El príncipe o el dragón
Lucy suspiró derrotada y se desparramó en la mesa. No es como si ella fuera muy exigente, solo quería a alguien que la quiera y la cuide, que la haga reír y la entienda cuando esté triste, que supiera actuar en todas las situaciones, un príncipe como los de las novelas. Vamos que a todas nos pasó soñar con el perfecto príncipe de disney entonces ¿Por qué ella no? Levy la miraba tratando de entenderla pero simplemente no entraba en su cabeza el hecho de que la rubia negara lo obvio.
-Te digo que esos hombres no existen.- La peli azul suspiró cansada, Lucy la cansaba. Y déjenme decirles que si tu amiga llega a las 4 am a tu habitación llorando desconsolada porque no encuentra al príncipeo, ustedes también se cansarían.
-Se que en algún lugar están, Lu-chan, tal vez más cerca de lo que cre...- Levy fue interrumpida por un estruendo.
-¡Enana!- La voz de Gajel la alarmó pero enseguida se relajó al recordar que Lucy estaba ebria ¿Qué otra explicación le darían al estado de Lucy?- Mierda. La coneja no dirá nada ¿No? Erza me mataría si se entera que de vez en cuando te visito en Fairy Hills.
-No lo haré- Las mejillas de Lucy estaban rojas como el cabello de Erza y sus ojos chocolate brillaban con indignación.- Parece que los interrumpo así que me voy.- Sacudió su rubia melena y tambaleándose se acercó a la puerta.
-Espera Lu-chan. Te acompaño hasta tu casa, estas ebria.- Lucy la miró sorprendida y alzó su mano. Empezó a contar uno, dos, tres, cuatro...
-Solo tome... sete... osho... veiniquince...dieciveinte ¡Diecivente tragos de ¿Vodka? Bueno, algo ashí!- Gajel se rió entre dientes.
-La coneja estaba aburrida.
Levy tomó su abrigo y se acercó a Lucy. Con una mirada seria siseo tratando de parecer lo más amenazante posible.
-La próxima vez que vengas ebria hablando del chico perfecto y como no lo tienes y más si me despiertas a las 4 am, te asesino.- Terminó.
Lucy asintió nerviosa y se dirigió a la puerta de la habitación/biblioteca de Levy para al fin marcharse del lugar.
-Uhhn elfhante... she balanceaba shobrela tela de una araña… como veiiiia que resistiiiiia fhueron a llaaamarrrr a otrrrrrro elefhante.- Lucy cantaba en la espalda de un muy irritado Gajel, lleno de rasguños y moretones que se hizo al saltar desde la ventana de Levy para que Erza no lo descubriera.
-¡Ya basta coneja!- Sus ojos chocolate se aguaron y Gajel soltó un bufido.
-¿Clavo oxidado? ¿Luce? ¿Levy?- Una voz peculiar los hizo saltar.
Natsu se encontraba sentado en la ventana de la casa de Lucy observándolos con un poco de asombro en su voz. Su vista se posó en Lucy que ahora se encontraba dormida y un suave aroma a alcohol inundo sus fosas nasales. De un salto se posicionó frente a ellos.
- ¿Qué le paso a Lucy?- Preguntó preocupado Natsu.
-Creo que tomó dieciveinte tragos de ¿Vodka?- Dijo Levy citando a su amiga.
-Ah, bueno, supongo que yo me encargo ahora ¿Les molesta?- Ambos negaron con la cabeza y vieron como Natsu saltaba a la ventana cargando a Lucy.
-¡No le hagas cosas raras!- Le gritó Gajel antes de tomar a su enana entre sus brazos.
-Luce- Suspiró Natsu.- Te quiero.- Susurró sabiendo que ella no lo escucharía.
-Natsu ¿Y mi príncipe?- Murmuró ella con los ojos entre abiertos.
-Mejor que sea un dragón.- Le dijo él antes de acostarse en la cama con ella y darle un suave beso. Ella asintió y enseguida se durmió.
