NOTA:
Clacificacion T por escenas y comentarios fuertes, aun así es solo humorístico y dramático.
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Bisco Hatori. La historio es completamente, totalmente de mi autoría.
CAPITULO.
I.
Kaoru amaba a su hermano, era, sin duda alguna, la persona más importante para él.
Aun cuando ambos tenían dieciséis años, jamás habían estado nunca separados. Naciendo gemelos, eran indiscutiblemente unidos, encerrados en su propio mundo, en su lugar apartado del resto…
Hasta que ella llego.
Era su mundo, eran ellos y los otros que no eran ellos, pero el intruso apareció, llego de golpe e inesperadamente. Era solo un juguete, se suponía que sería solo un juguete, uno del cual se aburrirían y se desharían, sin embargo, ella supo hacer que todo se derrumbara.
—¿Quién es Hikaru?—La pregunta se hizo al unísono.
Ambos gemelos sonrieron con superioridad al ver la confusión en el rostro de aquellas dos chicas sentadas frente a ellos. Ambas les miraban cada rasgo, cada cabello, intentando encontrar alguna diferencia, aunque sea mínima; ambos gemelos rieron por ello, sabiendo que eran tan idénticos que nadie sabría quien eran quien.
—Tu eres Kaoru.
La mirada sorprendida de ambos se dirigió a quien estaba detrás del sillón rojo, la menuda figura de Haruhi se hizo nítida detrás de aquella mano que les apuntaba, justo con el dedo índice, la chica que se hacía pasar por hombre, apuntaba directo al pecho de uno de los gemelos.
—Y este de aquí es Hikaru.—Dijo al momento en que movió su mano hacía el otro.
Los ojos claros de ambos se encontraron por un momento antes de ir de nuevo hacía la chica, al estar hombro con hombro, pudieron ocultar tras sus espaldas sus manos firmemente unidas.
—¿Y cómo lo has logrado?—Preguntaron al mismo tiempo los chicos.
Expectantes.
Kaoru, lo supo en ese instante, su corazón latiendo con fuerza, las ansias que le picaban la piel, la adrenalina en una situación tan común. En el Host Club era normal esa escena, el lugar, las personas, la pregunta… pero no la respuesta, estaban ambos tan acostumbrados a que las personas intentaran adivinar, pero…
—Si, Haruhi-kun, ¿cómo lo sabes?—Pregunto una de las chicas igualmente.
—Aun cuando se vean iguales, son distintos. Su voz no es la misma, y a Hikaru se le ve más impaciente por la respuesta que a Kaoru.—Respondió con una leve sonrisa la castaña—No son tan parecidos como aparentan.
Y después de eso, aquella que hizo temblar su mundo, se retiró.
Los comentarios de las chicas no se hicieron esperar, sin embargo los gemelos lo ignoraron, mirando fijamente la espalda de la castaña, ninguno de los dos se movió, ni aun cuando el dolor del apretón de sus manos juntas comenzó a hacerse presente.
—Lo volvió a hacer.—Susurro después Hikaru.
—Si.—respondió Kaoru.
