Disclaimer: Los personajes aquí nombrados y todo el potterverso pertenecen a la única e inigualable J.K Rowling.

Este fic ha sido creado para los "Desafíos" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black"


Retirada

"Voldemort ha muerto." El rumor corría por todos lados. Bellatrix se había puesto bastante violenta, había destrozado una manzana entera del Londres muggle, tratando de calmar su ira. Rodolphus y Rabastan la acompañaban, pero sin meterse en su camino.

— No puede ser. No puede ser. Es imposible. —repetía una y otra vez, cada vez más perturbada. Rabastan pensaba que daba algo de miedo. — ¡Volverá! ¡Y los matará a todos, impuros!

Rodolphus trataba de contenerla, pero conocía a su esposa y sabía que hasta que no se calmara iba a ser imposible hablar con ella. Por eso, decidió esperarla a unos metros de donde ella cometía sus destrozos.

— ¿Qué vamos a hacer? —le preguntó Rabastan, tratando de ocultar su temor a lo desconocido. Estaban perdidos. Sin la protección del Señor Tenebroso, los iban a atrapar. Solo era cuestión de tiempo.

Rodolphus se quedó callado, sospesando sus futuros.

— Aún somos poderosos, hermano. —suspiró, observando el caos que seguía haciendo Bellatrix. — Nos iremos de aquí, no podrán encontrarnos.

Mentía y ambos lo sabían. Bellatrix no querría irse hasta cobrar su venganza, y Rodolphus se quedaría con ella.

Rabastan estaba confundido. Temía ir a Azkaban pero a la vez sentía que quedarse y luchar era lo correcto. O al menos, lo que debía hacer.


Cuando Bellatrix le soltó la idea, tuvo que aceptarlo. No tuvo una excusa. Rodolphus aceptó de buena gana y hasta consiguieron contactar a Barty Jr. De los otros mortífagos no se sabía nada. Todos habían muerto, o desaparecido.

Rabastan quiso saber sobre Lucius, el cuñado de Bellatrix pero cuando le preguntó ella contestó algo como que era demasiado cobarde y le lanzó una mirada bastante aterradora. Rabastan no volvió a cuestionarle nada.

Decidieron el encuentro para unas semanas después. Debían preparar todo para que saliera perfecto. No podían tener ningún error, el encuentro podría hacerlos encontrar al Señor Tenebroso y todo volvería a donde debía estar.