Bienvenidos a "Pokémon: Sparkling Dreams", el fanfic que conmemora mi quinto aniversario en FanFiction, que se cumple hoy, viernes 13 de mayo de 2016. Aviso a navegantes: este fanfic tiene un prólogo ya publicado de seis capítulos. Recomiendo a los nuevos lectores que miréis el prólogo antes de empezar con este episodio, así estaréis mejor situados en el contexto de la historia. Lo encontraréis en mi perfil bajo el nombre de "Pokémon: Sparkling Dreams - Prólogo". Para resumirlo de forma rápida, este es mi homenaje a la saga de Pokémon por su vigésimo aniversario, un fanfic concebido como el anime especial de los 20 años, después de XY&Z y antes de Sol y Luna. Aquí, los personajes principales (Ash y Serena, por ejemplo) tendrán entre 16 y 17 años, mientras que Bonnie y similares tienen 8 años. Clasificado T debido a la temática ligeramente más adulta y seria, posibles conflictos y confrontaciones violentas, lenguaje soez e insinuaciones. Como añadido, al final del capítulo de hoy haré una ronda de noticias comentando todo lo relacionado con Pokémon Sol y Luna, el anime y cómo puede afectar al Amourshipping (pairing muy defendido por un servidor). Sin nada más que añadir por mi parte, comencemos.


POKÉMON: SPARKLING DREAMS, SUEÑOS RESPLANDECIENTES


Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a The Pokémon Company, Nintendo, Satoshi Tajiri, Junichi Masuda y Terry Wolles.


Dedicado a la memoria de Pablo Jesús Flores Córdova, FandeSerena91. Descansa en paz, compañero.


RUTA 1: Pirenia, empieza la odisea

Bahía Cristalina. La primera parada de todos los entrenadores invitados al Campeonato Mundial Pokémon de Pirenia. Era un pueblo costero situado al norte de la región, y era una de las joyas de ese territorio. Era una población medianamente pequeña, pero con mucho por ver. En el extremo oeste del pueblo se encontraba el Puerto Cristalino, lugar de destino y procedencia de la mayoría de ferris en Pirenia. Desde ahí, y de oeste a este, un espectacular paseo marítimo se extendía hasta el horizonte, con una hermosa playa en frente del mismo. Tiendas, bares, puestos de suvenires, y demás ocupaban la mayor parte del paseo, que también era bastante ancho para poder caminar sin problemas entre la multitud. Al fondo del paseo, en el extremo este de la Bahía, se podía apreciar una enorme escalinata de piedra que conducía a un imponente edificio: la Iglesia Cristalina. Esta iglesia tenía una torre con campanario a su izquierda, y la parte derecha la ocupaba una preciosa cúpula. Todo el edificio tenía un tono ocre y amarillento, especialmente dada esa hora del día, cerca del atardecer. Ya adentrándose en el pueblo, lo más destacable era una gran torre que sobresalía por encima del resto de edificios: el Registro del Campeonato Mundial Pokémon. Aquel era el punto de partida, el inicio de la mayor aventura imaginable para Ash Ketchum.


El sol ya empezaba a ponerse cuando el ferry San Lorenzo por fin llegó al Puerto Cristalino. Los cientos de entrenadores invitados al torneo comenzaron a bajar de forma ordenada del barco, dando una estampa similar a la de una serpiente multicolor. Entre toda esa multitud de jóvenes con un sueño que cumplir, se encontraban nuestros héroes: Ash y su inseparable Pikachu, su novia y Reina de Kalos Serena, su amigo Brock y la pequeña Bonnie. Una vez tuvieron los pies en tierra firme, no pudieron hacer otra cosa que contemplar maravillados el escenario que se presentaba ante sus ojos. Por fin estaban en Pirenia: una nueva región, una nueva aventura, un nuevo sueño que cumplir. Esta vez el sueño era más ambicioso y la aventura quizás la más exigente y complicada a la que Ash se hubiera enfrentado en su vida. Pero él sabía que con el apoyo su familia, sus amigos y especialmente su novia, nada ni nadie podrían detenerle en su odisea para convertirse en Campeón del Mundo Pokémon. Tras abandonar el puerto, los cuatro entrenadores se encontraron al principio del paseo marítimo de Bahía Cristalina, y todo lo que podían ver a su alrededor eran entrenadores y más entrenadores con sus Pokémon.

— ¡Madre mía, cuánta gente hay aquí! —exclamó Bonnie, muy sorprendida.

— Y que lo digas... —soltó Serena, después de un silbido— ¿Y de verdad todos estos entrenadores también están invitados al torneo?

— Es lo más probable. —comentó Brock— Lo que no me esperaba que fueran tantos. Es posible que haya el doble o incluso el triple de gente que para una Liga Pokémon.

Ash no escuchaba ninguna palabra de lo que decían sus amigos. Estaba observando aquella legión de entrenadores, que se presentaban con los Pokémon más variopintos posibles: Pyroar, Ludicolo, Scrafty, Konkeldurr, Hitmonlee... había suficientes como para montar un safari Pokémon en medio del paseo marítimo.

— ¡Ash, que te embobas! —le gritó Bonnie en la oreja.

El susto provocado por el berrido estuvo a punto de hacerle perder el equilibro. El chico no cayó, pero Pikachu se vio obligado a saltar de su hombro al suelo. Su entrenador miró a los tres jóvenes con una expresión de confusión en su rostro.

— Madre mía, este chico no cambiará nunca. —dijo la niña rubia, mirando a su Dedenne mientras este le respondía con una expresión similar.

— Le conozco de hace años, ten por seguro que Ash nunca perderá sus ansias de combatir. —comentó Brock, cruzando los brazos y sonriendo.

— Es lo que le hace tan especial... —hizo Serena, acercándose a su novio para abrazarse a su brazo izquierdo— Y no quiero que lo cambies nunca.

Y acto seguido le dio un beso en la mejilla. El nativo de Kanto se sonrojó ligeramente, mientras sus compañeros reían de forma amigable. Pikachu se volvió a subir al hombro de su amigo antes de dedicarle un sonido de aprobación.

— Muy bien. Aquí comienza nuestra nueva aventura. Tengo que el presentimiento de que va a ser algo memorable. —dijo Ash, apuntando hacia la torre del Registro— Vamos, que tenemos un torneo al que registrarnos.

— ¡Sí! —exclamaron los otros tres, levantando el puño.

Y pusieron rumbo al Registro del Campeonato Mundial. Durante su caminata hacia la descomunal torre, el cuarteto se cruzó con muchos más entrenadores y más Pokémon, lo que dejaba a Ash más boquiabierto por momentos. Serena no podía dejar de mirar a su novio con admiración. Sentía la misma ilusión que él con el hecho de iniciar de este nuevo viaje, además que sería el primero que hacían oficialmente como una pareja. Ella sabía que tenía que estar a su lado para darle apoyo y cariño siempre que lo necesitara, cómo la noche anterior por el teléfono holomisor. Estaba convencida que con sus ánimos, los de Brock y los de Bonnie, Ash se sentiría reconfortado y podría llegar muy lejos en el campeonato. Las calles interiores de Bahía Cristalina eran un poco estrechas, pero permitían colocar alguna terraza para las cafeterías. También se podían ver muchas paradas de suvenires y recuerdos, al igual que en el paseo. Era evidente que se trataba de una población costera muy enfocada al turismo. Después de unos cuantos minutos más de caminata, nuestros héroes llegaron al pie de la Torre del Registro. Era un gran edificio de forma cilíndrica que se elevaba por encima del resto de casas, tiendas y demás que estaban a nivel de mar. Era como contemplar un enorme tubo de cristal negro, del que entraba y salía un montón de gente, niños y adultos por igual. Los cuatro jóvenes quedaron sorprendidos con el aspecto del edificio, especialmente con el contraste que ofrecía respecto al resto del pueblo.

— Madre mía, desentona completamente con el resto de la Bahía... —suspiró Bonnie, mientras miraba desconcertada.

— Sí, es como si colocaras la Torre Prisma de Ciudad Luminalia en medio de Pueblo Paleta. —comparó Ash, aunque el símil dejó al resto un tanto descolocados.

— Sí, sí, lo que tú digas… —replicó la rubia, avanzando hacia la entrada— Bueno, ¿vamos o qué?

La pequeña también estaba entusiasmada con el Campeonato Mundial. Era la primera vez en su vida que viajaba fuera de Kalos, y encima era para iniciar su viaje como Entrenadora Pokémon junto a sus amigos Ash y Serena. Tenía la esperanza de, por lo menos, ganar uno o dos combates en la fase previa antes de que la devolvieran a la realidad. Pero solamente con Dedenne no había mucho que hacer... Era probable que tuviera que capturar a algún Pokémon, con la ayuda de Ash, obviamente. La idea de tener a más de un Pokémon en su equipo le hizo recordar a su querido Blandín. Ay, Blandín… aquella pequeña criatura verde que al final resultó ser una de las formas del Legendario Zygarde. Sólo Arceus sabía dónde estaría ahora mismo, tras las macabras acciones del filántropo de Kalos Lysson, que desembocaron en…

— Bonnie, ¿te encuentras bien? —le preguntó Serena, que se había arrodillado a la altura de la niña.

La pequeña rubia salió del trance instantáneamente. Se había quedado parada en medio de la puerta de entrada a la torre. Dedenne acarició suavemente la mejilla de su amiga para reconfortarla. Bonnie agradeció el gesto rascándole la barbita al Pokémon, que soltó un pequeño chirrido del gustito.

— Sí, tranquila. —contestó la niña, sonriendo a su amiga.

Serena le devolvió la sonrisa, y le dio la mano antes de que todos entraran al Registro. El interior del edificio se dividía en tres secciones diferentes: en el ala izquierda se encontraba el mostrador del Centro Pokémon, con la Enfermera Joy atendiendo a algunos entrenadores y sus Pokémon cansados. El ala derecha estaba destinada a una especie de cafetería, con sofás incluso. Y la zona central era la que estaba más poblada, ya que allí estaban los mostradores para registrarse en el Campeonato Mundial Pokémon. Había dos grandes colas, y al frente de ellas dos mujeres encargadas de controlar todo aquel que confirmara su participación en torneo. Ash estaba listo para situarse en la cola, pero sintió una sensación muy incómoda. Una fuerza oscura y tenebrosa que tenía muy, pero que muy cerca. El nativo de Kanto giró su cabeza lentamente para tratar de descubrir qué o quién era, ya que tenía un mal presentimiento. Y su instinto no le falló. Era Brock.

El joven aspirante a Doctor Pokémon se había quedado petrificado, mirando atentamente al mostrador del Centro Pokémon. Su respiración era tensa, pero acompasada. Sus ojos, por muy entrecerrados que estuvieran, tenían su objetivo perfectamente fijado: la enfermera Joy. Aquella mujer con el uniforme blanco impoluto, el cabello rosado con dos coletas redondas, los ojos azules y su sonrisa de dentista. Ash conocía aquella mirada, no era la primera vez que la veía. Y en el fondo sabía que esa mirada lo único que iba a traer no eran más que problemas y una reacción de sorpresa muy negativa por parte de su novia y la pequeña Bonnie. El pelo pincho tenía que actuar rápido sino quería que la situación se desmadrara. Lanzó una mirada rápida a Pikachu, que obedeció y se dispuso a detener a Brock. Pero ya era demasiado tarde. El joven de piel oscura había apartado a unas cuántas personas a empujones a una velocidad asombrosa, y se encontraba a dos centímetros de la enfermera Joy. Le sujetaba las manos delicadamente, y ya le debía estar soltando una de sus frases de ligue baratas, provocándole un ligero sonrojo a la enfermera.

— Ya estamos como siempre… —soltó Ash en un suspiro de frustración, mientras se dirigía hacia el mostrador— Esperaba nunca tener que hacer esto, pero es lo que hay.

Serena y Bonnie miraron desde la cola del registro y con curiosidad que había ocurrido con sus dos acompañantes. Más se sorprendieron aún al ver que Ash se llevaba a Brock de allí de un buen tirón en la oreja.

— Lo siento mucho, Enfermera Joy, mi amigo todavía está un poco afectado por el jet lag…

Esta fue la excusa que dio el nativo de Kanto a la doctora, apretando los dientes mientras estiraba a Brock de vuelta a la cola. El joven aspirante a doctor se quejaba del dolor, pero Ash hizo caso omiso. El entrenador de Pikachu lo arrastró por el suelo de la oreja hasta llevarlo de nuevo junto con Serena y Bonnie.

— ¡Ash! ¡Para ya, por favor! ¡Que me haces daño! —exclamaba el chico de Ciudad Plateada, gesticulando animadamente.

— ¿Pero qué haces? —preguntó Serena, escandalizada.

— Le conozco mejor que nadie, es la única opción que tenía. —comentó Ash, soltándole la oreja— Cuando ve a la enfermera Joy, la agente Mara o a cualquier otra mujer, se descontrola. Lo único que le detiene es un buen estirón de orejas. Más vale prevenir que curar.

— Jolín… Primero Misty, luego Max, después Croagunk, ¿y ahora tú, Ash? —preguntó Brock, tapándose la oreja adolorida— Deberías darme alguna oportunidad, amigo…

— Tiene razón, Ash. No creo que sea para tanto. —dijo Serena, ayudando a Brock a levantarse.

— Le he visto ligar con miles de mujeres en cuatro regiones diferentes. Sé de lo que hablo. —replicó Ash, cruzando los brazos.

— Pues yo creo que Ash tiene razón… —añadió Bonnie, señalando hacia el final de la cola del registro.

Allí estaba Brock, tras repetir los mismos movimientos que en el mostrador del Centro Pokémon. Y es que la persona encargada de registrar a los participantes del Campeonato Mundial era una mujer. Y no una mujer cualquiera, sino una auténtica belleza, incluso desde los ojos de Serena y Bonnie. Tenía una larga melena lisa y ojos azulados, y llevaba un uniforme similar al de las azafatas de vuelo, con una insignia de una PokéBall dorada en la solapa izquierda del pecho. Brock había perdido el control, sus ojos entrecerrados parecían ahora dos corazones gigantes, mientras le sujetaba la mano derecha a la registradora y decía otra de sus muchas frases cutres para ligar:

— Nunca sabes de donde vienen ni lo que te vas a encontrar, pero lo que yo he descubierto es a la chica de mis sueños.

Ash y compañía salieron a toda prisa para detener a su colega enamoradizo, pero una vez llegaron allí, lo que ocurrió fue bastante inesperado. A pocos metros de llegar al entrenador de Ciudad Plateada, Dedenne saltó del hombro de Bonnie y se amarró al chaleco de Brock, antes de soltarle una tremenda descarga eléctrica. El joven cuidador Pokémon se puso a temblar, mientras sus amigos miraban perplejos la escena. Ash tuvo la sensación de que había encontrado en Dedenne al perfecto sustituto de Croagunk para parar al alocado ligón. Casi un minuto después, el pequeño ratón eléctrico detuvo su ofensiva sobre el compañero de Kanto, y este cayó redondo al suelo, bien chamuscado. La chica del registro quedó bien aturdida, ya que no esperaba para nada aquél desenlace, de la misma forma que los demás.

— ¡Dene! —exclamó el Pokémon, antes de volver a hombros de su propietaria.

— Erm… Buen trabajo, Dedenne… Creo. —dijo Bonnie, todavía sin saber del todo de qué forma posicionarse.

Por una parte, le daba un poco de pena ver al aspirante a Médico Pokémon en el suelo, requemado. Pero por otro lado, Ash tenía razón. Ese hombre era un auténtico mujeriego, un peligro andante por así decirlo, por lo que había que pararle los pies. Además, no era la primera vez que Dedenne hacía un buen trabajo electrocutando a alguien. La pequeña rubia todavía recuerda la descarga que le soltó a Lillia, aquella chica que intentó casarse con su hermano un tiempo atrás. Brock seguía echando humo por los cuatro costados, mientras Ash y Serena le ayudaban a levantarse. La chica del registro tardó unos segundos en reaccionar pero, ya que el resto de personas de la cola habían "ofrecido su sitio amablemente" a Ash, Brock y compañía, empezó con el saludo protocolario.

— Bienvenidos al Registro del Campeonato Mundial Pokémon en Bahía Cristalina. Mi nombre es Dalena, y soy la encargada de formalizar vuestra inscripción en el torneo. ¿Tenéis alguna duda antes de que proceda?

— Yo tengo una. —comentó Serena— ¿Cómo es que tenemos que inscribirnos en la Liga antes incluso de luchar en el primer gimnasio? En cualquier otra región el procedimiento es diferente…

— Me alegra que hagas esta pregunta. —contestó Dalena— Y es que el Campeonato Mundial Pokémon de Pirenia no es como el de cualquier otra región del mundo. Este territorio es conocido por ser uno de los mejores para entrenar y hacer más fuertes a los Pokémon, por eso cada año muchísima gente viaja aquí con el único objetivo de fortalecerse y descubrir esta magnífica región. Nuestra Liga tiene los mismos estandartes de exigencia, incluso desde el primer gimnasio oficial. Es por eso que desde el momento en que se instauró el Campeonato Mundial, se incluyó una norma especial para sus participantes: la vida única.

— ¿Vida única? —preguntaron los cuatro jóvenes al mismo tiempo.

— Exacto. En el Campeonato Mundial Pokémon ocurre lo mismo que en los videojuegos con opción de muerte permanente: pierdes un solo combate oficial y vuelves a tu casa. Da igual si es en el primer gimnasio, en el tercero, en el octavo o en la fase final. No hay repescas, no hay segundas oportunidades. En Pirenia la derrota significa la eliminación automática del torneo.

Ash y sus amigos quedaron en shock al escuchar las palabras de Dalena. Ahí Ash, Serena y Brock entendieron las palabras del profesor Oak, diciendo que el torneo de Pirenia no era uno cualquiera. Aquél era el giro de tuerca a la dificultad de cualquier aventura anterior: la pérdida de la posibilidad de una segunda oportunidad. Allí aquello no existía, no había un posible intento de revancha. Perder cualquier combate de gimnasio antes de la fase final significaría el final de la odisea, el fin del juego, todo habría terminado.

— Entiendo que pueda ser una condición muy dura, pero tiene una razón de ser. —continuó Dalena— En el Campeonato Mundial Pokémon sólo pueden y sólo deberían participar los mejores entrenadores del planeta. Pero que esto quede entre vosotros y yo...

Entonces, la chica del pelo azul les hizo señas para que acercaran la oreja. Los entrenadores asintieron y se aproximaron hacia Dalena, que les habló a susurros.

— Este año han invitado a una cantidad descomunal de participantes, he escuchado por ahí que hay más de mil invitados, por lo que se necesita alguna manera de establecer el corte. La norma de la vida única ha existido desde la creación del torneo, y habido ocasiones en las que esto ha causado que en la fase final compitieran menos de diez entrenadores. Y claramente esos entrenadores merecieron participar en la fase final, ya que eran considerados los mejores de todo el mundo Pokémon. Pero es que este año es el primero en el que hay tanta gente invitada al campeonato, por lo que es posible que la criba en los gimnasios sea más salvaje que nunca.

— Menuda locura... —susurró Ash, mientras Serena le daba la mano y se la estrujaba con fuerza— Esto significa que el margen de error es nulo, y si fallamos ya no hay vuelta atrás.

— Pero no entiendo que haya tantos participantes. ¿Qué pretenden llenando un torneo tan prestigioso de gente sin control? —preguntó Bonnie.

— Si os digo la verdad, no tengo ni idea, pero supongo que quisieron ampliar las fronteras del campeonato y se han excedido. —contestó Dalena.

La preocupación invadió el espíritu de los cuatros jóvenes. En primer lugar, estaba la fatal regla de vida única, que podía acabar con el sueño de Ash de una sola derrota. Y segundo, el número de aspirantes a convertirse en Campeón del Mundo podía ser un obstáculo gigantesco si llegaran a una hipotética fase final.

— Bueno, basta de preocupaciones, que tenéis un largo camino por delante. —comentó la azafata— Procedamos con la inscripción. ¿Competís individualmente o en grupo?

— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Ash, con la misma cara de curiosidad que sus compañeros.

— En este Campeonato hay dos tipos de inscripciones: individual o en grupo. Esta última se puede realizar si dos o más personas quieren competir en la fase previa de forma conjunta. Competirías por las ocho medallas como si fuerais un solo entrenador. La victoria de uno en un gimnasio es una victoria para todos, además de ser un proceso más ágil al no tener que batallar los cuatro obligatoriamente contra el líder. Pero hay un par de condiciones: la primera, los cuatro tendríais que combatir contra al menos un líder de gimnasio. La segunda, es que la regla de vida única sigue siendo válida, y la derrota de uno manda a todo el grupo para casa.

Ash, Serena, Brock y Bonnie se juntaron e hicieron una pequeña piña para discutir cómo se inscribirían. La opción grupal tenía sus pros y sus contras. Por una parte, podía repartir entre los cuatro la tarea de conseguir las ocho medallas, y así podían gestionar mejor la fatiga y el cansancio de los combates. Pero por otro lado, a la mínima que perdieran en un gimnasio quedarían todos eliminados, sin posibilidad de revancha. Aquello complicaba las posibilidades tanto para Serena como para Bonnie. La primera porque los combates Pokémon seguían siendo su punto débil, por mucho que hubiera entrenado los días anteriores; y la segunda porque ni siquiera tenía experiencia como entrenadora.

— ¿Creéis que es una buena idea? —preguntó el de Kanto— Yo le veo varias pegas...

— Ash, yo prefiero la inscripción grupal. —dijo Serena, convencida— Sé que no soy muy buena en las batallas, pero prometí que te ayudaría en todo lo posible para que ganaras este torneo. Y si eso implica meterme en combates contra líderes de gimnasio, da por seguro que lo haré. Ash, yo estoy dispuesta a hacer cualquier cosa y a darlo todo por ti.

— ¡Yo también! —exclamó Bonnie— Quizá no haya luchado nunca en un combate Pokémon, pero me esforzaré y me haré muy fuerte para ayudarte. ¡Dedenne está listo para dejarse el pellejo para llegar a la fase final! ¡Y si con Dedenne no hay suficiente, capturaremos a más Pokémon y los haré invencibles!

— Estoy de acuerdo. —añadió Brock— Ash, hemos venido hasta aquí para llegar juntos a la fase final, y todo lo que sea ayudarte a cumplir tu sueño de ser Maestro Pokémon y ganar el campeonato mundial, no dudes ni un solo segundo que lo haremos.

Ash miró a todos sus compañeros con un brillo especial en los ojos. El simple hecho de que se hubieran unido a la aventura para pasarlo en grande ya era digno de admirar, pero que además estuvieran dispuestos a ayudarle a cumplir su sueño y redimirse… aquello le dejaba sin palabras. Su sonrisa era una clara muestra de ello, parecía que incluso estuviera a punto de ponerse a llorar.

— Muchísimas gracias, chicos. No sabéis cuánto os aprecio… Sois los mejores.

— No, tú eres el mejor, Ash. Y sabemos que lo vas a demostrar aquí en Pirenia. —dijo Serena, rompiendo la piña y besando los labios de su novio dulcemente.

Ash cerró los ojos y disfrutó de aquel pequeño instante. Los pocos besos que le había dado su novia desde que habían empezado a salir siempre le habían ayudado a despejar su mente. Eran lo mejor para limpiar su consciencia de malos recuerdos y pensar en positivo. Una vez separaron sus labios, Ash, Serena y compañía volvieron ante Dalena y le confirmaron que se inscribirían como grupo en el Campeonato Mundial Pokémon. La azafata se mostró encantada con su decisión, y procedió a darles varios formularios. No eran nada del otro mundo: debían rellenarlos con su nombre, edad, lugar de origen, Pokémon con los que iniciarían la fase de gimnasios, etcétera. Un procedimiento de lo más rutinario, incluso un poco aburrido para algunos. Como Bonnie, no acostumbrada a estos procesos burocráticos, que soltó más de un suspiro mientras escribía. El último formulario era para el registro del grupo en sí, con los nombres de sus miembros y un nombre concreto para este. Serena no se lo pensó dos veces y, antes de que Ash y los demás tuvieran tiempo de decir algún nombre, cogió el bolígrafo y apuntó dos simples palabras: Sparkling Dreams.

— ¿Y eso? —preguntó Ash.

Sparkling Dreams. Sueños resplandecientes, sueños brillantes, nuestros sueños. —dijo Serena, de forma ciertamente solemne— El sueño de Bonnie de convertirse en Entrenadora Pokémon. El de Brock, ser Médico Pokémon. El tuyo, Ash, llegar a convertirse en Maestro Pokémon. Y el mío… estar siempre contigo, cielo.

Aquella última frase sonrojó a la pareja de tórtolos, antes de que la pelimiel continuara.

— Estos son nuestros deseos más brillantes, más resplandecientes, los que más queremos que se hagan realidad. Los veo cada noche, cuando levanto la vista al cielo y veo todas esas estrellas brillando. Allí están nuestros cuatro sueños. Y se van a acabar cumpliendo. Estoy segura.

Bonnie, Brock y Ash sonrieron con ternura. Era una buena manera de verlo, cuatro sueños por cumplir, y el primero de ellos podía ser el de Ash. No tuvieron ningún problema en aceptar el nombre del grupo como Sparkling Dreams. Dalena recogió todos los documentos y los selló uno a uno, antes de darle una pequeña caja a Ash.

— Perfecto. Con esto ya estáis oficialmente inscritos en el Campeonato Mundial Pokémon. Aquí tenéis el medallero, espero que consigáis las ocho medallas sin ningún problema. Ah, y antes de que me olvides, también necesitaréis unas PokéDex.

Y de debajo del mostrador, la azafata les enseñó los cuatro dispositivos que llevarían encima. Era un aparato rectangular de color rojo y de bordes redondeados, con una gran pantalla y un único botón, con el diseño de una PokéBall.

— En Pirenia la Pokédex es literalmente un teléfono multifunción, alberga multitud de facilidades para los entrenadores. Desde un registro completo de las más de setecientas especies de Pokémon repartidas por el mundo, un mapa de la región y, como ya he dicho, funciones de telefonía para mantener el contacto con vuestros familiares y amigos más cercanos. Hay una buena cobertura más allá de las ciudades y pueblos, así que no debería haber ninguna dificultad. Espero que podáis llegar a verlos todos sin problema…

— No te preocupes. Ya verás cómo recorremos toda la región y llegamos invictos a la fase final. —soltó Ash, entusiasmado.

— ¡Ese es el espíritu! —exclamó la azafata— Ahora ya lo tenéis todo listo para ir al primer gimnasio de Pirenia, en Ciudad Sólica. Está al sur de Bahía Cristalina, y quizá tardáis unos cuantos días a pie, por lo que podríais aprovechar para ver más del pueblo. Como ya habréis visto, tiene de todo.

— Eso es cierto. —comentó Serena— ¿Qué nos recomiendas?

— Bueno, podéis contemplar el paseo marítimo, la playa, algunas tiendas interiores... pero lo que no os podéis perder es la Iglesia Cristalina. Es sencillamente espectacular. No tiene desperdicio.

— Así que una iglesia... —hizo Brock— Interesante, no hay muchas iglesias en las ciudades principales de otras regiones. Además, seguro que para una boda rapidita está muy bien...

Otra insinuación por parte de Brock, que hizo que Dedenne volviera a cargar sus mofletes. Al verlo, el joven de Ciudad Plateada se retractó.

— Vale, vale, era una broma, solo una broma... —decía, nervioso y gesticulando.

El Pokémon de tipo eléctrico asintió y dejó de cargar electricidad, lo que provocó un suspiro de alivio en Brock. Bonnie soltó una pequeña risita mientras Ash agradecía a Dalena toda la información que les había dado. Una vez se despidieron de la azafata, los cuatro jóvenes se dispusieron a salir de la torre del Registro. Pero, de repente, Ash se detuvo en seco. Su mirada mostraba incredulidad, incluso terror. Su cuerpo tembló ligeramente y sus ojos parecían salirse de las órbitas. Entre la multitud congregada en la torre, el pelo pincho había visto a una persona. Pero no una persona cualquiera, era alguien que le traía muy malos recuerdos de su aventura en Kalos. Se trataba de un joven alto, de cabello gris azulado muy removido y ojos azules. Llevaba una bufanda también azul junto con una chaqueta oscura, dos camisetas (una azul y otra blanca) y unos pantalones grises. Ash no podía ni creer que hubiera llegado hasta allí, incluso que lo hubieran invitado. Serena se preocupó mucho al ver a su novio tan estupefacto.

— Ash, cariño, ¿te encuentras bien? —le preguntó, poniendo su mano en el hombro del entrenador.

Pikachu también zarandeó un poco la pierna de su entrenador, asustado. La cara de Ash no cambió, ni siquiera pudo mover un centímetro de su cuerpo de la sorpresa, pero sí que llegó a pronunciar el nombre de aquella persona que tantos dolores de cabeza le había provocado.

— Alain...

Sólo Bonnie reaccionó ante aquello. Brock ni tan solo conocía a ese chaval, y Serena sólo le vio combatir una vez con Ash antes de convertirse en Reina de Kalos, pero la pequeña rubia conocía toda la historia. Había vivido la historia en primera persona. Y lo primero que sintió fue rabia. Ganas de salir corriendo hacia ese joven y descargar todo su rencor y odio hacia él.

— ¿¡Dónde está!? ¿¡Dónde!? ¡Que venga aquí, que se va a acordar de quién soy yo!

Pero Ash la agarró del vestido y la frenó en seco. La niña se zarandeaba y gritaba para que el entrenador de Pueblo Paleta la soltara, pero éste hizo caso omiso. Al final, Bonnie desistió, pero no pudo evitar que unas lágrimas cayeran de sus ojos mientras apretaba los dientes con frustración.

— Blandín... —susurró, muy angustiada.

Ni Serena ni Brock entendían qué estaba sucediendo, ambos se miraban con cara de circunstancias mientras Ash trataba de calmar a la pequeña.

— ¿Qué pasa aquí? —preguntó la pelimiel— ¿Qué ocurre con Blandín? ¿Qué tiene que ver con ese chico, Alain?

Ash se giró y miró directamente a los ojos de Serena. Su semblante era similar al de Bonnie, lleno de mal humor y frustración, pero mucho más contenido.

— Es... es una larga historia.


ACTUALIZACIÓN (Domingo, 15 de mayo de 2016, 18:37 hora de España): Parece ser que hay un problema de sincronización de reviews en todo FanFiction. Dicen que para mañana lunes o el martes tendría que estar arreglado, pero de todos modos podéis seguir dejando vuestros reviews con cualquier comentario que me queráis hacer llegar. Ya cuando se arregle este follón podré leerlos todos y responder si es que me habéis dejado una pregunta o algo. Sino, también me podéis dejar un privado, que eso parece que sí que funciona. Disculpad las molestias. :$


Madre mía, empezamos fuertes, ¡con un buen shocker! XD En fin, quizá en cuanto a emociones y tensión no sea tan parecido al primer capítulo del prólogo pero por algo se empieza. También he de decir que tuve suerte de una filtración para darle el nombre español oficial a Puni-chan: Blandín. El primer capítulo de XY&Z todavía no se ha estrenado en España pero Tu Vecina Antikachu publicó en Twitter un fragmento de vídeo con la escena en la que Bonnie le da el mote, así que me puedo considerar afortunado.

Pasando a la ronda de noticias, por fin tenemos los primeros datos de Pokémon Sol y Luna. Las páginas de la CoroCoro de este mes no han traido nada (qué sorpresa :O), pero gracias a la web oficial de Pokémon ya conocemos los iniciales, los legendarios, la región y los personajes. Los Pokémon iniciales para la séptima generación son Rowlet (un búho de tipo Planta/Volador con complejo de niña de El Exorcista), Litten (un gatito de tipo Fuego igual de serio que Kimi Raikkonen) y Popplio (una adorable foca de circo de tipo Agua). También han aparecido en el trailer publicado el martes los legendarios de las portadas, aún sin nombre pero que presumiblemente son Solgaleo y Lunaala. El primero es un león que parece ligeramente inspirado en Digimon, mientras que el segundo parece una mezcla de Noivern, Yveltal y Astrid/Olympia. XD Si tuviera que elegir, me decantaba por la edición Sol y el inicial de Fuego, como he hecho casi siempre. Una última hora relacionada con los Pokémon es que hoy mismo un vídeo del canal de YouTube de CoroCoro (lo primero que enseñan realmente en tres meses XD) mostraba nuevas imágenes de gameplay y lo que parece ser un nuevo Pokémon. Su aspecto recordaba al de un Skiddo o Gogoat. Sobre la región, al final está inspirada en Hawaii [Lástima, espero que Kalos Sur se la guarden para la octava generación :(] y se llamará Alola. Y sí, ya he cantado "Alola Oé" por lo menos cien veces. :P Y los personajes... Es complicado. A primera vista, el personaje es personalizable y muy genérico en el trailer, lo que daría esperanzas de que Serena continúe con Ash en el anime de Sol y Luna. No es ningún secreto que el Amourshipping es de los pairings más interesantes que Pokémon ha generado, y goza de mucha popularidad entre la comunidad. Sin ir más lejos, Twitter en Japón ya ha tenido como trending topic el hashtag SatoSere varias veces este año. Por lo que sería realmente extraño y troll por parte de TV Tokyo llenar nuestra pantalla con tantas pistas y hints (como ocurrió en su día con el Phinbella en Phineas y Ferb, el primer pairing que defendí a muerte) para que luego no ocurra nada. Se arriesgan a perder bastantes espectadores y aficionados defensores de la pareja de Ash y Serena. Por hacer una comparación, ahora mismo el Amourshipping está en la UCI, estable, pero en la UCI. La esperanza que tenemos la mayoría es que salga de la UCI y se haga canon. Y yo en el fondo tengo la corazonada de que eso va a suceder tarde o temprano.

Respecto al anime, surgió una supuesta filtración del capítulo del 25 de agosto (titulado ni más ni menos que "La confesión de Serena"), en el cuál sucede una situación similar a la del Campamento del Profesor Oak pero con los papeles cambiados, es decir, Serena ayudando a Ash. Por desgracia, creo que es un fake, ya que no ha sido confirmado para nada por Serebii. Sino, sería lo que muchos fans estaban esperando, como he mencionado más arriba. Lo que sí se ha confirmado es un posible desarrollo del personaje de Ash tras perderse en el Bosque Errantes (26 de mayo) y aún más increíble... ¡Goodra regresa el 9 de junio! :D Por lo que tendremos unas semanas moviditas. :)

Con esto llegamos al final del capítulo de hoy. Nos vemos la semana que viene para averiguar qué ocurrió con Alain y Blandín. ¡Cuidaos mucho! ;)