Regresé con un One-shoot para Halloween ¡uno de mis días favoritos!

Disclaimer: Hetalia Axis Powers no me pertenece sino a Himaruya, excepto uno de los personajes que aparece en este fic.

Aclaraciones:

-Ennegrecidas y comillas: pensamientos (solo ennegrecido puede ser un sonido).

-Palabras entre los guiones: diálogos.

-Sin guiones: narración.

OoOoOoOoOoOoOoO

En una habitación de paredes blancas, había un grupo de personas sentadas en sillas de metal formando un círculo, exceptuando una, de madera, sentado estaba un hombre de cabello rojizo liso hasta el cuello y ojos azules, fríos, observando detenidamente las acciones de todos los presentes.

−Bienvenidos, hoy nos volvimos a reunir, para otra sesión de terapia grupal…o lo que en realidad sea esto−musita lo último, molesto− Pasaré lista "siendo innecesario, siempre son los mismos"−piensa molesto. Carraspea−Adams, Allen.

−Aquí estúpido−señalo un pelirrojo de piel bronceada. El doctor pasó por alto el insulto.

−Arlovskaya, Natalia.

−Presente, señor~−dijo una rubio platinada, risueña. Ojos violetas, un cintillo rosa en su largo cabello.

−Beilschmidt, Gilen−dirigió su mirada a un hombre albino de ojos azul violeta (por uno de sus ojos pasaba una cicatriz), solo asintió.

−Bondevick, Lokki.

−Aquí,…en este lugar…solito−dijo un castaño de ojos verdes y lentes, jugando con una moneda, desinteresado.

−Deja de ser dramático−ordeno el médico− ¿En dónde iba?

−En el tipo que no soporta la abstinencia−solto Allen, burlón.

−Lo dice alguien que es virgen, excepto su mano− contrataca sin quitar la vista de la moneda.

− ¡TE CORTARÉ TU MANO DE-!

− ¡Allen!−el aludido volteo al doctor, quien tenía un aparatito en su mano. Instantáneamente, el trigueño se sentó, mirando asustado al otro pelirrojo.

−Okey, mucho mejor−guardo el objeto− quedamos en Lokki…uhm, ¿Braginsky, Alexander?

−No hay otro− dice un pelinegro de ojos rojos, su expresión seria solo causaban ganas de alejarse.

−Edelstein, Roland.

−Aquí~−mostro su afilada sonrisa, sus lentes de vidrio rojo y cabello alborotado y elegante a la vez.

El doctor reviso el otro nombre, soltando un suspiro.

−Kirkland, Oliver−se frota el puente de la nariz.

−Presente, honey~−un hombre, de mejillas sonrosadas y pecosas, cabello rojo-rosáceo, ojos turquesa, y gran sonrisa denoto su presencia, con voz cantarina.

−Y por último…agh− no oculto el desagrado en su cara y voz− Vargas, Luciano.

−El único normal en esta maldita sala− fue el "presente" de un chico con acento italiano, piel trigueña, ojos fucsia, y cabello castaño rojizo.

El medico confirmo la presencia de todos, apuntándolo en su libro, guardándolo después.

−Iniciamos esta sesión−su tono de voz se notaba cansado− Empezaremos con las preguntas de siempre: ¿sienten que ha habido una mejoría desde nuestra última reunión?

Es claro; ninguno estaría ahí si hubiera mejorado. Era agotador lidiar con ellos.

−Por supuesto honey~−hablo Oliver− creo he hecho un gran avance.

− ¿Cuál?

−Pues ellas ya no molestan tanto, las hadas no insisten conmigo−dice tranquilo− prefirieron juguetear con otros, ya no les parezco divertido~ Pronto se irán~

−Esas cosas no existen−intervino Allen.

−Claro que sí, honey~−repetida esa muletilla con todos− Lokki, las ve.

Todos miraron al castaño, pero este estaba en su mundo. El ojiazul, anoto un par de cosas en su libro.

−Yo quiero decir algo−pidió Roland, el de bata blanda asintió− debería cambiar mi apellido señor~, pronto dejare de ser "Edelstein" por "Beilschmidt"−insinúa pícaro.

−Enfermo−musito el albino, captando la indirecta.

−por eso estamos aquí, igual que tú− nunca quita su sonrisa diabólica (sus afilados dientes le daban ese aspecto).

−Yo no estoy aquí por la misma razón que ustedes, yo estoy cuerdo−dice Allen− mi familia no sabia divertirse, y preferí venirme acá. Ahora me doy cuenta de que son unos aburridos, prefiero volver.

−A mí también me abandonaron−dice la chica, con voz suave.

− ¡Que no me abandonaron!−le grita, asustándola. Braginsky se preparaba para detenerlo, igual que Gilen− ¡¿tu cabecita llena de rosa y dulce no puede entenderlo?!−bramó.

−Yo…-

Él le dio una bofetada, se escuchó el sonido y ella calló de su silla, sollozando. Ese lagrimeo solo lo incito a continuar. Comenzó a darle patadas, la muchacha soltaba lágrimas y fue detenido por el albino y el pelinegro.

− ¡¿Lo ven?! ¡No se divierten! ¡verla destruida fue lo mejor del mundo, debo repetirlo! ¡Suéltenme!− se formó una sonrisa siniestra.

El medico solo anoto.

−Señor Vasska, ¿Qué anota?−forzó el "señor", ya que no le salido natural. El mencionado doctor, miró a Luciano.

Una breve lucha de miradas se formó.

−Oh~ ya no se mueve~−dijo Oliver al aire.

Se forjo el silencio entre todos. Alexander solto a Allen, dejándolo solo con el albino de seria mirada. Se arrodillo ante el cuerpo de la chica, el cual parecía inerte. Esta hizo un movimiento con su brazo derecho, causando alivio al hombre….pero no por mucho.

−Hermano…−el timbre de la joven cambio drásticamente, de dulce y suave a uno grave y rasposo. Se levantó, un poco afectada por los golpes. Él inmediatamente se levantó, alejándose. Ella se volteó al fin, mas sus ojos tiernos eran…asesinos− hermano,… ¿puedo jugar con quien me ha dañado?

No alcanzo a decir nada, ni a favor o en contra, la muchacha se lanzó a agarrarle el cuello al pelirrojo. Este daba lucha, dándole patadas en las piernas, aun así la rubia platinada lo arrincono contra la pared, golpeándole el abdomen, repetidamente. Allen pedía aire, y al mismo tiempo sonreía, agradecido de esa pelea.

Vasska, los miró de reojo, regresando al libro.

−Natalia, ¡detente!−Alexander intervino en esa "masacre" separándola del otro, forzándola a sentarse− ¡obedece Natalia! ¡Siéntate!

−Natalia no está−siseó− soy Natasha, ¿entiendes? ¡NATASHA! ¿QUIERO A MI HERMANO?

−Estoy aquí−trató de sonar calmado.

−Tu eres el de Natalia, quiero a Iván.

−No.

−Lo quiero.

−No.

− ¡Hazlo!

−No mientras pueda.

La sentó en contra de su voluntad, abrochándole pulseras de acero en las muñecas y pies, la obligo a agarrar con su boca un paño.

−Doctor…-

Quitó la vista de las hojas, observo detenidamente a "Natasha". Cerró los ojos cansado.

−No hay ninguna mejora en ti…perdón−saco el aparatito.

La mayoría miraba asustado el objeto, principalmente Allen (desde el suelo) y Oliver. Apretó un botón, y la chica se movía "poseída", en conclusión, electrificada. Sus ojos se desorbitaron y cayó desmayada.

− ¿Más demostraciones?

El silencio, las miradas fijas en la muchacha "monstruo". Su hermano sacó lo que ataba sus manos a la silla infernal, cuidando de que no cayera.

En todo momento, Vasska solo miraba su libro.

OoOoOoOoOoOoOoO

−Regresen a sus cuartos, terminamos…por hoy−se notaba su malhumor a kilómetros.

−Dear~ yo quería divertirme más~− daba saltitos en su silla− espero my heart me visite pronto−sus ojos brillaban− esta vez quiero quedarme en la habitación, no creía que tu conversación con my girlfriend duraría tanto, se ve que se preocupa por mí, mi Sofía~−se dirigió a un Allen golpeado.

−Si…hablar...− si con hablar se refería a que ella lo engañaba con él desde que compartían cuarto, si, "hablaban". No era ninguna santa como la nombraba el inglés.

−Vámonos Gilen~ a nuestro cuarto~−en ningún momento dejo su tono aterciopelado. El albino rodo los ojos y lo empujo hasta la puerta.

Abierta se veía a un grupo de enfermeros, entre ellos paso una joven rubia de ojos rosado. Cuando su mirada cruzó con Gilen, se sonrojo fuertemente, en cambio con Roland…desprecio reprimido.

−Los tengo que llevar a su cuarto, muchachos.

−Como digas, Erzebeth− dijo cortante, mas la chica se puso nerviosa y oculto un mechón tras su oreja.

−Vámonos, quiero compartir rato con MI Gilen− le agarró el brazo y la enfermera se mostró molesta.

−Suéltame, enfermo−se zafa del otro.

Antes de salir, se despidió con una mirada del ruso.

Oliver dio un par de pasos a la puerta, pero se detuvo bruscamente, molestando al americano.

−Avanza, idiota− ningún movimiento− ¡estas sor…! ¿Qué te pasa?−pregunta confundido.

No sonreía. El loco sonriente tenía una expresión de terror.

−Están ahí, ellas están ahí.

− ¿Quiénes?

−Hadas−tembló su voz, se escondió detrás del pelirrojo− me van a molestar de nuevo.

−Para con eso de las haditas ¿quieres?−lo empujo a la salida, mientras el inglés forcejeaba− ¡Shit, camina!

−No, ¡no! ¡Me estas entregando a ellas!−imploraba− ¡por favor, ten piedad! ¡Piedad!

Lo empujo a los brazos del enfermero asignado a ellos, un francés de mirada violácea con ojeras, barba descuidada, cabello rubio apagado. Se prohibía al grupo medico fumar, pero hacia caso omiso a esta instrucción.

−Oliver, vamos o si no te daré tu medicina−pedía desganadamente.

− ¡NO! –grito, pero este no iba dirigido al rubio− ¡déjenme! ¡Déjenme en paz! ¡¿Qué les he hecho?! –de pronto se cubrió los oídos− ¡no canten esa canción! ¡Paren! ¡No es divertido, no estoy solo!

Entre el galo y otro enfermero, se lo llevaron a la habitación 23; o el hogar Kirkland/Adams. Allen camino tranquilo, todos se alejaron de él por miedo, formando una sonrisa interna. Amaba causar terror.

Natasha se había ido, Natalia regreso. Se vio temerosa, notando sus puños enrojecidos, bajo la mirada hasta el suelo.

− ¿Salió?

−Si−respondieron Alexander y Vasska.

−Lo sospechaba−dijo para sí− que no apareciera en una semana ya era muy extraño.

Un carraspeo llamo su atención; su enfermero, Thadeus Laurinaitis, un muchacho castaño con mechones negros, aretes en la oreja y perforaciones en el labio, daban un aspecto temible. Este mostro hastía al sentirse rodeado por los brazos de la chica, sollozante.

−Perdón, perdón−decía− regreso, y era lo último que deseaba…

−Hablemos de esto en tu habitación especial….−la joven seguía llorando− pues tú eres la única que merece un lugar personal, no lo digo por ser tu enfermero, es…cierto.

−Oh, Thadeus…−su expresión soñadora denotaba los sentimientos que profesaba al chico− te agradezco tu sinceridad− dio un abrazo de oso.

Así, otro par se fue, bajo la atenta mirada de un ruso.

−Vámonos Alexander− ordeno Franz, con voz arrastrada. Era un polaco de cabello rubio sucio hasta la nuca, sujeto en una coleta baja, ojeras debajo de sus ojos, y el uniforme desordenado.

−"Otra vez bebió en el descanso"−sin inconvenientes se paró de su asiento.

−Braginsky− llamó el doctor, más el aludido no regreso− de todos eres el que más ha mejorado, saldrás pronto.

−"Eso no me causa alivio"−pensó.

−Ejem, también tu Lokki−dijo un rubio de ojos rojos (mejor conocido como Thurston, el finlandés gruñón), debajo de su cuello había un tatuaje tapado por el uniforme.

−…okey…−la moneda paso a segundo plano, pero nunca lo dejo.

Salió.

El doctor se quedó a solas con Luciano. Entre ambos existía una relación difícil, pues solo Vasska conocía porque Vargas se "hospedaba" en el aquel hospital mental.

− ¿Noticias?−se atrevió a decir el italiano.

−Tu no debes saber…

− ¡Tsk!

−…si quieres que a tu hermano no le pase nada, no debes saber−termino.

−Luciano, a tu cuarto− un fornido rubio ojivioleta se aproximó al chico. Él formó una sonrisa pícara.

Capittano~ sabía que querías estar a solas, pero el doc sigue presente~

−Solo levantate−ordeno, con un sonrojo pronunciado.

Se fueron, así, Vasska quedo solo, y con la pregunta de siempre después de sus reuniones…

"¿Qué hice para que me asignaran a este montón de desquiciados?"

OoOoOoOoOoOoOoO

En un pequeño departamento, Vasska se había sentado en un cómodo sillón (viejo, pero cómodo) de colores sucios. Frente a él, en una mesita de madera y vidrio, reposaban varios documentos, específicamente ocho; de sus pacientes.

A la izquierda, tomó uno y examino lo que decía:

Documento del paciente:

Identificación:

Nombre: Allen Adams.

Sexo: Masculino.

Edad: 18 años.

Fecha de nacimiento: 4 de julio de 1997.

Nacionalidad: Estadounidense.

Razón del internamiento: Violencia.

Historial: internado a los 16 años, en contra de su voluntad, bajo la custodia de sus padres, George Jones y Audrey Williams. Luego de pasar por varias correccionales, lo ingresaron al hospital psiquiátrico "St. Clare" el 2013. En la entrevista con los tutores, aclaran que decidieron internarlo por casi matar a golpes a su propio hermano, Michael.

Estado: sin mejora.

Cerró la carpeta, devolviéndolo a su lugar.

El norteamericano era un problema, además lo exasperaba. Tenía una fuerza sorprendente y abusaba de ella, sin autocontrol, gustaba de ser golpeado y golpear hasta sangrar ¿Por qué estaba en un hospital y no en una prisión?

El siguiente era del compañero de Adams; el británico sonriente.

Identificación:

Nombre: Oliver Kirkland.

Sexo: Masculino.

Edad: 23 años.

Fecha de nacimiento: 23 de abril de 1992.

Nacionalidad: Inglesa.

Razón del internamiento: Esquizofrenia.

Historial: internado a los 16 años, en contra de su voluntad, bajo la custodia de sus padres, David y Elizabeth Kirkland. Empezó a sufrir trastornos a la edad de quince años. Según las palabras de la madre, "se aislaba en su cuarto, no deseaba salir. Repetía que las hadas querían dañarlo". Su familia y novia, Sofía Gonzales, lo visitan constantemente.

Estado: sin mejora.

Oliver…por Dios, era un caso horrible. El presentimiento de que fuera a cambiar drásticamente del chico alegre, a un monstruo, era continuo. En su segundo encuentro, el inglés tuvo una pelea verbal con Adams, terminando con varios moretones y un leve tajo en el hombro….el estadounidense por supuesto, el británico salió ileso.

El tercero era el de su paciente "preferido", un ruso serio y con el que mejor se llevaba:

Identificación:

Nombre: Alexander Braginsky.

Sexo: Masculino.

Edad: 20 años.

Fecha de nacimiento: 30 de diciembre de 1995.

Nacionalidad: Rusa.

Razón del internamiento: trastorno de identidad disociativo o síndrome de personalidad múltiple.

Historial: internado a los 18 años, por propia voluntad. Su única familia son su hermana Katyusha, y media hermana, Natalia. Pidió tener un cuarto especial dado a su caso. Presenta a otra personalidad que él llama "Iván". Opuesto a Alexander, Iván es infantil, aparentemente inocente, pero violenta en el menor signo de que se lleva la contraria. En sus inicios, Iván aparecía diariamente, últimamente no da su presencia.

Estado: Mejora desde el 2014.

Sonrió con disimulo. Conoció a Alexander cuando llegó, y lo que si cambio durante esos dos años fue "Iván". Lo conocía tan bien, que notaba que el entusiasmo de la primera vez que le dijo del progreso que conseguía, no era igual al de hoy.

La carpeta siguiente era la de su paciente femenino:

Identificación:

Nombre: Natalia Arlovskaya.

Sexo: Femenino.

Edad: 19 años.

Fecha de nacimiento: 25 de agosto de 1996.

Nacionalidad: Bielorrusa.

Razón del internamiento: trastorno de identidad disociativo o síndrome de personalidad múltiple.

Historial: internada a los 17 años, en contra de su voluntad. Su tutora, Katyusha Braginsky, la ingresó al demostrar un carácter violento, contrario a ella. Se describe a Natalia como una chica dulce, expresiva y tierna. A los catorce se dio a conocer a "Natasha", su otra personalidad: fría, calculadora, sádica. La otra identidad tiene una obsesión con "Iván", con intenciones incestuosas.

Estado: sin mejora.

¿Quién podría pensar que ella sería capaz de hacerle daño a alguien?

La mayor de los Braginsky la trajo al día siguiente, cuando tuvo un altercado en su escuela: quebró los dedos de sus compañeros, les hizo cortes en la cara con un cuchillo del que no se enteró. Natalia quiso pedir perdón, pero la expulsaron ese mismo día luego de un Consejo. Entendió que era un peligro, pero Natasha no deseaba que le privaran de libertad. La sedó cuando dormía, y despertó en su "cuarto especial".

Pobre Natalia. Alexander hacia lo posible para que mejora con él.

Le vino el sueño, mas su trabajo era releer esos carpetas (no era por alardear, pero se los sabía de memoria). Abrió la carpeta continua:

Identificación:

Nombre: Lokki Bondevik.

Sexo: Masculino.

Edad: 22 años.

Fecha de nacimiento: 7 de junio de 1993.

Nacionalidad: noruega.

Razón del internamiento: Depresión.

Historial: internado este año. En la entrevista con su familia, aclaran que se vio afectado por el accidente que se vieron involucrados él y su novio Mikkel, este último falleció en el suceso. En los dos brazos existen cicatrices de cortes, se aisló, adelgazo al peso normal. Nunca se separa de una moneda, en palabras de su hermano menor, Erick, "el amuleto de la suerte de Mikkel". Le describían con una gran actividad sexual con su pareja.

Estado: sin mejora.

Cada vez que leía ese expediente, no evitaba que la lástima lo invadiera. El noruego de verdad amaba a su pareja, se afectó con su defunción. Al terminar con su novio búlgaro, los dos quedaron como amigos…con roce, pero amigos. Sonaría cursi decir que quisiera sentir ese amor que le había profesado, el nórdico al otro.

Sexto documento, el del europeo más irritante y molesto del mundo:

Identificación:

Nombre: Roland Edelstein.

Sexo: Masculino.

Edad: 20 años.

Fecha de nacimiento: 26 de octubre de 1995.

Razón del internamiento: Episodio maníaco o Manía.

Nacionalidad: austriaca.

Historial: internado a los 13 años. Según su madre, Richelle Edelstein, su hijo se obsesionó con un vecino y compañero suyo, al nivel de espiarle y acosarlo. Por su propio bien, y después de visitas a varios psicólogos, lo ingresaron al hospital. En algún momento muestra una actitud brusca cuando invaden "lo que le pertenece". Promiscuidad

Estado: sin mejora.

Ese austriaco lo perseguía hasta en sus pesadillas, con su risa estruendosa recordándole al Mozart de "Amadeus" (1). El castaño tenía roces con sus compañeros de habitación, y estos se dejaban por su forma "seductora" de ser (cambiaban de habitación al chico por el bien de otros), se ganó el odio de la puritana enfermera húngara, en especial al compartir cuarto con el alemán albino.

Hablando de él, era el que continuaba:

Identificación:

Nombre: Gilen Beilschmidt.

Sexo: Masculino.

Edad: 20 años.

Fecha de nacimiento: 18 de enero de 1995.

Nacionalidad: alemana.

Razón del internamiento: Rápido inicio del síndrome cerebral o Delirio.

Historial: ingreso por su abuelo, el director médico del Hospital psiquiátrico "St. Clare" el 2014. Dice el director Beilschmidt, que el paciente poseía una falta de percepción del estímulo externo (confundía el sonido de los pasos de su hermano con el de un asesino que venía a matarlo).

Estado: sin mejora.

Se frotó el puente de la nariz, acción que hacia al perder la paciencia, estando enojado, frustrado o todas. Su juicio del Beilschmidt albino era el mismo que el de Luciano: no merecía estar ahí. Mas su trabajo era mantenerlo encerrado, o se quedaba sin trabajo.

El italiano era el último:

Identificación:

Nombre: Luciano Vargas.

Sexo: Masculino.

Edad: 18 años.

Fecha de nacimiento: 17 de marzo de 1997.

Razón del internamiento: Narcisismo violento.

Historial: internado a los diecisiete, por su abuelo. Presenta ciertos puntos de exageración de su propia persona, y al llevarle la contraria reacciona con las amenazas, generalmente con armas blancas. Su única visita es su hermano gemelo, Flavio Vargas.

Estado: sin mejora.

Le dolía la cabeza, signo de que estaba muy cabreado. Luciano era un maldito hijo de la señora Vargas, y aun así, no merecía estar ahí. Tuvo que inventarse esa enfermedad para que fuera ingresado, era por su bien.

Tomo su libro y agregó en la carpeta de Lokki "posible esquizofrenia".

OoOoOoOoOoOoOoO

La mañana del hospital psiquiátrico "St. Clare", ¿Qué podía decirse? Incómodo para los enfermeros, un hogar para los pacientes y prisión para el resto.

Gilen salió con paso parsimonia de su habitación, bajo una mirada nada sutil de su acompañante. Camino hasta el salón donde la mayoría se reunía a ser analizados por los médicos, o sala común, como quieran llamarlo. Con elegancia se sentó en un sillón individual, mirando a la nada. Otros pacientes pasaban por su lado, se reacomodaban en sus asientos, él parecía un anciano que pensaba en nada, mas sus ideas revoloteaban en su cerebro.

Ese sillón era el indicado; no era especial como todos los enfermos, solo el que supo debía de sentarse.

¿Cómo uno se entretenía ahí? Por su parte, era deducir lo que hacían las personas por sus acciones minuciosas.

Por ejemplo, a las 10:00 A.M se abría el horario de visitas, justo, cinco minutos después, Sofía daba su aparición, con un vestido blanco corto por encima de la rodilla, su pelo tomado en una trenza maría que caía en el lado derecho, chaqueta de mezclilla azul, labios rojos carmín, y botines cafés. Oliver salía a su encuentro, abrazándola y dándole leves besos en ambas mejillas. Fingía que escuchaba el parloteo incesante de su pareja, mas en realidad su mirada se desviaba al otro integrante de la habitación 23, que se apoyaba en el marco de la puerta. La chica pedía lo más amable posible si quisiera ir a buscar ese café que tanto le gustaba.

−"No nos permiten tomar algo que no sea agua con medicina"−se limitaba a pensar.

El de ojos turquesa amplio su sonrisa, con un "of course~" se fue, daba saltitos para encontrarse con un francés que le ayudaría (quizás no). La mujer se acercó silenciosamente hasta llegar junto al estadounidense. Gilen recordó que al chico le gustaba de coquetear con las enfermeras con su actitud de "villano", pero su preferida era la novia de su compañero. Él rodeo con su brazo fuerte la cintura de la chica, acercándola a su cuerpo. Por esa hora los del grupo médico no pasaban mucho, y los dos aprovecharon, entraron y cerraron la puerta con cerrojo.

Gilen busco otra persona, haciendo caso omiso al sonido de la habitación 23. Erzebeth, su enfermera asignada se aproximó, cohibida.

−Tu medicina− dice con su dulce voz.

No era un secreto para el hombre los sentimientos de la joven hacia él, desde el primer día lo supuso, faltaron meses para afirmarlo.

−Espera, nuevita~−agh, ¿Roland debía perseguirlo como si fuera un perro?− yo se lo daré− tomo bruscamente de las manos de la chica el medicamento, quien lo miro ceñuda. Eligio una al azar, acorto la distancia entre ambas cara interponiendo la pastilla entre ambas bocas− anda~ ve por tu medicina~…

−Enfermo− musito firme. Desvió la cara, escucho el resoplido del austriaco, un "tú te lo pierdes~", y los pasos alejándose de él. –Erzebeth, pásamelos, los tomare, no te preocupes− ella obedeció.

Regresando a sus observaciones, Lokki aparecía en el salón a las 10:32 A.M, como indicaba el reloj de la pared. Había llorado, sus ojos cristalizados y rojizos son la evidencia. Se tumbó en otro sillón, saco su moneda, apretó el labio, aguándose su vista más que antes.

No soportaría ver los lloriqueos.

Las 10:45 A.M, ese par no parecía entender que sí hacían ruido Oliver sospecharía cuando regresará. Cerró los parpados, cansado, aguantándose las ganas de abrir la puerta 23, gritarles que se callaran sin importar que estuvieran en plena faena.

−Ellos no saben lo que es la discreción ¿eh?− Alexander se situó en el sillón continuo al suyo. El eslavo tomo el silencio como una afirmación− Algún día Oliver los descubrirá,...o lo ha hecho y se hace el tonto.

−De haberlos descubierto, los hubiera matado.

−Cierto...y por fin hablas−da una media sonrisa.

− ¡Hmph!−se quedaron en silencio− te darán de alta pronto− esa frase no sonó como pregunta, sino como afirmación.

−Me preocupa Natalia, Natasha no la dejará aunque ella luche.

−Lo siento−el pelinegro se levantó.

−No te disculpes Gilen, es más, no tengo ganas de irme…−el alemán lo miro sorprendido− dos años cambian a las personas, uno nunca volverá a ser el mismo que fue hace un año, cambian las aspiraciones y sueños durante ese tiempo.

−Muy filosófico para Alexander.

−No digas que dije eso a nadie−se fue a su habitación.

−Eso si es de Alexander.

OoOoOoOoOoOoOoO

− ¿No hay noticias de Flavio?−pregunto el italiano.

−Lo vieron en Madrid, España, junto con su guardaespaldas.

−El tonto de mi hermano mayor no sospecha que está en peligro ¿verdad?−el rumano negó con la cabeza−estúpido, la idea de meterme aquí era protegerlo.

−Lo haces, él fue obligado a tener un perfil bajo por tu abuelo. Tú, en cambio, haciéndoles creer que estabas loco, te vieron como un inútil.

−Todo lo hago por él, todo lo hago por él….−susurraba para sí.

−No estás solo, Gilen es el mismo caso. Los negocios de director Beilschmidt también están implicados, obligo a su nieto mayor a hacerse pasar por un demente, y al menor a trabajar en el hospital.

−Lo hago por él, por él…-

−Tener que ponerte entre los peores casos, destruye tu vida por completo…-

− ¿Y cómo Braginsky puede irse?−lo miró enojado− él si está mal de la cabeza−siseo.

−Lo estaba, Iván se fue.

−No para siempre−se yergue en su asiento− lo dejan libre porque es un caso perdido, y a los casos perdidos como él hay que "reembolsarlos".

El doctor se levantó, fulminando al de ojos fucsia, largándose del cuarto.

Luciano acomodó su silla frente a la ventana, viendo como un auto en el portal del lugar esperaba por el ruso, con sus maletas y un abrigo. Escuchó como "Natasha" hacia escandalo desde la sección de mujeres.

− ¡No puede irse! ¡NO PUEDE IRSE! ¡IVÁN ME QUIERE, SE QUIERE CASAR CONMIGO! ¡NO!

−Agh−suspiro cansado− adiós Alexander−susurró, al ver como se iba el vehículo del hospital− nos veremos…nunca.

El chico se reprimió mentalmente. Era de una familia rica en la península de Italia, su abuelo es importante en Europa, y temido ¿saben porque? Es el líder de la mafia italiana. Le iba a heredar el puesto, pero siendo un tonto adolescente hormonal se metió en GRANDES problemas, poniendo en peligro a su abuelo y su hermano. Y no solo él, el señor Beilschmidt también. Remo Vargas pensó que si se hacía pasar por un loco, quienes lo perseguían desistirían. Así fue. Con los germanos, el mayor hizo el sacrificio.

Renunciaron a su vida.

−"Todos están locos−pensó− ¿A quién se le ocurre meter a su nieto en un manicomio? ¿A quién se le ocurre internarse estando cuerdo? ¿A quién se le ocurre irse sabiendo que una vez aquí, no puede pertenecer afuera? ¿A quién se le ocurre poner en peligro su trabajo por unos falsos enfermos?" –la respuesta era clara− solo los dementes pueden sobrevivir a este mundo…por suerte, yo lo estoy.

OoOoOoOoOoOoOoO

Sin tiene dudas (en cuanto al fic o a los personajes) pregunten por inbox.

Aclaraciones:

(1)= referencia al personaje de Mozart en "Amadeus" (película) y la escandalosa risa del personaje.

Espero Reviews de su parte.

¡Feliz Halloween!

Sayonara! Goodbye! Tschuws!