siempre recordaría en los años venideros "¿No se ha enterado que por esta zona hay un hombre malo que atrapa a las pequeñas y se aprovecha de ellas?" Los ojos de la pequeña se llenaban de lágrimas con cada palabra que salía de los labios de este hombre, muy dentro de ella sabía que él iba a lastimarla y no podía hacer nada al respecto "Le aseguro que esto nos va a gustar a ambos, y si no es así por lo menos a mi sí" Y con esto él comenzó a bajar el pantalón de la pijama de la niña y a tocarla en su punto más sensible y privado, la pequeña Sato quería gritar, pero él no lo iba a permitir, y comenzaba a levantar ahora la parte superior dejando expuesto su pecho que comenzaba a tocar de igual forma que antes, y tras esto el momento que más temía ella y él esperaba con ansias, el momento en que él comenzaba a penetrar a la pequeña que no era capaz de defenderse, solo de llorar y pedirle a Raava e incluso a Vaatu que este tormento terminara lo más rápido posible, incluso matarla de ser necesario; así podría estar con su madre y no volver a sufrir nunca más a manos de este hombre o de su padre, esta acción que la atormentaba terminaba pronto "Esto me encantó, joven Sato, no creo que se vuelva a repetir. Pero le daré una advertencia si usted dice algo sobre esto, tenga en mente que lo hare de nuevo y esta vez le arrancare la lengua de ser necesario"
El hombre se alejaba satisfecho por el daño que acababa de hacer, y Asami se arreglaba la pijama y se dirigía al dormitorio llorando, maldiciendo a ese hombre y a muchos otros, como a su padre que la había enviado a ese horrible lugar para empezar, después de ese traumatizante momento cada noche soñaba con esos ojos y esa sonrisa, cada mañana veía al hombre que había arruinado su infancia, él podía vivir una vida tranquila, mientras que ella sufría en ese horrible lugar, odiando a todos los que se encontraban ahí, ese asqueroso lugar en el que estuvo encerrada hasta los 18 años, era libre de volver a esa casa que alguna vez fue su hogar.
Era una mansión grande, digna de cualquiera con el apellido Sato, lleno de sirvientes y grandes muebles, justo como la recordaba esas noches en las que lloraba en el internado.
"Asami, hija, Ya llegaste" Hiroshi bajaba las escaleras listo para recibir a su hija con los brazos abiertos, pero la mirada de Asami reflejaba el odio que sentía por este hombre, ella trataba en serio de perdonarlo, pero recordar como la golpeaba casi a diario tras beber una botella de licor de dragón, o como la había enviado al peor de los infiernos por 10 años sin visitarla o preguntar por ella ni una sola vez "¿Cómo te fue todo este tiempo en el internado?"
"Me fue, necesito ir a dormir. Hasta luego" Asami se alejaba en dirección a su habitación, nunca podría decirle a su padre lo sucedido, nunca pareció interesarle en lo absoluto lo que le pasara en esta institución, así que no se tragaba este falso amor paternal, ella solo quería huir de ese horrible lugar, vivir sola y empezar su vida de nuevo.
En su habitación Asami sacaba algunas cosas de su maleta, como cierto obsequio que obtuvo de una de sus compañeras, era una droga llamada opio, que al fumarla hacía que ella se relajara y se perdiera en un mundo de colores y donde su madre aun vivía para cuidarla, alejándola de todo lo que la lastimaba, cuando tenía 15 años Asami comenzó a usarla solo cuando se sentía realmente mal. También sacaba cigarros de tabaco, cuando no tenía humor de drogarse se limitaba a fumar tabaco, no es que ella amara ese amargo sabor, pero de menos se podía relajar. Por fin terminaba de desempacar su ropa y esconder lo que no quería que su padre viera, no quería soportar la hipocresía de ese hombre queriendo ser ahora el padre ejemplar, tampoco quería estar en esa sofocante mansión, necesitaba irse lejos, tal vez buscar algún bar o un club en la ciudad, y eso iba a hacer, tomaba su vestido más sexy, se maquillaba de forma llamativa y al terminar de arreglarse bajaba las escaleras rápidamente "Voy a salir, no me esperes despierto" La joven le comentaba a su padre mientras tomaba las llaves de su Sato-móvil y cerraba la puerta sorprendiendo a su padre, pero no por mucho tiempo ya que volvía a lo que hacía antes.
Asami conducía por la Ciudad en busca de algún lugar interesante hasta que llegaba a uno bastante llamativo 'El círculo', este lugar era bastante famoso entre los chicos de su edad por sus bebidas y su música, ella podría darle una oportunidad.
Al entrar había varios jóvenes bebiendo, bailando o charlando sobre sus días, incluso había lugares en la barra del bar, al que Asami no se negaba a acercarse "Disculpe ¿Podría servirme su whisky más caro y fuerte?" El bartender tomaba el pedido y se dirigía a servir la bebida.
"Vaya, una chica con un buen gusto en bebidas. Eso es raro de ver en este lugar, casi todas toman mucha cerveza hasta vomitar" La voz de un joven llamaba la atención de la joven Sato en su dirección, y se encontraba con un muchacho muy guapo de cabello negro y ojos azules "Lamento molestar, mi nombre es Tahno ¿Y tú eres?"
"Asami. Mucho gusto"
"Eres una chica muy linda, Asami ¿Te gustaría acompañarme a mi mesa cuando te den tu bebida?"
El hombre del bar se acercaba con una vaso que contenía el alcohol que Asami había pedido, ante esto Tahno se levantaba y Asami lo seguía hasta su mesa donde había varios chicos y chicas fumando y otros con jeringas en sus manos inyectándose algo que la joven Sato no conocía "¿Quieres probar? Esto se llama heroína, es una droga muy efectiva, te sentirás como nueva, a menos que me digas que no te gusta drogarte"
"Cuéntame más" La mirada de Asami demostraba bastante interés en lo que le contaban.
"Bien, si la quieres probar podrías 'cazar al dragón', o bien inyectarla. Te sugiero hacer eso ultimo, te sentirás en paz más rápido"
"Acepto"
Tahno le pasaba una jeringa que llenaba con una sustancia, Asami la tomaba e imitaba la acción de un joven que se drogaba a su lado en ese momento, la joven Sato comenzaba a sentirse relajada, que todo a su alrededor desaparecía, como si estuviera en un sueño, se sentía mejor que cuando fumaba el opio, mil veces mejor "¿Qué te parece?" La voz de Tahno se escuchaba a lo lejos, pero Asami era capaz de responderle.
"Se siente genial" Y con esto la chica se perdía alejándose totalmente de la realidad.
Durante el tiempo que estuvo en 'El círculo', Asami se continuaba drogando, tomaba whisky, fumaba tabaco e incluso uno de los chicos que estaban junto a ella la llevaba al baño de hombres y ambos comenzaban a tener sexo en este lugar, cuando estaba en ese estado a ella no le importaba lo que le pasara, solo quería sentirse bien, aunque esto implicara que un desconocido la besara en todo el cuerpo y la penetrara en un baño público, no le importaba ser usada como un objeto sexual, aunque de vez en cuando lloraba ante el recuerdo de todo lo malo que había ocurrido en su vida, y como se había reducido a actuar como una chica fácil, como una prostituta o incluso peor, si su madre la viera estaría muy decepcionada.
Cuando este acto sexual terminaba Asami no se sentía muy bien para volver a la mesa donde se encontraba así que con las pocas fuerzas que le quedaban salía a la calle, estaba tan drogada y ebria que no supo como no murió en ese lugar por una sobredosis o por los efectos cruzados del alcohol y la droga, pero al llegar a un callejos sentía que su vida ahora si llegaba a su fin, tal vez era lo mejor, morir sola en un frío y oscuro callejón, terminar con esta tortura de una vez por toda.
"¿Estás bien?" La voz de una joven llamaba a Asami, y al mirar de forma borrosa veía la silueta de una chica de cabello largo y piel oscura que estaba parada frente a ella, y antes de poder articular alguna palabra para responder caía desmayada en ese lugar "¡SEÑORITA!" es lo último que podía escuchar antes de que todo se pusiera oscuro.
Notas del autor.
-Hola, bueno hoy les traigo un fic diferente a lo que usualmente escribo, este es un poco más crudo y menos cómico, ya saben que siempre escribo cosas graciosas, pero esta vez no será así. Y esto se debe al hecho de que yo soy una persona muy negativa y tiendo a ver todo de forma realista y pues decidí explotar eso en una historia de ese estilo, algo más realista y triste, más crudo. Y porque voy a tomar un curso para ser más positiva y antes de que me laven el cerebro quiero escribir esto.
-Lamento mucho si en algún momento pongo algo que los ofenda, no quiero poner algo aun más crudo o me denunciara, papu.
-Si tienen alguna queja es culpa de mi beta, ella me obligo hahaha está bien, no. Pero en serio perdonen de ante mano cualquier cosa que no les parezca.
-Y bueno como otros sabrán abandone el grupo de Korrasami Latinoamérica, así que si alguien le gusta el fic y quiere compartirlo pueden hacerlo en el grupo, en alguna página, entre sus amigos. Se los agradecería mucho.
-Agradezco todo su apoyo, en serio muchas gracias por todo.
